Sábado de la 21ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 25, 14-30
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Un hombre
que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de
sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro
uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió
cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El
que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que
recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a
ajustar cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco
talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me
dejaste; mira, he ganado otros cinco". Su señor le dijo: "Muy bien. Eres
un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un
cargo importante; pasa al banquete de tu señor". Se acercó luego el que
había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste;
mira, he ganado otros dos". Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un
empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un
cargo importante; pasa al banquete de tu señor".
Finalmente se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor,
sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no
esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí
tienes lo tuyo". El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y
holgazán; ¿conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no
esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al
volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento
y dádselo al que tiene diez. Porque el que tiene se le dará y le
sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese
empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas, allí será el llanto y
el rechinar de dientes"".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
onocemos muy bien esta parábola. Pero no se trata solamente de conocer
bien. Se trata de descubrir en cada momento qué nos está queriendo decir
Dios en cada momento de la vida.
Nos podemos preguntar:
- ¿Qué talentos he recibido a lo largo de mi vida? ¿Qué talentos he recibido hoy? Damos gracias.
- ¿Qué he hecho con los talentos que he recibido? ¿Qué talentos he
trabajado, cuáles han acabado escondidos bajo tierra? Damos gracias y
pedimos perdón.
- ¿Qué ocurre cuando trabajo los talentos recibidos? ¿Qué ocurre cuando
los escondo? Le pedimos a Dios que nos ayude a aprender de las
experiencias del pasado.
- ¿Qué me dice Dios en este momento de mi vida? ¿Qué le digo?
Señor, tú nos has confiado muchos talentos, muchas capacidades, muchas posibilidades de crecer y servir. (los recordamos)
Hay talentos muy vistosos: la simpatía, la facilidad de palabra, la
fuerza física... Otros talentos están más ocultos: la capacidad de amar,
de escuchar, de rezar...
Señor, gracias por todos los talentos he recibido a lo largo de mi
vida. Dame sabiduría para reconocer hasta los talentos más ocultos y
aquellos que crecen en mí cuando me acerco a ti a los hermanos.
No permitas que, en vez de agradecer los talentos recibidos, esté continuamente echando de menos los que han recibido otros.
Señor, gracias por todas las personas, por todas las situaciones
complicadas que me ayudan a descubrir y desarrollar talentos nuevos,
desconocidos.
Gracias por ayudarme a poner mis capacidades al servicio del prójimo
y del necesitado, de un mundo más hermoso, de una iglesia más
evangélica y evangelizadora.
Te pido perdón porque no he trabajado todos los talentos, porque muchos han acabado escondidos bajo tierra.
Señor, ayúdame a conocer, valorar, agradecer y trabajar los talentos
recibidos. Así crecerá la alegría en mis hermanos y en mi corazón y en
el tuyo. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 31 de agosto de 2024
Sábado,31 de Agosto de 2024
viernes, 30 de agosto de 2024
Viernes, 30 de Agosto de 2024
Viernes de la 21ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de
los cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y
salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran
sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en
cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El
esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se
oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se
despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus
lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de
vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas". Pero las sensatas
contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras,
mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis". Mientras iban a
comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él
al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también
las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero él
respondió: "Os lo aseguro: no os conozco". Por tanto, velad, porque no
sabéis el día ni la hora".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A primera vista parece que las vírgenes sensatas son egoístas, pero con
su actitud nos están enseñando algo importante: hay cosas que nadie
puede hacer por nosotros. Nadie puede tener fe por nosotros, nadie puede
amar por nosotros, nadie puede rezar por nosotros, nadie puede esperar
al Señor por nosotros...
Señor, hazme diligente en la fe,
Cura mi pereza y hazme entender que…
nadie puede velar en lugar de mí,
nadie puede amar en lugar de mí,
nadie puede rezar en lugar de mí,
nadie puede aprender en lugar de mí,
nadie puede caminar en lugar de mí
nadie puede sufrir y gozar, en lugar de mí
nadie puede vivir en lugar de mí.
La existencia no admite representaciones.
Despiértanos del sueño de una vida superficial,
Que cada día llenemos nuestras lámparas
en la oración, en los sacramentos, en la comunidad cristiana,
con el cariño de quienes nos quieren bien
y en el servicio a las personas que nos necesitan.
para que podamos verte, reconocerte y acogerte,
para que tú puedas compartir con nosotros tu alegría y tu paz.
Amén.
----------------------
Dichosos quienes mantienen sus lámparas encendidas
y las comparten y llevan bien altas para que alumbren
y guíen a quienes andan a ras de tierra sin ellas,
perdidos entre laberintos, heridas y quejas.
Dichosos quienes permanecen en vela,
con el espíritu en ascuas y el cuerpo en forma,
y están siempre despiertos y atentos para quien llega
a medianoche, de madrugada o cuando el sol calienta.
Dichosos quienes se comparten y entregan,
y son fieles a mi deseo y palabra más sincera
y saben vivir como hijos y hermanos,
tengan cargos o sólo mandatos en su haber humano.
Dichosos quienes no buscan quedar bien, ni excusa
en el cansancio, la edad y la dignidad,
ni en el tiempo que pasa, ni en el premio que se retarda,
y mantienen su entrega para quienes los necesitan.
Dichosos quienes, estén dentro o fuera,
no tienen miedo a tormentas ni a sequías,
ni a huracanes, ni a calmas sin brisa,
y mantienen abierta su choza o su casa solariega.
Dichosos quienes no les importa ser pocos
y, menos aún, quedarse sin nada,
porque saben que el Padre está con ellos y les ama,
y les regala cada día lo necesario para el camino.
Dichosos quienes respetan y sirven sin queja
a sus hermanos, aunque les sean extraños,
y quienes ni comen ni engordan sus cuentas
a costa de otros pueblos y de sus ciudadanos.
Dichosos quienes se saben enviados
y se sienten, sin agobio, responsabilizados,
y aceptan ser hijos y hermanos de todos,
y al servir no se sienten humillados.
¡Dichosos mis discípulos!
¡Dichosos vosotros!
¡Dichosos quienes necesitan vuestro servicio!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 29 de agosto de 2024
Jueves, 29 de agosto 2024. Martirio de San Juan Bautista
Martirio de San Juan Bautista
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Marcos 6, 17-29
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido
en la cárcel encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con
Herodías, mujer de su hermano Felipe, y Juan le decía que no le era
lícito tener la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de
conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre
honrado y santo, y lo defendía.
En muchos asuntos seguía su parecer y lo escuchaba con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a
sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: Pídeme lo que quieras, que te lo doy.
Y le juró: Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.
Ella salió a preguntarle a su madre: ¿Qué le pido? La madre le contestó: La cabeza de Juan el Bautista.
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: Quiero
que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairar.
En seguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan.
Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Podemos poner a Herodes como un caso adelantado del juego de lo
"políticamente correcto". Tenía que quedar bien. Había dado una absurda
palabra en público. No quiso desairar a su corte. Y acabó haciendo algo
que, en el fondo, no quería. !Qué triste vivir en desacuerdo con uno
mismo!
