Lunes de la 32ª semana del tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 17, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Es inevitable que sucedan
escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de
estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra
de molino y lo arrojasen al mar.
Tened cuidado.
Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te
ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «lo
siento» , lo perdonarás.
Los apóstoles le pidieron al Señor: Auméntanos la fe.
El Señor contestó: Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a
esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar» , y os obedecería.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. En muchas ocasiones no valoramos las consecuencias de lo que hacemos y
decimos en las personas que nos ven y nos oyen. Nuestra vida influye en
las personas que nos rodean positiva o negativamente. Por eso, hemos de
tener cuidado, especialmente si estamos delante de "pequeños" en edad,
en forma de pensar, en dinero...
"Señor, perdona mi falta de sensibilidad con los hermanos"
"Dame sabiduría y fuerza para hacer y decir lo que más ayude a los hermanos"
B. ¿Qué hacemos cuando alguien nos ofende? ¿le decimos algo o lo
criticamos a su espalda? ¿intentamos corregirle o lo dejamos por
imposible a las primeras de cambio? ¿procuramos que mejore o lo mandamos
a paseo? Es menos comprometido pensar: "es mayor, ya sabe lo que se
hace" que "todos necesitamos que nos ayuden para crecer".
Y cuando le decimos algo ¿cómo lo hacemos? ¿con cariño o con
resentimiento? ¿pensando las cosas o a boca-jarro? ¿para desahogarme o
para ayudarle?
Señor, no nos dejes caer en el "ojo por ojo" o en el "diente por diente";
no permitas que me deje llevar por la rabia o por los deseos de venganza.
Ayúdame a seguir amando a quién se equivoca, a quien me hace daño;
Dame sabiduría para convertir el dolor en compasión afectiva y efectiva.
Enséñame a rezar por las personas que me han herido con sus palabras y obras;
a corregir sin humillar, por amor, con delicadeza, buscando el bien del otro.
Dame amor para no criticar a la espalda, para corregir a la cara, a solas.
Si no me hace caso, que no me dé por vencido y busque la ayuda de otras personas y de la comunidad.
Y si, ni aún así, no se corrige, dame la paz del que hace todo lo posible para solucionar un problema.
Señor, dame amor para corregir a quién se equivoca
y mucha humildad para dejarme corregir cuando me equivoco yo.
C. Si tuvierais fe... La fe es un don, un regalo, es gratuita. Pero
tenemos que abrir de par en par el corazón, la cabeza y las manos para
acogerla. Acogemos la fe cuando rezamos, cuando nos formamos para
comprender mejor los contenidos que creemos, cuando hacemos lo que Dios
nos dice, aunque nos dé miedo
Te he encontrado en muchos sitios, Señor.
He escuchado el latido de tu corazón en la tranquilidad perfecta de los campos,
en el sagrario de una catedral vacía,
en la unidad de mente y corazón de una asamblea de personas que te quieren.
Te he encontrado en el gozo, donde a menudo te busco.
En el dolor, te encuentro siempre,
pues el dolor es como el repique de la campana que me llama a rezar.
Señor, te he encontrado en la terrible magnitud del dolor de los demás.
Te he visto en la sublime aceptación y en la inexplicable alegría de los que sufren.
En cambio, no he logrado encontrarte en mis pequeños males
en mis estúpidos disgustos, en contratiempos insignificantes.
En mi cansancio, he dejado pasar inútilmente tu amor, tu entrega
y la vitalidad gozosa de tu pascua,
que queda sofocada por pensar en mí más que en Ti.
Señor, yo creo. Pero aumenta mi fe.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 13 de noviembre de 2023
Lunes, 13 de noviembre de 2023
domingo, 12 de noviembre de 2023
Domingo, 12 de noviembre de 2023
Domingo de la 32ª semana de tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de
los cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y
salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran
sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en
cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El
esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se
oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se
despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus
lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de
vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas". Pero las sensatas
contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras,
mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis". Mientras iban a
comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él
al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también
las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero él
respondió: "Os lo aseguro: no os conozco". Por tanto, velad, porque no
sabéis el día ni la hora".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A primera vista parece que las vírgenes sensatas son egoístas, pero con
su actitud nos están enseñando algo importante:podemos compartir mucho,
pero en la vida y en la fe, hay cosas que nadie puede hacer por mí.
