1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 2, 41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre
y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en
Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se
pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo,
se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los
maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían
quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
-«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó:
-«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi
Padre?» Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con
ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo
esto en su corazón.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Ningún ser humano ha tenido un corazón tan parecido al de Jesús como el
de su madre. Releamos el texto del Evangelio de hoy para dejarnos
contagiar por los sentimientos del corazón de María.
Imaginemos la escena: Jesús ha cumplido los doce años. Y entra con sus
padres en el gran templo de Jerusalén. Los ojos de Jesús se fijan en los
cambistas de monedas, en los vendedores de animales, en los sacerdotes,
en los sacrificios de templo... Todo era nuevo para él. Siente
curiosidad y algo más profundo: intuye que su misión tiene mucho que ver
con todo aquello. En la cabeza de este muchacho despierto se agolpan
las preguntas, busca respuestas y por eso, se acerca a los maestros.
Mientras tanto, la madre y el padre se dan cuenta de que su hijo no está
con ellos. Sus corazones se preocupan, se ponen a buscar, hasta que lo
encuentran. María lanza a Jesús un pequeño reproche y Jesús responde a
la madre con palabras que María no puede comprender tan de golpe.
Una vez más, María no comprende, y una vez más María conserva en su
corazón todo lo sucedido, y, con fe, espera que un día el Señor le
revele el sentido de aquél momento, de aquellas palabras.
¿Qué te dice Dios a través del corazón de María? ¿Qué le dices?
Tú eres, María, la experiencia más bella del Evangelio. En ti Dios se
ha hecho Noticia Buena para el hombre. Eres como la luz del alba que
abre camino al Sol; eres esa estrella matutina que anuncia el Día. Eres
la mujer creyente que acoge y guarda la Palabra; la mujer joven que
entra en el plan de Dios libre y gozosa. Eres estilo de vida, nuevo y
fascinante en la Historia; eres, María, la virgen bella y fecunda de
Nazaret.
Mi corazón joven se alegra ante tu presencia luminosa;
mi corazón joven busca en el tuyo un camino de verdad; mi corazón joven
se abre a tu vida limpia y profunda; mi corazón joven busca en tus ojos
un camino de libertad. Me siento feliz porque eres madre y eres virgen;
me siento feliz porque eres como un lago profundo de paz; me siento
feliz porque eres limpia como la luz de las estrellas: me siento feliz
porque eres libre como agua del manantial.
Eras joven, María,
cuando revolucionaste la Historia; eras joven cuando Dios, de puntillas,
llamó a tu puerta; eras joven cuando dijiste “sí” a su proyecto de
vida; eras joven cuando diste decidida, a su plan, respuesta. Eras joven
y te abriste a Dios como la flor al sol; eras joven y dejaste a Dios
que entrara libre en tu tienda; eras joven y tus alas alzaron el vuelo
hasta la cumbre; eras joven y en tu vida, con Dios, entró el ritmo de la
fiesta.
Tu corazón joven dijo: ¿Cómo podrá ser eso? ¿Cómo? Tu
corazón joven dijo: He aquí la esclava; he aquí. Tu corazón joven dijo:
Mi alma glorifica al Señor, mi alma. Tu corazón joven dijo: Hágase en mí
según tu Palabra; tu Palabra. Tu corazón joven dijo: Tus caminos son
mis caminos, mis caminos. Tu corazón joven dijo: ¿qué quieres, Señor, q
yo haga? Tu corazón joven dijo: Tu proyecto es mi proyecto; mi proyecto.
Tu corazón joven dijo: Me alegro en el Dios que me salva.
Gracias,
María, por tu corazón bueno y disponible. Gracias, María, por tu
corazón de ojos limpios y puros. Gracias, María, por tu corazón sincero y
transparente. Gracias, María, por tu corazón claro y luminoso. Gracias,
María, por tu corazón sencillo y humilde. Gracias, María, por tu
corazón lleno de luz y de amor. Gracias, María, por tu corazón abierto
al infinito. Gracias, María, por tu corazón joven, sencillamente, joven.
Aquí
me tienes, en busca de un camino de libertad y fe. Aquí me tienes, en
busca de un proyecto de vida. Aquí me tienes, en busca de Alguien en
quien dejar mi amor. Aquí me tienes, en busca de semillas de alegría.