Como contrapunto, Juan. Intento regir su vida desde la verdad. Hay una
verdad de las cosas y una verdad sobre cada uno de nosotros. En lo
profundo del corazón conocemos qué podemos ser, qué nos pide Dios,
cuáles son las cosas por la que debemos luchar... incluso hasta poner en
juego prestigio, tiempo, reputación, algo de dinero o... la vida?
Este evangelio nos enfrenta ante la coherencia de nuestras opciones,
ante el valor con que defendemos la verdad, ante el testimonio que damos
frente a los amigos y ante la denuncia que nos pide Jesús para
desenmascarar la hipocresía de una sociedad de la imagen y la
competencia. Que este evangelio nos despierte.
Señor...
ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes
y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quietes la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla,
no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es un signo de grandeza
y que la venganza es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme
y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.
¡Señor... si yo me olvido de ti, nunca te olvides tú de mi!
(Mahatma Gandhi)
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 28 de agosto de 2024
Miércoles, 28 de agosto de 2024. San Agustín,obispo y doctor de la iglesia
San Agustín,obispo y doctor de la iglesia
Miércoles 21ª semana de tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 23, 27-32
En aquel tiempo habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, letrados y
fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por
fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y
podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por
dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros
a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: "Si
hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido
cómplices suyos en el asesinato de los profetas!" Con esto atestiguáis
en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas.
¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!"
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Sepulcros blanqueados. Muy bonitos por fuera y llenos de podredumbre por
dentro. Parecéis justos, pero estáis repletos de hipocresía y crímenes.
Estas palabras también están dirigidas a cada uno de nosotros, que
dedicamos mucho tiempo a cuidar nuestro aspecto y poco nuestro corazón,
que buscamos más la belleza del cuerpo que la bondad del alma.
“Señor, ayúdanos a reconocer nuestra hipocresía
a descubrir la verdad de nosotros mismos.
Perdónanos y cúranos.”
Asesinos de los profetas. Los profetas son testigos de la verdad, de una
verdad que en muchas ocasiones nos resulta incómoda. Los profetas
denuncian nuestro pecado. Resultan insoportables para nuestro orgullo.
Hay muchas formas de matar a los profetas. Se les puede condenar al
silencio, se les puede acusar de reaccionarios o de revolucionarios
(según convenga)...
Nos jactamos de una ética personal intachable,
nos consideramos justos;
pero algo falla,
pues no acabamos de estar satisfechos
y buscamos justificarnos ante los demás,
ante ti, Señor,
y ante nosotros mismos.
Ya no subimos al templo a orar,
ni creemos en el destino,
ni tememos tu brazo extendido,
y pasamos de los oráculos eclesiásticos;
pero aunque, a veces, busquemos el silencio,
la serenidad, la paz, la interioridad,
no nos atrevemos a entrar
en nosotros mismos
ni a cruzarnos con los demás
siendo compañeros de camino.
Buscamos, como siempre,
los primeros puestos,
triunfo y éxito en lo nuestro,
estar en el centro,
tener todo bien sujeto,
no perder lo ya adquirido
y disponer de una respuesta
que justifique nuestro status;
pero no encontramos lo que necesitamos,
y nos rebelamos.
Nuestra súplica,
aunque exprese verdad,
sigue siendo una farsa,
la farsa del que se esconde al exponerse,
pues busca lucirse
y oculta su debilidad.
De nada sirve renovar gestos,
palabra y piel,
si nuestro corazón se resiste
y se queda al margen.
¡Tú nos quieres como somos,
débiles y pecadores,
antes que fariseos arrogantes!
Florentino Ulibarri.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 27 de agosto de 2024
Martes,27 de agosto 2024.Santa Mónica
Santa Mónica
Martes de la 21ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 23, 23-26
En aquel tiempo habló Jesús diciendo: ¡Ay de
vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la
menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el
derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que
practicar, aunque sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtráis
el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, letrados y
fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras
por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego! ,
limpia primero la copa por dentro y así quedará limpia también por
fuera.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Los fariseos cumplen los preceptos más pequeños y descuidan los más
grandes, filtran el mosquito y se tragan el camello. Otras personas
dicen cumplir las importantes y descuidan las pequeñas, buscan la
justicia y la paz en el mundo y sin embargo no cuidan los detalles
sencillos que hacen la vida agradable a los demás.
¿En qué grupo te encuentras?
¿Cómo cuidamos nosotros el derecho, la compasión y la sinceridad?
Estemos
en cualquiera de estos dos grupos, Jesús nos dirige las mismas
palabras, llenas de sabiduría: “Esto es lo que habría que practicar,
aunque sin descuidar aquello”
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
El Evangelio de hoy es una llamada a vivir el DERECHO (la JUSTICIA), la COMPASIÓN, la SINCERIDAD y la INTERIORIDAD.
Señor, quiero cambiar mi vida.
Quiero fuerza interior para cambiar el mundo.
Ayúdame, Señor, a buscar mi rostro,
a descubrirme por dentro con sinceridad,
a aceptarme como en realidad soy.
Ayúdame a aguantar mis miedos, mis inseguridades,
a superar mis fracasos y salir de mis desilusiones.
Ayúdame a valorar mis capacidades y mis valores,
a tener fe en la fuerza que has puesto en mi corazón.
Ayúdame a saber comenzar cada día,
apoyado en Ti y en mis hermanos.
A pesar de mi debilidad y mis contradicciones,
quiero empeñarme, comprometerme en el mundo de los que sufren;
dejar de decir sólo palabras y mojarme en hechos
Quiero vivir en mi carne el dolor de las personas rotas;
sobrevivir con los que sobreviven apenas;
saber lo que es vivir con poco o con nada.
Aquí estoy, Señor Jesús, con las manos abiertas a la ayuda;
con el corazón cercano al que sufre;
queriendo ser no violento.
Aquí estoy, Señor, para aprender que sólo el amor cambia la vida;
para denunciar sin odios las injusticias;
para llevar esperanza a las personas pisoteadas.
Señor Jesús, sé que tu vida se complicó demasiado,
por seguir este camino de verdad, compasión y justicia;
que te acorralaron y te condenaron;
que te clavaron en un madero como un maldito;
que te mataron para que las cosas siguiesen igual.
Pero yo sé que tú diste la vida con amor;
que tu vida, tu estilo de vida, no podía quedar en el sepulcro;
que tu Padre, Señor de la Historia, te levantó, te puso en pie.
Yo sé que resucitaste. Y contigo resucitó tu obra.
Lo sé. Y creo en ti, Señor Resucitado,
y, con tu ayuda, seguiré tus pasos. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 26 de agosto de 2024
Lunes, 26 de agosto de 2024.Santa Teresa De Jesús Jornet e Ibars
Santa Teresa De Jesús Jornet e Ibars
Lunes de la 21ª semana de tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 23, 13-22
En aquel tiempo habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, letrados y
fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los cielos!
