Miércoles de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y
tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y
se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido
mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que
el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo
se lo quiera revelar".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús reza, da gracias por las maravillas que el Padre hace en el
corazón de los sencillos. Hoy Dios sigue haciendo milagros en la vida de
muchas personas. Pedimos luz para descubrir y un corazón que sepa
agradecer.
Dios quiere bendecir a todos, pero sólo los que tienen un corazón de
pobre, humilde, sólo puede entrar en la vida de los que han apartado de
su horizonte el orgullo, la autosuficiencia, la soberbia... Como diría
San Pablo, la fuerza de Dios se muestra perfecta en nuestra debilidad.
“Señor, haznos pobres y sencillos”
“Gracias por mostrarnos la grandeza de lo pequeño”
Sólo a través de Jesús podemos conocer a Dios; y sólo conociendo y
amando a Dios podemos ser felices. En cualquier momento y circunstancia
podemos encontrar a Jesús, pero hay “lugares” donde su presencia es como
más densa: la Eucaristía, su Palabra, los pobres, la comunidad
cristiana.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Jesús da gracias por esas personas sencillas que acogen su mensaje de amor. Nos unimos a su oración de alabanza...
Te damos gracias, Padre, por las personas que gozan del don de la fe, y confían en Ti aunque caminen en tinieblas.
Te
damos gracias, Padre, por las personas que reconocen y lloran sus
pecados, y tienen un corazón compasivo con los que se equivocan.
Te damos gracias, Padre, por las personas que se entregan a Ti y con alegría ofrecen todo lo que tienen a los hermanos.
Te
damos gracias, Padre, por las personas de espíritu sencillo, que no
conocen el temor que acobarda, ni la vergüenza que retiene.
Te damos gracias, Padre, por las personas que saben descubrirte y disfrutarte en la presencia de las personas y las cosas.
Te
damos gracias, Padre, por las personas que viven la existencia como
peregrinos, y a la luz de la fe, caminan en busca de la patria mejor,
definitiva y verdadera.
Te damos gracias, Padre, por las personas...
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Quién puede pagar la luz del sol que alumbra cada día,
el gozo de una madre al dar a luz,
la chispa de ese amor que no vacila,
la lucha inagotable por ser ‘tú’.
Quién puede comprar la mueca de ese rostro que sonríe,
la brisa que te roza al caminar,
la firme decisión de ser humilde,
los ojos con que aún puedes mirar.
Quién puede poner precio a esa mano que acaricia,
al ‘te quiero’ que me sale sin querer,
al instante que devuelve la esperanza,
al encuentro que te vuelve del revés.
Quién puede saldar el cielo azul que ves tras tu ventana,
el esfuerzo de esa niña por leer,
el cansancio de esa vida jubilada,
la oración de aquel que pide sin creer.
Seve Lázaro, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 19 de julio de 2023
Miércoles, 19 de julio de 2023
martes, 18 de julio de 2023
Martes, 18 de julio de 2023
Martes de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 20-24
En aquel tiempo se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había
hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: "¡Ay de
ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran
hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían
convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio
les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaúm,
¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se
hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo
que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En Corazaín y en Betsaida Jesús había hecho la mayor parte de sus
milagros. Sin embargo, sus habitantes tenían el corazón endurecido. No
reconocieron las maravillas que Jesús hizo y, por consiguiente, no se
convirtieron.
Este evangelio es una llamada a reconocer todo lo que Dios ha hecho por
nosotros, por nuestras comunidades y grupos, por nuestra familia... y a
vivir de acuerdo con el don recibido, a mostrar nuestro agradecimiento
en la oración y con la vida
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Yo se que me quieres, Señor, porque eres bueno.
Porque tienes un corazón sensible, perdóname;
limpia mi vida de todos mis pecados
y de mis continuas caídas, levántame.
Que alegría tan grande saber que eres mi Padre,
y que juzgas a todos con misericordia.
Dame tu abrazo de perdóny tu amor cambiará mi corazón,
sé mi amigo y caminaré siempre en tu presencia.
