1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 1, 1‑18
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios.
Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.
En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como
testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a
la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, Al mundo
vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el
mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.
Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado
su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de
verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
—«Este es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."»
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la
Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio
de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Jesucristo es la Palabra. Dios es Palabra, es comunicación, es
relación. Las personas, creadas a su imagen y semejanza, estamos
llamadas a relacionarnos, a comunicarnos con Él y con los hermanos. No
podemos crecer como personas y como cristianos aislados. ¿Cómo cultivo
las relaciones con Dios y con el prójimo? ¿son verdaderas,
constructivas, sinceras? ¿Qué le dices a Dios?
B. Vino a su casa y los suyos no la recibieron. El mundo es la casa de
Dios. Tu corazón y el de cada persona es la casa de Dios. La casa que Él
ha hecho y en la que ha querido vivir para llenarla de luz y calor. En
estos días de Navidad, en este año que acaba ¿cómo has acogido a Jesús?
¿qué le dices?
C. A cuantos recibieron la Palabra, les da poder para ser hijos de Dios.
El Hijo de Dios se ha hecho nuestro hermano, para que todos seamos
hijos de Dios. No estamos llamados solamente a saber que somos hijos de
Dios, estamos llamados a sentirlo y a vivirlo. Dios es tu Padre, tu
Madre, te ama entrañablemente. Dios susurra a tu corazón continuamente:
"Tú eres mi hijo". Ojalá que tus labios, tu corazón y tu vida susurren a
Dios "Tú eres mi Padre, mi Madre". Contempla a Jesús recién nacido y
silencia tu corazón para escuchar el susurro de Dios. Dile lo que
sientes.
La Palabra se hizo carne,
para hablar en gestos
y profetizar amores.
Se hizo frágil,
para romper certidumbres
y derribar fortalezas.
Se hizo niño
para crecer aprendiendo
y enseñar viviendo.
Se hizo voz,
en el llanto de un crío
y en las promesas de un hombre.
Se hizo brote
que en el suelo seco
apuntaba hacia la Vida.
Se hizo amigo
para anular soledades
y trenzar afectos.
Se hizo de los nuestros
para enseñarnos
a ser de Dios.
Se hizo mortal,
y atravesando el tiempo
nos volvió eternos.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
Antes de comenzar el nuevo año, podemos dar gracias por todas las
personas y acontecimientos positivos del año viejo, para cargarnos de
energía; y pedir perdón por lo que no hicimos bien u ofrecerlo a quienes
nos hicieron daño, para liberarnos de pesos muertos:
Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al
terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de
TI. Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por
la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las
cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir. Te
presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades
nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que estén más
lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con
los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero
también, Señor hoy quiero pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido,
por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor
desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y
perdón por vivir sin entusiasmo. También perdón por no corresponder a
tu amor, por la oración que poco a poco fui aplazando. Por todos mis
olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 31 de diciembre de 2024
Martes, 31 de diciembre de 2024
lunes, 30 de diciembre de 2024
Lunes, 30 de diciembre de 2024
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 2,36‑40
En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu
de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años
casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del
templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose
en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los
que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y
robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo
acompañaba.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús es todavía un niño, un niño débil, indefenso,
amenazado... pero Ana, hija de Panuel, comienza a dar gracias a Dios y a
hablar del niño Jesús a cuantos esperaban la liberación de Israel. La
oración y los ayunos habían afinado tanto la sensibilidad de esta mujer
que es capaz de darse cuenta de que aquel niño es el Enviado de Dios
para liberar a su pueblo.
Si rezásemos más y ayunemos de todo aquello que nos aleja de Dios,
también nosotros sabríamos descubrir la presencia de Dios en nuestro
mundo, en nuestra vida.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
La gracia de Dios acompañaba a Jesús. La gracia de Dios te acompaña a ti
para que crezcas cada día más en entrega, en felicidad, en esperanza,
en sabiduría, en fe...
“Señor, acompáñame, aunque a veces te olvide”
“Ayúdanos a descubrir tu cercanía”
“Enséñanos a ser buenos acompañantes”
Donde acaba la ciudad
y empieza el miedo,
donde terminan los caminos
y empiezan las preguntas,
cerca de los pastores
y lejos de los dueños,
en el calor de María
y en el frío del invierno,
viniendo de la eternidad
y gestándose en el tiempo,
salvación poderosa para todos
en una fragilidad recién nacida,
liberador de todos los yugos
atado a un edicto del imperio,
rebajado hasta un pesebre de animales
el que a todos nos sube hasta los cielos,
nació el Hijo del Padre,
Jesús, el hijo de María.
Sólo abajo está el Señor del mundo
que nosotros soñamos en lo alto.
Aquí se ve la grandeza de Dios
contemplando la humildad de este pequeño.
Aquí está la lógica de Dios,
rompiendo el discurso de los sabios.
Aquí ya está toda la salvación de Dios
que llenará todos los pueblos y los siglos.
Benjamín González Buelta, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 29 de diciembre de 2024
Domingo, 29 de diciembre de 2024. Sagrada Familia :Jesús,María y José
Sagrada Familia :Jesús,María y José
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 2, 41‑52
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando
Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y,
cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén,
sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la
caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los
parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su
busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en
medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los
que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que
daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
—«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó:
—«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa
de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. En la convivencia de cada día surgen, aunque no se pretendan,
malentendidos... hasta en la sagrada familia. Tenemos que aprender a
aceptarlos ya a saberlos “gestionar” adecuadamente, sin dramatizar,
confiando en la buena voluntad del otro. Pedimos por las familias que no
saben superar los malentendidos, que sufren el drama de la desunión.
B.
La Sagrada Familia aprende desde el principio a confiar en Dios a pesar
de las dificultadas y sufrimientos. María y José se dan cuenta de que
estar cerca de Dios no es una pararrayos que aleja el sufrimiento y el
mal. Pero, estar cerca de Dios nos ayuda a vivir con esperanza cualquier
cruz.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
C. En este día, damos
gracias por nuestra familia, por todo lo que Dios nos ha dado a través
de ella. Pedimos por todas las familias, especialmente por aquéllas que
sufren problemas económicos, enfermedad, falta de entendimiento...
Dios
y Padre santo, autor del universo, que creaste al hombre y a la mujer a
tu imagen, Tú bendices y multiplicas el amor de nuestras familias.
Te pedimos humildemente por todas las familias, especialmente por
las que sufren. Descienda, Señor, sobre ellas tu bendición y la fuerza
de tu Espíritu.
Que en la alegría te alabemos, Señor, y en la
tristeza te busquemos; en el trabajo encontremos el gozo de tu ayuda y
en la necesidad sintamos cercano tu consuelo.
Que la Comunión
contigo, Señor, transforme nuestra vida y nuestras familias den buen
testimonio de esperanza, fe y solidaridad con los pobres.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 28 de diciembre de 2024
Sábado,28 de diciembre de 2024. Santos Inocentes
Santos Inocentes
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 2,13-18
Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
-«Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí
hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y
se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el
Señor por el profeta:
«Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.»
Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a
todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores,
calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.
Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:
«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora
por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Jesús, María y José también fueron emigrantes, refugiados…
Cuando acabaste la creación
dicen que dijiste firmemente
a los cuatro puntos cardinales:
Que todo el mundo viva feliz,
en paz, libremente y con dignidad,
en la tierra que le vio nacer.
Que si alguien abandona su país
no sea porque muere de injusticia y hambre.
sino por conocer otros paraísos terrenales.
Que siempre, y en todo lugar,
se respeten los derechos de las personas,
sean del color y condición que sean.
Que nadie esclavice a su semejante
y nadie se haga esclavo de nadie,
pues yo os he creado hermanos y libres.
