Martes de la 5ª semana de Pascua
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 14,27-31a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "La paz os dejo, mi paz os
doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro
corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro
lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el
Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que
cuando suceda, sigáis creyendo. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues
se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero
es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que
el Padre me manda yo lo hago."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
La Paz es un don de la Pascua, de Jesús resucitado. No nos la da como la
da el mundo (a cambio de injusticias y sometimientos). La Paz de Jesús
es gratis. Jesús nos ofrece la Paz con Dios, la Paz con los hermanos,
con la creación, con nosotros mismos.
“En mi corazón Señor hay mucha violencia, dame tu Paz”
“A veces me cuesta aceptarme, perdonarme; dame tu Paz”
“Gracias Señor por el don de la Paz”
Los apóstoles están tristes porque el Maestro les anuncia su marcha. Y
Jesús les dice: “Si me amaráis, os alegraríais”. A todos nos cuesta ver
cómo se alejan las personas amadas. Pero no tenemos en propiedad a los
amigos, ni a la familia. Tampoco pertenecemos a nadie, sólo a Dios. Y
Dios respeta nuestra libertad; es más, la multiplica. Tú y yo, y cada
persona tiene el derecho y el deber de seguir su camino, de cumplir su
vocación.
“Danos Señor un amor limpio, que no provoque dependencias”
“Ayúdanos a encontrar y seguir el camino que nos conduce a Ti”
“Perdona Señor nuestros intentos de dominar, de quitar libertad”
“Gracias por habernos creado libres, por querernos siempre”
“Cura el pecado que hiere y mata la libertad y la felicidad"
Pedimos la Paz del resucitado con esta oración del Obispo Pedro Casaldáliga:
Danos, Señor, aquella Paz extraña
que brota en plena lucha como una flor de fuego;
que rompe en plena noche como un canto escondido;
que llega en plena muerte como el beso esperado.
Danos la Paz de los que andan siempre, desnudos de ventajas,
vestidos por el viento de una esperanza núbil.
Aquella Paz del pobre que ya ha vencido el miedo.
Aquella Paz del libre que se aferra a la vida.
La Paz que se comparte en igualdad fraterna como el agua y la Hostia.”
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 9 de mayo de 2023
Martes, 9 de mayo de 2023
lunes, 8 de mayo de 2023
Lunes, 8 de mayo de 2023
Lunes de la 5ª semana de Pascua
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 14,21-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El que acepta mis
mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y
yo también lo amaré y me revelaré a él." Le dijo Judas, no el
Iscariote: "Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no
al mundo?" Respondió Jesús y le dijo: "El que me ama guardará mi
palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis
oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto
ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que
enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya
recordando todo lo que os he dicho."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Para Jesús, el amor ocupa la cima de todo, porque Dios es Amor. Por eso,
el primer mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas. Pero, ¿cómo
se manifiesta el amor a Dios, el amor a Jesús? Él mismo nos da la
respuesta: el que me ama, guardará mis mandamientos.
“Te amo, Señor, y te quiero amar cada día más y mejor”
“Te amo, Señor, pero me cuesta cumplir tu voluntad. Ayúdame”
“Perdona y cura mi amor incoherente”
El amor es la puerta por la que Dios entra en nuestro corazón y nos permite descubrir el Amor que Él siente por nosotros.
“Gracias Señor por hacer morada en mi”
“Gracias por poder disfrutar de tu amor incondicional”
El Espíritu Santo es el maestro, el defensor, el guía…
Espíritu de Dios…
Enséñame la humildad y la sencillez
de vivir contento con lo que tengo,
de no querer más, de no esperar más.
Enséñame que solo se vive en cristiano
cuando se tiende la mano al que sufre,
se busca sin fin al perdido y se abre la casa al de fuera.
Enséñame esa ley misteriosa de la vida
de que abrazar lo nuevo exige soltar lo gastado
Y el sonido diferente de la vida solo lo enseña el silencio.
Recuérdame que Dios me quiere
sin límite, sin medida, sin fecha de caducidad.
y que sus abrazos, duran siempre, al menos, tres minutos.
Recuérdame, una y otra vez, que todos somos hermanos,
que no hay extranjero ni asesino
que quede fuera de mi fraternidad.
Recuérdame, en fin, que el paso del tiempo
no gasta las cosas ni mata los sueños
que tienen aroma de eternidad.