Ni entráis vosotros, no dejáis entrar a los que quieren.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que devoráis los bienes
de las viudas con pretexto de largas oraciones! Vuestra sentencia será
por eso más severa.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y
mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno del
fuego el doble que vosotros!
¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Jurar por el templo no
obliga, jurar por el oro del templo sí obliga"! ¡Necios y ciegos! ¿Qué
es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar por el
altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga".
¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda?
Quien jura por el altar, jura también por todo lo que está sobre él;
quien jura por el templo, jura también por el que habita en él; y quien
jura por el cielo, jura por el trono de Dios y también por el que está
sentado en él".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Entrar en el Reino es sentir la cercanía del amor del Padre y el calor
de la fraternidad. No entrar en el Reino es una tragedia. Sólo hay una
mayor: no dejar entrar a los demás. Todos estamos llamados a entrar y a
ayudar a otros para que puedan disfrutar de los dones del Reino.
¿Estoy entrando en Reino, o siempre lo dejo para más tarde?
¿Ayudo o estorbo a los demás para que entren en el Reino?
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Los letrados y fariseos no cumplen la ley y, además, no lo reconocen. Es
más: buscan y dan razones para convencer a los demás de que hacen lo
que deben. A veces hacemos lo mismo: no reconocemos nuestros errores,
después los justificamos y terminamos por criticar a los que actúan
bien.
Jesús comprende los errores de las personas, pero no pacta con la hipocresía, con el fariseísmo. Por eso rezamos:
Señor, dame luz y fuerza para descubrir y librarme del fariseo que llevo en mi corazón:
Critico a los avaros, pero yo comparto sólo unas migajas y vivo al límite de mis posibilidades económicas.
Critico a los que cierran las fronteras, pero yo cierro mi casa, mi cartera y mi corazón a los que me necesitan.
Critico a los violentos, pero mis palabras y mis gestos, en demasiadas ocasiones, son agresivos.
Critico a autoritarios, pero también yo decido sin consultar, sin valorar las consecuencias de lo que hago.
Critico a los caprichosos, pero yo justifico todos mis excesos y acabo consiguiendo todo lo que se me antoja.
Critico a los que no cumplen con sus responsabilidades, pero también yo me dejo llevar por la pereza.
Critico a los que se alaban a sí mismos, pero a veces también yo busco la manera de publicar mis grandezas.
Critico…
En fin, Señor, Tú sabes y yo sé que en demasiadas ocasiones critico a los demás los fallos que yo también cometo.
Señor, dame misericordia para comprender los errores de los demás y
ayudarles a mejorar; dame humildad para reconocer mis errores, y
determinación y paciencia para superarlos.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 25 de agosto de 2024
Domingo, 25 de agosto 2024
Domingo de la 21ª semana del t.o.B
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
SanJuan 6,60-69
En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: "Este
modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?" Adivinando Jesús que
sus discípulos lo criticaban, les dijo: "¿Esto os hace vacilar?, ¿y si
vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es
quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho
son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen." Pues
Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a
entregar. Y dijo: "Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el
Padre no se lo concede."
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a
ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También vosotros
queréis marcharos?" Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién vamos a
acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos
que tú eres el Santo consagrado por Dios."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En ocasiones se nos hace inaguantable continuar con un compromiso;
parece que ser cristiano y ser miembro activo de la Iglesia no merece la
pena. A veces hasta creer en Dios nos resulta una ilusión inútil.
Entonces Jesús se acerca a nosotros en la oración, a través de un amigo o
de cualquier otro modo... y nos dice: ¿también vosotros queréis
marcharos? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
“Señor, sólo Tú tienes palabras de vida eterna”
Jesús nos anima a creer, a amar, a permanecer en su Iglesia. Y nos pide
que también nosotros animemos a los demás: “fortaleced las manos
débiles, robusteced las rodillas vacilantes, decid a los cobardes de
corazón: sed fuertes, no temáis” (Is 35,3-4)
A quién me envías, Señor? Dame delicadeza, respeto y acierto.
Gracias por las personas que alientan la mecha que se apaga”
Cuando tratamos de hacer el bien, trabajando por los demás, por la
sociedad, y recibimos incomprensiones y bofetadas, tenemos la tentación
de echarnos atrás. Y tú, Jesús, nos preguntas: ¿También vosotros queréis
vivir enclaustrados en el palacete de vuestra comodidad?
Cuando
hemos confiado en los amigos y los hermanos y ellos nos olvidan y
traicionan, nos resulta muy difícil abrir el corazón para amar y
compartir. Y tú, Jesús, nos dices: ¿También vosotros queréis vivir
encerrados en la burbuja del individualismo?
Cuando pedimos con
insistencia a Dios que nos conceda algo y parece que Él se hace el
sordo, tenemos la tentación de dejar de rezar, de construir nuestra vida
como si Dios no existiera. Y tú, Jesús, nos dices: ¿también tú quieres
alejarte de la Fuente de la Vida, también tú crees que no necesitas la
luz, el pan, el perdón y el amor de Dios?
Cuando tratamos de
superar un comportamiento o un hábito que nos hace daño o hace daño a
los demás y no lo conseguimos, nos abandonamos, pensamos que somos un
desastre sin remedio. Y tú, Jesús, nos dices: ¿También tú crees que todo
se consigue a la primera, también tú rechazas mi ayuda para hacer
realidad tus mejores sueños?
Cuando desaparece una persona muy
querida, a la que hemos querido, que nos ha querido mucho, no
encontramos energía para seguir adelante y sólo vemos nubarrones en
nuestro horizonte. Y tú, Jesús, nos dices: ¿También vosotros creéis que
la muerte tiene la última palabra? ¿también vosotros creéis que vuestro
dolor es más grande que mi amor?
Señor, ¿a quién vamos a acudir?
Tú tienes palabras de vida eterna. Contigo es posible descubrir y
escoger el camino de la entrega, la fraternidad, la confianza y la
esperanza.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 24 de agosto de 2024
Sábado, 24 de agosto de 2024. San Bartolomé, apóstol.
San Bartolomé, Apóstol
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 1,45-51
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: "Aquel de quien
escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús,
hijo de José, de Nazaret." Natanael le replicó: "¿De Nazaret puede
salir algo bueno?" Felipe le contestó: "Ven y verás." Vio Jesús que se
acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tenéis a un israelita de verdad, en
quien no hay engaño." Natanael le contesta: "¿De qué me conoces?" Jesús
le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de
la higuera, te vi." Natanael respondió: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios,
tú eres el Rey de Israel." Jesús le contestó: "¿Por haberte dicho que te
vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores." Y le añadió:
"Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y
bajar sobre el Hijo del hombre."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Hoy es la fiesta de San Bartolomé, llamado en el Evangelio Natanael. San
Bartolomé recibe la llamada de Jesús a través de Felipe.
Damos gracias por las personas que nos han ayudado a encontrarnos a
Jesús y pedimos a Dios que nos dé acierto para ayudar a otros a conocer
al Maestro.
