Domingo de la 18ª semana del t.o. C
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: "Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia."
Él le contestó: "Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?"
Y dijo a la gente: "Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes."
Y les propuso una parábola: "Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos:
¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha."
Y
se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros
más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y
entonces me diré a mí mismo: hombre, tienes bienes acumulados para
muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida."
Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será? "
Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Que pocas son las familias en la que no hay problemas con las herencias.
Normalmente los problemas no surgen porque cada uno exige sus derechos
legítimos, sino porque, aunque casi nadie lo reconoce, en casi todos se
esconde la codicia.
Pedimos al Señor que nos ayude a reconocer la
codicia (consciente o inconsciente) que influye, condiciona y en
ocasiones determina nuestra actuación; y que, por consiguiente, marca
las relaciones con los demás y con Dios. Pedimos fuerza para superarla.
Damos
gracias porque también somos capaces de ser generosos y por todas
aquellas personas que son ejemplares a la hora de compartir sus bienes.
La
vida no depende de los bienes. Ni la vida, ni la felicidad, ni nada que
tenga realmente valor a los ojos de Dios. Una vida plena y feliz es
consecuencia del amor, de la fe, de la entrega...
¿Cómo quieres asegurarte una buena vida, acumulando riquezas?
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
¡Qué difícil es no cobrar!
Dinero,
puestos,
recompensas,
regalos,
alabanzas,
admiración...
A veces, comisiones,
favores,
sobres...
Y otras,
impuestos,
tasas,
fotos para el recuerdo...
Se cobra casi siempre.
Las primeras veces
pasamos la factura con disimulo.
Después, cuando ya nos hemos avezado
y consolidado, que llega sin pensarlo,
hasta nos vanagloriamos de ello.
Y llega el despropósito:
los grandes emporios,
el ser exclusivos,
el prestigio,
la competencia,
el creernos dueños de casi todo...
Lo gratuito no tiene prestigio
y lo pequeño no cuenta con futuro.
Lo hemos comercializado todo...
Pero Tú, Jesús, ni cobrabas
ni acumulabas
ni eras avaricioso;
y avisaste del peligro.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 31 de julio de 2022
Domingo, 31 de julio de 2022
sábado, 30 de julio de 2022
Sábado, 30 de julio de 2022
Sábado de la 17ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 14, 1-12
En aquel tiempo oyó el virrey Herodes lo que
se contaba de Jesús, y dijo a sus ayudantes: "Ese es Juan Bautista que
ha resucitado de entre los muertos, y por eso los Poderes actúan en él".
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la
cárcel encadenado por motivo de Herodías, mujer de su hermano Felipe,
porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería
mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.
El
día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de
todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella,
instigada por su madre, le dijo: "Dame ahora mismo en una bandeja la
cabeza de Juan Bautista". El rey lo sintió; pero, por el juramento y los
invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la
cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y
ella se la llevó a su madre.
Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Frente al “cada uno que haga lo que quiera”, Juan Bautista denuncia el
pecado: Herodes estaba conviviendo con Herodías, esposa de su hermano
Felipe. Y el profeta no se calla, aunque sea peligroso para él. Un
pecado grave no sólo hace daño a los que lo cometen, perjudica a toda la
comunidad.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Herodías tenía a
Juan entre ceja y ceja. Aprovecharía cualquier ocasión para acabar con
él. ¿No hacemos a veces nosotros cosas semejantes? Si alguien nos dice
algo que nos sienta mal, aunque sea verdad, nos duele y a veces
esperamos la ocasión para vengarnos.
Herodes jura un despropósito y
después no es capaz de rectificar, por miedo a quedar mal. ¡Cuantas
veces somos esclavos de nuestros errores!
Pedimos perdón y fuerza para superarnos.
Damos gracias por saber perdonar y rectificar.
Señor,
enséñanos a encajar la cruz de cada día; la cruz que exige el amor a
los que más sufren y a todas las personas; la cruz que conlleva la lucha
por la verdad, por la justicia, por la paz; la cruz que nos viene
cuando somos fieles a Ti y a tu Evangelio.
Estas cruces nos
resultan pesadas, Señor, pero sufrimos más cuando nos encerramos en
nosotros mismos, cuando somos testarudos, egoístas y nos dejamos llevar
por la envidia o el rencor.
Señor, danos sabiduría para tener
siempre presente que la cruz por amor merece la pena, nos hace más
humanos, nos acerca a Ti y da vida a cuantos nos rodean. En cambio, el
sufrimiento que nos trae el pecado es más grande y enteramente inútil.
Señor, enséñame a sufrir como tú y contigo.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 29 de julio de 2022
Viernes, 29 de julio de 2022
Santa Marta
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 11,19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver
a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta
se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se
quedaba en casa.
Y dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado
aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que
pidas a Dios, Dios te lo concederá."
Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará."
Marta respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día."
Jesús
le dice: "Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque
haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para
siempre. ¿Crees esto?"
Ella le contestó: "Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Marta está rota por el dolor. La muerte de su hermano Lázaro le pesaba
como una losa. Pero cuando se entera de que Jesús está llegando, sale
para acogerlo.
En sus primeras palabras se mezclan la fe y el reproche: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”.
Señor:
demasiados interrogantes,
dudas y oscuridades;
a veces, demasiados golpes,
heridas y fracasos,
como para no protestar
y plantearte pleito.
Me enfado y quejo,
te reprocho, te increpo
y levanto la voz,
te acuso de ambiguo y tramposo
y me enfrento a ti sin autocensura,
mantengo el pleito.
Y Tú, no te incomodas
ni te impacientas,
ni rompes los lazos de seducción y amor
que un día forjaste;
toleras nuestras impertinencias
aunque se repitan.
Pero no sé si te ríes
o eres todo misericordia
rompiendo nuestros esquemas.
Quizá te agrade nuestra libertad,
frescura y rebeldía,
y temas más el silencio
y la incomunicación de tus hijos
que nuestros cuestionamientos
y salidas de tono.
Sabes que este pulso sucede,
aunque no lo parezca,
en nuestro huerto y bodega;
y que es reflejo de nuestra trayectoria vital
que se asemeja a un arco de tiro
que, al tensarse, une los dos extremos
con los que juega y se manifiesta.
Cuanto más nos tensamos,
más juntos están en nosotros
la rebeldía y la confianza,
la protesta y la obediencia,
el grito y el abrazo,
el no y el amén;
y más veloz sale la flecha
con los anhelos más cálidos y vivos,
dejando las cañadas oscuras,
hacia la tierra prometida
y el regazo de quien le da acogida.
Y después de tantas quejas y protestas,
o en medio de ellas,
la única respuesta que descubrimos
está ya tatuada en la historia
y en la Buena Noticia:
Si tenéis fe,
¡cómo no voy a hacer justicia!