Severino Lázaro, sj
Esta oración, inspirada en las Confesiones de San Agustín, nos puede ayudar a sentir la Presencia de Dios que nos habita:
Angosta es la casa de mi alma para que vengas a ella: sea ensanchada
por ti. Ruinosa está: repárala. Hay en ella cosas que ofenden tus ojos:
lo confieso y lo sé; pero ¿quién la limpiará o a quién otro clamaré
fuera de ti? De todos mis pecados líbrame, Señor.
¿Es verdad, Señor, que hay algo en mí que pueda abarcarte? ¿Acaso te
abarca el cielo y la tierra, que tú has creado, y dentro de los cuales
me creaste también a mí? ¿O es tal vez que, porque nada de cuanto es
puede ser sin ti, te abarca todo lo que es? Pues si yo existo
efectivamente, ¿por qué pido que vengas a mí, cuando yo no existiría si
tú no estuvieses en mí?
Amonestado a volver a mí mismo, entre en mi interior, guiado por ti; y lo lo pude hacer porque tú te hiciste mi ayuda.
Señor, tú estabas dentro de mí, más interior que lo más íntimo mío y
más alto que lo más sumo mío. Y he aquí que tú estabas dentro de mí y yo
fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era, me lanzaba sobre
estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no lo
estaba contigo. Me retenían lejos de ti aquellas cosas que, si no
estuviesen en ti, no existirían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera; brillaste y
resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y respiré, y
suspiro por ti; gusté de ti, y siento hambre y sed, me tocaste, y me
abrasé en tu paz.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 7 de mayo de 2023
Domingo, 7 de mayo de 2023
Domingo de la 5ª semana de Pascua A
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 14, 1‑12
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
—No perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de
mi Padre hay muchas estancias si no, os lo había dicho, y me voy a
prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio volveré y os llevaré
conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo
voy, ya sabéis el camino.
Tomás le dice:
—Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo podemos saber el camino?
Jesús le responde:
—Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.
Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo
conocéis y lo habéis visto.
Felipe le dice:
—Señor, muéstranos al Padre y nos basta.
Jesús le replica:
—Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me
ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre?»
¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que yo os digo
no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo
hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no,
creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también el hará las
obras que yo hago, y aun mayores. Porque yo me voy al Padre.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Las noticias de guerras y terrorismo, el dolor y la muerte de las
personas amadas, nuestros errores y fracasos, los desengaños y
traiciones... hacen temblar nuestro corazón. Entonces Jesús se acerca y
nos dice: “Creed en Dios y creed también en mi”. La fe no nos evita la
cruz, pero nos ayuda a cargar con ella con más paz y esperanza.
¿Recuerdas momentos de tu vida en los que la fe haya sido para ti consuelo y fuerza? Da gracias por esas experiencias.
Yo soy el camino, la verdad y la vida...
y aquí me tienes.
Un camino que recorrer,
una verdad por anunciar,
una vida para darse.
Yo soy el camino.
Y si me andas, te garantizo cansancio,
horas de flaqueza,
encrucijadas difíciles,
pero también compañeros,
reposos, risas y un horizonte infinito.
Yo soy la verdad.
Si me proclamas, te señalarán,
entre la incredulidad y la mofa,
entre la incomprensión y el rechazo,
pero también sentirás que cantas,
resucitas y anuncias un milagro.
Yo soy la vida.
Si me vives, tendrás lucha, miedo y cruz,
pero también bienaventuranza,
perdón y resurrección.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
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Hay que tener confianza en Dios, hermano/a,
pues Él ha confiado en nosotros.
Hay que tener fe en Dios,
pues Él ha creído en nosotros.
Hay que dar crédito a Dios,
que nos ha dado crédito a nosotros.
¡Y qué crédito! ¡Todo el crédito!
Hay que poner nuestra esperanza en Dios
puesto que Él la ha puesto en nosotros.
Singular misterio, el más misterioso:
¡Dios nos ha cogido la delantera!
Así es Él, hermano/a, así es Él.
Se le desborda la ternura por los poros,
nos alza hasta sus ojos, nos besa,
nos hace mimos, cosquillas y guiños,
y sueña utopías para nosotros
más que las madres más buenas y apasionadas.
Dios ha puesto su esperanza en nosotros.
Él comenzó, ya en los orígenes, y no se cansa.