Natanael tiene prejuicios: “De Nazaret puede salir algo bueno?” Pero es capaz de superarlos.
¿Qué prejuicios te impiden crecer como persona y como cristiano? Pide al Señor luz para reconocerlos y fuerza para superarlos.
Natanael se impresiona cuando Jesús le dice que lo vio debajo de una
higuera; y confiesa que Jesús es el Hijo de Dios. Jesús le asegura que
ha de ver cosas mayores.
A veces podemos creer que ya lo hemos descubierto todo en lo que toca a
religión. Sin embargo, creer en Jesucristo es una aventura, siempre nos
aguardan experiencias nuevas.
Señor Jesús,
ser cristiano no es una teoría,
es una experiencia,
Es un encuentro contigo,
Es acoger el Amor del Padre.
Es dejarse llevar por el Espíritu.
Es vivir como hermanos.
Es seguir el camino de la entrega.
Es dejarme llevar por Ti.
Es abrazar la cruz del amor.
Es gozar ya de la resurrección.
Por eso, Tú no teorizas.
Tú invitas: “Ven y verás”.
Verás que el amor de Dios te llena,
Verás que el Espíritu te impulsa,
Verás que es posible apoyarse en la debilidad de los hermanos,
Verás que sólo tiene vida quien la entrega.
Verás que sólo es libre quien busca la verdad,
quien obedece a Dios y a su corazón.
Verás que la cruz es camino de felicidad,
porque es camino de amor.
Verás como tus alegrías se multiplican.
Señor,
gracias por invitarme,
gracias por haber respondido a tu llamada,
gracias porque he podido experimentar
que Tú no quitas nada y lo das todo.
Señor, quiero seguir adelante,
aunque tenga pereza y miedo.
No quiero quedarme en la orilla
Quiero remar mar adentro
y unir mi vida a la tuya
para siempre y en todo.
Señor,
gracias por contar conmigo,
para decir a mis amigos,
a los que buscan felicidad,
a los que no te conocen,
a los que te necesitan,
para decir a todos:
“Ven y verás.
Jesucristo es el Camino,
La Verdad y la Vida”.
----------------
Cuando el amor te llame, síguelo;
aunque sus caminos sean arduos y penosos.
Y cuando sus alas te envuelvan, entrégate a él;
aunque la espada escondida bajo su plumaje pueda herirte.
Cuando el amor te hable, cree ciegamente en él;
aunque su voz derribe tus sueños
como el viento destroza los jardines.
Porque si el amor te hace crecer y florecer,
él mismo te podará.
Y nunca te creas capacitado para dirigir el curso del amor,
porque el amor si te considera digno de sí,
dirigirá tu curso por los caminos de la vida.
Esto hará el amor en ti para que conozcas los secretos del corazón.
El amor no da más que de sí mismo
y no toma más que de sí mismo.
El amor no posee nada
y no quiere que nadie lo posea,
porque el amor, se sacia en el amor.
Por eso, cuando ames no debes decir:
«Dios está en mi corazón», es mejor decir:
«Estoy en el corazón de Dios».
Kalhil Gibran
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espo
viernes, 23 de agosto de 2024
Viernes, 23 de agosto de 2024
Viernes de la 20ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los
saduceos, se acercaron a Jesús, y uno de ellos le preguntó para ponerlo a
prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?" El le
dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma,
con todo tu ser". Este mandamiento es el principal y primero. El segundo
es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".
Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Para responder a la pregunta de aquél fariseo, Jesús une dos textos
perdidos en el mar de leyes del Antiguo Testamento. Toma primero unas
palabras del capítulo 6 del Deuteronomio: “Amarás a Dios tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Y a continuación
une un fragmento de Levítico 19,17: “Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”.
Para Jesús amar a Dios, amar al prójimo y amarse a uno mismo no es
incompatible. Todo lo contrario. El amor es indivisible: cuando amamos a
Dios sobre todas las cosas, amamos mejor a los hermanos y a nosotros
mismos. Y, por supuesto, cuando amamos a los hermanos, crece nuestra
capacidad de amar a Dios.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor, dame un corazón abierto que sepa acoger tu amor,
el amor gratuito e incondicional que sostiene mi vida.
Señor, dame un corazón humilde que sepa dejarse amar
por las personas que me ayudan a crecen en humanidad.
Señor, dame un corazón generoso que sepa amarte,
amarte en todo lo que haga y por encima de todo y de todos.
Señor, dame un corazón comprometido que sepa servir,
servir a todos, comenzando por los últimos, por los pobres.
Señor, dame un corazón agradecido que sepa valorarme,
amarme y alegrarme con los dones que he recibido de Ti.
Señor, dame un corazón sabio, para comprender
que sólo tu amor puede llenar del todo mi corazón,
que sólo el que ama con grandeza puede recibir amor,
que sólo el que se deja amar con humildad puede amar,
que sólo el que ama y se dejar amar puede ser feliz.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 22 de agosto de 2024
Jueves, 22 de agosto 2024.Bienaventurada Virgen María Reina
Bienaventurada Virgen María Reina
Jueves de la 20ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 22, 1-14
En aquel tiempo volvió a hablar Jesús en
parábolas a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo, diciendo:
"El Reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su
hijo.
Mandó criados para que avisaran a los convidados, pero no quisieron ir.
Volvió
a mandar criados encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el
banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a
la boda". Los convidados no hicieron caso, uno se marchó a sus tierras,
otro a sus negocios, los demás les echaron mano a los criados y los
maltrataron hasta matarlos.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego
dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se
la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que
encontréis convidadlos a la boda".
Los criados salieron a los caminos
y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del
banquete se llenó de comensales.
Cuando el rey entró a saludar a los
comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:
"Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió
la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y
arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de
dientes. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Muchas veces pensamos que Dios sólo llama para complicarnos la vida. Sin
embargo, la llamada de Dios es ante todo una invitación a participar en
un banquete suculento, donde no falta ningún manjar.
“Gracias Señor por dudar de tu generosidad”
“Enséñanos a mostrar también la cara más amable de tu Evangelio”
En
bastantes ocasiones reaccionamos como los senadores y sumos sacerdotes
de la parábola. Ponemos excusas: soy demasiado joven, tengo mucho
trabajo, tengo que preparar un examen, ahora me voy a casar, tengo que
atender a mis hijos, ahora no tengo fuerzas... Encontramos excusas hasta
debajo de las piedras. Pedimos perdón.
Y cuando acudimos a la
llamada del Señor, ¿vamos con el vestido de fiesta? San Pablo nos
recuerda cuál es el traje de gala del cristiano: “Revestíos, pues, como
elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de
bondad, humildad, mansedumbre, paciencia... Y por encima de todo esto,
revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección.” (Col. 3,12.14)
¿Cómo es tu traje de fiesta? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor, Tú te acercas cada día y nos llamas,
Nos invitas a disfrutar en el mejor banquete.
