jueves, 16 de febrero de 2023

Jueves 16 de febrero de 2023

 Jueves de la 6ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Marcos 8, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos le contestaron: Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas.
El les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Pedro le contestó: Tú eres el Mesías.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y empezó a instruirlos: El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días.
Se lo explicaba con toda claridad.
Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo.
Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: ¡Quítate de mi vista, Satanás ! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Llega el tiempo de exámenes. Jesús, nuestro Maestro, nos pregunta: ¿quién decís que soy yo?
¿Sabes la respuesta? No tengas prisa en responder. No pienses solamente en lo que sabes, piensa en tu relación personal con él, piensa en cómo él influye en la vida de cada día. Cuando lo hayas pensado, dile la respuesta al Maestro.

¿Quieres sacar buena nota? Entonces respóndele a otra pregunta: ¿quién te gustaría que fuera Jesús en tu vida?

El examen oral ha terminado. Seguro que has obtenido un "sobresaliente". No obstante, ¡ten cuidado! ¡ojo! Pedro sacó matrícula de honor en el oral, pero en el práctico... fue un desastre. Da gracias a Dios por conocerlo y pide la fuerza de su Espíritu para vivir de acuerdo con ese conocimiento.

Esta reflexión de Madre Teresa de Calcuta nos puede ayudar a expresar lo que sentimos por Jesús:

Para mí, Jesús es 
El Verbo hecho carne. 
El Pan de la vida. 
La víctima sacrificada en la cruz por nuestros pecados. 
El Sacrificio ofrecido en la Santa Misa por los pecados del mundo y por los míos propios. 
La Palabra, para ser dicha. 
La Verdad, para ser proclamada. 
El Camino, para ser recorrido. 
La luz, para ser encendida. 
La Vida, para ser vivida. 
El Amor, para ser amado. 
La Alegría, para ser compartida. 
El sacrificio, para ser dado a otros. 
El Pan de Vida, para que sea mi sustento. 
El Hambriento, para ser alimentado. 
El Sediento, para ser saciado. 
El Desnudo, para ser vestido. 
El Desamparado, para ser recogido. 
El Enfermo, para ser curado. 
El Solitario, para ser amado. 
El Indeseado, para ser querido. 
El Leproso, para lavar sus heridas. 
El Mendigo, para darle una sonrisa. 
El Alcoholizado, para escucharlo. 
El Deficiente Mental, para protegerlo. 
El Pequeñín, para abrazarlo. 
El Ciego, para guiarlo. 
El Mudo, para hablar por él. 
El Tullido, para caminar con él. 
El Drogadicto, para ser comprendido en amistad. 
La Prostituta, para alejarla del peligro y ser su amiga. 
El Preso, para ser visitado. 
El Anciano, para ser atendido. 
Para mí, Jesús es mi Dios. 
Jesús es mi Esposo. 
Jesús es mi Vida. 
Jesús es mi único amor. 
Jesús es mi Todo.

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.