Aquí me tienes, en busca de paz y de bien. Aquí me tienes, en busca de
un sendero de justicia. Aquí me tienes, en busca del rostro del Dios
vivo. Aquí me tienes, en busca de la libertad perdida.
¡Gloria a ti, María, Casa donde Dios mora! ¡Gloria a ti, María, Madre de Cristo y Madre mía!
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 28 de junio de 2025
Sábado, 28 de junio de 2025
viernes, 27 de junio de 2025
Viernes 27 de junio de 2025 . Sagrado Corazón de Jesús
Sagrado Corazón de Jesús
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 15, 3‑7
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y escribas esta parábola:
—«Si
uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las
noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la
encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy
contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para
decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había
perdido."
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por
un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no
necesitan convertirse.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
El corazón representa la sede de los sentimientos. Hoy queremos
adentrarnos en las profundidades del corazón de Jesús, queremos conocer y
saborear un poco mejor sus sentimientos, para que los nuestros sean
cada vez más parecidos a los suyos.
En el corazón de Jesús ocupan
un lugar especial las ovejas descarriadas, las personas que están solas
y sufren, que no disfrutan la cercanía del Padre y el calor de los
hermanos.
¿Qué sentimientos ocupan tu corazón? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
El
corazón de Jesús no se contenta con el lamento, es un corazón capaz de
movilizar las piernas, de agudizar la visión, de poner en marcha la
cabeza para ayudar a esas personas que sufren más. El amor de Jesús es
creativo, imaginativo, busca el camino más adecuado para encontrar a las
ovejas perdidas.
¿Cómo es tu amor? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
El
corazón de Jesús se alegra cuando las personas vuelven al rebaño y
pueden disfrutar de los cuidados del Pastor. Aunque él tenga que
esforzarse, sufrir e incluso dar la vida, se alegra por el bien de las
ovejas, de las personas.
¿Cuál es la razón de tu alegría? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Cuando estamos perdidos,
Tú sales a nuestro encuentro
Cuando estamos cansados,
Tú nos llevas al pozo de tu Eucaristía
Cuando estamos desilusionados,
Tú nos llevas al pozo de tu alegría
Cuando nos perdemos en nuestros pecados,
Tú nos conduces a tu perdón
Cuando nos fijamos en lo exterior,
Tú nos indicas el camino hacia el corazón
Cuando nos alejamos de Dios,
Tú nos hablas con tu presencia
Cuando nos sentimos débiles y muertos,
Tú nos das vida con tu Espíritu Santo
Cuando aparecen arrugas en nuestras almas,
Tú les das vida con tu amor.
-----------------
Venid a un sitio tranquilo;
a un lugar apartado del bullicio agobiante
que nos acompaña día y noche;
a un lugar retirado
de vuestros negocios y preocupaciones,
de vuestras falsas necesidades;
a un lugar apropiado para encontraros
con Dios, entre vosotros y con vosotros mismos.
Venid a un sitio adecuado
para reparar fuerzas.
Y descansad un poco.
Detened vuestro ritmo alocado.
Haced un alto en el camino.
Sosegaos de tanto ajetreo.
Que se calmen vuestros nervios.
Que se serene vuestro espíritu.
Dejad la mochila a un lado,
quitaos las sandalias
y lavaos el cuerpo entero
para reparar fuerzas.
Los que estáis rendidos y agobiados,
los que vivís bajo el yugo de las responsabilidades,
los que soportáis el peso de los compromisos
y de las obligaciones ineludibles,
los que camináis con los ojos tristes
y la espalda doblada,
los que ya sólo divisáis niebla en el horizonte,
los que no sabéis vivir sin cargas y cruces,
echad el freno y apearos
para reparar fuerzas.
Yo os aliviaré.
Os sanaré la mente.
Tonificaré vuestro corazón.
Curaré vuestras heridas.
Vigorizaré vuestro cuerpo.
Calmaré vuestra ansiedad.
Os quitaré las pesadillas...
Estaré con vosotros en todo momento.
Tomaos un respiro conmigo
para reparar fuerzas.
Venid conmigo, amigos.