Nadie puede comer en lugar de mí. Nadie puede amar en lugar mí.
Señor, hazme diligente en la fe.
Cura mi pereza y hazme entender que…
nadie puede velar en lugar de mí,
nadie puede amar en lugar de mí,
nadie puede rezar en lugar de mí,
nadie puede vivir en lugar de mí.
Despiértanos del sueño de una vida superficial,
Que cada día llenemos nuestras lámparas
en la oración, en los sacramentos, en la comunidad...
para que podamos descubrir tu presencia entre nosotros
y encendamos cada día la luz de la esperanza.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 11 de noviembre de 2023
Sábado, 11 de noviembre de 2023. San Martín de Tours.
Sábado de la 31ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 16, 9-15
En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: Ganaos amigos con el
dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas
eternas.
El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el
que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale
de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo
dará? Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a
uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del
segundo.
No podéis servir a Dios y al dinero.
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo: Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro.
La arrogancia con los hombres, Dios la detesta.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante
es de fiar. Nos jugamos nuestra fidelidad a Jesús en las cosas menudas.
Para crecer como personas y como cristianos necesitamos cuidar los
detalles sencillos, insignificantes, escondidos. A los ojos de los
hombres son granos de arena sin importancia, pero a los ojos de Dios son
perlas llenas de valor. Que importante es la oración de cada día, el
saludo cariñoso a las personas, un gesto de ternura, un apretón de
manos, una sonrisa sincera...
"Señor, ayúdame a ser fiel en las cosas menudas"
"Gracias Jesús por las cosillas que me hacen feliz"
"Perdona, porque valoro demasiado las cosas grandes"
B. No podéis servir a Dios y al dinero. ¿En quién ponemos nuestra
confianza, en Dios o en el dinero y en las cosas que podemos comprar con
dinero? ¿A quién o a qué dedicamos nuestra vida, nuestro tiempo?
Necesitamos el dinero para vivir, pero sería absurdo vivir para tener
dinero.
"Perdona Señor mi apego desmedido al dinero"
"Ayúdame a amarte a ti sobre todas las cosas"
C. Presumís de arrogantes delante de los hombres, pero Dios os conoce
por dentro. Así dice Jesús a los fariseos y al fariseo que todos
llevamos dentro. Generalmente nos importa más el aplauso de las personas
que el reconocimiento de Dios, cuidamos más la belleza exterior que la
interior, nos gusta destacar más nuestras buenas obras que las de los
demás. Jesús nos llama a la coherencia, a la humildad, a la verdad.
"Danos Jesús el regalo de la humildad"
"Gracias Señor por las personas que me ayudan a ser sencillo"
Me dicen que triunfe a toda costa,
que pise fuerte, sin vacilar jamás,
mostrando siempre dominio
de las situaciones,
de las gentes,
de mí mismo.
Me dicen que escriba mi nombre
con letras hermosas en tarjeta noble,
que la impresión es lo que cuenta
y hay que lucir estilo,
títulos, rango y riqueza.
Me dicen que me cerciore
de tener todo bien atado,
de asegurar el futuro,
de dominar el presente,
para así vivir al límite.
Pero llegas tú y te ríes de esos consejos,
y me dices que desde arriba
no se ve a las personas,
que escriba mi nombre
en las horas regaladas,
en las puertas abiertas de mi vida,
en las manos ofrecidas
para apoyar al próximo.
Llegas tú y descolocas mi orden,
y me dices que salte al vacío.
Y me recuerdas que es en los sencillos,
los mansos, los pequeños y los pobres
donde está la Vida sin límite.
José María Rodríguez Olaizola, sj
Señor, Tú nos hablas con claridad. No podemos servir a Dios y al
dinero. Sin embargo, nuestra sociedad ha establecido una relación
equivocada con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su predominio
sobre nosotros y nuestras sociedades. El dinero gobierna y no sirve. El
dinero es lo más importante y el ser humano ha quedado reducido a una
sola de sus necesidades: el consumo.
El afán de poder y de tener
no conoce límites. Los intereses del mercado, divinizado, se convierten
en regla absoluta. Todo vale con tal de acrecentar beneficios, aunque
millones de personas pasen hambre, aunque se contamine el medio
ambiente. Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente,
las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa
minoría feliz.
