sábado, 16 de octubre de 2021

Sábado, 16 de octubre de 2021

Sábado de la 28ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 12, 8-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del Hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios.
Al que hable contra el Hijo del Hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender.
Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Dios está de tu parte. Y tú ¿lo defiendes cuando es atacado en la familia, entre tus amigos? ¿Qué haces cuando se habla mal, se lucha contra Dios y contra su Iglesia? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

Respecto al pecado contra el Espíritu Santo dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1648: “No hay límites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios, mediante el arrepentimiento, rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo (Cf. DV 46). Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna. El pecado contra el Espíritu Santo consiste, pues, en la negación de parte de la persona, a aceptar la salvación y el perdón dados por Dios.  Cuando el corazón de una persona se obstina de tal manera que no acepta que necesita arrepentirse de sus pecados y se resiste a esta gracia, comete el pecado contra el Espíritu Santo el cual puede llevarlo al infierno. ¿Por qué? No porque la Iglesia y el Señor no puedan perdonarle, todo lo contrario, sino mas bien porque la persona misma, voluntariamente ha rechazado este perdón y salvación dadas por Dios”.

Dices que soy manantial y no vienes a beber.
Dices que soy vino gran reserva y no te embriagas.
Dices que soy suave brisa y no abres tus ventanas.

Dices que soy luz y sigues entre tinieblas.
Dices que soy aceite perfumado y no te unges.
Dices que soy música y no te oigo cantar.

Dices que soy fuego y sigues con frío.
Dices que soy fuerza divina y estás muy débil.
Dices que soy abogado y no me dejas defenderte.

Dices que soy consolador y no me cuentas tus penas.
Dices que soy don y no me abres tus manos.
Dices que soy paz y no escuchas el son de mi flauta.

Dices que soy viento recio y sigues sin moverte.
Dices que soy defensor de los pobres y tú te apartas de ellos.
Dices que soy libertad y no me dejas que te empuje.

Dices que soy océano y no quieres sumergirte.
Dices que soy amor y no me dejas amarte.
Dices que soy testigo y no me preguntas.

Dices que soy sabiduría y no quieres aprender.
Dices que soy seductor y no te dejas seducir.
Dices que soy médico y no me llamas para curarte.

Dices que soy huésped y no quieres que entre.
Dices que soy fresca sombra y no te cobijas bajo mis alas.
Dices que soy fruto y no me pruebas.

Florentino Ulibarri

A veces no nos comprometemos a favor de demás, no nos atrevemos a anunciar el Evangelio de Dios, porque pensamos que vamos solos. Confiamos poco en el Espíritu. Él nos enseña lo que debemos hacer y decir.
Si te has sentido alguna vez enseñado o dirigido por el Espíritu, da gracias a Dios. Si no lo has sentido, pide al Señor que te dé fuerza para dejarte llevar por su Espíritu.

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

viernes, 15 de octubre de 2021

Viernes, 15 de octubre de 2021

Santa Teresa de Jesús

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 25‑30

En aquel tiempo, Jesús exclamó:
Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla.
Si, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre,
y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré.
Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Dios quiere bendecir a todos, pero sólo los que tienen un corazón de pobre, humilde, como el de Santa Teresa de Jesús. Sólo puede entrar en la vida de los que han apartado de su horizonte el orgullo, la autosuficiencia, la soberbia... Como diría San Pablo, la fuerza de Dios se muestra perfecta en nuestra debilidad.
            “Señor, haznos pobres y sencillos”
            “Gracias por mostrarnos la grandeza de lo pequeño”

Orar no sólo es hablar con Jesús, orar es estar con Él. Estar con Él y descansar de las fatigas, de los agobios, del cansancio. Orar es presentar a Dios nuestra vida y, en silencio, dejar que Él sea alivio y consuelo. A veces tenemos la impresión de que ser cristiano es una carga pesada, difícilmente aguantable. Sin embargo, Jesús hoy nos dice lo contrario: “mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.

Contemplando el testimonio de vida de la santa de Ávila, pedimos a Dios que nos conceda combinar con acierto oración y acción, vida apostólica y tiempo para descansar en el Señor.

También podemos rezar con uno de sus textos más bonitos:

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.

Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.

Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.