Florentino Ulibarri
En
la conversación con Jesús, la fe va ganado la partida al reproche hasta
que desaparece el reproche y brilla con toda su fuerza la fe: “Sé que
resucitará en la resurrección del último día ... Señor, yo creo que Tú
eres el Mesías que tenía que venir.”
A veces, cuando sufrimos no
queremos saber nada de Dios. Sin embargo, María nos enseña a acercarnos a
Dios, aunque sea para quejarnos. Tenemos que dar la oportunidad a Dios
para que poco a poco transforme nuestro dolor en una fe más recia.
¿Qué te dice Dios? ¿qué le dices?
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 28 de julio de 2022
Jueves, 28 de julio de 2022
Jueves de la 17ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San San Mateo 13, 47‑53
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
El
Reino de los Cielos se parece también a la red que echan en el mar y
recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla,
se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo
mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los
malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el
llanto y el rechinar de dientes.
—¿Entendéis bien todo esto?
Ellos le contestaron:
—Sí.
El les dijo:
—Ya
veis, un letrado que entiende del Reino de los Cielos es como un padre
de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.
Cuando acabó estas parábolas, partió de allí.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús nos anuncia una buena noticia, una noticia cargada de esperanza
para todos los hombres, pero también nos advierte de las consecuencias
de una existencia vivida desde el egoísmo, desde la mentira, desde el
pecado. Si vivimos así, sufriremos el horno encendido del sinsentido, de
la desesperanza, de la tristeza...
Dices que soy manantial y no vienes a beber.
Dices que soy vino gran reserva y no te embriagas.
Dices que soy suave brisa y no abres tus ventanas.
Dices que soy luz y sigues entre tinieblas.
Dices que soy aceite perfumado y no te unges.
Dices que soy música y no te oigo cantar.
Dices que soy fuego y sigues con frío.
Dices que soy fuerza divina y estás muy débil.
Dices que soy abogado y no me dejas defenderte.
Dices que soy consolador y no me cuentas tus penas.
Dices que soy don y no me abres tus manos.
Dices que soy paz y no escuchas el son de mi flauta.
Dices que soy viento recio y sigues sin moverte.
Dices que soy defensor de los pobres y tú te apartas de ellos.
Dices que soy libertad y no me dejas que te empuje.
Dices que soy océano y no quieres sumergirte.
Dices que soy amor y no me dejas amarte.
Dices que soy testigo y no me preguntas.
Dices que soy sabiduría y no quieres aprender.
Dices que soy seductor y no te dejas seducir.
Dices que soy médico y no me llamas para curarte.
Dices que soy huésped y no quieres que entre.
Dices que soy fresca sombra y no te cobijas bajo mis alas.
Dices que soy fruto y no me pruebas.
Florentino Ulibarri
Un
letrado que acoge el mensaje de Jesús, no desprecia todo lo anterior,
ni se refugia en el pasado, temiendo cualquier novedad. Pidamos a Dios
que en nuestros pueblos, en nuestras familias y en nuestra propia vida,
llevemos adelante esta filosofía: valorar el pasado crítica y
agradecidamente y afrontar la novedad del futuro con confianza y
prudencia.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 27 de julio de 2022
Miércoles, 27 de julio de 2022
Miércoles de la 17ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 13, 44-46
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: "El
reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que
lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender
todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece
también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran
valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Cada persona tiene su forma de valorar lo que tiene y lo que no tiene:
- Hay cosas que no nos gustan
- Otras nos parecen buenas sin más
- Nos gustaría tener algunas
- Hay cosas por las que estamos dispuestos a hacer un esfuerzo
- Finalmente, hay tesoros, por los que estaríamos a dar todo lo que tenemos.
¿Qué
lugar ocupa en tu corazón y en tu vida la fe, la oración, el compromiso
por los necesitados, la comunidad cristiana, la familia...? ¿Qué te
dice Dios? ¿Qué le dices?
“Señor, hazme descubrir el valor de la amistad que me ofreces,
inclina mi corazón a las cosas que de verdad son importantes
no dejes que entregue mi vida a causas que no merezcan la pena.
Gracias por el tesoro de la fe, de la oración, de la amistad...
Hazme capaz de darlo todo por la perla preciosa del Evangelio”
----------------------
Señor, la vida está llena de encrucijadas,
llena de caminos que se abren a mi paso,
aunque a veces no soy consciente
y elijo sin pensar, sin darme cuenta,
dejándome llevar por la rutina, por la pereza,
por la prisa, por lo que otros esperan de mí…
Ayúdame a valorar la libertad que me diste
y a utilizarla con responsabilidad;
a rechazar lo malo y elegir lo bueno,
a desenmascarar la mentira y buscar la verdad,
a desechar el rencor y optar por el perdón,
a descartar una vida cerrada a los demás
y construir una vida compartida y entregada.
a vencer al egoísmo y escoger el amor.
Dame luz para encontrar el tesoro escondido,
y valor para renunciar a cuanto me aleje de él.
Ayúdame a escoger, entre lo bueno, lo mejor,
el camino que más me ayude a crecer y ser feliz,
el camino en el que sirva más y mejor,
el camino que me acerque más a ti y a tu amor.
------------------------
Te tengo y no te tengo
porque, creyendo en tu palabra,
renuncié a poseer cosas y personas
en mi casa, en mi corazón y en mis entrañas.
Y ahora que vivo así,
huérfano de propiedades,
yermo de posesiones,
sin redes, sin cadenas, sin ventosas,
sin paredes, cárceles y murallas,
sin presiones, sin estafas, sin trampas,
es cuando más rico me encuentro
y más libre me siento
para agarrarte y agarrarme,
para retenerte y retenerme
en este espacio vacío
que es mi casa, mi corazón y mis entrañas,
y que Tú habitas libremente
con ternura infinita, humana y divina,
desde que existe.
Y así, a la contra como quien dice,
la fe empieza a invadirme
por todos los poros, vías y heridas;
y yo me dejo llevar por tu brisa, huellas y melodía
a un encuentro sorprendente.
Gracias porque es posible tenerte y retenerte,
y por tenerme y retenerme
a tu manera, Señor.
¡Esto es un tesoro que merece la pena!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 26 de julio de 2022
Martes, 26 de julio de 2022
Martes de la 17ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 13, 36-43
En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se
fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: "Acláranos la
parábola de la cizaña en el campo". El les contestó: "El que siembra la
buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena
semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del
Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin
del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la
cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre
enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y
malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el
rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el
Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A los discípulos más cercanos les cuesta entender a Jesús. Cuando se van
a casa preguntan las dudas y Jesús les explica con paciencia.