Gozad este momento y lugar.
Gustad todo lo suyo –que es vuestro–:
las verdes praderas, las aguas frescas,
los árboles frondosos,
el horizonte abierto...
Descansad sin prisas y sin miedo.
Cargad las pilas hasta rebosar
y escuchad mi buena nueva...
para reparar fuerzas.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 26 de junio de 2025
Jueves, 26 de junio 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el Reino de los Cielos,
sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel
día muchos dirán: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y
en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos
milagros? Yo entonces les declararé: Nunca os he conocido.
Alejaos de mí, malvados.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron.
contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.
Al
terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza,
porque les enseñaba con autoridad y no como los letrados.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Hoy el Evangelio nos recuerda que ser cristiano es vivir de acuerdo con
la Palabra de Dios, es cumplir la voluntad de Dios en cada momento del
día. Sin embargo, muchas veces nos conformamos con rezar, con ir a
misa... Olvidamos ser cristianos en la familia, en el lugar de estudio o
trabajo, con los amigos... En definitiva, somos cristianos a ratos,
cuando nos resulta más sencillo y menos arriesgado. Y ponemos mil
excusas para justificarnos.
A veces nos asusta "cumplir la
voluntad de Dios". Parece que vamos a perder nuestra libertad. Tenemos
miedo de escuchar a Dios, no vaya a ser que nos pida hacer lo que no nos
apetece. La experiencia de los que se fían de Dios y cumplen su palabra
nos dice más bien lo contrario. Aunque parezca incomprensible para la
razón, la experiencia nos enseña que cuanto más obedeces a Dios, más
libre eres. ¿Ha habido alguien más obediente al Padre que Jesús? No. ¿Ha
habido alguna persona más libre que Jesús? Nadie. ¿Queremos seguir su
ejemplo? Pedimos al Espíritu que nos ayude a avanzar por este camino.
Siguiendo
la voluntad de Dios, no estamos a salvo de vientos, lluvias y ríos
desbordados. Los problemas llegan a todos. Es más, en ocasiones las
dificultades vendrán precisamente por vivir de acuerdo con la Palabra de
Dios. Entonces surgen las dudas y crecen las ganas de seguir otros
caminos más fáciles... ¿Qué hacer? Confiar en Jesús: él está con
nosotros y nuestra casa, nuestra vida no se hundirá.
Cantar tu nombre, Señor,
con palabras,
pero sobre todo con vida.
Contar tu historia, Señor,
con relatos,
pero sobre todo con vida.
Repetir tu enseñanza, Señor,
con historias,
pero sobre todo con vida.
Traer tu esperanza, Señor,
con promesas,
pero sobre todo con vida.
Construir tu Reino, Señor,
con proyectos,
pero ante todo con vida.
Porque una vida que te canta
y que te cuenta,
que te anuncia y te acerca,
es una vida plena.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 25 de junio de 2025
Miércoles, 25 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas
falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos ? Los
árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.
Es decir, que por sus frutos los conoceréis.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús no se deja llevar por las apariencias. Y quiere que sigamos sus
huellas. En todos los momentos de la historia han habido personas que
han sido lobos rapaces con piel de oveja mansa. Mucho más en nuestra
sociedad en la que la publicidad y el marketing se han desarrollado
tanto. Detrás de formas amables pueden esconderse buenos manipuladores y
bajo formas bruscas pueden presentarse personas sinceras y
bienintencionadas. Hemos de tener cuidado. No podemos ser ingenuos.
“Señor, no dejes que nos dejemos llevar por las apariencias”
“Danos tu Espíritu para descubrir la verdad de cada persona”
“Perdona y cura nuestra superficialidad”
Además de advertirnos, Jesús nos ofrece un criterio para distinguir a
los falsos profetas, a los lobos con piel de oveja: los frutos, las
obras... Las palabras pueden ser engañosas. Fijémonos en la vida: ¿son
capaces de sufrir por los demás? ¿son fieles a las personas cuando
pierden la salud o el dinero? ¿cambian de discurso según las
circunstancias, para conseguir mayores beneficios personales? ¿se
acercan a los pobres, los tratan con respeto?
No nos conformemos con mirar los frutos y la vida de los demás.