Él espera que el más pecador de nosotros
trabaje, al menos un poco, por sus hermanos.
Él espera en nosotros más que nosotros mismos,
¿y nosotros no vamos a esperar en Él?
Dios nos dio su Palabra,
nos confió a su Hijo amado
que vino a nuestro mundo y casa;
nos confió su hacienda,
su Buena Noticia,
y aún su esperanza misma,
¿y no vamos a poner nosotros
nuestra esperanza en Él?
Hay que tener confianza en la vida
a pesar de lo mal que dicen que está todo.
Hay que tener esperanza en las personas, ¡en todas!
Sólo en algunas hasta los fariseos y necios la tienen...
Hay que confiar más en Dios
y echarnos en sus brazos y descansar en su regazo.
Hay que esperar en Dios.
Mejor: hay que esperar a Dios.
Y si todo esto ya lo hacemos,
una cosa nos falta todavía:
Hay que esperar con Dios
a que su Palabra se haga buena nueva
en nuestras entrañas,
en su casa, que es nuestra casa.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 6 de mayo de 2023
Sábado, 6 de mayo de 2023
Sábado de la 4ª semana de Pascua
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 14,7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si me conocéis a mí,
conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto."
Felipe le dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le
replica: "Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?
Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al
Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo
os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí,
hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no,
creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las
obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que
pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el
Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
“Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre”. Nunca acabamos de
conocer a Jesús, nunca acabaremos de conocerlo. Su grandeza no cabe en
nuestra pequeña cabeza, pero podemos conocerlo cada día mejor.
Eres otra cosa, Jesús.
Eres otra cosa.
¿Quién ha dicho que Tú eres triste,
serio, aguafiestas y exigente?
¿Quién ha dicho que el Evangelio
está reñido con la alegría y la fiesta?
¿Quién ha dicho que la fe es una carga inútil
de normas y leyes que ya no rigen?
¿Quién ha dicho que tu mensaje es una cadena
con manto de rosas y promesas huecas?
Tanto tiempo contigo,
trabajando en tu viña,
hablando de nuestras vidas,
y no te entendemos.
Tenemos que cambiar de pies a cabeza
nuestras glándulas resecas,
nuestros miembros sin juego,
nuestras arterias rotas,
nuestra mente cerrada,
nuestro corazón viejo.
Beber vino nuevo
y exponemos al viento de tu Espíritu
sólo con el manto que Tú nos has tejido.
Romper esquemas,
y adquirir estilo, forma y mentalidad nueva
para entenderte y gozarte.
Tanto tiempo contigo,
oyendo tus risas,
compartiendo tus fatigas,
y no te entendemos,
porque seguimos siendo fariseos,
ayunando de tu Evangelio,
y no nos atrevemos a emborrachamos contigo.
Eres otra cosa, Jesús.
Eres otra cosa.
Florentino Ulibarri
“Yo estoy en el Padre y el Padre en mi”. Dios es un misterio de
comunión, de amor. El Padre está en corazón del Hijo y del Espíritu. El
Hijo está en el corazón del Padre y del Espíritu. El Espíritu está en el
corazón del Padre del Hijo. Nuestras palabras se quedan muy cortas para
describir el misterio de Dios.
Pero lo más importante no es tratar de tratar de comprender desde fuera
este misterio, lo más importante es aceptar la invitación de Jesús nos a
entrar dentro de este misterio de comunión, de amor. También podemos
decir a nuestro modo: “yo estoy en el Padre y el Padre está en mí”.
“Gracias Señor por abrirnos las puertas de tu intimidad”
“Gracias porque en tu corazón, yo estoy también presente”
“Señor, quiero acogerte en mí como tú me acoges”
“Señor, danos tu Espíritu
para que en nuestro corazón haya sitio para todos"
Quien te ve a ti, Jesús, ha visto a Dios Padre.
Tus palabras son las palabras creadoras del Padre.
Tus milagros reflejan el poder salvador del Padre.
Tus lágrimas brotan de los ojos compasivos del Padre.
Tu perdón nace del corazón misericordioso del Padre.
Tu muerte en la cruz revela el amor generoso del Padre,
que no se reserva lo más querido, que se entrega del todo.
Tu resurrección es un soplo de la vida del Padre,
que renueva a cada persona y al universo entero.