Es
normal que también nosotros tengamos dudas a la hora de entender algunas
páginas del Evangelio y tenemos que buscar los medios para poder
aclararlas.
Jesús no mantiene con todos la misma relación.
Predica a la gente, a la multitud. Comparte momentos de más intimidad
con sus discípulos y ellos le preguntan en privado lo que no han
entendido. Es más con Juan, Pedro y Santiago mantiene una amistad
especial.
No estamos a ser discípulos del montón. Nuestra relación con Jesús ha de crecer cada día en profundidad.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Jesús
nos recuerda el efecto del pecado: la tristeza y la muerte (en esta
tierra y por toda la eternidad); y el destino de los que cumplen la
voluntad de Dios: la vida junto a Dios.
Es una llamada a la conversión para vivir más felices, más plenamente.
Señor, me impresiona la paciencia
que tienes conmigo y con todos tus hijos.
Cuando te acercas y yo me alejo,
Tú esperas y alientas mi regreso.
Cuando me enfado contigo y con los hermanos,
Tú esperas y sigues ofreciéndome tu mejor sonrisa.
Cuando me hablas y no te contesto,
Tú esperas y sigues ofreciéndome tu palabra.
Cuando no me atrevo a elegir y a renunciar,
Tú esperas y sigues dándome luz y valor.
Cuando me cuesta servir y entregarme,
Tú esperas y das tu vida por mi, sin reservarte nada.
Cuando soy egoísta y no doy buenos frutos,
Tú esperas, me riegas y me abonas.
Cuando me amas y yo no correspondo,
Tú esperas y multiplicas tus gestos de cariño.
En tu paciencia se esconden mis posibilidades de mejorar, de crecer,
de ser yo mismo, de cumplir lo que Tú has soñado para mí, de ser plenamente feliz.
Señor, que no me pase la vida sin aprovechar las oportunidades
que tu paciencia me brinda, para ser cada día menos cizaña y más trigo.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 25 de julio de 2022
Lunes, 25 de julio de 2022
Santiago Apóstol
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 20,20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó: "¿Qué deseas?"
Ella contestó: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda."
Pero Jesús replicó: "No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?"
Contestaron: "Lo somos."
Él
les dijo: "Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi
izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo
tiene reservado mi Padre."
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos.
Pero
Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los jefes de los pueblos los
tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el
que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el
que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual
que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir
y dar su vida en rescate por muchos."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Santiago y su hermano se acercan a Jesús acompañados por su madre,
buscando honores y privilegios. Sin embargo, el Señor les va cambiando
el corazón, poco a poco descubren que ser grande y ser servidor es lo
mismo y que el mayor título de un seguidor es dar la vida como el
Maestro.
“Señor, a veces te seguimos buscando sólo ventajas
cambia nuestro modo de pensar
y haznos buenos seguidores tuyos.”
No
sabemos porque se enfadan los otros discípulos. Quizá ellos estén
buscando lo mismo que los Zebedeos, aunque no se atrevan a expresarlo.
En todo caso, esa no es la actitud adecuada, el que está equivocado
necesita comprensión y paciencia. Sólo así podrá cambiar.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Santiago,
como todos los apóstoles, es mensajero del Evangelio. Según dice la
tradición, evangelizó España, en medio de toda clase de dificultades.
Hoy es un buen día para dar gracias a Dios por el tesoro del Evangelio,
anunciado por Santiago y por los cristianos que tomaron y transmitieron
la antorcha de la fe hasta llegar a nosotros, una antorcha que tenemos
que seguir transmitiendo. Buenos días!!!! En la fiesta del APÓSTOL
SANTIAGO, compartimos esta oración:
Señor Jesús, Tú me
llamas, como llamaste a Santiago, cuando estaba en la barca con su padre
y su hermano. Y yo quiero responderte como él, sin excusas, sin dejarlo
para mañana; quiero responder a tus llamadas, a las llamadas de la
conciencia y de los hermanos, con prontitud, inmediatamente.
Señor,
tu cercanía, tu amor, tus palabras cambiaron radicalmente la vida del
Apóstol. Aquel hombre violento, hijo del trueno, buscador de grandezas,
dispuesto a pedir fuego del cielo para consumir una ciudad que no te
recibió; no muchos años después, cuando llegó el momento de morir
martirizado, no se echó atrás y lo dio todo. Ayúdanos a estar cerca de
ti, a acoger tu Palabra y tu amor, para que nuestra vida cambie, como se
transforma el barro en manos del alfarero.
Señor, Tú hiciste de
Santiago un gran evangelizador. Con la ayuda de la Virgen, tuvo claro
que no se podía guardar para sí el tesoro de su fe y la anunció con
mucho valor a pesar de dificultades y persecuciones, convencido de que
cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria
de Dios Padre. Qué nuestras palabras y nuestros compromisos, nuestra
alegría y nuestra esperanza anuncien a todos que Tú, Jesús, eres el Amor
que siempre nos acompaña y nos salva y el Camino que nos conduce a la
Felicidad más grande.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 24 de julio de 2022
Domingo, 24 de julio de 2022
Domingo de la 17ª semana del t.o. C
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 11, 1-13
Una vez que estaba Jesús orando en cierto
lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: - «Señor,
enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo: -
«Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino,
danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos
dejes caer en la tentación."»
Y les dijo: - «Si alguno de vosotros
tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: "Amigo,
préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no
tengo nada que ofrecerle." Y, desde dentro, el otro le responde: "No me
molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no
puedo levantarme para dártelos." Si el otro insiste llamando, yo os digo
que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la
importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo
a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os
abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se
le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará
una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide
un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos,
sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre
celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Posiblemente, el pecado que más nos separa de Dios es el orgullo, la
autosuficiencia, pensar que podemos construir nuestra vida al margen de
Dios, aunque de vez en cuando recemos algo. Y el mejor remedio contra
este pecado es la oración de petición, continua, insistente... Sólo así
nos daremos cuenta de que todo es gracia, todo es don de Dios.
Vuestro
Padre celestial dará el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el don más
grande, más útil, más hermoso. Y Dios nos lo ofrece continuamente. Sin
embargo, no aspiramos a los dones mejores y pedimos muchas veces cosas
que no nos convienen, o que no nos darán la felicidad que busca nuestro
corazón
Si al pensar en mis hijos
me emociono más de lo que a veces quiero;
si al mirarlos cada día
creo que son joyas inmerecidas;
si al verlos en peligro
corro a socorrerles con el corazón en vilo;
si cuando hacen alguna fechoría
estoy deseoso de perdonarlos;
si cuando desbaratan mis planes
tiendo siempre a justificarlos;
si cuando tengo que corregirlos
sólo sé hacerlo con cariño;
si cuando los castigo aún convencido
me duele en lo más íntimo:
si cuando piden perdón
me derrito aunque vuelvan a hacer lo mismo;
si cuando ríen sus ocurrencias
me parecen pillos en fiesta;
si cuando estoy con ellos
camino lleno de vida y muy erguido...