Canto de Taizè: http://m.youtube.com/watch?v=go1-BoDD7CI

Otras oraciones de la Santa de Ávila: http://www.devocionario.com/textos/p_teresa.html

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

jueves, 14 de octubre de 2021

Jueves, 14 de octubre de 2021

Jueves de la 28ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 11, 47-54

En aquel tiempo dijo el Señor: "¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, después que vuestros padres los mataron! Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros les edificáis sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos los perseguirán y matarán"; y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Si, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de vosotros, juristas, que os habéis quedado con la llave del saber; vosotros que no habéis entrado, y habéis cerrado el paso a los que intentaban entrar!" Al salir de allí, los letrados y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias palabras.

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

La historia ha cambiado poco. A los que mientras vivían amargamos la vida, después de muertos les dedicamos una calle. Hace falta que una persona muera para que se le reconozcan sus valores.
            “Señor, danos un corazón abierto
             para reconocer la bondad de cada persona”
            “Enséñanos a acoger a los profetas que nos envías
             para hacernos ver nuestros pecados
             y enderezar la vida hacia la felicidad”

Los juristas y fariseos tienen la llave del saber, pero ni entran, ni dejan entrar. En nuestras manos está la posibilidad de vivir la fe y transmitirla a otros. Y a veces ni la vivimos ni la transmitimos. ¿Cómo vivimos la fe? ¿Cómo la podemos transmitir? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

Señor Jesús, ayúdame a entrar decididamente, por la puerta del Evangelio. Llevo mucho tiempo siendo cristiano, pero no acabo de pensar como Tú, sentir como Tú, rezar como Tú, arriesgar como Tú, tratar a los pobres como Tú, renunciar como Tú, compartir como Tú, entregarme como Tú... En definitiva, no me atrevo a amar como Tú. Qué tu Espíritu me dé el empujón que necesito para vencer la pereza y la mediocridad, y entrar cada día con mayor profundidad en tu Reino.

Ayúdame a ser puente que abra camino. Qué nunca sea muralla que cierre el paso. Para que muchas personas, algunas muy cerca de mí, que buscan la fuente de la felicidad y de la alegría, puedan encontrarse contigo, puedan descubrir y vivir que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

miércoles, 13 de octubre de 2021

Miércoles, 13 de octubre de 2021

Miércoles de la 28ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
Lucas 11, 42-46

En aquel tiempo dijo el Señor: "¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!" Un jurista intervino y le dijo: "Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros". Jesús replicó: "¡Ay de vosotros también, juristas que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!"

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Todos tenemos algo de fariseos. Presumimos de cumplir preceptos sin importancia y nos olvidamos de los mandamientos más importantes. A veces ni siquiera nos damos cuenta. Necesitamos la ayuda de los hermanos para ser conscientes de esta realidad.
            “Señor, ayúdame a descubrir mis incoherencias.
             Dame humildad para reconocerlas
             y fuerza para superarlas”
            “Enséñanos a corregir con cariño y acierto
             las incoherencias de los hermanos”

¿Buscamos los puestos de “relumbrón”, los puestos más cómodos en la familia, en el lugar de trabajo, entre mis amigos… Recuerda el testimonio del Señor que siempre se situó en el lugar de los pobres, de los que sirven. ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

Jesús cargó sobre sus espaldas los pecados de la humanidad. Los fariseos cargan fardos pesados a los demás. ¿A quién te pareces más? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le pides?

Puestos a ser osados...
danos, Señor, tener siempre:

en la cabeza,
fe en las personas y en el pueblo;

en los ojos,
mirada transparente y visión digna
de tu presencia en la historia;

en los oídos,
la escucha respetuosa y atenta
de las súplicas y gritos de los que no tienen voz;

en los labios,
una palabra cercana, tierna y buena
para los que buscan y preguntan;

en el rostro,
transparencia, alegría y esperanza
para quienes andan tristes y perdidos;

en los brazos,
la resistencia y lucha por tu reino
aquí y ahora;

en las manos,
la disponibilidad solidaria
y un manantial de caricias;

en los hombros,
la fortaleza necesaria para cargar
a débiles, cansados y heridos;

en los pies,
la itinerancia por tus caminos
y alas para desinstalarnos;

en el corazón,
tu pasión, tu paz, tu latir
y la cercanía a los pobres;

en el vientre,
la vida, siempre la vida,
recibida, gestada, dada, amada.