Devuélveme el gozo y la alegría,
que toda mi vida salte de gozo.
Somos amigos: olvida el mal que hice,
ayúdame con tu amistad a renovarme
y haz que nunca más me separe de Ti .
Que nazca en mí, como una fuente, un corazón puro,
y que una voluntad firme crezca en mi.
Quiero ver tu rostro alegre a mi lado,
que tu fuerza me acompañe siempre,
Señor, dame alegría de tu salvación
y un corazón generoso para amarte toda la vida.
Les diré a mis amigos que tus caminos son formidables,
y a los que pecan sin conocerte, lo bueno que Tú eres.
Dame vida, pues yo amo el vivir,
Tú que eres el Dios de la Vida,
y con ella diré a las gentes
que contigo todo es posible.
Abre mi corazón y mis labios
para decirte cuánto te quiero.
Ya sé que no te contentas con poco
y que no quieres de mí palabras vacías.
Lo que me pides es un corazón arrepentido;
un corazón sincero y noble es lo que quieres.
Sé bueno conmigo y con los otros
y fortalece nuestras vidas indefensas.
A Ti te ofrecemos nuestra vida cada día,
todo lo que somos y tenemos, todo es tuyo.
Devuélvenos, te lo pedimos, el gozo y la alegría, y
toda nuestra vida salte hoy en fiesta.
Somos amigos:
olvida el mal que hemos hecho
y ayúdanos con tu amistad a convertirnos.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 17 de julio de 2023
Lunes, 17 de julio de 2023
Lunes de la 15ª semana de tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 34-11,1
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "No penséis que he venido a
la tierra a sembrar paz: no he venido a sembrar paz, sino espadas. He
venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la
nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia
casa.
El que quiera a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí;
el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y
el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre
su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará. El
que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al
que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá
paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga
de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua
fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no
perderá su paga, os lo aseguro".
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Nos extrañan las palabras del Evangelio de hoy. Parece mentira que Jesús
anuncie que ha venido a traer guerras y división. ¿No se ha dicho
siempre que Él es el príncipe de la paz y que su Reino es de la
fraternidad? Es cierto, pero hasta que llegue esa paz y esa fraternidad a
los seguidores de Jesús esperan muchas dificultades, muchos rechazos:
- No es raro que los jóvenes llamados para ser religiosos o
sacerdotes se enfrenten duramente con sus padres, con sus familias, con
sus amigos.
- A lo largo de la historia muchos mártires han sido asesinados por buscar la paz, la justicia, la fraternidad.
- En nuestros ambientes tampoco es fácil ser cristiano, ser coherente.
“Señor, haznos fuertes para ser fieles en la lucha por tu Reino”
“También nosotros castigamos al que da la cara. Perdónanos”
“Gracias por el testimonio de los mártires,
de los que dan la vida por ti, por tu Reino, por la paz”
Estamos llamados a acoger a los profetas, a los que actúan y hablan en
nombre de Jesús. No quedaremos sin recompensa. Acoger a un profeta es
acoger a Jesús, acoger su salvación, disfrutar de la vida que Él nos
trae.
“Enséñanos a reconocer y a acoger a tus profetas”
Jesús, nos has dicho: "Quién quiera guardarse su vida, la perderá; y
quién la gaste por Mí, la recobrará en la vida eterna". Pero a nosotros
nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas. Un terrible
instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo, y nos atenaza
cuando queremos jugarnos la vida. Tenemos seguros por todas partes para
evitar los riesgos. Y sobre todo está la cobardía...
Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Pero la vida Tú nos la
has dado para gastarla; no se la puede economizar en estéril egoísmo.
Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen; hacer un
favor al que no lo va a devolver; gastar la vida es lanzarse aun al
fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias; es quemar las naves en
bien del prójimo.