Examinemos también nuestra vida, no sea que también seamos lobos con
piel de oveja.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
¡Qué tiempos estos que nos toca vivir,
en la calle y en la iglesia,
tan convulsos y ambiguos
que, para afrontarlos,
necesitan tu palabra evangélica!
En ellos,
hay cosas que brillan y brillan tanto
que nos deslumbran antes de conocerlas;
y las hay también que nos seducen
al primer golpe,
o al cabo de un rato,
o al caer de la tarde,
o en plena noche,
porque tienen tantas caras y brillos
como oscuridades;
y también las hay que juegan a camuflarse
y engañan a los caminantes
perdiéndolos entre debates,
dogmas
y yermas verdades.
Aunque más duro y triste
es encontrarse con personas
de cultura y fe reconocida y solvente,
que, humildemente y en tu nombre,
se proclaman servidores
mas se creen jefes y señores
sin descubrir sus contradicciones.
Se arrogan tu representatividad,
hacen sufrir a sus semejantes
y traicionan a tantos y tantos creyentes...
Pero Tú nos dijiste para momentos así:
"Tened cuidado, no os dejéis engañar;
y aunque desplieguen gran parafernalia,
no los sigáis... ni a orar ni a tomar cañas.
Permaneced firmes en mi palabra
y tendréis vida en abundancia".
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 24 de junio de 2025
Martes, 24 de junio de 2025 Natividad De San Juan Bautista
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 1, 57-66. 80
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se
enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una
gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:
-«¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron:
-«Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él
pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron
extrañados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la
montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
-«¿Qué va a ser este niño?»
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Leyendo el Evangelio del Nacimiento de Juan Bautista llama la atención la importancia que se da al nombre del recién nacido.
Juan procede del hebreo Yo-hasnam, con el significado de "Dios es
misericordioso". Otra etimología muy cercana es la de Jo-hanan o
Jo-hannes, que significa "Dios está a mi favor".
Juan era el nombre que mejor reflejaba lo que significaba el nacimiento
de aquel niño para sus padres. Dios ha cumplido su palabra: Isabel había
tenido un hijo en su ancianidad. Sentían que el nacimiento de Juan era
una bendición de Dios para ellos y para todo el pueblo.
Dios también bendice tu vida, es misericordioso contigo, con la humanidad. ¿Qué dices a Dios?
El mismo Jesús atestigua la importancia de San Juan Bautista: “Entre los
nacidos de mujer, nadie más grande que Juan el Bautista". Por otra
parte, es el único santo del que se celebra el nacimiento, coincidiendo
con el solsticio de verano, cuando los días son más largos y las noches
más cortas.
Recordemos algunos rasgos de su vida:
- Juan llama a la conversión: Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos... Dad, pues, fruto digno de conversión.
- No busca protagonismos: Yo no soy el Cristo, sino que he sido
enviado delante de él. El que tiene a la novia es el novio; pero el
amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del
novio. Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud. Es
preciso que él crezca y que yo disminuya.
- Anuncia la venida del Mesías y señala su presencia: Yo os bautizo
en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte
que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. He ahí el Cordero de
Dios. He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se
quedaba sobre él.
- No tiene miedo: Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y
puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano
Filipo. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla.»
- Vivió la pobreza y la austeridad: Juan llevaba un vestido de pie de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre.
¿Qué te dice Dios a través de la vida de Juan Bautista? ¿Qué le dices?
Señor, Tú eres Dios compasivo y misericordioso.
Estás a nuestro lado. Siempre, sin apartarte jamás.
Estás de nuestra parte. Siempre, pase lo que pase.
Estás al lado de cada persona, de todas las personas.
Tu gloria es que todos tus hijos seamos felices,
viviendo como hermanos que aman y se ayudan,
como hijos tuyos, que se dejan cuidar por ti,
que siembran justicia, paz y verdad en el mundo.
Gracias, Señor, por Juan y por todas las personas
que, con su presencia, su cariño y su palabra,
me recuerdan que Tú eres favorable y estás de mi parte.
Gracias por… (recuerdo sus nombres).
Señor, Tú me has llamado, como a Juan,
para que, a pesar de mi pequeñez y mis pecados,
yo sea una bendición para mi familia y mis amigos,
para mi comunidad cristiana y para el mundo.
