Domingo de la 8ª semana de Pascua B
PENTECOSTÉS
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 20, 19‑23.
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los
discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los
judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
—Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
—Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
—Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les
quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Hoy es la solemnidad de Pentecostés, la fiesta del Espíritu. La alegría de la Pascua se hace más plena por el don del Espíritu.
Jesús quiere dar a nuestro pobre corazón el Espíritu del Amor, a nuestra
cabeza el Espíritu de Sabiduría, a nuestra débil voluntad, el Espíritu
de Fortaleza, y para liberarnos del miedo, el Espíritu de la valentía...
El Espíritu Santo es nuestro defensor, nos la paz, nos hace testigos de su misericordia y su perdón.
Demos gracias a Dios por el don que se nos ofrece y abramos de par en
par nuestra vida para que el Espíritu Santo penetre hasta lo más
profundo de nuestra existencia.
Ojos inquietos por verlo todo.
Oídos atentos a los lamentos,
los gritos, las llamadas,
Lengua dispuesta a hablar
verdad, pasión, justicia…
Cabeza que piensa,
para encontrar respuestas
y adivinar caminos,
para romper las noches
con brillos nuevos.
Manos gastadas de tanto bregar,
de tanto abrazar
de tanto acoger
de tanto repartir
pan, promesa y hogar.
Entrañas de misericordia
para llorar las vidas golpeadas
y celebrar las alegrías.
Los pies, siempre en marcha
hacia tierras abiertas
hacia lugares de encuentro.
Cicatrices que hablan
de luchas, de heridas,
de entregas,
de amor,
de resurrección.
Cuerpo de Cristo…
…Cuerpo nuestro.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
ORACIÓN AL ESPÍRITU
Secuencia de la fiesta de Pentecostés
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo
que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.