Somos antorchas que sólo tenemos sentido cuando nos quemamos; sólo
entonces seremos luz. Líbranos de la prudencia cobarde, la que nos hace
evitar el sacrificio y buscar la seguridad. Gastar la vida no se hace
con gestos ampulosos y falsa teatralidad. La vida se da sencillamente,
sin publicidad, como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho a
su bebé, como el sudor humilde del sembrador.
Entrénanos, Señor, ayúdanos a lanzarnos a lo imposible, porque detrás
de lo imposible está tu gracia y tu presencia; no podemos caer en el
vacío. El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando en la noche,
con mil ojos humanos rebosando lágrimas.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 16 de julio de 2023
Domingo, 16 de julio de 2023
Domingo de la 15ª semana de tiempo ordinario A
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 13, 1‑23
Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él
tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se
quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
—Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y como
la tierra no era profunda brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol,
se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos que oiga.
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
—¿Por qué les hablas en parábolas?
El les contestó:
—A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de los
Cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y
al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en
parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se
cumplirá en ellos la profecía de Isaías:
«Oiréis con los oídos sin entender;
miraréis con los ojos sin ver;
porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure.»
Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. Os
aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y
no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.
Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla, viene el Maligno y
roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del
camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta
enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en
cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la Palabra; pero los
afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda
estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra
y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o setenta o treinta
por uno.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Salió Jesús de su casa, salió de la casa del Padre para encontrarse con
la humanidad, con nosotros. En la oración, Dios toma siempre la
iniciativa. Podríamos decir que Dios nos reza, nos llama, antes que
nosotros le respondamos. La oración es don de Dios.
“Señor, gracias por acercarte a mí. Gracias por poder orar”
Y la gente acudió. Dios se acerca, pero también nosotros tenemos que
acercarnos, tenemos que salir de nuestra casa, de nuestras tareas
cotidianas, incluso de los lugares habituales para encontrarnos con
Jesús. La oración es tarea nuestra.
“Señor, perdona y cura nuestra pereza para rezar”
“Danos fuerza para salir a tu encuentro cada día”
Les hablaba en parábolas, con sencillez, con ejemplos que pudieran
entender, acomodándose a su forma de ser... También nosotros estamos
llamados a anunciar el evangelio con un lenguaje apropiado, que pueda
ser comprendido.
“Señor danos sabiduría para proclamar el Evangelio”
Señor Jesús, Tú eres el sembrador y yo la tierra en la que esparces
la semilla de tu Palabra. Gracias, Señor, por “perder tu tiempo”
conmigo; gracias por darme la oportunidad de acoger tu semilla, de ser
feliz, dando fruto abundante.
Señor, te doy gracias, por ser tierra buena, tierra que sería
fecunda... si no estuviera llena de espinas. Acojo la semilla de tu
Palabra y mil semillas más Señor, dame valor para renunciar a todo lo
que me separe de Ti. No permitas que mi corazón se endurezca, como un
camino, que no me gane la partida la desconfianza y el escepticismo.
Señor, gracias por todas las personas que son buena tierra, Gracias
por los santos, que producen el ciento por uno. Gracias porque también
yo, con tu ayuda, doy fruto abundante, Gracias por elegirme para ser
sembrador de tu Evangelio.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 15 de julio de 2023
Sábado, 15 de julio 2023
Sábado de la 14ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 24-33
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "Un discípulo no es más que
su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con
ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo
han llamado Belzebú, ¡cuanto más a los criados! No les tengáis miedo,
porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido
que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día,
y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a
los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que
pueda destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de
gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo no cae al suelo
sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros, hasta los cabellos de
la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación
entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su
parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo
también lo negaré ante mi Padre del cielo".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Conocemos bien la historia de Jesús. Hemos leído muchas veces el
Evangelio. Ya no nos sorprende que a Jesús lo llamaran Belzebú por
expulsar demonios, y que a cambio de una vida entregada a los demás le
dieran una cruz, tres clavos y una muerte cruel.