Y si cuando se me pierden
me encuentro perdido
hasta encontrarlos y recuperarlos
sanos y salvos.
Si esto me pasa a mí,
que no soy bueno,
que a veces desconfío de ellos
y de mí mismo,
que sólo soy un aprendiz de tus deseos...,
¡qué no te pasará a Ti,
que eres bueno,
que tienes un corazón de ensueño
y que no sabes desconfiar de nosotros
aunque nos hayamos ido lejos!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 23 de julio de 2022
Sábado, 23 de julio de 2022
Santa Brígida, patrona de Europa
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 15,1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Yo
soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío
que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que
dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he
hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede
dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que
permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no
podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el
sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo
que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que
deis fruto abundante; así seréis discípulos míos."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús es la Vid, es la Vida. Nosotros somos los sarmientos y por
nuestras venas corre la misma Vida de Jesús... si permanecemos unidos a
Él.
Permanecer no es estar a ratos, cuando me apetece, cuando lo
necesito, cuando no tengo más remedio... El verbo permanecer es amigo
del sustantivo fidelidad y del adverbio siempre.
A veces,
“permanecer en Jesús” nos suena a castigo, a imposición, a condena. Si
lo vivimos así, no conocemos todavía el corazón de Dios. Permanecer es
un regalo, un tesoro, el mejor tesoro, que Él nos ofrece
incondicionalmente para que demos fruto, para que nuestra vida tenga
sentido.
Con toda la buena voluntad del mundo comenzamos
compromisos, queremos mejorar nuestro mundo, participamos en grupos de
fe, en parroquias y movimientos, tratamos de ser cada día mejores...
Queremos cosas buenas y trabajamos por ellas, pero olvidamos lo
fundamental, lo imprescindible: estar unidos a Jesús. Sin Él no podemos
hacer nada.
“Santa Brígida, ayúdanos a seguir tu ejemplo, a permanecer siempre unidos a Jesucristo”
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Quiero
ser verdadero sarmiento, sarmiento que permanece pegado a la parra que
lo sostiene, y que, por ella, recibe el alimento para mantenerse vivo y
fecundo.
Quiero ser sarmiento que se limpia de todo aquello que
le amenaza arrancarlo de la vid, de la vid que le da la savia verdadera
para fertilizarse y dar hermosos frutos.
Quiero ser sarmiento que
recibe la poda necesaria para quedar siempre bien injertado en la vid,
sin peligro de ser arrancado por los temporales, la sequía o las malas
hierbas que lo destruyen y alejan de su tronco verdadero.
Quiero
ser injerto tuyo, Dios mío, para que nunca tu Amor quede cortado en el
camino a mi corazón, y siempre esté regado por tu bendición y tu
compasión. Quiero ser sarmiento que vive de su Viña y que da los frutos
que la Viña espera. Buenos frutos que sacian el hambre y la sed de los
que se acercan a ella. Amén.
------------------
Porque nuestros proyectos se desmoronan y fracasan
y el éxito no nos llena como ansiamos.
Porque el amor más grande deja huecos de soledad,
porque nuestras miradas no rompen barreras,
porque queriendo amar nos herimos,
porque chocamos continuamente con nuestra fragilidad,
porque nuestras utopías son de cartón
y nuestros sueños se evaporan al despertar.
Porque nuestra salud descubre mentiras de omnipotencia
y la muerte es una pregunta que no sabemos responder.
Porque el dolor es un amargo compañero
y la tristeza una sombra en la oscuridad.
Porque esta sed no encuentra fuente
y nos engañamos con tragos de sal.
Al fin, en la raíz, en lo hondo, sólo quedas Tú.
Sólo tu Sueño me deja abrir los ojos,
sólo tu Mirada acaricia mi ser,
sólo tu Amor me deja sereno,
sólo en Ti mi debilidad descansa
y sólo ante Ti la muerte se rinde.
Sólo Tú, mi roca y mi descanso
Javier Montes Maury, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 22 de julio de 2022
Viernes 22 de julio de 2022
Santa María Magdalena
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 20,1.11-18
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer,
cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera,
junto al sepulcro, estaba María, llorando.
Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de
blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había
estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: "Mujer, ¿por qué lloras?"
Ella les contesta: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto."
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: "Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: "Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré."
Jesús le dice: "¡María!"
Ella se vuelve y le dice: "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!"
Jesús le dice: "Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a
mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y
Dios vuestro."
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "He visto al Señor y ha dicho esto."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
María Magdalena había sido curada por Jesús. Era una mujer agradecida.
Amaba a Jesús con toda la fuerza de su corazón. María sigue a Jesús
cuando es abandonado por casi todos. Lo acompaña cuando Jesús sube al
Calvario, es testigo de su muerte, está allí cuando es colocado en el
sepulcro. Y en la mañana del domingo María la encontramos junto al
sepulcro de Jesús, llorando.
“Señor, dame un corazón agradecido que sepa amarte”
“Dame la fuerza de tu Espíritu para acompañarte siempre”
“También a mí me has curado. Te amo, Señor. Gracias”
María ama, pero no cree que Jesús pueda estar vivo. Su pena y sus
lágrimas no le dejan ver claro: no se da cuenta de que le hablan dos
ángeles, confunde al Señor con el hortelano...
Jesús la llama por su nombre: ¡María! Y aquella mujer se vuelve, clava
su mirada en Jesús, su corazón se estremece y las lágrimas de la pena
toman el brillo de la alegría: ¡Maestro!
El Señor pronuncia tu nombre. Escúchalo en el silencio del corazón para
que tu alegría sea como la de María, y seamos, como ella, testigos de su
resurrección.
“También a mí me llamas por mi nombre. Te escucho, Señor”
Jesús, María Magdalena no escuchó la voz de quienes le decían: “No tienes arreglo, tus demonios son más fuertes que tú…” No paró hasta que su mirada se cruzó con la tuya. Que nunca me considere una persona desahuciada o sin remedio.
Jesús, tú expulsaste siete demonios de María Magdalena y, hoy, ahuyentas de mi corazón miedos y desesperanzas, egoísmos y tristezas. Gracias por lo que hiciste con Magdalena y por lo que haces por mí.
Jesús, María Magdalena fue agradecida, te amaba con todo su corazón de mujer y dedicó toda su vida a seguirte y servirte. Que también yo sea agradecido, te ame, te siga con confianza y te sirva con generosidad.