Que nadie se arrogue el derecho
de ser ciudadano y dar a otros papeles,
pues todos sois iguales y muy diferentes.
Y dicen que, como casi siempre,
muchos jugamos a ser dioses
o, simplemente, señores prepotentes.
Y otros muchos tuvieron que salir,
y ser emigrantes sin papeles,
con mucha injusticia y hambre.
Y dicen que dijiste más firmemente:
Pues no me voy de esta tierra,
y seré uno más entre los emigrantes.
Padre/Madre, que estás en esta tierra:
rompe nuestros miedos e imágenes tuyas
para que tu proyecto siga adelante.
Florentino Ulibarri
--------------
Nada más nacer,
y ya en el camino,
su techo es el cielo,
la tierra es el lecho
que guarda los sueños,
de un hombre sencillo
de una mujer buena
de un recién nacido.
Detrás, a lo lejos,
violencia en las calles
nacida del miedo.
Dolor en las vidas
de tanto inocente.
Víctimas sin culpa,
llantos sin consuelo.
El constante juego
de los poderosos
cobrándose el diezmo
de los más pequeños.
Volverás de Egipto
rasgarás el muro
que divide al hombre
que provoca duelos,
le darás la vuelta
al maldito ciclo
de tanta barbarie,
de tanto desierto
donde nada crece.
Brotarán, de nuevo,
esperanzas altas,
amores perpetuos,
humanas caricias,
profundos anhelos
que desde la entraña
llaman a lo eterno.
Ahora duerme, niño,
que de tu suspiro
pende el universo.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
B. Herodes teme perder su poder. Teme que un niño pobre, recién nacido,
le arrebate su corona. Y para no perder su sillón es capaz de acabar con
todos los niños pequeños del país. La historia se repite. La repetimos.
Podemos hacer mucho daño a personas inocentes, cuando nos sentimos
atacados.
Señor, contemplamos tu bondad y tu ternura,
en la pobreza y humildad del portal de Belén.
Y nuestro corazón se llena de paz y alegría.
Pero hasta la ternura a veces es mal recibida.
Herodes te recibió con miedo y violencia.
Tu bondad resultó peligrosa para muchos
y acabaste colgado en el madero de la cruz.
Nos parece increíble, pero esto sigue pasando:
muchas personas que aman son incomprendidas,
porque su bondad supone una denuncia de la maldad,
porque preferimos la mediocridad a la santidad.
Señor, no dejes que otros paguen mis temores y enfados,
Perdona el mal que hacemos a muchas personas buenas.
Danos fuerza para compensar con amor nuestros errores
y para defender a los Santos Inocentes de este tiempo.
C. En nuestras sociedades ”avanzadas” muchos niños inocentes siguen
muriendo, en las guerras, en las hambrunas de tantos países; algunos ni
siquiera tienen la oportunidad de gritar, de llorar, víctimas del
aborto.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 27 de diciembre de 2024
Jueves, 27 de febrero de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Marcos 9, 40-49
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que os dé a beber un
vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin
recompensa.
El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría
que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar.
Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida,
que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga.
Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al abismo.
Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el
Reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al abismo, donde el
gusano no muere y el fuego no se apaga.
Todos serán salados a fuego.
Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la sazonaréis? Repartíos la sal y vivid en paz unos con otros.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Todas nuestras acciones que hacemos tienen su repercusión en nosotros mismos, en los demás, en el proyecto del Reino de Dios.
Las acciones buenas, por pequeñas e insignificantes que parezcan: dar un
vaso de agua, sonreír, guiñar un ojo... Cualquier cosa que hagamos nos
engrandece, alegra a quien está a nuestro lado, y hace que el Reino de
Dios se haga presente un poco más. Es como una pizca de sal que da buen
sabor a la vida.
Y las acciones malas, aunque parezcan intrascendentes, también tienen
sus reprecisiones negativas. Por eso, este Evangelio nos llama a evitar
cualquier ocasión de pecar, de hacer daño, de escandalizar.
Sin embargo, no solemos valorar las acciones pequeñas, sean buenas o malas. ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Cenar con los amigos,
abrirles el corazón sin miedo,
lavarles los pies con mimo y respeto,
hacerse pan tierno compartido
y vino nuevo bebido.
Embriagarse de Dios,
e invitar a todos a hacer lo mismo.
Visitar a los enfermos,
cuidar a ancianos y niños,
dar de comer a los hambrientos
y de beber a los sedientos;
liberar a presos y cautivos,
vestir a los desnudos,
acoger a emigrantes y perdidos,
sepultar dignamente a los muertos.
No olvidarse de los vivos,
e invitar a todos a hacer lo mismo.
Enseñar al que no sabe,
dar buen consejo al que necesita,
corregir al que se equivoca,
perdonar injurias y torpezas,
consolar al triste,
tener paciencia con las flaquezas del prójimo.
Pedir a Dios por amigos y enemigos,
e invitar a todos a hacer lo mismo.
Trabajar por la justicia,
empeñarse en una paz duradera,
decir no a las armas,
desvivirse en proyectos solidarios,
reducir nuestras cuentas y carteras,
superar las limosnas.
Amar hasta el extremo,
e invitar a todos a hacer lo mismo.
Ofrecer un vaso de agua,
brindar una palabra de consuelo,
denunciar leyes injustas,
parar el viaje de los negocios propios,
cargar con el herido
aunque no sea de la familia,
salir de mi casa y círculo
–chiringuito, grupo o castillo–.
Construir una ciudad para todos,
e invitar a todos a hacer lo mismo.
Realizar el trabajo debidamente.
No defraudar a Hacienda.
Respetar la dignidad de todos.
Defender los Derechos Humanos.
Romper fronteras y guetos.
Dudar de fortunas y privilegios.
Crear desconcierto evangélico.
Amar como él nos ama,
e invitar a todos a hacer lo mismo.
Etcétera, etcétera, etcétera...
Un gesto sólo, uno sólo
desborda tu amor,
que se nos ofrece como manantial de vida.
Si nos dejamos alcanzar y lavar,
todos quedamos limpios,
como niños recién bañados,
para descansar en tu regazo.
¡Lávame, Señor!
¡Lávanos, Señor!
Florentino Ulibarri
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Arranca la mano de piedra,
que aprieta con saña
y apunta con odio,
cocina maldades
y pone cadenas…
Verás cómo crece
la mano de carne
que acuna y aquieta,
que quita cerrojos,
que escribe poemas
Arranca la pierna de piedra
que al pisar aplasta,
que avanza sin norte,
y, cerril, patea.
Verás cómo crece
la pierna de carne,
que baila ligera,
que te lleva, lejos,
donde Dios te llama,
donde el hombre espera.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
Martes, 11 de febrero de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Marcos 7, 1-13
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos
letrados de Jerusalén y vieron que algunos discípulos comían con manos
impuras (es decir, sin lavarse las manos) (Los fariseos, como los demás
judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien,
aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no
comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de
lavar vasos, jarras y ollas) Según eso, los fariseos y los letrados
preguntaron a Jesús: ¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y
no siguen tus discípulos la tradición de los mayores ? El les contestó:
Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: «Este
pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos».
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
Y añadió: Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición.
Moisés dijo: «Honra a tu padre y a tu madre» y «el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte».
En cambio vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: «Los
bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo» , ya no le
permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra
de Dios con esa tradición que os trasmitís; y como éstas hacéis muchas.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Los fariseos no amaban al Señor. Al contrario: lo odiaban. Y cualquier razón era buena para criticarlo.
