lunes, 18 de julio de 2022

Lunes, 18 de julio de 2022

Lunes de la 16ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 12, 38-42

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: Maestro, queremos ver un signo tuyo."
Él les contestó: -Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará mas signo que el de Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón."

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Jesús esta “harto” de curar toda clase de dolencias y llegan los fariseos y escribas y le piden ver un signo.
A veces pensamos y actuamos de la misma manera. Dios ha hecho mucho por nosotros, nos ha salvado de muchos peligros, nos ha resucitado de muchas “muertes”. Pero nunca estamos conformes. Nos gustaría ver algo más.
            “Señor gracias por las maravillas que salen de tus manos,
             enséñanos a descubrirlas y a agradecerlas.
             Fortalece nuestra fe en ti”.

Los ninivitas se convirtieron por la palabra de Jonás. Jesús es mucho más que Jonás y nos llama a la conversión
¿Vas descubriendo los caminos de conversión que Jesús te señala? ¿Cómo los sigues? ¿Qué dices a Dios?

Bendito seas, Padre,
por este tiempo tan oportuno,
para la conversión y el encuentro,
que tú concedes gratis
a todos tus hijos e hijas
que andamos desorientados o perdidos
por los caminos de la vida.

Bendito seas, Padre,
porque llamas a cada hombre y mujer,
sea cual sea su historia y vida,
a emprender cada día,
de manera más personal y consciente,
su compromiso de seguir a Jesús,
tu Hijo y nuestro hermano.

Bendito seas, Padre,
por despertamos de nuestros dulces sueños,
tan vaporosos e infecundos,
por interpelarnos en lo radical de la vida,
por liberarnos de nuestras falsas seguridades,
por poner al descubierto nuestros ídolos secretos
que tanto defendemos e intentamos justificar.

Bendito seas, Padre,
porque nos das tu Espíritu,
el único que puede convertimos,
el único que puede atravesar nuestros pensamientos,
el único que puede darnos un corazón de hijos,
el único que puede guiarnos por la senda del Evangelio,
el único que hace posible nuestra vuelta a tu seno.

¡Bendito seas, Padre,
por este tiempo tan propicio!

Florentino Ulibarri


La Reina del Sur fue a Jerusalén desde los confines del mundo para escuchar la sabiduría de Salomón. Jesús es mucho más que Salomón.
¿Qué haces y que podrías hacer para conocer y vivir la sabiduría de Jesús? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

domingo, 17 de julio de 2022

Domingo, 17 de julio de 2022

 Domingo de la 16ª semana del t.o. C

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano."
Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán."

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Andas inquieta y nerviosa con tantas cosas. Es cierto. A veces perdemos los papeles y nos convertimos en esclavos de la actividad. El mismo Señor que nos llama tantas veces a socorrer al tirado en el borde del camino, que nos envía a curar y a anunciar el Evangelio, nos invita a seguir el ejemplo de María, a disfrutar de su presencia y de su palabra.

Si supiéramos pararnos de vez en cuando para estar con el Señor... ¡cómo cambiaría nuestra vida!
En cierta ocasión preguntaron a la Madre Teresa de Calcuta que hacía cuando tenía muchísimo trabajo y contestó convencida: “rezar más”.
El que reza bien tiene más fuerza, más alegría, más amor, más voluntad para trabajar para los demás. Acción y oración no se contradicen. Y si se contradicen es que no rezamos bien o nuestro compromiso está desenfocado.

¿Cómo lo vives? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

Señor Jesús, como a María,
enséñame a sentarme a tus pies para escuchar tu palabra.
Dame aquella auténtica sabiduría
que busca tu voluntad mediante la plegaria
y la meditación, a través del contacto directo contigo,
más que por razonamientos mentales o por la lectura de muchos libros.

Concédeme la gracia de distinguir tu voz de la de los extraños;
concédeme la gracia de dejarme guiar por ella
y de buscarla ante todo como una realidad superior a mí mismo.

Respóndeme mediante la conciencia
cuando te adoro y confío en tu grandeza,
que llega mucho más allá de lo que yo puedo entender.

Cardenal John Henry Newman


4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

sábado, 16 de julio de 2022

Sábado, 16 de julio de 2022

 Sábado de la 15ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 12, 14-21

En aquel tiempo, los fariseos, al salir, planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos le siguieron. El los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones".

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Jesús es el Siervo, que hace la voluntad del Padre, el Elegido para llevar la salvación de Dios a toda la humanidad, el Amado con un amor de predilección. Imagina por un momento cómo es la relación de Jesús con su Padre, imagina el amor que siente el Padre por su Hijo y el Padre por el Hijo. Pues bien, Dios Padre te ama a ti de la misma manera.
¿Qué le dices a Dios?