Sin embargo, nos sorprende mucho que cuando nos decidimos a hacer algo
por la parroquia, por los pobres, por la comunidad de vecinos...
comenzamos a recibir críticas injustas, malas caras, desprecios. Jesús
nos advierte de esta realidad, para que no nos coja desprevenidos.
Pero, sobre todo, nos llama a la confianza. Dios cuida de nosotros, nos
ama con todo el corazón. Ni siquiera se cae un cabello de nuestra cabeza
sin que Dios lo permita. Es nuestro mejor seguro. Nunca nos fallará
¿Cómo te sientes cuando pagan tu compromiso con desprecios?
Pedimos a Dios que nos conceda ser fieles a la misión en esos momentos.
Damos gracias a Dios porque está siempre pendiente de nosotros.
Pedimos perdón por nuestra falta de confianza.
Puede que un día, el fichero de mis amistades esté vacío, lleno de tachaduras o sin nombres dignos de confianza.
Puede que un día, todos los teléfonos de mi agenda se encuentren comunicando y nadie responda a mis llamadas.
Puede que se hayan borrado las memorias en los bancos de datos, donde se escribieron las promesas en las que un día confié.
Puede
que mi propia calculadora personal deje de funcionar y no encuentre un
técnico del amor y la alegría capaz de arreglar sus entresijos...
Puede
que todo esté negro y oscuro, y que yo ande a la deriva, con la
inseguridad a flor de piel, nadando en la incertidumbre y sin recuerdos
de Tí.
Pero si entonces, o ahora, o cualquier día, olvido tu número de teléfono y te necesito,
estoy seguro que, aún sin marcar las cifras, sonará tu respuesta, Señor, porque TÚ ERES FIEL.
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Gracias por poner luz en ese ángulo siempre oscuro
de mi mirada y de mi amor.
por la invitación, ¡siempre extraña!, a que en mi vida entren todos,
los buenos y los que todavía no saben que lo son.
Con el paso del tiempo voy aprendiendo que el verdadero amor,
a menudo, es un sendero donde el camino se corta.
Pero hoy, es por ahí, por donde quiero buscarte,
y hacerlo sin miedo a que después de intentarlo
tenga que darme la vuelta y ver que, de nuevo,
pudo en mí más el miedo al otro que la confianza en Ti.
¡Arráncame ese miedo, Señor!
Esconde mi cabeza en tu regazo
hasta aprender a amar con tus entrañas.
Clávame en esa cruz de perdón y de vida
en la que, hasta el ladrón, puede encontrar su paraíso.
Severino Lázaro, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 14 de julio de 2023
Viernes, 14 de julio de 2023
Viernes de la 14ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 16-23
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "Mirad que os mando como
ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos
como palomas. Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los
tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante
gobernadores y reyes por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y
ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a
decir o de cómo lo diréis; en su momento se os sugerirá lo que tenéis
que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro
Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a
los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán. Todos
os odiarán por mi nombre: el que persevere hasta el final, se salvará.
Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Creedme, no terminaréis
con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Para evangelizar hay que ser sencillos como palomas y astutos como
serpientes. La sencillez y la astucia no están reñidas. Es más, se
necesitan mutuamente. La sencillez sin astucia produce pocos frutos. La
astucia sin sencillez produce malos frutos.
La astucia exige poner en marcha la inteligencia antes y después de
actuar, conlleva analizar la situación en la que nos encontramos, buscar
las estrategias y las ayudas más adecuadas, analizar los resultados
obtenidos... Sin embargo ¡que pocas veces actuamos así! Decimos que
evangelizar es muy difícil y además no estamos dispuestos a actuar con
astucia. De esta manera a pocos llegará el mensaje del Evangelio.
La evangelización también requiere realismo y sobre todo confianza en
Dios. Dificultades no van a faltar, pero el Espíritu de Dios nunca falla
y es más fuerte que cualquier dificultad.
¿Sientes que has sido enviado a evangelizar? ¿Cómo respondes a la
llamada de Cristo? ¿Qué te dice Dios a través de este evangelio? ¿Qué le
dices?