Compartes con nosotros el vino de la alegría.
Quieres alimentarnos con el pan de tu amor.
Y nosotros sacamos excusas y no acudimos.
Tenemos muchas cosas importantes que hacer.
Creemos que tu banquete es aburrido.
Despreciamos lo que más necesitamos.
Señor, danos un corazón inteligente y sabio,
que sepa reconocer donde la verdadera alegría.
Danos un corazón sencillo y acogedor,
que sepa recibir el amor que nos ofreces gratis.
Señor, danos un corazón generoso y misionero,
para salir a las calles, plazas, cruces y caminos
e invitar a todos al banquete que has preparado,
al banquete de bodas, que algún día será eterno.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 21 de agosto de 2024
Miércoles, 21 de agosto 2024.San PíoX
San PíoX
Miércoles de la 20ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de
los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar
jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos un denario por
jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros
que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: "Id también vosotros a
mi viña y os pagaré lo debido". Ellos fueron. Salió de nuevo hacia
mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y
encontró a otros parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día
entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado". El les
dijo: "Id también vosotros a mi viña". Cuando oscureció, el dueño dijo
al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por
los últimos y acabando por los primeros".
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando
llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también
recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra
el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado
igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el
bochorno". El replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna
injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero
darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para
hacer lo quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy
bueno? Así, los últimos serán los primeros, y los primeros, los
últimos".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Dios sale a buscarnos a cualquier hora del día, en cualquier etapa de
nuestra vida, para invitarnos a trabajar en su viña, en su Iglesia, en
el mundo. Cuenta con todos.
“Gracias, Señor, por hacerte el encontradizo”
“Gracias por contar con mis pobres posibilidades”
“Que siempre escuchemos tu llamada, Señor”
Los negocios de Dios no son como los nuestros. Él paga de forma
distinta. A todos da lo mismo, mucho más de lo que merecemos. Con todos
cumple lo pactado. Algunos se quejan. No se dan cuenta de que poder
trabajar en la viña del Señor es, antes que nada, un regalo que deberían
agradecer. Estar fuera de la viña, no trabajar en ella es una
desgracia.
“Perdona y cura, Señor, mi egoísmo”
“Gracias, Señor, por llamarme”
“Enséñame a descubrir cada día tu generosidad”
“Dame acierto para salir a las calles y a las plazas
para que todos puedan trabajar en tu viña y ser felices”
Curiosa forma de pagarnos
Me descolocaba tu justicia extraña,
esa forma de medir
que olvidaba las horas trabajadas.
Me enfadaba con los que hicieron menos,
creyeron menos, sacrificaron menos,
y me indignaba contigo, que parecías no ver nada.
Intentaba negociar mejor paga,
algún reconocimiento,
una que otra medalla.
Me dolía lo injusto de tu salario.
Me extrañaba lo ilógico de tus premios
Me mordía –reivindicación y envidia–
la suerte de los jornaleros de la última hora.
Hasta el día en que yo fui el último,
el más zoquete,
el más frágil,
el más malo,
el más amado
…y empecé a entender.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 20 de agosto de 2024
Martes, 20 de agosto 2024.San Bernardo,abad y doctor de la iglesia.
Martes de la 20ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 19, 23-30
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Creedme; difícilmente
entrará un rico en el Reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a
un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el
Reino de los cielos". Al oírlo, los discípulos dijeron espantados:
"Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús se les quedó mirando y les
dijo: "Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo". Entonces
le dijo Pedro: "Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido;
¿qué nos va a tocar?" Jesús les dijo: "Creedme, cuando llegue la
renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria,
también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos
para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa,
hermanos o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o tierras, recibirá
cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán
últimos, y muchos últimos serán primeros".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
La riqueza es un gran impedimento para seguir a Jesús. Quizá sea el más
insalvable. El primer paso para superar este obstáculo es reconocerlo.
Casi siempre pensamos que somos pobres y que los ricos son los otros.
Todos tenemos unas riquezas u otras. Todos estamos apegados a ellas, más
o menos.
“Señor, enséñanos a usar los bienes, sin depender de ellos”
“Perdona y cura nuestro a afán de poseer, de acumular”
“Gracias por las personas que saben dejarlo todo por ti”
“Para los hombres es imposible, pero para Dios nada es imposible”.
Dejarlo todo es signo de nuestra entrega al Señor, pero antes que eso es
un don de Dios. Él nos da la posibilidad de dejarlo todo. Es un don que
tenemos que pedir y vivir en lo más pequeño de cada día.
“Señor, danos el don de la pobreza y la disponibilidad”
Dios no se deja ganar en generosidad. ”El que por mí deja casa, hermanos
o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces
más, y heredará la vida eterna”.
¿Cuál es tu experiencia? ¿Qué te ha dado Dios cuando has sido generoso con Él? ¿Que te dice Dios? ¿Qué le dices?
Dice el Evangelio de hoy: DIOS LO PUEDE TODO (NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS). Así lo canta y lo reza la Hermana Glenda: http://www.youtube.com/watch?v=iHX1kzwxWX8
¿Por qué tengo miedo,
si nada es imposible para ti? (cuatro veces)
¿Por qué tengo tristeza,
si nada es imposible para ti? (cuatro veces)
Nada es imposible para ti.
Nada es imposible para ti.
¿Por qué tengo dudas,
si nada es imposible para ti? (cuatro veces)
Enséñame a amar,
porque nada es imposible para ti. (dos veces)
Enséñame a perdonar,
porque nada es imposible para ti. (dos veces)
Nada es imposible para ti.
Nada es imposible para ti.
Tú te hiciste hombre,
porque nada es imposible para ti. (cuatro veces)
Tú venciste a la muerte,
porque nada es imposible para ti. (dos veces)
Tú estás entre nosotros,
porque nada es imposible para ti. (dos veces)
Nada es imposible para ti.
Nada es imposible para ti.
¿Por qué tengo miedo,
si nada es imposible para ti? (dos veces)
Nada es imposible para ti.
Nada es imposible para ti.
--------------------------------------
No te rindas, aunque a veces duela la vida, aunque pesen los muros, y el tiempo parezca tu enemigo.
No te rindas, aunque las lagrimas surquen tu rostro y tu entraña, demasiado a menudo.
Aunque la distancia con los tuyos parezca insalvable, aunque el amor sea hoy un anhelo difícil,
y a menudo te muerdan: el miedo, el dolor, la soledad, la tristeza y la memoria.
No te rindas, porque sigues siendo capaz de luchar, de reir, de esperar, de levantarte las veces que haga falta.
Tus brazos aun han de dar muchos abrazos, y tus ojos verán paisajes hermosos.
Acaso cuando te mires al espejo, no reconoces lo hermoso, pero Dios, sí.
Dios te conoce, y porque te conoce, sigue confiando en ti, sigue creyendo en ti,
sabe que, como el ave herida, sanarán tus alas, y levantarás el vuelo, aunque ahora parezca imposible.