El estilo de Jesús lo describe siglos antes el profeta Isaías:
- No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. Es el hombre del amor discreto, casi escondido. No obligará a nadie a seguir su palabra. Su arma fundamental es la misericordia, nunca la violencia.
- La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Ha venido más bien a fortalecer a los débiles, a alimentar a los hambrientos con su propio cuerpo... Cuenta con los que no cuentan para nadie.
- No se cansará hasta que el derecho reine en la humanidad, hasta que la justicia brille en lo más alto.
- Ha venido para levantar las esperanzas derrotas, para ser esperanza del mundo.

“Gracias Señor por tratarme siempre con ternura,
 porque respetas y ensanchas mi libertad,
 por contar con mi vida, pobre ya a veces casi apagada,
 Dame la fuerza de tu Espíritu
 para luchar contigo por la justicia
 y levantar la esperanza del mundo”

Jesús, Tú eres el amor discreto, casi escondido. No obligas a nadie a seguir tu camino. Tu arma nunca es la violencia. Tu fuerza es el amor que sirve y da la vida.

Señor, gracias por tratarme siempre con ternura, porque respetas y ensanchas mi libertad, por contar con mi vida, pobre y a veces casi apagada o quebrada. Gracias, Dios mío, porque me has formado y me sostienes, porque me miras con amor, me has cogido de la mano y me das tu Espíritu.

Que también yo sepa contar con los que no cuentan, con los débiles, los pequeños y los ignorantes, con los que viven en la tiniebla de la enfermedad, la soledad y la pobreza; para implantar un derecho nuevo y construir una sociedad nueva, en la que todos vivamos como hermanos, como hijas e hijos tuyos.

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A veces es el cuerpo,
siempre alerta
mientras duerme el alma,
el que recibe primero
tu llegada impredecible
en medio de la noche.

Has entrado sin ruido
en mi casa cerrada,
has distendido mis nudos
y has abierto el último balcón
de mis pulmones a la brisa.

Tu levedad de aurora
se ha encarnado por sorpresa.

Entonces mi espíritu despierta
y se da cuenta que has llegado.

Me dejaste tu presencia
encaminando tu visita
por mis huesos y memorias,
y ya te has ido en silencio
dejando mi ventana abierta
a todo el sol de la mañana.

Benjamín González Buelta, sj


4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

viernes, 15 de julio de 2022

Viernes, 15 de julio de 2022

 Viernes de la 15ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 12, 1-8

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: "Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado". Les replicó: "¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus hombres sintieron hambre. Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa "quiero misericordia y no sacrificio", no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado".

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Los cristianos tenemos sólo un Dios. No podemos adorar a una ley, por buena que sea. La ley nos sirve en la medida en que nos ayuda a seguir a Jesucristo.
            “A veces utilizamos la ley para atacar y no para salvar. Perdona”
            “Enséñanos a cumplir la ley sin absolutizarla”

Jesús pone por encima de todo la misericordia, el amor. Si no tengo amor, no sirve de nada la oración, el compromiso, las misas, las reuniones. El amor da sentido a todo, el amor ha de ser como el licor que da sabor a toda nuestra vida.
            “Enséñanos a vivir en el amor, con el amor, por el amor”
            “Cambia nuestra vida, llena de muchas cosas, casi vacía de amor”
            “Perdona nuestra falta de misericordia”

Tú no eres Señor, un Dios impasible, no eres distante y duro con los hombres. Tú conoces nuestra debilidad, nuestras tendencias orgullosas, violentas y egoístas. Conoces bien todas nuestras miserias. Tú eres misericordioso y compasivo Tú padeces y com-padeces, Tú eres compasión. Compadécete de nosotros.

Ven, Señor, a socorrernos, y danos un corazón nuevo, un corazón limpio y sincero, un corazón lleno de compasión, Qué sintamos la impotencia del caído y le ayudemos a levantarse. Qué compartamos el dolor del enfermo y le acompañemos. Qué miremos con misericordia al que se equivoca y le enseñemos el Camino. Qué suframos el miedo del cobarde y le animemos. Qué padezcamos la decepción del engañado y le mostremos la Verdad. Qué comprendamos el vacío del violento y le ayudemos a buscar la paz. Qué soportemos el pesimismo del desilusionado y sembremos esperanza. Qué probemos la necesidad del hambriento y le ofrezcamos pan y cariño. Qué hagamos nuestra la rabia del golpeado y lo tratemos con dignidad.

Que nos compadezcamos del egoísta y le amemos. Acompáñanos con la presencia de tu Espíritu, y quédate con nosotros, dulce huésped, o métenos dentro de tu inmenso Corazón. Amén.