Gracias, Jesús, por derribar nuestras ideas de Dios,
tan cortas como nuestros miedos y deseos.
Gracias por revelarnos el verdadero rostro de Dios.
Gracias por salvarnos del miedo a Dios y al futuro.
Señor, transforma mis sentimientos,
pensamientos y comportamientos;
a fin de que, unido a ti, mi vida sea también
transparencia de las palabras, la fuerza,
el perdón y el amor del Padre.”
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 5 de mayo de 2023
Viernes, 5 de mayo de 2023
Viernes de la 4ª semana de Pascua
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 14,1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Que no tiemble vuestro
corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay
muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a
prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré
conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo
voy, ya sabéis el camino." Tomás le dice: "Señor, no sabemos adónde vas,
¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le responde: "Yo soy el camino, y
la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Las noticias de guerras y terrorismo, el dolor y la muerte de las
personas amadas, nuestros errores y fracasos, los desengaños y
traiciones... hacen temblar nuestro corazón. Entonces Jesús se acerca y
nos dice: “Creed en Dios y creed también en mi”. La fe no nos evita la
cruz, pero nos ayuda a cargar con ella con más paz y esperanza.
¿Recuerdas momentos de tu vida en los que la fe haya sido para ti consuelo y fuerza? Da gracias por esas experiencias.
Disfrutamos en esta tierra el consuelo y la fuerza de Dios, pero Jesús
nos recuerda algo importante: nuestro caminar por este mundo terminará
un día y se nos abrirán las puertas de la casa del Padre, una casa en la
que todos tenemos preparada una estancia, una estancia preciosa, que
huele a fraternidad y felicidad, a familia reunida en torno al Padre de
todos, una estancia en la que el dolor y la muerte sólo serán un
recuerdo lejano.
“Señor, gracias por tus palabras consoladoras”
“Perdona y cura nuestra desesperanza”
“Danos sabiduría para compartir esta esperanza con todos”
Señor, Tú eres el camino que conduce hacia el Padre, a la salvación.
En las encrucijadas de la vida, cuando no sabemos por donde avanzar y
tenemos la tentación de tomar los caminos más fáciles y cómodos,
recuerdanos, Jesús, que Tú eres el camino más seguro que desemboca en la
felicidad más plena y duradera.
Señor, Tú eres la verdad, la verdad sobre Dios, el hombre, la vida y
el mundo. Tú nos has revelado que Dios es Padre, que Dios tiene corazón
de madre, que el oficio de Dios es amar y perdonar. Tú nos has enseñado
que todas las personas estamos llamadas a vivir como hijas de Dios y
como hermanas. Tú nos has mostrado que el mundo es un gran campo que
necesita brazos dispuestos a transformarlo en una casa abierta a todos.
Ayúdanos a vivir de acuerdo con tu Verdad.
Jesús, Tú eres la Vida. Y has puesto en cada persona el deseo
ardiente de vivir en plenitud. Solamente Tú, Cristo, puedes colmar el
deseo de amor del corazón humano. Nadie como Tú da el valor y la alegría
de vivir. Agradezco y acojo, Señor, el torrente de vida que me ofreces
gratuitamente.
--------------------
¿Por qué este abandono
tras vencer a la muerte?
¿Por qué este alejarte
cuando más con nosotros estabas?
¿Por qué este silencio
de la Palabra más viva?
Nos dejas esperando,
buscadores,
inquietos,
apóstoles,
portadores de tu Luz, pero
confundidos por las sombras
cuando te vistes de misterio.
No te nos escondas mucho,
en este irte que nos deja huérfanos,
en ese enviarnos,
tan desnudos de certezas
como llenos de esperanza.
En tu distancia, sigue cerca,
y a tu modo misterioso
sigue siendo el Amor
que arropa nuestra desnudez.
y sostiene nuestros sueños.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
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Creemos en Jesús,
presente en la alegría y esperanza del pueblo
marcado por una historia de dolor y pobreza.
Creemos en Jesús,
presente en las personas que atraviesan situaciones críticas
a causas de las decisiones de otras personas.
Creemos en Jesús,
presente en los jóvenes marginados y sin trabajo
por causa de las estructuras que hemos creado.