Tu mano acompañaba a Juan y me acompaña a mí.
Tus manos de alfarero me formaron de barro y espíritu.
Tus manos de madre me acarician y protegen.
Tus manos de pastor me conducen a la vida eterna.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 23 de junio de 2025
Lunes, 23 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis y no os juzgarán.
Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas
en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano:
«Déjame que te saque la mota del ojo, teniendo una viga en el tuyo?
Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás
sacar la mota del ojo de tu hermano.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Dicen que todos los aficionados al fútbol tienen alma de seleccionador
nacional. Pero parece que todavía tenemos más afición a ser jueces,
jueces de los demás, por supuesto; jueces de lo que hacen, de lo que
dicen, de lo que callan... Juzgamos la ropa y el peinado, las
apariencias y el corazón, la alegría y la tristeza del vecino... Si
somos clásicos juzgamos y criticamos a los más modernos, y viceversa.
No juzguéis y no seréis juzgados –dice el Señor-.
Padre bueno,
que nos descubriste, mediante tu Hijo,
la alegría del perdón,
la valentía del amor al enemigo,
el imperativo de "no juzgar",
te pedimos que borres tus reclamaciones de nuestro libro,
como haremos nosotros con las nuestras.
Así conseguiremos un libro blanco y limpio,
dispuesto para los mensajes de alegría,
de bondad, de fraternidad, de amor.
Haznos sentir el perdón
como un tesoro recibido de ti
y generador de convivencia pacifica,
hasta tal punto
que no necesitemos volver a reclamar,
porque todos los rencores
quedarán ahogados.
Tú, que nos conoces por dentro
y que podrías llenar mil páginas
con los fallos de nuestra biografía personal,
pero prefieres la indulgencia,
haznos capaces de imitarte
en nuestras relaciones difíciles con el prójimo.
Te lo pedimos por Jesucristo,
tu hijo y Señor nuestro. Amen.
Qué bien está quitar la mota del ojo del prójimo si antes nos dejamos
quitar la viga del nuestro. A veces parecemos estar muy dispuestos a
ayudar a los demás, llenos de buena intención, olvidando que también
nosotros necesitamos ayuda, conversión y curación. Amar y ser amados,
curar y ser curados... Esta es nuestra vocación.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 22 de junio de 2025
Domingo, 22 de junio de 2025. Cuerpo y Sangre de Cristo
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 9, 11b‑17
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle:
—«Despide
a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar
alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.»
Él les contestó:
—«Dadles vosotros de comer.»
Ellos replicaron:
—«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.»
Porque eran unos cinco mil hombres.
Jesús dijo a sus discípulos:
—«Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.»
Lo hicieron así, y todos se echaron.
Él,
tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo,
pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los
discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se
saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Hoy es la Solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Hoy es la fiesta de la Eucaristía.
Buen
día para agradecer de corazón al Señor el regalo de la comunidad
cristiana reunida para celebrar cada domingo la fe, para mostrar a Dios
nuestra gratitud por el regalo de su Palabra, para alabar a Jesucristo
que quiere saciar nuestra hambre y nuestra sed con los mejores manjares:
su propio Cuerpo y su misma sangre.
Buen día para revisar
nuestra participación en la Eucaristía, y para pedir perdón por todo
aquello que nos impide disfrutarla de verdad: la rutina, la desgana, la
falta de preparación, la prisa ...
Buen día para pensar cómo
vivimos la Eucaristía cuando no estamos en la Iglesia. ¿Somos mujeres y
hombre de comunión? ¿Escuchamos a Dios en las personas? Ofrecemos al
Señor los cinco panes y los dos peces de nuestro tiempo, nuestros
saberes, de nuestra vida para que Él pueda multiplicarlos en bien del
mundo?
Y recuerda que el Señor te espera no sólo en la Eucaristía
de cada domingo o de cada día. Él está presente de una forma especial
en el Sagrario de cada Iglesia.
Estaré con vosotros todos los días.
A cualquier hora y en cualquier lugar.