4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

jueves, 14 de julio de 2022

Jueves, 14 de julio de 2022

 Jueves de la 15ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, Jesús exclamó: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Orar no sólo es hablar con Jesús, orar es estar con Él. Estar con Él y descansar de las fatigas, de los agobios, del cansancio. Orar es presentar a Dios nuestra vida y, en silencio, dejar que Él sea alivio y consuelo.

A veces tenemos la impresión de que ser cristiano es una carga pesada, difícilmente aguantable. Sin embargo, Jesús hoy nos dice lo contrario: “mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. Es cierto, cualquier dios al que nos acerquemos nos exigirá más y nos dará menos. Pensemos por un momento qué ofrece y que pide el dios-placer, el dios-poder, el dios-dinero...
            “Señor, sólo tú tienes palabras de vida eterna”
            “Danos sabiduría para cargar sólo con tu yugo y tu carga”

A veces creemos que Dios sólo nos pide COMPROMISO, pero en muchas ocasiones nos ofrece también DESCANSO:

Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 61

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Los que estáis arruinados,
los que habéis fracasado
ante los demás y ante vosotros,
los que sólo portáis miseria,
los que no valéis para quienes seleccionan
ni contáis para quienes mandan,
los olvidados fuera de las campañas,
los que sólo recibís golpes,
los últimos, los parias,
los nadie de la historia...
venid a mí, que quiero cobijaros
a la sombra de mis alas.

Los marginados de todo lo bueno,
los humillados por uno u otro motivo,
los sin recursos humanos y económicos,
los que os tenéis que vender cualquier precio
y sois moneda devaluada en todo momento,
los que os habéis quedado sin techo
y dormís en la calle entre cartones,
los que solo tenéis deudas y desahucios,
los cansados y agotados de vivir
y de escuchar siempre lo mismo...
venid a mí, que soy vuestro refugio,
y me complace vuestro descanso.

Niños de la calle y de nadie,
inmigrantes a la deriva,
parados al sol, cabizbajos,
enfermos sin tratamiento,
ancianos apartados,
jóvenes a la deriva,
los no reconocidos como ciudadanos,
los tristes y agobiados,
personas que sufrís violencia,
todos los que no sois queridos ni echados en falta ...
venid a mí, que soy vuestra libertad,
y recobrad vuestra dignidad.

Hambrientos de pan y de justicia,
de dignidad y de respeto,
de salud y de ternura,
de paz y de buenas noticias,
de vida y de felicidad...
sedientos de ternura y caricias,
de roce y compañía,
de abrazos y protestas,
de vino y fiesta,
de casa y mesa.
de la dignidad vuestra...
venid a mí, y saciad vuestra hambre y sed
sin miedo y sin falsos respetos.

Todos lo que sentís la vida,
día a día, como una pesada carga:
los rechazados,
los perseguidos,
los olvidados,
los excluidos,
los extranjeros,
los sin papeles,
los que sólo tenéis seguro que sois pobres,
gente sin voz, sin prestigio, sin nombre...
venid a mí, descargad vuestros fardos,
comed, bebed y descansad.

¡Todo lo que soy y tengo es vuestro!

Florentino Ulibarri


4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

miércoles, 13 de julio de 2022

Miércoles, 13 de julio de 2022

Miércoles de la 15ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 25-27

En aquel tiempo, Jesús exclamó: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Jesús reza, da gracias por las maravillas que el Padre hace en el corazón de los sencillos. Hoy Dios sigue haciendo milagros en la vida de muchas personas. Pedimos luz para descubrir y un corazón que sepa agradecer.

Dios quiere bendecir a todos, pero sólo los que tienen un corazón de pobre, humilde, sólo puede entrar en la vida de los que han apartado de su horizonte el orgullo, la autosuficiencia, la soberbia... Como diría San Pablo, la fuerza de Dios se muestra perfecta en nuestra debilidad.
            “Señor, haznos pobres y sencillos”
            “Gracias por mostrarnos la grandeza de lo pequeño”

Sólo a través de Jesús podemos conocer a Dios; y sólo conociendo y amando a Dios podemos ser felices. En cualquier momento y circunstancia podemos encontrar a Jesús, pero hay “lugares” donde su presencia es como más densa: la Eucaristía, su Palabra, los pobres, la comunidad cristiana.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

Jesús da gracias por esas personas sencillas que acogen su mensaje de amor. Nos unimos a su oración de alabanza...