"Señor no dejes que domine en nosotros el odio"
"Ayúdanos a descubrir lo bueno de cada persona"
Algunos judíos hacían muchas cosas "piadosas", pero el corazón estaba
lejos de Dios. Nosotros vamos a la Eucaristía, tenemos grupos de vida,
estamos comprometidos... Pero ¿dónde está nuestro corazón? ¿qué te dice
Dios? ¿qué le dices?
Señor, ayúdanos a descubrir nuestras incoherencias,
a no justificar nuestros errores y pecados,
a no acostumbrarnos a nuestra mediocridad.
Compartimos una parte de nuestro dinero,
pero nuestro estilo de vida sigue siendo consumista.
Empleamos tiempo y dinero para arreglarnos por fuera,
pero ¡qué poco cuidamos nuestro interior!
Hablamos mucho de justicia y solidaridad,
pero muy pocos pobres tienen sitio en nuestra casa y en nuestro corazón.
Apoyamos el reciclaje, el medio ambiente, la ecología;
pero seguimos generando toneladas de basura.
Defendemos mucho nuestros derechos,
pero casi no hacemos nada por las personas "sin-derechos".
Acudimos a reuniones, nos gusta encontrarnos con los demás,
pero nuestra vida es demasiado individualista.
Participamos de vez en cuando en oraciones y celebraciones,
pero no nos acabamos de fiar de Dios.
(Cada uno piense cuáles son sus incoherencias personales)
Señor, sabemos que Tú nos quieres tal y como somos,
que tu amor es mucho más grande que nuestra incoherencias;
¡Cuánto te agradezco que me ames, a pesar de todo!
Danos tu luz y tu fuerza para superar contradicciones
para acercarme cada día a lo que tú has soñado para mí,
para que se puedan cumplir nuestros mejores deseos,
para trabajar por la verdad, la justicia y la paz,
para que crezcan en nuestro corazón la alegría y la esperanza.
Amén.
Los judíos buscaban excusas (muy buenas) para no cumplir la ley en lo
más importante: para no tener que socorrer a los padres, ofrecen los
bienes al templo. ¿Qué excusas ponemos para no cumplir la voluntad de
Dios? ¿qué le dices?
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
Viernes, 27 de diciembre de 2024. San Juan Apóstol y Evangelista
San Juan Apóstol y Evangelista
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 20, 2-8
El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde
estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y
les dijo:
-«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían
juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó
primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no
entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las
vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no
por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Celebramos la fiesta de San Juan. En su evangelio nos cuenta la
experiencia de su encuentro con Jesús, una experiencia que se resume con
una palabra: amor. Por amor, el Señor nació. Por amor, curó. Por amor,
predicó. Por amor, murió y resucitó.
"Señor haznos testigos de tu amor"
B. En el evangelio de hoy, Pedro y Juan se encuentran con el sepulcro de
Jesús abierto y las vendas por el suelo: los primeros signos de la
resurrección del Maestro.
"Damos Una mirada nueva para descubrir los signos de la resurrección
en mi vida, en las familias, en la Iglesia, en el mundo"
C. Juan corría más que Pedro, pero lo esperó. Es un detalle interesante.
En nuestras familias, en la Iglesia ocurre algo similar: unos corren
más rápidos que otros, unos son más "avanzados", otros más "prudentes".
Es más importante llegar juntos que llegar el primero.
"Señor, concédenos el don de la unidad"
"Perdona nuestras prisas"
"Gracias por las personas que saben esperar"
Señor, ayúdame a escuchar tu voz y a responderte, con la misma
decisión y generosidad de Juan Evangelista. Cuando lo llamaste, a
orillas del lago Tiberiades, inmediatamente dejo la barca y a su padre y
te siguió. No lo dejó para dentro de un rato, o para mañana. Casi no te
conocía. No sabía qué le esperaba, pero tu voz resonó en su corazón con
tal fuerza que lo dejó todo y te siguió. Señor, ayúdame a escuchar tu
voz y a responderte, con decisión y generosidad.
Señor, ayúdame a acercarme a ti cada día y a dejar que tu cercanía me
transforme, como a Juan. Juan y su hermano Santiago iban en busca de
privilegios. Pero estar a tu lado les fue cambiando. Entendieron que es
menester beber el cáliz del amor, del servicio y de la entrega hasta la
última gota. Experimentaron que el camino de la gloria pasa por
Getsemaní y por el Calvario. Señor, ayúdame a acercarme a ti cada día y a
dejar que tu cercanía me transforme.
Señor, ayúdame a cuidar mi relación contigo, a dejarme amar por ti,
como Juan. Él es "el discípulo a quien Jesús amaba", "el discípulo
predilecto", el que se siente amado “hasta el extremo”. También yo soy
amado por amado por ti. Tú me amas como si yo fuera tu único amigo y
como si tú fueras el único amor que hay en mi vida. Tú quieres que yo
sea tu amigo y en ocasiones parece que me conformo con ser tu siervo.
Señor, ayúdame a cuidar mi relación contigo, a dejarme amar por ti.
Señor, ayúdame a ser miembro activo de mi comunidad cristiana, de la
Iglesia, como Juan. Es él una “columna” de la comunidad de Jerusalén.
Que sepa agradecer los talentos y capacidades que me has dado,
poniéndolos al servicio de la comunidad. Que sepa apoyar mi fe en las
columnas de mis hermanos y que mi fe sea columna donde otros puedan
encontrar seguridad y fuerza. Señor, ayúdame a ser miembro activo de mi
comunidad cristiana, de la Iglesia.
Señor, dame valentía, humildad y alegría para vivir, compartir y
defender nuestra fe en Ti, como Juan. Ante el Sanedrín que perseguía a
los primeros cristianos, Juan dijo: "No podemos dejar de hablar de lo
que hemos visto y oído". Ayúdanos a proclamar nuestra fe, ante el
sanedrín de los que te niegan y los que te buscan, ante el sanedrín de
facebook y twitter, ante el sanedrín de la injusticia y la pobreza.
Señor, dame valentía, humildad y alegría para vivir, compartir y
defender nuestra fe.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 26 de diciembre de 2024
Jueves, 26 de diciembre de 2024. San Esteban
San Esteban
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 17-22
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
-«No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os
azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y
reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los
gentiles.
Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo
diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis
vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por
vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a
los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Cuando todavía estamos saboreando la ternura del niño
Dios, celebramos la fiesta del primer mártir: San Esteban. Por eso, el
evangelio nos habla de persecuciones, odios y sufrimientos. Parece que
no tiene ninguna relación, pero, desgraciadamente, la ternura no sólo
causa alegría, también provoca el odio de los violentos.
"Gracias por las personas que manifiestan tu bondad hasta las últimas consecuencias"
"Ayúdanos a manifestar ternura, cuando seamos perseguidos"
B. Nos duele ser incomprendidos por cualquier persona. Sin embargo, nos
hiere de una forma especial el rechazo de los más cercanos: de los
padres, de los hijos, de los amigos más cercanos, de los que tienen la
misma fe o las mismas ideas...
"Dame Señor fuerza para comprender y perdonar siempre"
C. El que persevere hasta el final se salvará. Es fácil amar cuando nos
pagan con amor. Cuesta mucho más cuando recibimos indiferencia o
críticas. Sólo con la ayuda de Dios podemos perseverar en la adversidad.
¿Qué te dice Dios? ¿qué le dices?
Al leer hoy tu Palabra me pregunto:
¿Cómo doy testimonio de ti?
¿Qué hace de un creyente ser profeta?
¿Qué me pides como profeta de tu reino?
Y sé que quieres que más que profeta sea profecía,
anuncio comprometido, denuncia subversiva,
alegría desbordante, optimismo movilizador
y esperanza fundamentada.