Jesús, Magdalena estuvo siempre a tu lado, en tu pasión, muerte y sepultura. Que también yo esté junto a Ti, en quienes sufren, cuando no te sienta cerca y cuando la fe me traiga más problemas que satisfacciones.
Jesús, tú premiaste la fidelidad de la Magdalena saliendo a su encuentro después de tu resurrección, para convertir su duelo en danzas. Que también yo encuentre en Ti la alegría, la paz y la esperanza.
Jesús, tú confiaste a María Magdalena la misión de anunciar tu resurrección y cuentas conmigo para transmitir tu vida nueva. Dame tu Espíritu, para cumplir esta misión con la alegría y la generosidad de María Magdalena. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 21 de julio de 2022
Jueves, 21 de julio de 2022
Jueves de la 16ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron:
¿Por qué les hablas en parábolas? El les contestó: A vosotros se os ha
concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no.
Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene.
Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender.
Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: «Oiréis con los oídos
sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el
corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no
ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni
convertirse para que yo los cure».
Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen.
Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Damos gracias a Dios porque se nos ha concedido el don de escuchar y
comprender poco a poco la Palabra de Dios. No tenemos más méritos que
otros. La fe es un don.
Este don no supone para nosotros un privilegio, sino una
responsabilidad. El don que hemos recibido no ha de servir sólo para
nuestro enriquecimiento personal. Hemos sido agraciados para que la
Gracia llegue a otros; hemos sido amados, para que el Amor llegue a
otros; hemos sido ungidos, fortalecidos, para que el Espíritu fortalezca
a otros.
Pedimos al Señor que nos abra el entendimiento para comprenderle, para
acoger su palabra y su amor, como a los discípulos camino de Emaús:
Quédate, Señor, que se hace ya tarde,
que el camino es largo y el cansancio grande.
Quédate a decirnos tus vivas palabras
que aquietan la mente y encienden el alma.
Mantén en ascuas nuestro corazón torpe,
disipa nuestras dudas y temores.
Míranos con tus ojos de luz y vida,
devuélvenos la ilusión perdida.
Lava las heridas de estos pies cansados;
despiértanos vida con gestos humanos.
Quédate y límpianos rostro y entrañas;
quema esta tristeza, danos esperanza.
Quédate, Señor, comparte nuestras viandas
y muéstranos, paciente, tus enseñanzas.
Pártenos el pan de tu compañía;
ábrenos los ojos de la fe dormida.
De tus palabras cuelga lo que buscamos,
lo hemos visto caminando a tu lado.
Quédate y renueva valores y sueños;
danos tu alegría y tu paz de nuevo.
Condúcenos siempre al mundo, a la vida,
para ver tu rostro en rostros cada día.
Quédate, Señor, que se hace ya tarde,
que el camino es largo y el cansancio grande.
Florentino Ulibarri.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 20 de julio de 2022
Miércoles, 20 de julio de 2022
Miércoles de la 16ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto
al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se
sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato
en parábolas: Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al
borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco
cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra
no era profunda, brotó de seguida; pero, en cuanto salió el sol, se
abrasó y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos que oiga."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Salió Jesús de su casa, salió de la casa del Padre para encontrarse con
la humanidad, con nosotros. En la oración, Dios toma siempre la
iniciativa. Podríamos decir que Dios nos reza, nos llama, antes que
nosotros le respondamos. La oración es don de Dios.
“Señor, gracias por acercarte a mí. Gracias por poder orar”
Y
la gente acudió. Dios se acerca, pero también nosotros tenemos que
acercarnos, tenemos que salir de nuestra casa, de nuestras tareas
cotidianas, incluso de los lugares habituales para encontrarnos con
Jesús. La oración es tarea nuestra.
“Señor, perdona y cura nuestra pereza para rezar”
“Danos fuerza para salir a tu encuentro cada día”
Les
hablaba en parábolas, con sencillez, con ejemplos que pudieran
entender, acomodándose a su forma de ser... También nosotros estamos
llamados a anunciar el evangelio con un lenguaje apropiado, que pueda
ser comprendido.
“Señor danos sabiduría para proclamar el Evangelio”
Siembra,
lo importante es sembrar
-poco, mucho, todo -
el grano de la esperanza.
Siembra tu alegría,
para que resplandezca
a tu alrededor.
Siembra tu energía,
para enfrentar con fortaleza
las batallas de la vida.
Siembra tu coraje,
para alentar el coraje
de los otros.
Siembra tu entusiasmo,
tu fe o tu amor.
Siembra las cosas mínimas,
aquello que parece no contar.
Siembra y ten confianza:
cada grano enriquecerá
un rinconcito de la tierra.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 19 de julio de 2022
Martes, 19 de julio de 2022
Martes de la 16ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la
gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de
hablan con él. Uno se lo avisó: Oye, tu madre y tus hermanos están fuera
y quieren hablar contigo."
Pero él contestó al que le avisaba: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?"
Y,
señalando con la mano a los discípulos, dijo: Éstos son mi madre y mis
hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi
hermano, y mi hermana, y mi madre."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús amaba con todo el corazón a su madre y a los suyos. Sin embargo,
nunca se deja encerrar en los muros de la familia. Jesús tiene una
familia más amplia, abierta a todos.
“Señor no dejes que nuestras familias, nuestras comunidades
y nuestros grupos se encierren en sí mismos.
Concédenos amar como tú a los más cercanos
y a los que no son de nuestra sangre”.
Para
formar parte de la familia de Jesús es preciso cumplir la voluntad del
Padre. María fue la criatura que mejor cumplió la voluntad del Padre,
por eso es de la familia de Jesús por partida doble: por ser la mujer
que lo acogió en sus entrañas y lo dio a luz y por vivir siempre de
acuerdo con la Palabra del Padre.
“Gracias Jesús por acogerme en tu familia”
“Virgen María, enséñame a cumplir la voluntad del Padre”
Quiero ser dueño de mi camino y vida,
no renunciar a la libertad alcanzada,
gozar de tantas cosas buenas,
entregarme a los míos,
y tener esa serena paz del deber bien cumplido.
Pero también puedo ser... discípulo.
Puedo cargar con mi cruz, quizá con la tuya;
también complicarme la vida
y complicársela a otros con osadía,
hablar de la buena noticia
y soñar nuevas utopías.
Pero también puedo ser... discípulo.
Anhelo hacer proyectos,
proyectos vivos y sólidos
para un futuro solidario;
deseo ser eficaz, acertar,
dar en el clavo y ayudar.
Pero también puedo ser... discípulo.
Soy capaz de pararme y deliberar,
escuchar, contrastar y discernir;
a veces, me refugio en lo sensato,
otras, lanzo las campanas al vuelo
y parece que rompo moldes y modelo.
Pero también puedo ser...discípulo.