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Vosotros sois mis testigos en medio del mundo.
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Sed expresión de la ternura del Dios de la vida.
Ternura en vuestro rostro,
ternura en vuestros ojos,
ternura en vuestra sonrisa,
ternura en vuestras palabras,
ternura en vuestras obras,
ternura en vuestra lucha.
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Os esperan fuera ciudadanos y vecinos.
Vosotros sois mis manos
para construir un mundo nuevo
de fraternidad, libertad y justicia.
Vosotros sois mis labios
para anunciar a pobres y marginados
la buena noticia de la libertad y la abundancia.
Vosotros sois mis pies
para acudir al lado de las personas
que necesitan gestos de ánimo y palabras de bien.
Vosotros sois mi pasión
para hacerme creíble en vuestras casas y ciudades
y lograr que niños y adultos vivan como hermanos.
Vosotros sois mi avanzadilla
para lograr la primavera del Reino
y ofrecer las primicias a los que más lo necesitan.
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Derramad por doquier ternura y vida.
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Mirad toda esa multitud que os espera.
Marchad con alegría.
¡Yo os acompaño todos los días!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 13 de julio de 2023
Jueves, 13 de julio de 2023
Jueves de la 14ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 7-15
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "Id y proclamad que el Reino
de los cielos está cerca; curad enfermos, resucitad muertos, limpiad
leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para
el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón; bien merece el
obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién
hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al
entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que le
deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si
alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo,
sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será
más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En este Evangelio Jesús nos da “el manual del misionero”. Nos fijamos en tres aspectos:
1. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla. ¿Cómo vamos a
anunciar que nuestro tesoro es Dios y la fe, si estamos todo el día
preocupados por el dinero, por nuestras cosas?
“Señor, haznos pobres y austeros”
“En Ti confiamos. Tú eres nuestra riqueza”
“Perdona y cura nuestro afán de poseer”
2. Quedaos en la casa donde vayáis. El Evangelio no se anuncia en un
día, ni en dos, ni en un año. Hay que tener paciencia. Todos necesitamos
tiempo para comprender y acoger la Buena Noticia.
“Haznos, Señor, pacientes y confiados”
“Perdona y cura nuestra impaciencia”
“Gracias Señor por las personas que saben esperar”
3. Si alguno no os recibe, cuando salgáis de su casa sacudid el polvo de
los pies. Es necesaria la paciencia ¡imprescindible! con todos aquellos
que quieren avanzar. Pero no podemos perder el tiempo con los que se
cierran al mensaje del Evangelio una y otra vez.
“Señor, haznos lúcidos para saber en cada momento
lo que tenemos que hacer”
“Enséñanos a saber retirarnos sin rencor”
Señor, escucho tu llamada de nuevo.
Una y otra vez me llamas,
aunque me haga el sordo en demasiadas ocasiones.
Eres tozudo, Señor.
Me llamas y me envías.
Nos envías, de dos en dos.
No quieres que vaya solo.
Mi fe se apoya en Ti
y en mi compañero de misión.
Mi compañero se apoya en Ti
y en mi.
No quieres que lleve muchas cosas.
Un bastón y nada más.
Ni pan, ni alforja, ni dinero...
Para cumplir tu misión
no necesito casi nada.
Para transmitir tu amor
sólo es preciso que me deje amar por Ti
y que ame, sirva y me entregue como Tú.
Para transmitir tu perdón
sólo es necesario que me deje perdonar por Ti
y que perdone como Tú me perdonas.
Para transmitir tu Palabra
sólo es menester que abra mis oídos para escucharte
para que mis palabras y mi vida hablen de Ti.
Para transmitir tu alegría
sólo es preciso que mi corazón se acerque al tuyo,
para que ni la peor noticia arrugue mi sonrisa.
Para transmitir tu consuelo
sólo es necesario que ponga en tus manos mis agobios
y contagie mi esperanza a los que sufren.
Me has llamado, Jesús.
Tú sabes lo que haces.
Aquí estoy. Envíame.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.