Y sé que quieres que afronte con serenidad
el rechazo que vivo cuando te vivo,
el rechazo que experimento cuando te anuncio,
el rechazo que en mi propia “tierra” veo
que causa la radicalidad de tu mensaje y el escándalo de la cruz.
Al leer hoy tu Palabra me pregunto:
¿Qué tipo de profeta soy? ¿Qué genera en mí ser profeta?
¿Qué me exige ser profeta?
Y me doy cuenta que a veces me puede la cobardía
o la incoherencia o mi falta de autenticidad y valentía.
Y me doy cuenta de que confías siempre en mí.
¡Mucho más de lo que a veces creo!
¡Mucho más de lo que a veces aprovecho!
¡Mucho más de lo que a veces me merezco!
Señor, hazme profeta.
Hazme profecía.
Señor, que no tema tanto el rechazo
como la esterilidad que produce hacer lo de siempre,
lo que todos, lo que se lleva…
simplemente por evitar el conflicto
y la reacción que provoca escuchar tu Palabra
y ponerla en práctica,
ponerla en práctica y dar testimonio profético
de que lo de tu reino es verdad y vida verdaderas. Así sea
oscaralonso©oracionesdiarias
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 25 de diciembre de 2024
Miércoles, 25 de diciembre de 2024. Solemnidad de Navidad
Solemnidad de Navidad
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 2,1-14.
En aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer
un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo
Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su
ciudad.
También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la
ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén,
para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras
estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo
primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no
tenían sitio en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire
libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les
presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de
gran temor.
El ángel les dijo: —No temáis, os traigo la buena noticia, la gran
alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un
Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un
niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército
celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra, paz a los hombres que Dios ama.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Este no es un día para comentar el Evangelio. Es día para contemplar a
Jesús, recién nacido, para dejarse impresionar por su ternura, para
alabar a Dios, que nos ha manifestado su amor infinito:
Jesús, al nacer te hiciste pequeño y humilde, para que no te
tengamos miedo y te acojamos, para curar nuestros aires de grandeza.
Jesús,
fuiste un bebé para mostrarnos tu ternura, para que podamos sentir y
gozar con tu cariño, para que nuestro corazón sepa recibir y regalar
amor.
Jesús, te has acercado a nosotros, a todas las personas,
para encontrarte con nosotros y darnos tu alegría, para que nos
acerquemos a cuantos nos necesitan.
Jesús, viniste hace 2000 años
y hoy sigues a nuestro lado, en el corazón de cada persona, en el pan
que comulgamos. Gracias por tu cercanía, por tu alegría, por tu paz.
---------------------
En las plazas y en las iglesias,
siempre estás tú.
En los mercados y en los claustros,
siempre estás tú.
En las ciudades y en los desiertos,
siempre estás tú.
En los valles y en las montañas,
siempre estás tú.
En las fábricas y salas de fiesta,
siempre estás tú.
En las playas y en los monasterios,
siempre estás tú.
En las cumbres nevadas y en los oasis,
Siempre estás tú.
En las calles y en los corazones,
siempre estás tú...
Aunque ya no haya estrellas
y yo vaya por caminos inciertos,
tú siempre estás...
Aunque no te ofrezca nada
-ni oro ni incienso ni mirra-
tú siempre estás.
Aunque vuelva a mi hogar
en busca de paz y seguridad,
tú siempre estás.
Te veo junto a mí
en los días de éxito y favor
y en los oscuros y de tribulación.
Te veo junto a mí,
a veces delante, a veces detrás,
y también en mis flancos débiles y sin cubrir.
Te veo junto a mí
rodeándome y protegiéndome
y también sacándome al horizonte.
Te veo junto a mí
cuando ando entre la gente
y contemplo el rostro de quienes van y vienen.
Y cuando abro mis ojos,
ora camine ora me detenga,
es tu rostro el que me ilumina y emociona.
En todos los lugares en los que estoy, estás.
A todas las horas que estoy, estás;
y tu rostro encarnado, siempre me ama más.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 24 de diciembre de 2024
Martes,24 de diciembre de 2024
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 1, 67‑69
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:
«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a
su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su
siervo, según lo habla predicho desde antiguo por boca de sus santos
profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos
los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros
padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro
padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del
Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el
perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que
nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra
de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Zacarías da gracias, bendice a Dios... Reza despacio con sus palabras.
Dios sigue haciendo hoy las mismas maravillas que relata el padre de
Juan Bautista. La Iglesia llama a esta oración de Zacarías "Benedictus".
Sol que naces de lo alto
sin querer quedarte arriba.
Luz que brillas en el cielo
para hacer crecer la vida.
Vuelve a nuestro mundo soñoliento
la paz que le es robada sin saberlo,
la sed del que marcha hacia una meta
y el hambre insaciable
de querer ser más pequeños.
Danos tu amor ingente y encendido
para deshacer el hielo
del olvido y la ceguera
que reinan lejos del pesebre.
Y empezar así, como recién nacidos,
a aprenderlo todo, todo de nuevo:
las palabras, los silencios,
los deseos y los miedos de la gente.
Villancicos que traéis su fiel recuerdo,
estrellas que alumbráis en la noche su presencia,
enseñadnos el surco profundo y extenso
en que la vida de Dios se va forjando libremente:
más humana, más cercana, más fraterna.
Y despertad en nosotros el deseo apasionado
de acogerla entre los brazos,
de glosar sus balbuceos,
de alimentar en su mirada
nuestros más endebles sueños.
Seve Lázaro SJ
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Navidad. Tiempo de creer
Creo en la bondad, responsabilidad
y buen hacer de José de Nazaret
que supo darte casa, nombre y todo su ser.
Creo en la fe humana y adulta de María,
en su espera y acogida,
y en su ternura desbordada cada día.
Creo en la pobreza del portal,
que está siempre en las afueras,
con un buey y una mula, y aún sin ellos.
Creo en el anuncio de los ángeles,
presencias visibles de Dios que nos quiere,
que cantan y nos alegran de día y de noche.
Creo en el gozo compartido de los pastores
que sueñan mundos nuevos y mejores,
y, presurosos, caminan para ofrecerte sus presentes.
Creo en la estrella peregrina y mensajera,
que capta la atención de la gente buena
y que nos guía a través de la vida.
Creo en los Magos, inquietos y tenaces,
que van tras ella hasta encontrarte,
y hacen el camino de ida y vuelta siguiéndola.
Creo en las sendas que llevan a Belén,
en los ríos de plata, en los montes de musgo,
en las casas de corcho y en un nuevo amanecer.
Creo en todos los embarazos y partos
pues nos traen la vida y el gozo
aunque vengan sin pan bajo el brazo.
Creo en la alegría del universo entero
y en la clara amistad entre las personas,
nacida de repente o crecida a ritmo de cosecha.
Creo en la sorpresa de los niños,
en la ternura de los seres humanos
y en la creación que nos hace guiños.
Creo en el amor gratuito,
difícil e inseguro, pero cierto,
que nos muestra tu rostro humano y divino.
Creo en Jesús, tu Hijo amado, nuestro hermano,
nacido en este mundo cerrado,
para abrirnos el corazón y tu Reino.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 23 de diciembre de 2024
Lunes, 23 de diciembre de 2024
1. Abro el corazón a Dios
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 1, 57‑66
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se
enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le habla hecho una
gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías,
como a su padre. La madre intervino diciendo: —«¡No! Se va a llamar
Juan.»
Le replicaron: ‑«Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre como quería que se llamase. El
pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron
extrañados.
Inmediatamente se le salto la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la
montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: —«¿Que
va a ser este niño?»