No siempre acabo lo que emprendo;
otras arriesgo y no acierto,
o me detengo haciendo juegos de equilibrio;
me gusta apuntarme a todo
y dejar las puertas abiertas, por si acaso.
Me asusta tu oferta, consejos y preguntas....
Pero también puedo ser...discípulo.
Podría seguir así,
tirando más o menos como hasta ahora:
manteniendo el equilibrio prudentemente,
justificando mis opciones dignas,
diciendo sí cuando todo es a medias,
dejándome llevar por la corriente,
buscando seguridad en meras insinuaciones...
Pero también puedo ser...discípulo.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 18 de julio de 2022
Lunes, 18 de julio de 2022
Lunes de la 16ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 12, 38-42
En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: Maestro, queremos ver un signo tuyo."
Él
les contestó: -Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero
no se le dará mas signo que el de Jonás. Tres días y tres noches estuvo
Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el
Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Cuando juzguen a esta
generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen,
porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno
que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del
Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los
confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay
uno que es más que Salomón."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús esta “harto” de curar toda clase de dolencias y llegan los fariseos y escribas y le piden ver un signo.
A
veces pensamos y actuamos de la misma manera. Dios ha hecho mucho por
nosotros, nos ha salvado de muchos peligros, nos ha resucitado de muchas
“muertes”. Pero nunca estamos conformes. Nos gustaría ver algo más.
“Señor gracias por las maravillas que salen de tus manos,
enséñanos a descubrirlas y a agradecerlas.
Fortalece nuestra fe en ti”.
Los ninivitas se convirtieron por la palabra de Jonás. Jesús es mucho más que Jonás y nos llama a la conversión
¿Vas descubriendo los caminos de conversión que Jesús te señala? ¿Cómo los sigues? ¿Qué dices a Dios?
Bendito seas, Padre,
por este tiempo tan oportuno,
para la conversión y el encuentro,
que tú concedes gratis
a todos tus hijos e hijas
que andamos desorientados o perdidos
por los caminos de la vida.
Bendito seas, Padre,
porque llamas a cada hombre y mujer,
sea cual sea su historia y vida,
a emprender cada día,
de manera más personal y consciente,
su compromiso de seguir a Jesús,
tu Hijo y nuestro hermano.
Bendito seas, Padre,
por despertamos de nuestros dulces sueños,
tan vaporosos e infecundos,
por interpelarnos en lo radical de la vida,
por liberarnos de nuestras falsas seguridades,
por poner al descubierto nuestros ídolos secretos
que tanto defendemos e intentamos justificar.
Bendito seas, Padre,
porque nos das tu Espíritu,
el único que puede convertimos,
el único que puede atravesar nuestros pensamientos,
el único que puede darnos un corazón de hijos,
el único que puede guiarnos por la senda del Evangelio,
el único que hace posible nuestra vuelta a tu seno.
¡Bendito seas, Padre,
por este tiempo tan propicio!
Florentino Ulibarri
La
Reina del Sur fue a Jerusalén desde los confines del mundo para
escuchar la sabiduría de Salomón. Jesús es mucho más que Salomón.
¿Qué haces y que podrías hacer para conocer y vivir la sabiduría de Jesús? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 17 de julio de 2022
Domingo, 17 de julio de 2022
Domingo de la 16ª semana del t.o. C
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y
Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se
paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola
con el servicio? Dile que me eche una mano."
Pero el Señor le
contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas;
sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la
quitarán."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Andas inquieta y nerviosa con tantas cosas. Es cierto. A veces perdemos
los papeles y nos convertimos en esclavos de la actividad. El mismo
Señor que nos llama tantas veces a socorrer al tirado en el borde del
camino, que nos envía a curar y a anunciar el Evangelio, nos invita a
seguir el ejemplo de María, a disfrutar de su presencia y de su palabra.
Si supiéramos pararnos de vez en cuando para estar con el Señor... ¡cómo cambiaría nuestra vida!
En
cierta ocasión preguntaron a la Madre Teresa de Calcuta que hacía
cuando tenía muchísimo trabajo y contestó convencida: “rezar más”.
El
que reza bien tiene más fuerza, más alegría, más amor, más voluntad
para trabajar para los demás. Acción y oración no se contradicen. Y si
se contradicen es que no rezamos bien o nuestro compromiso está
desenfocado.
¿Cómo lo vives? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor Jesús, como a María,
enséñame a sentarme a tus pies para escuchar tu palabra.
Dame aquella auténtica sabiduría
que busca tu voluntad mediante la plegaria
y la meditación, a través del contacto directo contigo,
más que por razonamientos mentales o por la lectura de muchos libros.
Concédeme la gracia de distinguir tu voz de la de los extraños;
concédeme la gracia de dejarme guiar por ella
y de buscarla ante todo como una realidad superior a mí mismo.
Respóndeme mediante la conciencia
cuando te adoro y confío en tu grandeza,
que llega mucho más allá de lo que yo puedo entender.
Cardenal John Henry Newman
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 16 de julio de 2022
Sábado, 16 de julio de 2022
Sábado de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 12, 14-21
En aquel tiempo, los fariseos, al salir, planearon el modo de acabar con
Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos le siguieron.
El los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió
lo que dijo el profeta Isaías: "Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado,
mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el
derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las
calles. La caña cascada no la quebrará, el pabilo vacilante no lo
apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las
naciones".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús es el Siervo, que hace la voluntad del Padre, el Elegido para
llevar la salvación de Dios a toda la humanidad, el Amado con un amor de
predilección. Imagina por un momento cómo es la relación de Jesús con
su Padre, imagina el amor que siente el Padre por su Hijo y el Padre por
el Hijo. Pues bien, Dios Padre te ama a ti de la misma manera.
¿Qué le dices a Dios?
El estilo de Jesús lo describe siglos antes el profeta Isaías:
- No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. Es el hombre del
amor discreto, casi escondido. No obligará a nadie a seguir su palabra.
Su arma fundamental es la misericordia, nunca la violencia.
- La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Ha
venido más bien a fortalecer a los débiles, a alimentar a los
hambrientos con su propio cuerpo... Cuenta con los que no cuentan para
nadie.
- No se cansará hasta que el derecho reine en la humanidad, hasta que la justicia brille en lo más alto.
- Ha venido para levantar las esperanzas derrotas, para ser esperanza del mundo.
“Gracias Señor por tratarme siempre con ternura,
porque respetas y ensanchas mi libertad,
por contar con mi vida, pobre ya a veces casi apagada,
Dame la fuerza de tu Espíritu
para luchar contigo por la justicia
y levantar la esperanza del mundo”
Jesús, Tú eres el amor discreto, casi escondido. No obligas a nadie a seguir tu camino. Tu arma nunca es la violencia. Tu fuerza es el amor que sirve y da la vida.
