Sábado de la 19ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 19, 13-15
En aquel tiempo le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera
las manos y rezara por ellos, pero los discípulos les regañaban. Jesús
dijo: "Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son
como ellos es el Reino de los cielos". Les impuso las manos y se marchó
de allí.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús es feliz en medio de los que no cuentan. En aquel momento y en
aquella tierra los niños eran poco más que una propiedad del padre.
“Señor, enséñanos a amar a todos, especialmente a los últimos”
Quizá los discípulos piensan que los niños van a ser un estorbo para
poder estar tranquilamente con Jesús. Sin embargo, la realidad que el
Maestro pone de manifiesto es otra bien distinta: los discípulos son un
estorbo para que los niños se encontraran con Él.
“A veces soy un estorbo para que otros se encuentren contigo,
perdóname y enséñame a atraer a todos hacia ti.
De los que son como los niños es el Reino de los cielos. Los niños se
saben necesitados, saben pedir con humildad, disfrutan de las pequeñas
alegrías, inspiran ternura...
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor, concédeme el don de ser niño
y poder descansar en tu regazo
sin vergüenza y sin miedo,
pues a medida que crecemos
otros intereses nos hacen olvidar
que la confianza y la ternura
son imprescindibles para madurar
y recorrer tus caminos.
Concédeme el don de ser niño
para saber mirar a los demás
con cariño y transparencia,
pues el paso de los años
va cargando nuestra vida
de suspicacias, temores y envidias
que doblan nuestra la espalda
y tensionan nuestras entrañas
Concédeme el don de ser niño
para confiar en los demás
y compartir gratuitamente,
con generosidad y limpieza,
lo que de ti recibo, cada día, para ser feliz;
pues el egoísmo, la avaricia y las comparaciones
apagan todas las estrellas
y encienden nuestras más oscuras vanidades.
Concédeme el don de ser niño;
quítame todo lo que me impide llegar a ti
y me aleja de quienes son niños
y van llenos de carencias y necesidad;
quítame la desconfianza, la doblez y el orgullo
que no acepta perderse entre los más pobres.
¡Que recupere, en el cuerpo y en el espíritu,
la maleabilidad de la niñez para servir!
¡Vuélveme niño otra vez!
Y si así no logro alcanzarte
o no logras retenerme,
o no me dejo querer,
o no aprendo o servir,
o creo que soy más y mejor,
o no me doy a los que tú quieres,
vuélvete, Señor, a mí
y háblame como una madre habla a su bebé.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 17 de agosto de 2024
Sábado, 17 de agosto 2024.
viernes, 16 de agosto de 2024
Viernes, 16 de agosto de 2024
Viernes de la 19ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
Mateo 19, 3-12
En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para
ponerlo a prueba: "¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier
motivo?" El les respondió: "¿No habéis leído que el Creador en el
principio los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre
a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una
sola carne? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que
Dios ha unido, que no lo separe el hombre"". Ellos insistieron: "¿Y por
qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?" El les contestó:
"Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras
mujeres; pero al principio no era así. Ahora os digo yo que si uno se
divorcia de su mujer -no hablo de prostitución- y se casa con otra,
comete adulterio". Los discípulos le replicaron: "Si ésa es la situación
del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse". Pero él les dijo: "No
todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos
que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los
hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los cielos. El
que pueda con esto, que lo haga".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En esta sociedad del usar y tirar, la fidelidad no está de moda, cuesta
creer en el amor eterno, en el matrimonio “hasta que la muerte nos
separe”, parece imposible consagrarse por entero al sacerdocio o tomar
el camino de la vida religiosa por el Reino de los cielos.
La fidelidad es importante en las relaciones con los amigos, con la
familia, con los compañeros de trabajo... La fidelidad se aprende
ejercitándola en los pequeños compromisos de cada día. Quien no lucha
por ser fiel en lo poco, no lo será en lo mucho.
La fidelidad es un don del Espíritu Santo, un don que tenemos que
agradecer y pedir para los matrimonios y para los sacerdotes,
especialmente para aquellas personas que tienen dificultades para ser
fieles a su vocación.