No te rindas, que hay quien te ama sin condiciones, y te llama a creerlo.
José María Olaizola sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 19 de agosto de 2024
Lunes, 19 de agosto de 2024.
Lunes de la 20ª semana de tiempo ordinario.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 19, 16-22
En aquel tiempo se acercó uno a Jesús y le preguntó: "¿Maestro, ¿qué
tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna? Jesús le contestó:
"¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si
quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos". El le preguntó:
"¿Cuáles?". Jesús le contestó: "No matarás, no cometerás adulterio, no
robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama
a tu prójimo como a ti mismo". El muchacho le dijo: "Todo eso lo he
cumplido. ¿Qué me falta?". Jesús le contestó: "Si quieres llegar hasta
el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres, así tendrás un
tesoro en el cielo, y luego vente conmigo". Al oír esto, el joven se
fue triste, porque era rico.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
No sabemos el hombre de aquel que se acercó a Jesús. Pero se acercó a
Jesús con la mejor intención. Le pregunta que tiene qué hacer para
obtener la vida eterna, para vivir de verdad, para vivir plenamente.
Estaba buscando y reconoce que Jesús es un maestro que puede ayudarle a
encontrar lo que buscaba.
En este día, también nosotros decimos: ¿qué tenemos que hacer, Jesús?
Él nos dará la mejor respuesta.
Cumplía los mandamientos. No es poco. Sin embargo, no acaba de
encontrarse satisfecho; busca algo más.. Jesús le propone: “vende lo que
tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego,
ven y sígueme”. Pero no fue capaz de dar este paso decisivo.
Se va triste. Ha descubierto cuál es el camino de la Vida y no tiene
fuerzas para seguirlo. Le atan demasiadas riquezas. También a nosotros
nos pasa: en ocasiones vemos claro el camino, pero nos flaquea la
voluntad.
“Señor, gracias por mostrarnos el Camino de la Vida”
“Perdona y cura nuestras dudas y vacilaciones”
“Danos luz para descubrir el camino y fuerza para seguirlo”
Señor, hay días en que olvidas los motivos.
El entorno se vuelve desierto árido, monótono.
Hay días en que lo cambiarías todo por una caricia.
Días en que calla la voz interior,
cuando ni hacer el bien parece tener sentido,
cuando el mundo resulta una causa perdida
y el evangelio es un idioma incomprensible.
Días en que no te sientes hermano, ni amigo, ni hijo.
Días de escepticismo,
en que el samaritano decide pasar de largo,
Zaqueo no sube al árbol,
y sólo sobrevive el joven rico.
Días en que vencen los fantasmas interiores.
Pero no des demasiada cancha al drama.
Mira tu vida con desnudez benévola,
respeta el desaliento, sin darle el cetro y la corona,
y rescata la memoria de las causas, de la presencia, de la ilusión.
El samaritano sigue en marcha.
Él también tiene días grises.
Zaqueo espera un encuentro.
El joven rico aún piensa en el camino que no eligió.
Y en lo profundo, más allá de fantasmas y demonios, late Dios.
José María Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 18 de agosto de 2024
Domingo, 18 de agosto 2024
Domingo de la 20ª semana del t.o.B
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 6, 51‑59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
—Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan
vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del
mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí: —¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces
Jesús les dijo: —Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del
Hombre y no bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi
carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el
ultimo día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera
bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo,
el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo; no
como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que come
este pan vivirá para siempre.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Insiste el Evangelio de San Juan en recordarnos la importancia de la fe.
La fe no sólo nos conduce a la vida eterna, la fe nos da vida eterna
ya, en esta tierra, en este momento, aunque sea de forma parcial.
“Gracias Señor, por la vida, por la esperanza, por el amor”
Nadie
puede presumir de la fe frente a los demás. La fe es un regalo de Dios:
“Nadie puede venir a mí, si el Padre no lo atrae”. Dios atrae a todos;
en todos ha puesto la sed de la vida eterna, el hambre de su amistad.
Pero podemos resistirnos a esta atracción. Podemos acallarla, podemos
dejarla para mañana...
“Señor, gracias por el don de la fe, por atraernos hacia Ti”
“Muchos no reconocen tu llamada, no sienten tu atracción,
enséñanos a ayudarles para que puedan disfrutar de tu vida”
“Tú nos atraes hacia ti y nosotros no nos acercamos. Perdónanos”
Danos el agua que colma sin ahogar,
que limpia las entrañas
empapa el corazón,
y acuna en lo yermo la vida.
Danos tu pan, que sacia sin hartar
y restaura las fuerzas gastadas;
pan que alimenta la acogida,
el encuentro y la fiesta
al partirse en mesa de hermanos.
Danos tu espíritu que habla sin grito,
hace audaz al cobarde
y libera al cautivo
cuando inspira justicia, libertad, paz.
Danos tu verdad que seduce
sin trampa,
que hace sabio al pequeño
y hace sencillo al sabio,
al afirmar un amor invencible.
En agua, pan y amor inquieto,
en espíritu y verdad.
Tenemos sed de ti, Señor.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 17 de agosto de 2024
Sábado, 17 de agosto 2024.
Sábado de la 19ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 19, 13-15
En aquel tiempo le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera
las manos y rezara por ellos, pero los discípulos les regañaban. Jesús
dijo: "Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son
como ellos es el Reino de los cielos". Les impuso las manos y se marchó
de allí.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús es feliz en medio de los que no cuentan. En aquel momento y en
aquella tierra los niños eran poco más que una propiedad del padre.
“Señor, enséñanos a amar a todos, especialmente a los últimos”
Quizá los discípulos piensan que los niños van a ser un estorbo para
poder estar tranquilamente con Jesús. Sin embargo, la realidad que el
Maestro pone de manifiesto es otra bien distinta: los discípulos son un
estorbo para que los niños se encontraran con Él.
“A veces soy un estorbo para que otros se encuentren contigo,
perdóname y enséñame a atraer a todos hacia ti.
De los que son como los niños es el Reino de los cielos. Los niños se
saben necesitados, saben pedir con humildad, disfrutan de las pequeñas
alegrías, inspiran ternura...
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor, concédeme el don de ser niño
y poder descansar en tu regazo
sin vergüenza y sin miedo,
pues a medida que crecemos
otros intereses nos hacen olvidar
que la confianza y la ternura
son imprescindibles para madurar
y recorrer tus caminos.
Concédeme el don de ser niño
para saber mirar a los demás
con cariño y transparencia,
pues el paso de los años
va cargando nuestra vida
de suspicacias, temores y envidias
que doblan nuestra la espalda
y tensionan nuestras entrañas
Concédeme el don de ser niño
para confiar en los demás
y compartir gratuitamente,
con generosidad y limpieza,
lo que de ti recibo, cada día, para ser feliz;
pues el egoísmo, la avaricia y las comparaciones
apagan todas las estrellas
y encienden nuestras más oscuras vanidades.