Señor, gracias por tratarme siempre con ternura, porque respetas y ensanchas mi libertad, por contar con mi vida, pobre y a veces casi apagada o quebrada. Gracias, Dios mío, porque me has formado y me sostienes, porque me miras con amor, me has cogido de la mano y me das tu Espíritu.
Que también yo sepa contar con los que no cuentan, con los débiles, los pequeños y los ignorantes, con los que viven en la tiniebla de la enfermedad, la soledad y la pobreza; para implantar un derecho nuevo y construir una sociedad nueva, en la que todos vivamos como hermanos, como hijas e hijos tuyos.
--------------
A veces es el cuerpo,
siempre alerta
mientras duerme el alma,
el que recibe primero
tu llegada impredecible
en medio de la noche.
Has entrado sin ruido
en mi casa cerrada,
has distendido mis nudos
y has abierto el último balcón
de mis pulmones a la brisa.
Tu levedad de aurora
se ha encarnado por sorpresa.
Entonces mi espíritu despierta
y se da cuenta que has llegado.
Me dejaste tu presencia
encaminando tu visita
por mis huesos y memorias,
y ya te has ido en silencio
dejando mi ventana abierta
a todo el sol de la mañana.
Benjamín González Buelta, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 15 de julio de 2022
Viernes, 15 de julio de 2022
Viernes de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 12, 1-8
Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que
tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los
fariseos, al verlo, le dijeron: "Mira, tus discípulos están haciendo una
cosa que no está permitida en sábado". Les replicó: "¿No habéis leído
lo que hizo David cuando él y sus hombres sintieron hambre. Entró en la
casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba
permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y
no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en
el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es
más que el templo. Si comprendierais lo que significa "quiero
misericordia y no sacrificio", no condenaríais a los que no tienen
culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Los cristianos tenemos sólo un Dios. No podemos adorar a una ley, por
buena que sea. La ley nos sirve en la medida en que nos ayuda a seguir a
Jesucristo.
“A veces utilizamos la ley para atacar y no para salvar. Perdona”
“Enséñanos a cumplir la ley sin absolutizarla”
Jesús pone por encima de todo la misericordia, el amor. Si no tengo
amor, no sirve de nada la oración, el compromiso, las misas, las
reuniones. El amor da sentido a todo, el amor ha de ser como el licor
que da sabor a toda nuestra vida.
“Enséñanos a vivir en el amor, con el amor, por el amor”
“Cambia nuestra vida, llena de muchas cosas, casi vacía de amor”
“Perdona nuestra falta de misericordia”
Tú no eres Señor, un Dios impasible, no eres distante y duro con los
hombres. Tú conoces nuestra debilidad, nuestras tendencias orgullosas,
violentas y egoístas. Conoces bien todas nuestras miserias. Tú eres
misericordioso y compasivo Tú padeces y com-padeces, Tú eres compasión.
Compadécete de nosotros.
Ven, Señor, a socorrernos, y danos un
corazón nuevo, un corazón limpio y sincero, un corazón lleno de
compasión, Qué sintamos la impotencia del caído y le ayudemos a
levantarse. Qué compartamos el dolor del enfermo y le acompañemos. Qué
miremos con misericordia al que se equivoca y le enseñemos el Camino.
Qué suframos el miedo del cobarde y le animemos. Qué padezcamos la
decepción del engañado y le mostremos la Verdad. Qué comprendamos el
vacío del violento y le ayudemos a buscar la paz. Qué soportemos el
pesimismo del desilusionado y sembremos esperanza. Qué probemos la
necesidad del hambriento y le ofrezcamos pan y cariño. Qué hagamos
nuestra la rabia del golpeado y lo tratemos con dignidad.
Que nos
compadezcamos del egoísta y le amemos. Acompáñanos con la presencia de
tu Espíritu, y quédate con nosotros, dulce huésped, o métenos dentro de
tu inmenso Corazón. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 14 de julio de 2022
Jueves, 14 de julio de 2022
Jueves de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "Venid a mí todos los que estáis
cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de
mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro
descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Orar no sólo es hablar con Jesús, orar es estar con Él. Estar con Él y
descansar de las fatigas, de los agobios, del cansancio. Orar es
presentar a Dios nuestra vida y, en silencio, dejar que Él sea alivio y
consuelo.
A veces tenemos la impresión de que ser cristiano es una carga pesada,
difícilmente aguantable. Sin embargo, Jesús hoy nos dice lo contrario:
“mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. Es cierto, cualquier dios al
que nos acerquemos nos exigirá más y nos dará menos. Pensemos por un
momento qué ofrece y que pide el dios-placer, el dios-poder, el
dios-dinero...
“Señor, sólo tú tienes palabras de vida eterna”
“Danos sabiduría para cargar sólo con tu yugo y tu carga”
A veces creemos que Dios sólo nos pide COMPROMISO, pero en muchas ocasiones nos ofrece también DESCANSO:
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 61
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Los que estáis arruinados,
los que habéis fracasado
ante los demás y ante vosotros,
los que sólo portáis miseria,
los que no valéis para quienes seleccionan
ni contáis para quienes mandan,
los olvidados fuera de las campañas,
los que sólo recibís golpes,
los últimos, los parias,
los nadie de la historia...
venid a mí, que quiero cobijaros
a la sombra de mis alas.
Los marginados de todo lo bueno,
los humillados por uno u otro motivo,
los sin recursos humanos y económicos,
los que os tenéis que vender cualquier precio
y sois moneda devaluada en todo momento,
los que os habéis quedado sin techo
y dormís en la calle entre cartones,
los que solo tenéis deudas y desahucios,
los cansados y agotados de vivir
y de escuchar siempre lo mismo...
venid a mí, que soy vuestro refugio,
y me complace vuestro descanso.
Niños de la calle y de nadie,
inmigrantes a la deriva,
parados al sol, cabizbajos,
enfermos sin tratamiento,
ancianos apartados,
jóvenes a la deriva,
los no reconocidos como ciudadanos,
los tristes y agobiados,
personas que sufrís violencia,
todos los que no sois queridos ni echados en falta ...
venid a mí, que soy vuestra libertad,
y recobrad vuestra dignidad.
Hambrientos de pan y de justicia,
de dignidad y de respeto,
de salud y de ternura,
de paz y de buenas noticias,
de vida y de felicidad...
sedientos de ternura y caricias,
de roce y compañía,
de abrazos y protestas,
de vino y fiesta,
de casa y mesa.
de la dignidad vuestra...
venid a mí, y saciad vuestra hambre y sed
sin miedo y sin falsos respetos.