Sin el Espíritu Santo,
Dios está lejos,
Cristo permanece en el pasado,
el Evangelio es letra muerta,
la Iglesia una simple organización
la autoridad sería dominación,
la misión una propaganda,
el culto una evocación
y el actuar cristiano una moral de esclavos.
Pero con la presencia del Espíritu,
el cosmos se eleva y gime en el parto del Reino,
Cristo resucitado está presente,
el Evangelio es potencia de vida,
la Iglesia significa la comunión trinitaria.
la autoridad es un servicio de liberación,
la misión es un Pentecostés,
la liturgia una memoria y anticipación,
el actuar humano se deifica.
Ignacio IV Hazin, patriarca de la Iglesia greco-ortodoxa de Antioquía
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 15 de agosto de 2024
Jueves, 15 de agosto de 2024. Asunción de María.
Asunción de María
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 1,39-56
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a
un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. En
cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú
entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para
que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis
oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has
creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su
esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su
misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace
proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los
colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su
siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a
nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia para siempre."
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Cuando María dice: “Me felicitarán todas las generaciones, porque el
poderoso ha hecho obras grandes por mí”, no sospecha ni siquiera
remotamente todas las maravillas que Dios haría con ella. Hoy celebramos
una de esas maravillas: la asunción: Dios sube a María al cielo en
carne y alma.
Damos gracias a Dios por las maravillas que Dios ha hecho en la Virgen
María y por las que hace y seguirá haciendo en nuestras vidas.
La Asunción de María es motivo de esperanza para todos los creyentes.
Ella fue la primera criatura humana que disfrutó plenamente de la
resurrección de su Hijo. También nosotros estamos llamados a gozar con
ella de la alegría que no se acaba.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices? ¿Qué dices a María?
Podemos rezar a María con el Ave María, la oración que compusieron el
ángel Gabriel y Santa Isabel. Y dirigirnos a Dios las palabras de María:
Proclama mi alma...”
Señor Jesús, en tu resurrección, venciste a la muerte
y abriste las puertas de la vida eterna, eternamente feliz,
puertas que ha traspasado la Virgen María, nuestra madre,
al ascender en cuerpo y alma a la Casa del Padre.
Unidos a Ti, unidos a la Virgen asunta al cielo,
también nosotros esperamos alcanzar la felicidad más grande
que el Padre ha preparado con cariño a todos sus hijos e hijas.
María, Tú eres la Virgen elevada, la Madre de la Esperanza.
Ayúdanos a mantener y compartir la esperanza en un mundo mejor,
la esperanza de la vida eterna. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 14 de agosto de 2024
Miércoles, 14 de agosto de 2024.San Maximiliano María Kolbe,presbítero y mártir.
San Maximiliano María Kolbe,presbítero y mártir.
Miércoles de la 19ª semana de tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 18, 15-20
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca,
repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu
hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo
el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les
hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la
comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. Os aseguro que
todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que
desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además,
que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo,
se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos
en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
El camino que nos muestra el Evangelio es otro, mucho más comprometido y
complicado. Jesús nos invita a reprender y a intentarlo no sólo una
vez, a contar con otros hermanos y con la comunidad para poder ayudar
mejor al que toma un camino erróneo.
Es el camino del amor que respeta la libertad del otro, pero a la vez
quiere mostrarle la verdad. La libertad sin la verdad nos destruye. La
verdad sin libertad nos esclaviza, en empequeñece.
¿Qué haces cuando algún hermano se equivoca?
¿Cómo reaccionas cuando te intentan corregir?
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Si se pierde un hermano,
si se pierde un hijo,
si se pierde el vecino, el compañero,
el amigo o el enemigo...
¿qué he de hacer, Dios mío?
Lo buscaré sin descanso, día y noche,
por senderos, charcos y bosques,
playas y desiertos, montañas y valles,
pueblos y ciudades e inhóspitos lugares,
con mis pies cansados y corazón anhelante.