Porque la mano del Señor estaba con el.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Después de muchos años esperando, Dios cumple sus
promesas: Isabel, en su ancianidad, da a luz un hijo. Podemos fiarnos de
Dios, hasta de sus palabras más difíciles de creer: felices los pobres,
felices los que sufren, vende lo que tienes y dalo a los pobres y
tendrás un tesoro en el cielo, os llevaré conmigo, el que come mi carne y
bebe mi sangre tiene vida eterna... Aunque a veces parezca que seguir
la Palabra de Dios no nos da la felicidad que buscamos, al final Dios
nos da mucho más de lo que podemos imaginar.
B. ¡Qué importante es el nombre para los semitas! El nombre refleja la
identidad de la persona. Juan significa "Dios se ha compadecido" y "El
que manifiesta a Dios". Juan anuncia la compasión de Dios y manifiesta a
Dios, señala su presencia. Los cristianos estamos llamados a descubrir
el amor de Dios y a ayudar a otros a descubrirlo-
Señor, Tú eres Dios compasivo y misericordioso. Estás a nuestro
lado. Siempre, sin apartarte jamás. Estás de nuestra parte. Siempre,
pase lo que pase. Estás al lado de cada persona, de todas las personas.
Tu
gloria es que todos tus hijos seamos felices, viviendo como hermanos
que aman y se ayudan, como hijos tuyos, que se dejan cuidar por ti, que
siembran justicia, paz y verdad en el mundo.
Gracias, Señor, por
Juan y por todas las personas que, con su presencia, su cariño y su
palabra, me recuerdan que Tú eres favorable y estás de mi parte. Gracias
por… (recuerdo sus nombres).
Señor, Tú me has llamado, como a
Juan, para que, a pesar de mi pequeñez y mis pecados, yo sea una
bendición para mi familia y mis amigos, para mi comunidad cristiana y
para el mundo.
Tu mano acompañaba a Juan y me acompaña a mí. Tus
manos de alfarero me formaron de barro y espíritu. Tus manos de madre me
acarician y protegen. Tus manos de pastor me conducen a la vida eterna.
C. Antífona de la O de hoy:
OH ENMANUEL,
Rey y Legislador nuestro,
esperanza de las naciones
y salvador de los pueblos,
ven a salvarnos,
Señor Dios nuestro..
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 22 de diciembre de 2024
Domingo, 22 de diciembre 2024
1. Abro el corazón a Dios
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
Lucas 1,39-45
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a
un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En
cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú
entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para
que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis
oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has
creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. María ha recibido la visita del ángel de Dios. No sería difícil
imaginar que, después de esta experiencia, quedara ensimismada, pensado
todo el día en lo ocurrido, al margen de cualquier cosa que ocurriera a
su alrededor. Sin embargo, no es así. El encuentro con Dios no la
despreocupa de los problemas y necesidades de las personas. Al contrario
maría corre, fue aprisa a la montaña...
"Perdona mi despreocupación de los problemas de los hermanos"
"Dame, Señor, un corazón sensible"
"Gracias Jesús por las personas que expresan la fe en el servicio"
B. María e Isabel son dos mujeres creyentes. Las dos han experimentado
en sus vidas el poder maravilloso de Dios. Y cuando se encuentran
comparten su vivencia llenas de alegría. La fe es una experiencia
personal, no cabe duda; pero cuando se comparte, cuando se pone en
común, crece, alegra más el corazón...
"Dame Señor hermanos, para compartir el regalo de la fe"
"Gracias Señor por las personas que han compartido conmigo la aventura de su fe"
"Perdona Jesús mis actitudes individualistas"
Señor, dame unos pies ligeros y unas manos abiertas, para servir a
quién lo necesite, como los María. Que no deje para mañana el bien que
pueda hacer hoy.
Gracias por las personas acogedoras, como
Isabel. Gracias por las personas que me aman y se alegran al verme.
Gracias por los que saben abrazarme, escucharme y hacerme sentir muy
especial. Gracias por las personas que confían en mí.
Señor,
gracias por las personas con las que puedo compartir la fe, en las que
puedo comprobar que mi fe no es una locura, en las que puedo apoyar mi
fe pequeña y débil, con las que puedo disfrutar la alegría de sentirnos
tocados por tu amor. Amén.
----------------
Hoy, Señor, queremos cantarte
con nuestra voz humana,
con nuestras palabras torpes y libres
y nuestro lenguaje de calle,
que Tú tan bien entiendes,
porque la comunicación es posible.
Por ser viajeros del tren de la vida,
por haber dejado de ser islas,
por adentrarnos por senderos y charcos,
playas, desiertos, montañas y llanos,
por tu presencia viva en esta aventura,
te damos gracias con fuerza y ternura.
Por nuestro yo abierto que compartimos,
por nuestro yo íntimo que tanto amamos,
por nuestro yo ciego que a veces nos da miedo
y también por nuestro yo desconocido que va aflorando,
por todo lo que somos y compartimos,
te damos gracias con fuerza y ternura.
Por todos los pequeños y grandes caminos
de comunicación, diálogo y encuentro:
por la palabra y el gesto con la mano abierta,
por la sonrisa, el guiño, el beso y las lágrimas,
por el abrazo redondo y todos los sentidos,
te damos gracias con fuerza y ternura.
Por los ojos que saben decir lo que llevan dentro,
por los pies que nos acercan a los que están solos,
por el cuerpo que expresa nuestros sentimientos,
por los corazones que laten al unísono,
por quien con su amor nos comunica vida,
te damos gracias con fuerza y ternura.
Porque nos hemos puesto en camino a toda prisa,
y hemos entrado en casa del pobre;
porque hay vientres llenos de espíritu vivo,
y tú estás con nosotros a lo largo del camino
como prenda y señal de comunicación,
te damos gracias con fuerza y ternura.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 21 de diciembre de 2024
Sábado, 21 de diciembre 2024
1. Abro el corazón a Dios
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 1,39-45
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a
un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En
cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú
entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para
que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis
oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has
creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
María sirve. Corre para servir. No lo deja para mañana. Fue aprisa a la montaña. Su prima Isabel, ya mayor, espera un hijo.
“Señor, perdona mi pereza y mi egoísmo”
“Gracias por las personas que sirven, que me sirven”
“Dame buena vista para descubrir las necesidades de los hermanos”
El encuentro de María e Isabel es un estallido de alegría. Se quieren y sobre todo saben que Dios está con ellas.
“Señor, enséñanos a gozar de la amistad y a compartir la fe”
“Gracias por estar siempre a nuestro lado”
“Cura nuestra tristeza y desesperanza”
Antífona de la 0 de hoy:
OH SOL,
que naces de lo alto,
Resplandor de la luz eterna,
Sol de justicia,
ven ahora a iluminar
a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte.
Señor, dame unos pies ligeros y unas manos abiertas,
para servir a quién lo necesite, como los María.
Que no deje para mañana el bien que pueda hacer hoy.
Gracias por las personas acogedoras, como Isabel.
Gracias por las personas que me aman y se alegran al verme.
Gracias por los que saben abrazarme, escucharme y hacerme sentir muy especial.
Gracias por las personas que confían en mí.
Señor, gracias por las personas con las que puedo compartir la fe,
con las que puedo comprobar que mi fe no es una locura,
con las que puedo apoyar mi fe pequeña y débil,
con las que puedo disfrutar la alegría de sentirnos tocados por tu amor. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
Viernes,20 de diciembre 2024
1. Abro el corazón a Dios
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 1, 26‑38
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado
José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
—«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
—«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en
tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será
grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino
no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel:
—«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó:
‑«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá
con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido
un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para
Dios nada hay imposible.»
María contestó:
—«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Para que Jesucristo naciera hace 2000 años, Dios necesitó el "si" de
una mujer: María. Para que Dios nazca hoy en ti, en tu familia, en tu
mundo, Dios necesita tu "si" ¿Escuchas su propuesta?