Florentino Ulibarri

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

martes, 12 de octubre de 2021

Martes, 12 de octubre de 2021

Nuestra Señora del Pilar.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: "¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!" Pero él repuso: "Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!"

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Jesús ama a su madre María porque lo acogió nueve meses en su vientre y porque sus pechos lo amamantaron, pero todavía la valora más por escuchar y cumplir la Palabra de Dios. Para Jesús no valen títulos de sangre, ni los grados académicos, ni la partida de bautismo. Para Jesús, lo importante es escuchar la Palabra de Dios y cumplirla.
        
Escuchar y cumplir la Palabra de Dios requiere un corazón abierto, para poder acoger la sorpresa de Dios, seguros de que sus caminos son distintos (y mucho mejores) que los nuestros.

Escuchar y cumplir la Palabra de Dios es nuestra tarea permanente. Permanente. De cada día. De todos los días.

Con la Virgen del Pilar pedimos a Dios fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

Gracias, Padre, por María, la Virgen.
Ella es Pilar de nuestra fe, de nuestra vida cristiana.
Es pilar seguro por su humildad y sencillez.
Es pilar firme porque se apoyó en el mejor cimiento,
se apoyó en Ti, en tu amor, que nunca falla,
se apoyó en tu palabra, palabra escuchada y cumplida.
Fue pilar en el que descansó su prima Isabel,
su esposo San José y los primeros discípulos de Jesús.
Es pilar en el que nosotros nos podemos apoyar. Gracias.

Gracias, Padre, por todas las personas que han sido y son pilares,
pilares para las familias, parroquias y comunidades;
pilares en los que se pueden apoyar los amigos y los pobres.
pilares en los que he apoyado y apoyo mi debilidad.
Recuerdo sus nombres con un corazón agradecido: ... ... ...

Padre bueno, quieres que yo sea también un buen pilar,
Sé que con mis propias fuerzas no puedo ser un pilar seguro.
y quiero apoyarme, como María, en el mejor cimiento,
quiero apoyarme en Ti, en tu amor, en tu palabra.
No quiero apoyarme en el dinero, ni en la mentira.
Sólo Tú eres el cimiento que nunca se mueve.
Muestra tu fuerza en mi debilidad, tu grandeza en mi pequeñez,
para que sea pilar en el que puedan descansar
las personas que Tú pones en mi camino. Amén.

Santa María del Pilar, ruega por nosotros.

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

lunes, 11 de octubre de 2021

Lunes, 11 de octubre de 2021

Lunes de la 28ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: "Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Nos cuesta convertirnos de verdad al Señor. Y ponemos excusas y justificaciones, algunas realmente buenas; pero excusas, al fin y al cabo: “Si Dios me diese una prueba de su existencia”, “Si Dios cambiara mi forma de ser”, “Si viera un milagro”. ¡En qué aprieto nos pondría Dios si convirtiera una tinaja de agua en vino! Algo tendríamos que inventar.

Sin embargo, hay personas que se conforman con menos. Los ciudadanos de Nínive se convierten por la predicación de Jonás, y la reina del Sur al escuchar la sabiduría de Salomón.

Si hiciéramos más a menudo memoria de todas las maravillas que Dios ha hecho en nosotros, pediríamos menos signos, seríamos más agradecidos, crecería nuestra esperanza y viviríamos más felices.

Señor Jesús, somos muy afortunados y hemos recibido mucho de ti,
pero no acabamos de agradecerlo, de convertirnos, de cambiar de vida.

Nos has proclamado la Buena Noticia de que Dios nos ama con locura,
pero no acabamos de abrir el corazón para acoger su ternura.

Nos has mostrado que Dios no se cansa nunca de perdonar,
pero, cuando pecamos, seguimos huyendo de Dios.

Nos has dicho que Tú quieres bendecirnos desde los pobres,
pero no les damos espacio suficiente en nuestro corazón y nuestro tiempo.

Te has presentado ante nosotros como un manantial de agua viva,
pero preferimos otras aguas, aunque no calmen nuestra sed.

Vienes a este mundo para liberarnos de todas las cadenas que nos atan,
pero seguimos teniendo miedo a que recortes nuestra libertad.