Lo llamaré, con mi voz rota, por su nombre
y no cejaré hasta encontrarlo y abrazarlo;
y le diré con ternura y pasión de hermano:
Estoy preocupado y angustiado por ti
y siento que nuestras vidas necesitan dialogarse.
Y si no se detiene y me da la espalda,
o hace oídos sordos a mis palabras,
o me desafía con los hechos o su mirada,
juntaré, antes que oscurezca, la ternura de dos o más
para ahogar su resistencia con fraternidad desbordada.
Y si el fuego de tu Espíritu y de los hermanos
no hace mella en sus gélidas entrañas,
juntaré centenares de cálidos hogares
para que alumbren su noche oscura
y derritan sus hielos invernales.
Y si tal torrente de ternura, gracia y respeto
no doblega su tronco altivo y yermo,
lo cubriré con mi ropa para protegerlo
y lo lavaré sin descanso con mis lágrimas
hasta cicatrizar sus heridas y devolverle la alegría.
Y si a pesar de ello no sigue tu camino,
le perdonaré como tú nos enseñaste;
y si es preciso me convertiré en rodrigón
de su vida, historia y suerte,
renunciando a otros proyectos personales.
Y así ganaré a mi hermano
y la vida que nos prometiste.
¡Bendito seas, Señor, que nos haces fuertes
para curar y ser curados, hoy y siempre,
para amar al hermano y ser por él amados!
¡Bendito seas, Señor, por invitarnos a crear,
vivir, salvar y cultivar la fraternidad!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 13 de agosto de 2024
Martes, 13 de agosto 2024
Martes de la 19ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
En aquel momento, se acercaron los discípulos de Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?
Él
llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: Os aseguro que, si no volvéis
a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el
que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de
los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a
mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os
digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi
Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien
ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y
va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra
más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los
cielos. Los niños se saben necesitados, saben pedir con humildad,
disfrutan de las pequeñas alegrías, inspiran ternura... ¿Qué te dice
Dios? ¿Qué le dices?
Dios cuida de todos, pero ya desde el
antiguo Testamento, Dios manifiesta su especial predilección por los más
pequeños y necesitados. Los cristianos tendríamos que tener esta misma
sensibilidad de Dios: Hemos de defender la vida de todos y en especial
de los más pobres y amenazados. ¿Quiénes son hoy y en tu ambiente los
pequeños y necesitados? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor, delante de ti yo quiero ser sólo un pobre,
quiero despojarme, Señor, de mis pretensiones y vanidades;
también, Señor, quiero traspasar mi propia culpa
y entrar a tu casa desnudo,
meterme en tu corazón como un niño.
Quiero mirarte a los ojos suplicándote
confiadamente.
Quiero, Señor, y deseo apoyarme sólo en tu amor,
descansar en tu amor como un niño en el regazo de su madre,
y llenarme de la alegría de haber hallado tu amor.
Tu amor es la casa que me tienes preparada;
he sentido tu invitación
y entro en ella sin que me avergüence mi pecado;
sólo deseo habitar en tu casa todos los días de mi vida.
Tú nunca me vas a echar,
sólo me pides que crea en tu amor,
que me atreva a vivir en tu amor,
Que nunca me falten la humildad y la confianza de los niños;
para que el orgullo y los desengaños nunca me separen de ti
y pueda amarte con todo el corazón
y compartir tu amor con los más pequeños. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 12 de agosto de 2024
Lunes, 12 de agosto 2024.
Lunes de la 19ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 17, 22-27
En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la
Galilea, les dijo: "Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los
hombres; lo matarán, pero resucitará al tercer día". Ellos se pusieron
muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaúm, los que cobraban el impuesto de las dos
dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: "¿Vuestro Maestro no paga
las dos dracmas? Contestó: "Sí". Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó
a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le
cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?" Contestó "A
los extraños". Jesús les dijo: "Entonces los hijos están exentos. Sin
embargo, para no darles mal ejemplo, ve al lago, echa el anzuelo, coge
el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de
plata. Cógela y págales por mí y por ti".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús advierte muchas veces a sus discípulos cuál va a ser su futuro más
bien no muy lejano. Ellos se pusieron tristes. Parece que la tristeza
que les provoca la noticia de la muerte les hace sordos para escuchar el
anuncio de la resurrección.