Todos lo que sentís la vida,
día a día, como una pesada carga:
los rechazados,
los perseguidos,
los olvidados,
los excluidos,
los extranjeros,
los sin papeles,
los que sólo tenéis seguro que sois pobres,
gente sin voz, sin prestigio, sin nombre...
venid a mí, descargad vuestros fardos,
comed, bebed y descansad.
¡Todo lo que soy y tengo es vuestro!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 13 de julio de 2022
Miércoles, 13 de julio de 2022
Miércoles de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y
tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y
se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido
mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que
el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo
se lo quiera revelar".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús reza, da gracias por las maravillas que el Padre hace en el
corazón de los sencillos. Hoy Dios sigue haciendo milagros en la vida de
muchas personas. Pedimos luz para descubrir y un corazón que sepa
agradecer.
Dios quiere bendecir a todos, pero sólo los que tienen un corazón de
pobre, humilde, sólo puede entrar en la vida de los que han apartado de
su horizonte el orgullo, la autosuficiencia, la soberbia... Como diría
San Pablo, la fuerza de Dios se muestra perfecta en nuestra debilidad.
“Señor, haznos pobres y sencillos”
“Gracias por mostrarnos la grandeza de lo pequeño”
Sólo a través de Jesús podemos conocer a Dios; y sólo conociendo y
amando a Dios podemos ser felices. En cualquier momento y circunstancia
podemos encontrar a Jesús, pero hay “lugares” donde su presencia es como
más densa: la Eucaristía, su Palabra, los pobres, la comunidad
cristiana.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Jesús da gracias por esas personas sencillas que acogen su mensaje de amor. Nos unimos a su oración de alabanza...
Te damos gracias, Padre, por las personas que gozan del don de la fe, y confían en Ti aunque caminen en tinieblas.
Te
damos gracias, Padre, por las personas que reconocen y lloran sus
pecados, y tienen un corazón compasivo con los que se equivocan.
Te damos gracias, Padre, por las personas que se entregan a Ti y con alegría ofrecen todo lo que tienen a los hermanos.
Te
damos gracias, Padre, por las personas de espíritu sencillo, que no
conocen el temor que acobarda, ni la vergüenza que retiene.
Te damos gracias, Padre, por las personas que saben descubrirte y disfrutarte en la presencia de las personas y las cosas.
Te
damos gracias, Padre, por las personas que viven la existencia como
peregrinos, y a la luz de la fe, caminan en busca de la patria mejor,
definitiva y verdadera.
Te damos gracias, Padre, por las personas...
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Quién puede pagar la luz del sol que alumbra cada día,
el gozo de una madre al dar a luz,
la chispa de ese amor que no vacila,
la lucha inagotable por ser ‘tú’.
Quién puede comprar la mueca de ese rostro que sonríe,
la brisa que te roza al caminar,
la firme decisión de ser humilde,
los ojos con que aún puedes mirar.
Quién puede poner precio a esa mano que acaricia,
al ‘te quiero’ que me sale sin querer,
al instante que devuelve la esperanza,
al encuentro que te vuelve del revés.
Quién puede saldar el cielo azul que ves tras tu ventana,
el esfuerzo de esa niña por leer,
el cansancio de esa vida jubilada,
la oración de aquel que pide sin creer.
Seve Lázaro, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 12 de julio de 2022
Martes, 12 de julio de 2022
Martes de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 20-24
En aquel tiempo se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había
hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: "¡Ay de
ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran
hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían
convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio
les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaúm,
¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se
hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo
que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En Corazaín y en Betsaida Jesús había hecho la mayor parte de sus
milagros. Sin embargo, sus habitantes tenían el corazón endurecido. No
reconocieron las maravillas que Jesús hizo y, por consiguiente, no se
convirtieron.
¡Cuánto nos cuesta convertirnos, Jesús!
No nos dejamos transformar
por la belleza de la creación,
por la ternura de un bebé,
por la bondad de tantas personas,
por la sabiduría de tu palabra,
por la grandeza de tu amor,
por el regalo de tu perdón,
por la paz que me da tu cercanía,
por el dolor de quienes sufren,
por la fidelidad de los amigos,
por la alegría de la fe compartida,
por el gozo de la solidaridad,
por esas conservaciones que tocan el corazón
por tantas experiencias inolvidables,
por tantos milagros cotidianos.
Que no nos pierda el miedo a cambiar,
ni las voces que nos aseguran que no podemos,
ni el temor a entrar en nuestro interior,
ni la fascinación de las riquezas y el poder,
ni el deseo de una vida fácil y cómoda,
ni tantas cosas pequeñas que nos alejan de una vida grande.
¡Danos un corazón abierto, que pueda convertirse!
Este evangelio es una llamada a reconocer todo lo que Dios ha hecho por nosotros, por nuestras comunidades y grupos, por nuestra familia... y a vivir de acuerdo con el don recibido, a mostrar nuestro agradecimiento en la oración y con la vida
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Yo se que me quieres, Señor, porque eres bueno.
Porque tienes un corazón sensible, perdóname;
limpia mi vida de todos mis pecados
y de mis continuas caídas, levántame.
Que alegría tan grande saber que eres mi Padre,
y que juzgas a todos con misericordia.
Dame tu abrazo de perdóny tu amor cambiará mi corazón,
sé mi amigo y caminaré siempre en tu presencia.
Devuélveme el gozo y la alegría,
que toda mi vida salte de gozo.
Somos amigos: olvida el mal que hice,
ayúdame con tu amistad a renovarme
y haz que nunca más me separe de Ti .
Que nazca en mí, como una fuente, un corazón puro,
y que una voluntad firme crezca en mi.
Quiero ver tu rostro alegre a mi lado,
que tu fuerza me acompañe siempre,
Señor, dame alegría de tu salvación
y un corazón generoso para amarte toda la vida.
Les diré a mis amigos que tus caminos son formidables,
y a los que pecan sin conocerte, lo bueno que Tú eres.
Dame vida, pues yo amo el vivir,
Tú que eres el Dios de la Vida,
y con ella diré a las gentes
que contigo todo es posible.
Abre mi corazón y mis labios
para decirte cuánto te quiero.
Ya sé que no te contentas con poco
y que no quieres de mí palabras vacías.
Lo que me pides es un corazón arrepentido;
un corazón sincero y noble es lo que quieres.
Sé bueno conmigo y con los otros
y fortalece nuestras vidas indefensas.
A Ti te ofrecemos nuestra vida cada día,
todo lo que somos y tenemos, todo es tuyo.
Devuélvenos, te lo pedimos, el gozo y la alegría, y
toda nuestra vida salte hoy en fiesta.
Somos amigos:
olvida el mal que hemos hecho
y ayúdanos con tu amistad a convertirnos.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.