Señor, danos luz y fuerza para revelarnos ante
esta idolatría, para denunciarla y combatirla. Danos fuerza para
favorecer una ética que permita crear un equilibrio y un orden social
más humano, al servicio de todos. Ilumina a los expertos financieros y a
los gobernantes de los países, a fin de que busquen y a trabajen por el
bien común. Ayúdanos a todos a socorrer a los pobres, a respetarlos y
promocionarlos; a no dejarnos atar por el dinero y a vivir una
solidaridad desinteresada y generosa. Amén.
Oración inspirada en Evangelii Gaudium 55-58.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 10 de noviembre de 2023
Viernes, 10 de noviembre de 2023. San León Magno.
Viernes de la 31ª semana del tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 16, 1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Un hombre rico tenía un
administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo: ¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.
El administrador se puso a echar sus cálculos: ¿Qué voy a hacer ahora
que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar, me
da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que cuando me echen de la
administración, encuentre quien me reciba en su casa.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero:
¿Cuánto debes a mi amo? Este respondió: Cien barriles de aceite.
El le dijo: Aquí está tu recibo: aprisa, siéntate y escribe «cincuenta».
Luego dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? ; El contestó: Cien fanegas de trigo.
Le dijo: Aquí está tu recibo: Escribe «ochenta».
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido.
Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Parece que esta parábola anima a engañar y a robar sin
escrúpulos. Sin embargo, Jesús no alaba el engaño de los hijos de este
mundo, alaba su astucia. El administrador injusto es astuto y malo.
Jesús nos invita a ser astutos y buenos, inteligentes y generosos,
creativos y honrados. Jesús quiere que pongamos todos nuestras
capacidades al servicio de los hermanos. Pedimos su ayuda para ser así.
B. Sin embargo, tenemos que reconocer que a veces nos parecemos bastante
al administrador injusto. Utilizamos la astucia, la inteligencia, la
creatividad solamente en favor nuestro y a veces en contra de los demás.
Pensamos hechos concretos y pedimos perdón.
C. Finalmente recordamos a quienes ponen todos sus talentos al servicio
de los demás: analizan la realidad, buscan ayudas económicas y humanas,
diseñan estrategias, evalúan las acciones y los logros obtenidos... se
devanan los sesos para solucionar problemas, para ayudar, para
transformar poco a poco el mundo que nos rodea. Pensamos en personas
concretas. A veces también nosotros actuamos así. Damos gracias.
Señor, gracias por todas las capacidades que me has dado.
Ayúdame a reconocerlas y agradecerlas,
a ponerlas al servicio de los hermanos,
de tu Reino de justicia, verdad, amor y paz.
Que mi astucia no se vuelque en alcanzar mis caprichos
y busque el crecimiento de los más pequeños y pobres.
Que mi inteligencia no sirva para justificar mis errores,
y me ayude a crecer en sinceridad y humanidad.
Que mi creatividad no sea egoísta ni aprovechada
y abra nuevos caminos para la generosidad y el amor.
Que mi talento no se centre en perseguir mi bienestar
y trabaje para construir el bien común y la paz.
Señor, gracias por todas las capacidades que me has dado.
Ayúdame a reconocerlas y agradecerlas,
a ponerlas al servicio de los hermanos,
de tu Reino de justicia, verdad, amor y paz.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 9 de noviembre de 2023
Jueves, 9 de noviembre de 2023. Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán.
Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 2, 13-22
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y
encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a
los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a
todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las
monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
-«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
-«¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó:
-«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron:
-«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los
muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe
a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Hoy se celebra en la Iglesia la dedicación de la Basílica
de San Juan de Letrán, la catedral de Roma. Las iglesias materiales son
dedicadas, consagradas para que sean el lugar dedicado al encuentro con
Dios y con los hermanos. Desde Roma el Papa continúa la misión que Jesús
dio a San Pedro: apacentar sus ovejas, confirmar a los hermanos en la
fe auténtica. Es buena ocasión para dar gracias a Dios por el Papa, por
su trabajo entregado, para pedir por él y por toda la iglesia, para que
sea cada vez más auténtica y evangélica.