Nos has enseñado que sólo los que entregan su vida son felices,
pero estamos demasiado preocupados de nosotros mismos.

Nos descubriste que fuimos creados para vivir en comunión con Dios y con las personas,
pero no siempre estamos dispuestos a ayudar y a dejarnos ayudar.

Tú nos has dado tu Palabra, tu tiempo, tu Espíritu, tu vida entera,
pero nosotros seguimos siendo tacaños contigo.

Señor, ayúdanos a reconocer todo lo que has hecho por nosotros,
a fiarnos de ti y de tu Palabra, cada día un poco más,
para que nuestras miserias no ahoguen el deseo de plenitud que ha puesto en nosotros
y tu amor nos convierta a una vida más entregada y feliz.
Estamos en camino, Señor, y contigo podemos avanzar.

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

domingo, 10 de octubre de 2021

Domingo, 10 de octubre de 2021

Domingo de la 28ª semana del t.o. B

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Marcos 10, 17‑30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó:
—«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó:
—«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios.
Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
El replicó:
—«Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo:
—«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
—«¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió:
—«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban:
—«Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
—«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Pedro se puso a decirle:
—«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo:
—«Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más—casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna.»

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

En muchas ocasiones tenemos miedo a profundizar en la relación con las personas, no vaya a ser cosa de que esa profundizar traiga consigo compromisos que no estamos dispuestos a asumir. Lo mismo sucede con la relación con Dios: a medida en que vamos conociendo más al maestro, él nos va mostrando nuestros retos, a veces nos pide renuncias y sacrificios difíciles de realizar.
            “Señor, gracias por ofrecerme tu amistad”
            “No permitas que mi relación contigo sea superficial”

Y a veces nos sucede como al hombre que se acercó a Jesús, cuya historia nos cuenta el Evangelio de hoy. Nos asusta el compromiso, no queremos renunciar a ninguna de nuestras comodidades, fruncimos el ceño y nos alejamos tristes del Maestro.
            “En mi vida muchas veces he sido egoísta. Perdóname”

No tengamos miedo a encontrarnos con Jesucristo y a preguntarle qué tenemos que hacer, qué hemos de abandonar, por qué camino avanzar. Él no sólo nos muestra un estilo de vida, nos da la fuerza necesaria para poder responder a sus llamadas, porque –como dice el propio Jesús- lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. Dios lo puede todo.
            “Enséñame a confiar en ti y no tanto en mis propias fuerzas”


Mírame Tú,
Jesús de Nazaret.

Que yo sienta
posarse sobre mí
Tu mirada libre,
sin esclavitud
de sinagoga,
sin exigencias
que me ignoren,
sin la distancia
que congela,
sin la codicia
que me compre.

Que Tu mirada
se pose
en mis sentidos,
y se filtre
hasta los rincones
inaccesibles
donde te espera
mi yo desconocido,
sembrado por Ti
desde mi inicio,
y germine mi futuro
rompiendo en silencio
con el verde de sus hojas
la tierra machacada
que me sepulta
y que me nutre.

Déjame entrar
dentro de Ti,
para mirarme
desde Ti,
y sentir
que se disuelven,
tantas miradas
propias y ajenas
que me deforman
y me rompen.

Benjamín González Buelta, sj

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Señor, hay días en que olvidas los motivos.
El entorno se vuelve desierto árido, monótono.
Hay días en que lo cambiarías todo por una caricia.
Días en que calla la voz interior,
cuando ni hacer el bien parece tener sentido,
cuando el mundo resulta una causa perdida
y el evangelio es un idioma incomprensible.
Días en que no te sientes hermano, ni amigo, ni hijo.

Días de escepticismo,
en que el samaritano decide pasar de largo,
Zaqueo no sube al árbol,
y sólo sobrevive el joven rico.
Días en que vencen los fantasmas interiores.

Pero no des demasiada cancha al drama.
Mira tu vida con desnudez benévola,
respeta el desaliento, sin darle el cetro y la corona,
y rescata la memoria de las causas,
de la presencia, de la ilusión.

El samaritano sigue en marcha.
Él también tiene días grises.
Zaqueo espera un encuentro.
El joven rico aún piensa en el camino que no eligió.
Y en lo profundo, más allá de fantasmas y demonios, late Dios.

José María Rodríguez Olaizola, sj

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.