Siempre. Es mi palabra y mi promesa.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Seré vuestro camino de vida,
la luz que alumbre vuestras noches y días,
el agua que os refresque en vuestras fatigas,
la puerta que os dé entrada y acogida,
la raíz vitalizadora de todas vuestras empresas,
el amigo y guía que siempre os hará compañía...
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Pero también seré, y que no os pille de sorpresa,
el fuego que acrisola vuestro ser y pertenencias,
el viento que os empuja siempre fuera,
la verdad que rompe todos vuestros esquemas,
el ladrón que os adelgaza y aligera
y el Señor que os quiere en la tierra.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Y esta es la fórmula de mi definitiva alianza
con vosotros y la Humanidad entera:
vosotros seréis mi cuerpo visible
y mi sangre que da vida;
y yo seré el pan que os alimenta
y el vino que os alegra e ilusiona.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Yo alimentaré vuestro cuerpo
y vuestra esperanza desestimada.
Yo mantendré vuestra llama y amor
y os haré fuertes contra el dolor.
Yo os invito a crecer y madurar
hasta llegar a la sazón.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Vosotros elevaréis, allí donde viváis,
el signo de un Dios comprometido con todos,
siendo pan hecho carne,
vino convertido en sangre,
palabra corporal y verdadera
y encarnación en nuestra historia.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
¡Misterio de intimidad humana y divina!
Vosotros seréis, en adelante, mi pascua,
mi presencia tierna y salvadora,
mi encarnación en la tierra,
la buena noticia que todos anhelan,
la primicia de lo que os espera.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Mis brazos para estrechar soledades,
mi boca para clamar contra seculares injusticias
que se clavan en la carne de los más débiles,
mis pies para salir tras los perdidos y olvidados,
mi corazón para latir al unísono
con todos los corazones que desfallecen.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Estaré con vosotros todos los días.
A cualquier hora y en cualquier lugar.
Siempre. Es mi palabra y mi promesa-.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Florentino Ulibarri
Si quieres, puedes rezar con alguno de estos poemas de José María Fernández Nieto:
Este es el tiempo del Amor, la hora
en que se da el Señor en Pan y en Vino
para poder andar este camino
que va desde la Cruz hasta la Aurora.
Dios, Panadero y Pan, ayer y ahora,
Vendimiador y Viña y Catavino.
Divinidad de Amor, Dios Uno y Trino
tendiéndonos su mano salvadora.
Que se nos dá en bebida y alimento,
que se derrama enamoradamente
en cada corazón y en cada vida.
Dios que se nos entrega en testamento,
que se nos sigue dando eternamente
y que a ser para siempre nos convida.
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A cambio de la pena de no verte
me das, Señor, el júbilo de amarte
que si ayuno de amor por contemplarte
puedo saciar mis ansias de comerte.
Oh, Señor de la vida y de la muerte,
tanto es tu Amor que necesitas darte
enteramente todo en cada parte
cuando el pan en tu Cuerpo se convierte.
Tu Amor es como un mar que no se agota,
como un vino que nunca se termina
o una fuente que mana y que no cesa.
Un mar que cabe entero en una gota,
un sol donado en ósculo de harina,
Dios en vino y en pan sobre una mesa.
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Señor, cuánto agradezco que me digas
lo que me dices sin decir, callado,
derramando tu Amor sacramentado
como el sol se derrama en las espigas.
Qué júbilo, Señor, que me bendigas
como la lluvia que bendice al prado
y que de rosas hayas enjambrado
mi corazón de cardos y de ortigas.
Señor, cuánto agradezco que me ames
como si fuera yo el único amado
y Tú el único Amor que hay en mi vida.
Que en vino generoso te derrames,
que te me des en pan recién cortado,
que me ames tan sin peso y sin medida.
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También María está, se la presiente
pudorosa como una primavera.
Se la nota en el gesto, en la manera
de Jesús al partir el pan reciente.
Junto al Amor, junto a la Cruz, valiente,
en pié, rota por dentro pero entera,
Madre Consoladora y enfermera,
que ante el dolor ¡qué pronto se la siente!
Que sabiéndole harina de su harina,
Pan de su pan y Amor de sus amores,
María siempre está junto al Sagrario.
Porque es la luz que todo lo ilumina,
el bálsamo de todos los dolores,
la Madre que reparte el pan diario.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.