Concédeme el don de ser niño;
quítame todo lo que me impide llegar a ti
y me aleja de quienes son niños
y van llenos de carencias y necesidad;
quítame la desconfianza, la doblez y el orgullo
que no acepta perderse entre los más pobres.
¡Que recupere, en el cuerpo y en el espíritu,
la maleabilidad de la niñez para servir!
¡Vuélveme niño otra vez!
Y si así no logro alcanzarte
o no logras retenerme,
o no me dejo querer,
o no aprendo o servir,
o creo que soy más y mejor,
o no me doy a los que tú quieres,
vuélvete, Señor, a mí
y háblame como una madre habla a su bebé.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 16 de agosto de 2024
Viernes, 16 de agosto de 2024
Viernes de la 19ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
Mateo 19, 3-12
En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para
ponerlo a prueba: "¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier
motivo?" El les respondió: "¿No habéis leído que el Creador en el
principio los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre
a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una
sola carne? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que
Dios ha unido, que no lo separe el hombre"". Ellos insistieron: "¿Y por
qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?" El les contestó:
"Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras
mujeres; pero al principio no era así. Ahora os digo yo que si uno se
divorcia de su mujer -no hablo de prostitución- y se casa con otra,
comete adulterio". Los discípulos le replicaron: "Si ésa es la situación
del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse". Pero él les dijo: "No
todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos
que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los
hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los cielos. El
que pueda con esto, que lo haga".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En esta sociedad del usar y tirar, la fidelidad no está de moda, cuesta
creer en el amor eterno, en el matrimonio “hasta que la muerte nos
separe”, parece imposible consagrarse por entero al sacerdocio o tomar
el camino de la vida religiosa por el Reino de los cielos.
La fidelidad es importante en las relaciones con los amigos, con la
familia, con los compañeros de trabajo... La fidelidad se aprende
ejercitándola en los pequeños compromisos de cada día. Quien no lucha
por ser fiel en lo poco, no lo será en lo mucho.
La fidelidad es un don del Espíritu Santo, un don que tenemos que
agradecer y pedir para los matrimonios y para los sacerdotes,
especialmente para aquellas personas que tienen dificultades para ser
fieles a su vocación.
Sin el Espíritu Santo,
Dios está lejos,
Cristo permanece en el pasado,
el Evangelio es letra muerta,
la Iglesia una simple organización
la autoridad sería dominación,
la misión una propaganda,
el culto una evocación
y el actuar cristiano una moral de esclavos.
Pero con la presencia del Espíritu,
el cosmos se eleva y gime en el parto del Reino,
Cristo resucitado está presente,
el Evangelio es potencia de vida,
la Iglesia significa la comunión trinitaria.
la autoridad es un servicio de liberación,
la misión es un Pentecostés,
la liturgia una memoria y anticipación,
el actuar humano se deifica.
Ignacio IV Hazin, patriarca de la Iglesia greco-ortodoxa de Antioquía
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 15 de agosto de 2024
Jueves, 15 de agosto de 2024. Asunción de María.
Asunción de María
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 1,39-56
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a
un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. En
cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú
entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para
que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis
oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has
creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su
esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su
misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace
proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los
colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su
siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a
nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia para siempre."
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Cuando María dice: “Me felicitarán todas las generaciones, porque el
poderoso ha hecho obras grandes por mí”, no sospecha ni siquiera
remotamente todas las maravillas que Dios haría con ella. Hoy celebramos
una de esas maravillas: la asunción: Dios sube a María al cielo en
carne y alma.
Damos gracias a Dios por las maravillas que Dios ha hecho en la Virgen
María y por las que hace y seguirá haciendo en nuestras vidas.
La Asunción de María es motivo de esperanza para todos los creyentes.
Ella fue la primera criatura humana que disfrutó plenamente de la
resurrección de su Hijo. También nosotros estamos llamados a gozar con
ella de la alegría que no se acaba.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices? ¿Qué dices a María?
Podemos rezar a María con el Ave María, la oración que compusieron el
ángel Gabriel y Santa Isabel. Y dirigirnos a Dios las palabras de María:
Proclama mi alma...”
Señor Jesús, en tu resurrección, venciste a la muerte
y abriste las puertas de la vida eterna, eternamente feliz,
puertas que ha traspasado la Virgen María, nuestra madre,
al ascender en cuerpo y alma a la Casa del Padre.
Unidos a Ti, unidos a la Virgen asunta al cielo,
también nosotros esperamos alcanzar la felicidad más grande
que el Padre ha preparado con cariño a todos sus hijos e hijas.
María, Tú eres la Virgen elevada, la Madre de la Esperanza.
Ayúdanos a mantener y compartir la esperanza en un mundo mejor,
la esperanza de la vida eterna. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 14 de agosto de 2024
Miércoles, 14 de agosto de 2024.San Maximiliano María Kolbe,presbítero y mártir.
San Maximiliano María Kolbe,presbítero y mártir.
Miércoles de la 19ª semana de tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 18, 15-20
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca,
repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu
hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo
el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les
hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la
comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. Os aseguro que
todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que
desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además,
que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo,
se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos
en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
El camino que nos muestra el Evangelio es otro, mucho más comprometido y
complicado. Jesús nos invita a reprender y a intentarlo no sólo una
vez, a contar con otros hermanos y con la comunidad para poder ayudar
mejor al que toma un camino erróneo.
Es el camino del amor que respeta la libertad del otro, pero a la vez
quiere mostrarle la verdad. La libertad sin la verdad nos destruye. La
verdad sin libertad nos esclaviza, en empequeñece.
¿Qué haces cuando algún hermano se equivoca?
¿Cómo reaccionas cuando te intentan corregir?
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Si se pierde un hermano,
si se pierde un hijo,
si se pierde el vecino, el compañero,
el amigo o el enemigo...
¿qué he de hacer, Dios mío?
Lo buscaré sin descanso, día y noche,
por senderos, charcos y bosques,
playas y desiertos, montañas y valles,
pueblos y ciudades e inhóspitos lugares,
con mis pies cansados y corazón anhelante.
Lo llamaré, con mi voz rota, por su nombre
y no cejaré hasta encontrarlo y abrazarlo;
y le diré con ternura y pasión de hermano:
Estoy preocupado y angustiado por ti
y siento que nuestras vidas necesitan dialogarse.
Y si no se detiene y me da la espalda,
o hace oídos sordos a mis palabras,
o me desafía con los hechos o su mirada,
juntaré, antes que oscurezca, la ternura de dos o más
para ahogar su resistencia con fraternidad desbordada.
Y si el fuego de tu Espíritu y de los hermanos
no hace mella en sus gélidas entrañas,
juntaré centenares de cálidos hogares
para que alumbren su noche oscura
y derritan sus hielos invernales.
Y si tal torrente de ternura, gracia y respeto
no doblega su tronco altivo y yermo,
lo cubriré con mi ropa para protegerlo
y lo lavaré sin descanso con mis lágrimas
hasta cicatrizar sus heridas y devolverle la alegría.
