Jueves de la 23ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
Lucas 6, 27-38
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "A los que me escucháis os
digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian,
bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te
pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa,
déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo
tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os
traten.
Pues, si amáis
sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a
los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué
mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando
esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a
otros pecadores con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros
enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada: tendréis un gran
premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y
desgraciados. Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo; no
juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados;
perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará; os verterán una medida
generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis la usarán
con vosotros.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Las palabras de este Evangelio son tan fáciles de entender como
difíciles de vivir. Creo que a todos nos parecen preciosas, pero quizá
irrealizables. Sin embargo, no las pronunció Jesús para que se
escribiera una de las páginas más bonitas del Evangelio. Jesús las
predicó y, más aún, las vivió, para que también nosotros las vivamos.
"Señor, haznos parecidos a ti"
"Perdona nuestras revanchas y violencias"
"Danos tu Espíritu de paz"
¿Por qué tenemos que vivir de esta manera? Jesús nos da la razón más
profunda: Dios es compasivo con todos, hace salir el sol para buenos y
malos. Y nosotros, creados a su imagen, estamos llamados a ser y a vivir
de la misma forma. Si Dios te ama cuando te conviertes en su enemigo,
si presenta mil veces la mejilla, si te da todo lo suyo... ¿qué motivos
tenemos para no hacer lo mismo con los hermanos?
Señor, ayúdanos a amar a los enemigos,
a hacer el bien a los que nos odian,
como tú nos amas a nosotros, cuando no lo merecemos.
Señor, enséñanos a bendecir a los que nos maldicen
y a orar por los que nos injurian,
como tú nos bendices y acompañas cuando nos alejamos de ti.
Que la generosidad con la que tú nos tratas transforme nuestro egoísmo,
para tratar a los demás, no como merecen, sino como necesitan;
no como ellos nos tratan, sino como tú nos tratas.
Señor, que seamos compasivos como tú, Padre nuestro,
eres compasivo con nosotros y con todos tus hijos. Amén.
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Fuera de la noche que me cubre,
negra como el abismo de polo a polo,
agradezco a cualquier dios que pudiera existir
por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de la circunstancia
ni he gemido ni he gritado.
Bajo los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
es inminente el horror de la sombra,
y sin embargo la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley
Rezada por Nelsón Mandela.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.