B. Jesús se molesta cuando que el templo de Jerusalén no se dedica a
Dios. Jesús no tolera que el templo de Dios se convierta en un mercado. A
veces también nosotros comerciamos con Dios. Hago este sacrificio para
que Dios me dé tal favor. Rezo para que se cumpla mi voluntad y no la de
Dios. Me porto bien para ganar el cielo. Cuando razonamos así olvidamos
que el amor de Dios es gratuito y que Él sólo busca nuestra felicidad
"Gracias, Padre, por tu amor gratuito"
"Padre, me pongo en tus manos"
C. Destruid este templo y en tres días lo levantaré. Jesús habla de su
cuerpo y ellos pensaban en el gran templo de Jerusalén. Nuestros cuerpos
también son templos en los que Dios habita. Y en nuestro bautismo
también fuimos dedicados, consagrados a Dios.
Señor, bendice mis manos
para que sean delicadas y sepan tomar
sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular
y tengan la fuerza de bendecir y consolar.
Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad
y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;
que vean detrás de la superficie
para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.
Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz
y perciban muy claramente
el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos
al ruido inútil y la palabrería,
pero no a las voces que llaman
y piden que las oigan y comprendan
aunque turben mi comodidad.
Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti
y no diga nada que hiera o destruya;
que sólo pronuncie palabras que alivian,
que nunca traicione confidencias y secretos,
que consiga despertar sonrisas.
Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo de tu Espíritu
y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría
con un gran amor.
Dios mío, que puedas disponer de mí
con todo lo que soy, con todo lo que tengo.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 8 de noviembre de 2023
Miércoles, 8 de noviembre de 2023
Miércoles de la 31ª semana del tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les
dijo: Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y
a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a
sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta
primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea
que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de
él los que miran, diciendo: «Este hombre empezó a construir y no ha sido
capaz de acabar» ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se
sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso
del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía
lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Mucha gente sigue a Jesús. Sin embargo, él se da cuenta de
que muchos no han valorado suficientemente lo que significa seguirle.
Por eso pone las cosas claras: el que no pone detrás de mi a su padre y a
su madre, el que no quiera llevar la cruz, el que no renuncia a los
bienes... El dirá de si mismo: "Yo soy la verdad". A nosotros nos gustan
más las medias verdades, no decir las cosas claras...
"Señor, perdona, mi falta de verdad"
"Dame fuerza para ser testigo de la verdad"
"No dejes que en las relaciones con los hermanos crezcan sobre la mentira"
B. "Quien no lleve la cruz detrás de mi...". No se trata de llevar la
cruz por llevar la cruz, ni siquiera para conseguir un premio. Se trata
de asumir las consecuencias del amor, de ser fiel cuando viene la cruz
de la soledad, de la incomprensión, de la crítica despiadada... Llevar
la cruz detrás de Jesús, supone llevarla con él, con su fuerza,
dejándonos impregnar de su esperanza.
"Gracias Jesús por llevar la cruz conmigo"
"Dame tu fuerza para llevar la cruz"
"Que la cruz no sea en mi vida más grande que el amor"
C. "El que no posponga a su madre y a su padre, no puede ser discípulo
mío". ¡Qué fuerte! Si no conociéramos a Jesús y escuchásemos estas
palabras diríamos que es un egoísta que lo reclama todo para él. ¿Cómo
se compaginan estas palabras y las de dar la vida por los amigos? Aunque
parezca un contrasentido, precisamente cuando ponemos a Jesús por
encima de todo y de todos, más y mejor podemos amar a la familia, a los
amigos, al mundo, a uno mismo.
Señor, ¿cómo voy a amarte más que a mis padres, si ellos se han sacrificado tanto por mí y me lo han dado todo?
¿Cómo voy a amarte más que a mi pareja, si nos queremos con locura, si parece imposible amar con más fuerza?
¿Cómo voy a amarte más que a mis hijos, si cada día les doy lo mejor de mí y daría mi vida por ellos, sin pensarlo dos veces?
¿Cómo voy a amarte más que a mis hermanos y amigos, si yo no sería nada sin ellos?
Señor, ayúdame a darme cuenta de que mis padres, mi pareja, mis hijos, hermanos y amigos son un regalo tuyo;
que su amor es sólo un pequeño reflejo del gran amor que Tú sientes por mí.
Señor, ayúdame a experimentar que cuando me dejo amar por ti y cuando
te amo sobre todas las cosas, mi corazón se ensancha y pacífica, y,
así, puedo amar sin exigir a los demás lo que sólo Tú me puedes dar,
puedo amar más y mejor a mis padres, a mi pareja, a mis hijos, hermanos y
amigos.
Señor, ayúdame a fiarme de tu palabra y a disfrutar la vida nueva que sólo Tú me ofreces.