B. Dios quiere nacer y quiere que tú lo des a luz. ¿No te lo crees? ¿Te
parece una bobada? ¿Te parece imposible? Recuerda: para Dios nada hay
imposible, El Espíritu de Dios vendrá sobre ti...
Haz de nosotros lo que Tú quieras, Señor; que nosotros queremos ser
como María. Pero, aunque pretendemos darte un sí, a veces el miedo nos
frena, en otras ocasiones estamos inseguros, también nos dejamos llevar
por la comodidad o por lo que hace la mayoría y nos escapamos de tu
camino.
Pero queremos decirte un sí rotundo: a tu forma de tratar a la gente,
a tu sensibilidad para todos, a tu sencillez más total, a tu manera de
servir, a intentar ser los últimos, a cuidar a los más frágiles, a
levantar a los caídos, a liberar a los angustiados, a poner alegría en
los desanimados, a ilusionar a los deprimidos, a curar a nuestros
enfermos, a jugar como los niños y a cuidar la amistad contigo.
Señor, de verdad que sí, que queremos ser de los tuyos, que intentamos vivir a tu manera, aunque demasiadas veces se nos olvida.
Llévanos fuerte de tu mano y ayúdanos a sentir la alegría de quienes se dejan amar y guiar por Ti
-------------------------
Yo te saludo, María,
porque el Señor está contigo;
en tu casa, en tu calle, en tu pueblo,
en tu abrazo, en tu seno.
Yo te saludo, María,
porque te turbaste
-¿quién no lo haría ante tal noticia?-;
mas enseguida recobraste paz y ánimo
y creíste a un enviado cualquiera.
Yo te saludo, María,
porque preguntaste lo que no entendías
-aunque fuera mensaje divino-,
y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego,
sino que tuviste diálogo y palabra propia.
Yo te saludo, María,
porque concebiste y diste a luz
un hijo, Jesús, la vida;
y nos enseñaste cuánta vida
hay que gestar y cuidar
si queremos hacer a Dios presente en esta tierra.
Yo te saludo, María,
porque te dejaste guiar por el Espíritu
y permaneciste a su sombra,
tanto en tormenta como en bonanza,
dejando a Dios ser Dios
y no renunciando a ser tú misma.
Yo te saludo, María,
porque abriste nuevos horizontes
a nuestras vidas;
fuiste a cuidar a tu prima,
compartiste la buena noticia,
y no te hiciste antojadiza.
Yo te saludo, María,
por ser alegre y agradecida
y reconocer que Dios nos mima,
aunque nuestra historia sea pequeña
y nos olvidemos de sus promesas.
Yo te saludo, María.
¡Hermana peregrina
de los pobres de Yahvé,
camina con nosotros,
llévanos junto a los otros
y mantén nuestra fe!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 19 de diciembre de 2024
Jueves,19 de diciembre 2024
1. Abro el corazón a Dios
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 1, 5‑25
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado
Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón
llamada Isabel.
Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los
mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era
estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el
ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a
ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando
durante la ofrenda del incienso.
Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del
incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.
Pero el ángel le dijo:
—«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel
te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y
muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del
Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el
vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá
delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los
corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la
sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien
dispuesto.»
Zacarías replicó al ángel:
—«¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.»
El ángel le contestó:
—«Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a
hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira te quedarás mudo, sin
poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a
mis palabras, que se cumplirán en su momento.»
El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto
en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que
había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas,
porque seguía mudo.
Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días
después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses,
diciendo:
—«Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. "Tu ruego ha sido escuchado". Dios siempre escucha
nuestras oraciones y cumple sus promesas, aunque sea en edad avanzada.
Nos da en cada momento lo que necesitamos. Pero muchas veces creemos que
nadie nos oye, que se ha olvidado de nosotros, que nos castiga... En el
fondo nos falta confianza en Dios, creemos que Dios no sabe hacer su
oficio, que nosotros lo haríamos mejor.
B. ¿Cómo estaré seguro de eso? Queremos estar seguros, demasiado seguros… ¿Te fías de Dios? ¿Qué le dices?
"Tu ruego ha sido escuchado" nos dices.
Sin embargo, muchas veces creemos que nadie nos oye, que te has olvidado de nosotros, que nos castigas...
Nosotros, como Zacarías, también te decimos: "¿Cómo estaré seguro de eso?"
Queremos estar seguros, seguros del todo.
Aunque presumamos de aventureros, lo cierto es que nos cuesta el riesgo.
Danos sabiduría para aceptar que en las decisiones más importantes de la vida
nunca tenemos plena seguridad.
Cuando Tú nos llamas, nunca podemos tener todo controlado.
Para poder vivir, para poder avanzar en la vida, como personas y como cristianos,
necesitamos confianza.
Sin confianza, sin riesgo, no puede haber avances.
Señor, nos falta confianza en Ti, creemos que no sabes hacer tu oficio de Dios.
Perdona y cura nuestras impaciencias y desconfianzas.
Aumenta nuestra fe en Ti, porque sólo Tú escuchas siempre nuestras oraciones,
cumples todas tus promesas y nos das en cada momento lo que más nos conviene.
C. Antífona de la O de hoy:
Oh renuevo del tronco de Jesé,
que te alzas como un signo por los pueblos,
ante quien los reyes enmudecen
y cuyo auxilio imploran las naciones,
ven a librarnos, no tardes más.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 18 de diciembre de 2024
Miercoles, 18 de diciembre 2024
1. Abro el corazón a Dios
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 1, 18‑24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos,
resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió
repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le
apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
—«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer,
porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz
un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo
de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios‑con‑nosotros".»
Cuando José se despertó, hizo lo que le habla mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Antes de vivir juntos María esperaba un hijo. ¡Cómo son
los planes de Dios! Nos descoloca continuamente. Dice Isaías 55,8 "no
son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis
caminos". Nos cuesta comprender su voluntad y cumplirla. Queremos
domesticar los planes de Dios, suavizar las cuestas y curvas de su
camino, controlar sus sorpresas...
Calma nuestras impaciencias;
que aprendamos, como José,
a dejar que las cosas sucedan
sin perder el equilibrio,
sin bloquearnos por la protesta,
sin rechazar al diferente,
sin juzgar con dureza.
Danos la sabiduría de José,
para pensar bien de la gente,
para dejar obrar a Dios,
y para apostar por la bondad del otro.
Haznos generosos como María,
para darte el sí,
para estar disponibles siempre
aunque no entendamos.
Ayúdanos a cuidar nuestra familia,
a mantener viva la comunicación,
a generar ternuras y detalles
y a estar atentos a lo que necesita el otro.
B. Antífona O de hoy:
"Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley,
ven a librarnos con el poder de tu brazo"
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 17 de diciembre de 2024
Martes, 17 de diciembre 2024
1. Abro el corazón a Dios
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 1, 18‑24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos,
resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió
repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le
apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
—«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer,
porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz
un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo
de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios‑con‑nosotros".»
Cuando José se despertó, hizo lo que le habla mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Antes de vivir juntos María esperaba un hijo. ¡Cómo son
los planes de Dios! Nos descoloca continuamente. Dice Isaías 55,8 "no
son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis
caminos". Nos cuesta comprender su voluntad y cumplirla. Queremos
domesticar los planes de Dios, suavizar las cuestas y curvas de su
camino, controlar sus sorpresas...
Calma nuestras impaciencias;
que aprendamos, como José,
a dejar que las cosas sucedan
sin perder el equilibrio,
sin bloquearnos por la protesta,
sin rechazar al diferente,
sin juzgar con dureza.