Desde entonces, los cristianos hemos sido bastante torpes para armonizar
la muerte y la resurrección. En ocasiones hemos destacado tanto la
muerte, que la resurrección se ha quedado totalmente oscurecida. Y en
otros momentos, hemos exaltado tanto el domingo de resurrección que
olvidamos todo lo ocurrido el jueves y el viernes santos.
¿Dónde te sitúas tú? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Nos fijamos también en la segunda parte del Evangelio. Jesús no se
considera obligado a pagar el impuesto, pero al final lo paga. Jesús a
veces rompe con lo que está establecido, pero en otras ocasiones cumple,
aunque no esté convencido. ¿Cómo entender este comportamiento del
Maestro? Quizá sabe que no se puede cambiar todo de un golpe. Por otra
parte, Jesús, aunque es coherente con sus ideas, sabe que por encima de
las ideas está el bien de las personas.
“Señor, enséñanos a hacer en cada momento tu voluntad”
“Danos fuerza para romper con lo que hay que romper
y paciencia para aguantar lo que no conviene cortar”.
Por los caminos del mundo
Tú has pasado diciendo la verdad.
Por los caminos de la tierra
Tú has sido peregrino y mensajero del Padre.
Por los caminos de la historia
Tú has estado atento a los signos de los tiempos.
Por los caminos de los pobres
Tú has hecho la voluntad del Padre.
Por los caminos de Dios
Tú has ido al encuentro de todos,
hijos y marginados.
Por los caminos de la periferia
Tú has anunciado la Buena Noticia.
Por los caminos de los hermanos
Tú has hecho el camino hacia el Padre.
Por los caminos de la vida
Tú mismo has hecho tu propio camino.
Por tus caminos, llévame, Señor.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 11 de agosto de 2024
Domingo, 11 de agosto 2024.Santa Clara
Santa Clara
Domingo de la 19ª semana del t.o.B
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 6, 41‑51
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
—Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan
vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del
mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí: —¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces
Jesús les dijo: —Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del
Hombre y no bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi
carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el
ultimo día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera
bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo,
el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo; no
como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que come
este pan vivirá para siempre.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Insiste el Evangelio de San Juan en recordarnos la importancia de la fe.
La fe no sólo nos conduce a la vida eterna, la fe nos da vida eterna
ya, en esta tierra, en este momento, aunque sea de forma parcial.
“Gracias Señor, por la vida, por la esperanza, por el amor”
Nadie
puede presumir de la fe frente a los demás. La fe es un regalo de Dios:
“Nadie puede venir a mí, si el Padre no lo atrae”. Dios atrae a todos;
en todos ha puesto la sed de la vida eterna, el hambre de su amistad.
Pero podemos resistirnos a esta atracción. Podemos acallarla, podemos
dejarla para mañana...
“Señor, gracias por el don de la fe, por atraernos hacia Ti”
“Muchos no reconocen tu llamada, no sienten tu atracción,
enséñanos a ayudarles para que puedan disfrutar de tu vida”
“Tú nos atraes hacia ti y nosotros no nos acercamos. Perdónanos”
Danos el agua que colma sin ahogar,
que limpia las entrañas
empapa el corazón,
y acuna en lo yermo la vida.
Danos tu pan, que sacia sin hartar
y restaura las fuerzas gastadas;
pan que alimenta la acogida,
el encuentro y la fiesta
al partirse en mesa de hermanos.
Danos tu espíritu que habla sin grito,
hace audaz al cobarde
y libera al cautivo
cuando inspira justicia, libertad, paz.
Danos tu verdad que seduce
sin trampa,
que hace sabio al pequeño
y hace sencillo al sabio,
al afirmar un amor invencible.
En agua, pan y amor inquieto,
en espíritu y verdad.
Tenemos sed de ti, Señor.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.