D. Dice Jesús: “el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser
discípulo mío”. Hemos de renunciar a todo lo que no nos deje ser libres,
todo lo que nos aleje de Dios y de los hermanos
Ahora que he aprendido a vivir
sin acaparar,
sin fantasear,
sin quejarme,
sin apropiarme,
sin erudición,
sin claridades,
sin imágenes,
sin mochilas,
sin miedos,
sin pesos...
Ahora que no estoy enganchado a nada:
ni a emociones,
ni al trabajo,
ni al dinero,
ni a la casa,
ni a las ideas,
ni a la información,
ni al consumo,
ni al descanso,
ni a la familia,
ni a la iglesia...
Ahora que no deseo nada:
ni ganar,
ni adquirir,
ni poseer,
ni dominar,
ni captar,
ni tener,
ni lograr,
ni obtener,
ni alcanzar,
ni triunfar...
Ahora que mi equipaje es ligero
para las noches oscuras,
para los días largos,
para los lunes pesados,
para los martes monótonos,
para los miércoles de siempre,
para los jueves de confidencias,
para los viernes amargos,
para los sábados de soledades,
para las semanas santas,
para los Vía crucis de cada día...
Ahora,
quizá sea caminante,
peregrino,
romero
aventurero,
receptor,
sabedor,
creyente
y testigo
de tu Pascua
y resurrección.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 7 de noviembre de 2023
Martes, 7 de noviembre de 2023
Martes de la 31ª semana del tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 14, 15-24
En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: ¡Dichoso el que
coma en el banquete del reino de Dios! Jesús le contestó: Un hombre daba
un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó
un criado a avisar a los convidados: Venid, que ya está preparado.
Pero ellos se excusaron uno tras otro.
El primero le dijo: He comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor.
Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor.
Otro dijo: Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir.
El criado volvió a contárselo al amo.
Entonces el dueño de casa, indignado, le dijo al criado: Sal corriendo a
las plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados,
a los ciegos y a los cojos.
El criado dijo: Señor, se ha hecho lo que mandaste y todavía queda sitio.
Entonces el amo dijo: Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta
que entren y se me llene la casa. Y os digo que ninguno de aquellos
convidados probará mi banquete.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Muchas veces pensamos que Dios sólo llama para complicarnos
la vida. Sin embargo, la llamada de Dios es ante todo una invitación a
participar en un banquete suculento, donde no falta ningún manjar.
“Perdón, Señor, por dudar de tu generosidad”
“Enséñanos a mostrar también la cara más amable de tu Evangelio”
En bastantes ocasiones ponemos excusas: soy demasiado joven, tengo mucho
trabajo, tengo que preparar un examen, ahora me voy a casar, tengo que
atender a mis hijos, ahora no tengo fuerzas... Encontramos excusas hasta
debajo de las piedras. Pedimos perdón.
El Señor abre su banquete a todos, a los pobres, lisiados, ciegos y
cojos. Y nosotros ¿abrimos nuestra casa, nuestra generosidad, nuestra
amistad a los pobres? ¿o estamos siempre refugiados en aquellos que
pueden devolver los favores que les hacemos? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le
dices?
Señor, tenemos hambre y sed...
de amor, de esperanza, de alegría, de entrega,
y Tú nos dices: Venid, comed pan sin pagar, bebed vino y leche de balde.
La oración en un banquete, la Eucaristía es un banquete,
la solidaridad es un banquete.
Pero ponemos excusas:
somos demasiado jóvenes o demasiado viejos,
tenemos mucho que estudiar o mucho que divertirnos,
el trabajo ocupa todo nuestro tiempo,
hoy no puedo, tengo prisa, quizá mañana.
¿Qué nos pasa, Señor?
Tenemos sed y no bebemos el agua más fresca.
Tenemos hambre y no comemos el pan más tierno.
Tenemos frío y no nos acercamos al fuego que no se apaga.
Nos sentimos solos y no nos dejamos acompañar por Ti.
Señor, te pido que, al menos hoy, no te ponga excusas
y me acerque a Ti, sin miedos, sin reservas, sin prisas.
Que al menos hoy acepte el pan de tu amor y el vino de tu alegría.
Que al menos hoy sepa servir a quien me necesite.
Que al menos hoy sepa compartir la alegría de ser tu hijo.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.