Danos la sabiduría de José,
para pensar bien de la gente,
para dejar obrar a Dios,
y para apostar por la bondad del otro.
Haznos generosos como María,
para darte el sí,
para estar disponibles siempre
aunque no entendamos.
Ayúdanos a cuidar nuestra familia,
a mantener viva la comunicación,
a generar ternuras y detalles
y a estar atentos a lo que necesita el otro.
B. Antífona O de hoy:
"Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley,
ven a librarnos con el poder de tu brazo"
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 16 de diciembre de 2024
Lunes, 16 de diciembre 2024
Lunes de la 3ª semana de Adviento
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 21, 23‑27
En
aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le
acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para
preguntarle: —«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado
semejante autoridad?»
Jesús les replicó: —«Os voy a hacer yo
también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué
autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de
los hombres?»
Ellos se pusieron a deliberar: —«Si decimos "del
cielo", nos dirá: “¿Por qué no le habéis creído)" Si le decimos "de los
hombres", tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta.»
Y respondieron a Jesús: —«No sabemos.»
Él, por su parte, les dijo: —«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Ante la pregunta de los sacerdotes y ancianos, Jesús
responde con otra pregunta. Si leemos con atención el Evangelio nos
daremos cuenta de que a veces Jesús no responde las preguntas que le
hacen. Normalmente Jesús no responde a las personas que no preguntar
para saber, sino para atacar, para reírse. Sin embargo, Jesús siempre
responde a los que quieren saber.
"Dame Señor sabiduría para responder y para callar"
"Perdona y cura mi mala intención cuando hablo"
B.
Los sumos sacerdotes y los ancianos no están abiertos a la verdad de
Jesús. No estaban abiertos a Dios. Creían que Dios estaba con ellos y
bendecía todas sus acciones. A veces nosotros tampoco estamos abiertos.
Continuamente podemos encerrarnos en nuestras ideas, en nuestros
errores. Es necesario estar siempre abiertos para que el Señor nos
conduzca cada día a una verdad más plena, a una vida más auténtica, a
una fe más purificada.
Señor, la novedad nos da siempre un poco de miedo;
nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control,
si somos nosotros los que construimos, programamos, planificamos nuestra vida,
según nuestros esquemas, seguridades, gustos....
Y esto nos sucede también contigo.
Con frecuencia te seguimos, te acogemos, pero hasta un cierto punto;
nos resulta difícil abandonarnos a Ti con total confianza,
dejando que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones;
tenemos miedo a que nos lleves por caminos nuevos,
nos saques de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas,
para abrirnos a los tuyos.
Tú eres novedad y haces nuevas a las personas que, con confianza, se dejan tocar por Ti:
Noé, del que todos se ríen, construye un arca y se salva;
Abrahán abandona su tierra, aferrado únicamente a una promesa;
Moisés se enfrenta al poder del faraón y conduce al pueblo a la libertad;
los Apóstoles, de temerosos y encerrados en el cenáculo, salen con valentía para anunciar el vangelio.
Y nosotros, ¿estamos abiertos a las sorpresas que nos preparas
o nos encerramos, con miedo, a la novedad del Espíritu Santo?
¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que Tú nos presentas
o nos atrincheramos en estructuras y costumbres caducas,
que han perdido la capacidad darnos y dar las mundo la alegría más grande?
Danos un corazón abierto para acogerte, para abrirnos a tu novedad,
con la seguridad de que Tú nos amas y siempre quieres nuestro bien.
Oración inspirada en una homilía de Francisco (19 de mayo de 2013)
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 15 de diciembre de 2024
Domingo, 15 de diciembre 2024."Gaudete"
III Domingo de Adviento " Gaudete"
1. Abro el corazón a Dios
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 3, 10‑18
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
—«¿Entonces, qué hacemos?»
Él contestó:
—«El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.»
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
—«Maestro, ¿qué hacemos nosotros?»
Él les contestó:
—«No exijáis más de lo establecido.»
Unos militares le preguntaron:
—«¿Qué hacemos nosotros?»
Él les contestó:
—«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.»
El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:
—«Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no
merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con
Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva
y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no
se apaga.»
Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Juan Bautista predica la conversión, una conversión que se manifiesta
en acciones concretos: repartir túnicas y comida, no exigir más de lo
establecido, contentarse con la paga... La conversión del corazón se
manifiesta en las obras. Y las obras nos ayudan a convertir el corazón.
¿Qué me pides Señor en este Adviento?
La vida es...
una oportunidad, aprovéchala;
un sueño, hazlo realidad;
una aventura, sumérgete en ella;
un reto, afróntalo;
una promesa, créela;
un misterio, contémplalo;
una empresa, realízala;
un himno, cántalo;
una oferta, merécela.
La vida es la vida, ¡ámala!
La vida es...
belleza, admírala;
riqueza, compártela;
lucha, acéptala;
semilla, siémbrala;
acción, dirígela;
felicidad, saboréala;
sorpresa, ábrela;
gracia, acógela;
llamada, respóndela.
La vida es la vida, ¡vívela!
La vida es...
saludo de Dios, recíbelo;
tesoro, cuídalo;
compromiso, cúmplelo;
amor, disfrútalo;
desafío, encáralo;
regalo, gózalo;
combate, gánalo;
camino, recórrelo;
encuentro, hazlo realidad.
La vida es la vida, ¡entrégala!
La vida es...
manantial, déjalo que brote;
río, acepta que fluya;
camino, anímate a recorrerlo;
proyecto, embárcate en él ahora mismo;
tapiz, entretéjelo con todos los hilos;
campo, áralo y siémbralo;
hoja en blanco, escríbela:
libro abierto, léelo;
riqueza, compártela.
La vida es la vida, ¡gózala!
B. Muchos creían que Juan era el Mesías. Sin embargo él no se deja
llevar por los que lo alaban: Yo no merezco desatarle la correa de las
sandalias. Cuando la gente habla bien de nosotros, podemos caer en la
tentación de creer que somos los mejores. ¡Cuidado!
"Ayúdame Señor a conocerme y a valorarme con verdad"
"Perdona Señor por las veces que me creo el mejor"
"Perdona Jesús porque a veces no confío en los hermanos"
C. Juan bautizaba con agua. Jesús bautiza con Espíritu Santo y fuego. En
el Bautismo y en la Confirmación recibimos el Espíritu Santo, el mismo
Espíritu que animó la vida de Jesús, el Espíritu que nos quema por
dentro para ser buenos hijos de Dios, para luchar por la justicia, para
compartir... No siempre abrimos las velas del corazón para que el viento
del Espíritu nos impulse. Cuando nos dejamos llevar, el Espíritu puede
hacer muchas maravillas en nosotros y a través nuestro.
"Gracias Señor por el don del Espíritu"
"Guíame Señor hacia ti con tu Espíritu"
"Ayúdame a sentir la fuerza del Espíritu en mi vida"
Llévame al desierto
y susúrrame, en el silencio,
tu palabra.
Condúceme por la ciudad
y grítame, entre el tráfico y el barullo,
tu palabra.
Dirígeme por tus caminos
y dime, quedamente,
tu palabra.
Acompáñame por valles y montañas
y repíteme, con eco y fuerza,
tu palabra.
Guíame a la periferia de siempre
y enséñame, con paciencia,
tu palabra.
Álzame por encima de mis problemas
y desvélame, con gracia y ternura,
tu palabra.
Lánzame al agua
y hazme beber, serenamente,
tu palabra.
Transpórtame a cualquier oasis
y refléjame, claramente,
tu palabra.
Conviérteme a Dios y su reino
y anímame a escuchar en este tiempo propicio
tu palabra.
Bautízame con Espíritu Santo y fuego
e imprime en mi ser para siempre
tu palabra.