Te damos gracias, Padre, por las personas que gozan del don de la fe, y confían en Ti aunque caminen en tinieblas.
Te damos gracias, Padre, por las personas que reconocen y lloran sus pecados, y tienen un corazón compasivo con los que se equivocan.
Te damos gracias, Padre, por las personas que se entregan a Ti y con alegría ofrecen todo lo que tienen a los hermanos.
Te damos gracias, Padre, por las personas de espíritu sencillo, que no conocen el temor que acobarda, ni la vergüenza que retiene.
Te damos gracias, Padre, por las personas que saben descubrirte y disfrutarte en la presencia de las personas y las cosas.
Te damos gracias, Padre, por las personas que viven la existencia como peregrinos, y a la luz de la fe, caminan en busca de la patria mejor, definitiva y verdadera.
Te damos gracias, Padre, por las personas...

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Quién puede pagar la luz del sol que alumbra cada día,
el gozo de una madre al dar a luz,
la chispa de ese amor que no vacila,
la lucha inagotable por ser ‘tú’.

Quién puede comprar la mueca de ese rostro que sonríe,
la brisa que te roza al caminar,
la firme decisión de ser humilde,
los ojos con que aún puedes mirar.

Quién puede poner precio a esa mano que acaricia,
al ‘te quiero’ que me sale sin querer,
al instante que devuelve la esperanza,
al encuentro que te vuelve del revés.

Quién puede saldar el cielo azul que ves tras tu ventana,
el esfuerzo de esa niña por leer,
el cansancio de esa vida jubilada,
la oración de aquel que pide sin creer.

Seve Lázaro, sj


4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.

martes, 12 de julio de 2022

Martes, 12 de julio de 2022

Martes de la 15ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 20-24

En aquel tiempo se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti".

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

En Corazaín y en Betsaida Jesús había hecho la mayor parte de sus milagros. Sin embargo, sus habitantes tenían el corazón endurecido. No reconocieron las maravillas que Jesús hizo y, por consiguiente, no se convirtieron.

¡Cuánto nos cuesta convertirnos, Jesús!
No nos dejamos transformar
por la belleza de la creación,
por la ternura de un bebé,
por la bondad de tantas personas,
por la sabiduría de tu palabra,
por la grandeza de tu amor,
por el regalo de tu perdón,
por la paz que me da tu cercanía,
por el dolor de quienes sufren,
por la fidelidad de los amigos,
por la alegría de la fe compartida,
por el gozo de la solidaridad,
por esas conservaciones que tocan el corazón
por tantas experiencias inolvidables,
por tantos milagros cotidianos.

Que no nos pierda el miedo a cambiar,
ni las voces que nos aseguran que no podemos,
ni el temor a entrar en nuestro interior,
ni la fascinación de las riquezas y el poder,
ni el deseo de una vida fácil y cómoda,
ni tantas cosas pequeñas que nos alejan de una vida grande.

¡Danos un corazón abierto, que pueda convertirse!


Este evangelio es una llamada a reconocer todo lo que Dios ha hecho por nosotros, por nuestras comunidades y grupos, por nuestra familia... y a vivir de acuerdo con el don recibido, a mostrar nuestro agradecimiento en la oración y con la vida

¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

Yo se que me quieres, Señor, porque eres bueno.
Porque tienes un corazón sensible, perdóname;
limpia mi vida de todos mis pecados
y de mis continuas caídas, levántame.

Que alegría tan grande saber que eres mi Padre,
y que juzgas a todos con misericordia.
Dame tu abrazo de perdóny tu amor cambiará mi corazón,
sé mi amigo y caminaré siempre en tu presencia.

Devuélveme el gozo y la alegría,
que toda mi vida salte de gozo.
Somos amigos: olvida el mal que hice,
ayúdame con tu amistad a renovarme
y haz que nunca más me separe de Ti .

Que nazca en mí, como una fuente, un corazón puro,
y que una voluntad firme crezca en mi.
Quiero ver tu rostro alegre a mi lado,
que tu fuerza me acompañe siempre,

Señor, dame alegría de tu salvación
y un corazón generoso para amarte toda la vida.
Les diré a mis amigos que tus caminos son formidables,
y a los que pecan sin conocerte, lo bueno que Tú eres.

Dame vida, pues yo amo el vivir,
Tú que eres el Dios de la Vida,
y con ella diré a las gentes
que contigo todo es posible.

Abre mi corazón y mis labios
para decirte cuánto te quiero.
Ya sé que no te contentas con poco
y que no quieres de mí palabras vacías.

Lo que me pides es un corazón arrepentido;
un corazón sincero y noble es lo que quieres.
Sé bueno conmigo y con los otros
y fortalece nuestras vidas indefensas.

A Ti te ofrecemos nuestra vida cada día,
todo lo que somos y tenemos, todo es tuyo.
Devuélvenos, te lo pedimos, el gozo y la alegría, y
toda nuestra vida salte hoy en fiesta.

Somos amigos:
olvida el mal que hemos hecho
y ayúdanos con tu amistad a convertirnos.


4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.