Y si a pesar de ello no sigue tu camino,
le perdonaré como tú nos enseñaste;
y si es preciso me convertiré en rodrigón
de su vida, historia y suerte,
renunciando a otros proyectos personales.
Y así ganaré a mi hermano
y la vida que nos prometiste.
¡Bendito seas, Señor, que nos haces fuertes
para curar y ser curados, hoy y siempre,
para amar al hermano y ser por él amados!
¡Bendito seas, Señor, por invitarnos a crear,
vivir, salvar y cultivar la fraternidad!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 13 de agosto de 2024
Martes, 13 de agosto 2024
Martes de la 19ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
En aquel momento, se acercaron los discípulos de Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?
Él
llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: Os aseguro que, si no volvéis
a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el
que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de
los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a
mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os
digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi
Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien
ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y
va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra
más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los
cielos. Los niños se saben necesitados, saben pedir con humildad,
disfrutan de las pequeñas alegrías, inspiran ternura... ¿Qué te dice
Dios? ¿Qué le dices?
Dios cuida de todos, pero ya desde el
antiguo Testamento, Dios manifiesta su especial predilección por los más
pequeños y necesitados. Los cristianos tendríamos que tener esta misma
sensibilidad de Dios: Hemos de defender la vida de todos y en especial
de los más pobres y amenazados. ¿Quiénes son hoy y en tu ambiente los
pequeños y necesitados? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor, delante de ti yo quiero ser sólo un pobre,
quiero despojarme, Señor, de mis pretensiones y vanidades;
también, Señor, quiero traspasar mi propia culpa
y entrar a tu casa desnudo,
meterme en tu corazón como un niño.
Quiero mirarte a los ojos suplicándote
confiadamente.
Quiero, Señor, y deseo apoyarme sólo en tu amor,
descansar en tu amor como un niño en el regazo de su madre,
y llenarme de la alegría de haber hallado tu amor.
Tu amor es la casa que me tienes preparada;
he sentido tu invitación
y entro en ella sin que me avergüence mi pecado;
sólo deseo habitar en tu casa todos los días de mi vida.
Tú nunca me vas a echar,
sólo me pides que crea en tu amor,
que me atreva a vivir en tu amor,
Que nunca me falten la humildad y la confianza de los niños;
para que el orgullo y los desengaños nunca me separen de ti
y pueda amarte con todo el corazón
y compartir tu amor con los más pequeños. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 12 de agosto de 2024
Lunes, 12 de agosto 2024.
Lunes de la 19ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 17, 22-27
En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la
Galilea, les dijo: "Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los
hombres; lo matarán, pero resucitará al tercer día". Ellos se pusieron
muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaúm, los que cobraban el impuesto de las dos
dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: "¿Vuestro Maestro no paga
las dos dracmas? Contestó: "Sí". Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó
a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le
cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?" Contestó "A
los extraños". Jesús les dijo: "Entonces los hijos están exentos. Sin
embargo, para no darles mal ejemplo, ve al lago, echa el anzuelo, coge
el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de
plata. Cógela y págales por mí y por ti".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús advierte muchas veces a sus discípulos cuál va a ser su futuro más
bien no muy lejano. Ellos se pusieron tristes. Parece que la tristeza
que les provoca la noticia de la muerte les hace sordos para escuchar el
anuncio de la resurrección.
Desde entonces, los cristianos hemos sido bastante torpes para armonizar
la muerte y la resurrección. En ocasiones hemos destacado tanto la
muerte, que la resurrección se ha quedado totalmente oscurecida. Y en
otros momentos, hemos exaltado tanto el domingo de resurrección que
olvidamos todo lo ocurrido el jueves y el viernes santos.
¿Dónde te sitúas tú? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Nos fijamos también en la segunda parte del Evangelio. Jesús no se
considera obligado a pagar el impuesto, pero al final lo paga. Jesús a
veces rompe con lo que está establecido, pero en otras ocasiones cumple,
aunque no esté convencido. ¿Cómo entender este comportamiento del
Maestro? Quizá sabe que no se puede cambiar todo de un golpe. Por otra
parte, Jesús, aunque es coherente con sus ideas, sabe que por encima de
las ideas está el bien de las personas.
“Señor, enséñanos a hacer en cada momento tu voluntad”
“Danos fuerza para romper con lo que hay que romper
y paciencia para aguantar lo que no conviene cortar”.
Por los caminos del mundo
Tú has pasado diciendo la verdad.
Por los caminos de la tierra
Tú has sido peregrino y mensajero del Padre.
Por los caminos de la historia
Tú has estado atento a los signos de los tiempos.
Por los caminos de los pobres
Tú has hecho la voluntad del Padre.
Por los caminos de Dios
Tú has ido al encuentro de todos,
hijos y marginados.
Por los caminos de la periferia
Tú has anunciado la Buena Noticia.
Por los caminos de los hermanos
Tú has hecho el camino hacia el Padre.
Por los caminos de la vida
Tú mismo has hecho tu propio camino.
Por tus caminos, llévame, Señor.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 11 de agosto de 2024
Domingo, 11 de agosto 2024.Santa Clara
Santa Clara
Domingo de la 19ª semana del t.o.B
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 6, 41‑51
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
—Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan
vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del
mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí: —¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces
Jesús les dijo: —Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del
Hombre y no bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi
carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el
ultimo día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera
bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo,
el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo; no
como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que come
este pan vivirá para siempre.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Insiste el Evangelio de San Juan en recordarnos la importancia de la fe.
La fe no sólo nos conduce a la vida eterna, la fe nos da vida eterna
ya, en esta tierra, en este momento, aunque sea de forma parcial.
“Gracias Señor, por la vida, por la esperanza, por el amor”
Nadie
puede presumir de la fe frente a los demás. La fe es un regalo de Dios:
“Nadie puede venir a mí, si el Padre no lo atrae”. Dios atrae a todos;
en todos ha puesto la sed de la vida eterna, el hambre de su amistad.
Pero podemos resistirnos a esta atracción. Podemos acallarla, podemos
dejarla para mañana...
“Señor, gracias por el don de la fe, por atraernos hacia Ti”
“Muchos no reconocen tu llamada, no sienten tu atracción,
enséñanos a ayudarles para que puedan disfrutar de tu vida”
“Tú nos atraes hacia ti y nosotros no nos acercamos. Perdónanos”
Danos el agua que colma sin ahogar,
que limpia las entrañas
empapa el corazón,
y acuna en lo yermo la vida.
Danos tu pan, que sacia sin hartar
y restaura las fuerzas gastadas;
pan que alimenta la acogida,
el encuentro y la fiesta
al partirse en mesa de hermanos.
Danos tu espíritu que habla sin grito,
hace audaz al cobarde
y libera al cautivo
cuando inspira justicia, libertad, paz.
Danos tu verdad que seduce
sin trampa,
que hace sabio al pequeño
y hace sencillo al sabio,
al afirmar un amor invencible.
En agua, pan y amor inquieto,
en espíritu y verdad.
Tenemos sed de ti, Señor.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.