Ponme en los lugares más necesitados,
y que me empape serenamente
tu palabra.
Déjame en el corazón de las personas
y espera, Señor, que crezca en mí
tu palabra.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 14 de diciembre de 2024
Sábado, 14 de diciembre de 2024.San Juan de la Cruz
San Juan de la Cruz
Sábado de la 2ª semana de Adviento
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 17,10‑13
Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: —
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?»
Él les contestó: ‑«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que
Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su
antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos.»
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. A la gente le cuesta reconocer a Juan como el profeta
enviado de Dios, le cuesta reconocer a Jesús como el Mesías, el Hijo de
Dios. También a nosotros nos cuesta reconocer la cercanía de Dios en
nuestra vida:
Señor, danos la mirada de fe de Juan Bautista,
para descubrirte y reconocerte en la vida,
en mis gozos y esperanzas, en mis tristezas y angustias,
en los gozos y esperanzas, las tristezas y angustias
de los que sufren y de todas las personas.
Qué sepamos verte y oírte, sentirte y tocarte.
Señor, danos la valentía de Juan Bautista,
para gritar con palabras y obras de amor:
“en medio de vosotros hay uno que no conocéis”;
para que sepamos mostrar tu presencia,
a quienes te buscan a ciegas y no te encuentran,
a los que te necesitan, aunque no lo reconozcan.
Señor, gracias por compartir nuestra vida,
gracias porque quieres encontrarte con nosotros,
gracias por la alegría de anunciar a otros tu presencia.
B. Elías vendrá y lo renovará todo. El adviento es tiempo de renovación:
renovación personal, renovación eclesial, renovación social. Pero ¿es
posible la renovación? ¿podemos cambiar? ¿podemos superar esas malas
costumbres que tenemos tan arraigadas? Es posible. Esta es una de las
buenas noticias del Adviento. Y además Dios mismo viene para dar la vida
por esa renovación. Con su fuerza y nuestra colaboración la renovación
será realidad. ¿Qué habría que renovar? ¿Qué le dices a Dios?
Llegará un día
en el que vivir no sea una pesada carga,
que doble las espaldas
y sofoque los corazones,
sino una asombrosa experiencia de plenitud
para todas las personas,
sea cual sea su origen, color, país o religión.
Llegará un día
en el que la libertad no sea un sueño,
temeroso de ser perdido
si despierta entre nuestros frágiles brazos,
sino una alegre realidad
capaz de ilusionar y emocionar
a todos los que vivimos y soñamos.
Llegará un día
en el que la igualdad no esté en entredicho
ni necesite discriminación positiva,
sea cual sea la cultura,
la condición social,
la patria, la riqueza
o el sexo de las personas.
Llegará un día
en el que los derechos humanos
no necesiten defensores ni leyes,
pues todos los llevaremos tatuados
en nuestras entrañas
y sabremos transmitirlos
a las generaciones futuras.
Llegará un día
en el que la justicia florecerá
en todos los campos y rincones
de nuestro ser y tierra
y podremos mirar sin temor,
en cualquier dirección,
con ojos limpios y acogedores.
Llegará un día
en el que las fronteras desaparecerán,
y todos los seres humanos
podremos movernos,
sin controles ni tarjetas,
de acá para allá,
como en nuestra propia casa.
Llegará un día
en el que la fraternidad
será la mejor carta de ciudadanía,
de dignidad y de respeto,
y todas las personas serán respetadas,
sean o no compañeras, camaradas,
adversarias o amigas.
Llegará un día
en el que podremos convivir,
dialogar y enriquecernos,
amar, compartir y criticarnos,
soñar, trabajar y cantar,
y ser diferentes sin excluirnos
en la mesa, en el corazón y en la historia.
Llegará un día
en el que esta sociedad se sienta renacer
en todos los cruces y sendas,
revistas, periódicos, radios y televisiones;
y en el que la buena noticia
sea el pan nuestro cada día
para quienes aman y caminan.
¡Pronto llegará ese nuevo día, Señor,
Si proclamamos sólo palabras de gracia!
¡Ya se anuncia!
Florentino Ulibarri
C. A Juan Bautista lo trataron a su antojo. Jesús (el Hijo del Hombre)
va a padecer a manos de ellos. Es destino de los profetas. Los profetas
no son videntes, son testigos de Dios, testigos de una verdad que no se
quiere oír, porque es demasiado dura, demasiado comprometida...
"Señor, ayúdame a descubrir los profetas que pones en mi vida"
"Quiero acoger tu Palabra, por exigente que sea"
"Tu Palabra Señor es vida".
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 13 de diciembre de 2024
Viernes, 13 de diciembre 2024.Santa Lucía
Santa Lucía
Viernes de la 2ª semana de Adviento
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 16‑19
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«¿A quién se parece esta generación?
Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos
tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no
habéis llorado."
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio."
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un
comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores."
Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Juan y Jesús anuncian la Palabra de Dios, con dos estilos
distintos. Juan desde el desierto, Jesús desde las calles, plazas y
casas. Juan no participaba en fiestas, Jesús si. Las palabras de Juan
eras más ásperas que las de Jesús. Juan es el mayor de los profetas,
Jesús es el mismísimo Hijo de Dios. Sin embargo, ni a uno ni a otro
escucharon. Decían que Juan tenía un demonio y que Jesús era un comilón y
un borracho. A veces somos especialistas es buscar excusas para no
escuchar a las personas.
B. Dios sigue hablando a través de personas, a través de personas
amables y bruscas, aburridas y divertidas, desagradables y simpáticas,
más buenas y peores, de izquierdas y de derechas, creyentes y no
creyentes...
No es fácil descubrir lo que Dios nos dice por medio de las palabras de
las personas (a veces contradictorias), pero tenemos que abrir los oídos
de par en par a todos y pedir a Dios que nos ayude a escuchar su
Palabra en las palabras.
Salir
con los ojos bien abiertos,
ligero de peso y erguido,
libre y dispuesto.
Andar por las calles sin miedo,
otear el horizonte serenamente,
saludar y tocar a la gente.
Escuchar el rumor de la vida,
dejarse empapar por ella
y regalar cántaros de esperanza todos los días.
No dormirse en los laureles,
vigilar todo lo que acontece
y esperar día y noche al que viene.
Volver
con los pies polvorientos,
el corazón enternecido
y preñadas las entrañas.
Entrar alegre en su casa,
dejarse lavar y curar las llagas
y sentarse a comer en compañía.
Contar lo que me ha sucedido,
escuchar a todos como amigo
y cantar con voz humana sus alabanzas.
Permanecer largo tiempo en silencio
contemplando el misterio
y cuidando la vida que está floreciendo.
Eso es Adviento.
Esto es Adviento.
Florentino Ulibarri
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Señor, te doy gracias por todas las personas que hoy se encontrarán conmigo,
cada una con su forma de pensar, sentir y actuar;
todas están creadas a imagen y semejanza tuya,
de todas puedo aprender algo bueno,
todas me pueden enriquecer.
En el fondo, todas son un regalo tuyo.
Sin embargo, a veces estoy cerrado,
agrando los defectos de las personas
para no aprender de nadie, para no cambiar.
Unas me parecen demasiado estrictas, otras muy permisivas,
algunas poco modernas, otras demasiado.
Señor, ayúdame a descubrir el don de todas las personas,
a comprender y seguir el mensaje que tú me ofreces a través de cada una.
Conviérteme, para que también yo sea regalo tuyo para los demás. Amén.
C. A pesar de que muchos los rechazan, las vidas de Juan Bautista y la
de Jesús son manifestación de Dios, de su Sabiduría. Damos gracias a
Dios porque en este Adviento se acerca a nosotros y nos manifiesta su
amor de mil formas distintas.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.