Creemos en Jesús,
presente en el pobre que sufre,
en el triste y sin futuro,
en el perseguido y encarcelado,
en los emigrantes y exiliados,
en los niños explotados y abandonados,
en las mujeres humilladas y marginadas,
en las personas sin trabajo y sin salario digno,
en los desahuciados y sin techo,
en las personas sin derechos humanos...
Creemos en Jesús,
presente en las personas libres y compasivas,
en los cristianos perseguidos por ser solidarios,
en los creyentes ninguneados en la Iglesia,
en toda persona que lucha por un mundo nuevo,
en sus seguidores y mártires.
Creemos en Jesús,
y reafirmamos nuestra esperanza en él,
y la fuerza sanadora y liberadora
de su amor derramado en nosotros.
Creemos en Jesús, vivo y presente
en nuestro mundo e historia,
en nuestra vida e Iglesia,
en toda Pascua Florida
y acá, en este lugar y día.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 4 de mayo de 2023
Jueves, 4 de mayo de 2023
Jueves de la 4ª semana de Pascua
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San 13,16-20
Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: "Os
aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que
lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en
práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he
elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan
me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que
cuando suceda creáis que yo soy. Os lo aseguro: El que recibe a mi
enviado me recibe a mí; y el que a mí me recibe, recibe al que me ha
enviado."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Hemos leído muchas veces el Evangelio, hemos participado en muchas
Eucaristías! Incluso hemos leído libros de teología... ¡Cuantas cosas
sabemos de Jesús! A nosotros también nos dice Jesús: “puesto que sabéis
esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica”. La Palabra de Dios
no puede salvarnos, no puede hacernos felices, si nos contentamos con
escucharla, con conocerla.
Jesús, Hijo de Dios, hermano nuestro,
nos has revelado tu secreto.
Podemos ser felices y libres, como Tú.
Tú nos aseguras que seremos felices y libres
si las riquezas no nos atan,
si sabemos compartir con los demás,
si aguantamos las ofensas sin vengarnos,
si sentimos en nosotros las desgracias ajenas,
si buscamos la justicia por encima de nuestros intereses,
si tratamos de comprender y perdonar,
si nuestra mirada y nuestro corazón son limpios,
si ponemos paz a nuestro alrededor,
si lavamos los pies y servimos a los hermanos,
si acogemos el amor de Padre como el mejor regalo.
Jesús, tu mensaje es sencillo,
pero nos cuesta mucho ponerlo en práctica.
Por eso, te pedimos ayuda.
Lo que nosotros no podemos
que tu Espíritu lo realice en nosotros
para que cada día seamos más felices y libres
como Tú y siempre contigo. Amén.
¿Qué recibiremos si ponemos en práctica lo que Jesús nos ha enseñado con
sus palabras y obras? Lo mismo que Jesús recibió, porque el siervo no
más que su señor: algunos nos traicionaran, nos harán sufrir; otros nos
escucharán y nos llenarán el corazón de amor y gratitud... y Dios Padre
nos dará en esta tierra el ciento por uno y después vida eterna.
“Señor, enséñanos a encajar traiciones y cruces”
“Gracias por las personas que nos acogen con amor”
“Señor, sabemos que no te dejas ganar en generosidad. Gracias”
“Perdona y cura nuestra falta de voluntad para vivir como Tú”
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 3 de mayo de 2023
Miércoles, 3 de mayo de 2023. Santos Felipe y Santiago.
Santos Felipe y Santiago, apóstoles
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 14,6-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: "Yo soy el camino, y la verdad, y
la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis
también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le
dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace
tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha
visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No
crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no
lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus
obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.. Si no, creed a
las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras
que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis
en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
“Yo soy el camino”. Él es el camino de la felicidad, el que camino que
todos buscamos, aunque no lo sepamos. El camino que nos conduce a la
paz.
“Señor, estamos perdidos, llévanos a tu camino”
“Gracias por ser nuestro camino y nuestro acompañante”
“Enséñanos a mostrar tu camino de felicidad a todos”
“Yo soy la verdad”. En Él descubrimos la verdad de Dios y nuestra
verdad. Él es Dios y es el hombre perfecto. Él nos ha descubierto los
secretos del corazón de Dios: amor, misericordia, perdón, ternura... Y
nos ha enseñado que nuestro corazón está llamado a ser como el de Dios.
“Señor, sólo Tú eres la verdad, Tú tienes palabras de vida eterna”
“A veces nos dejamos engañar por la mentira. Perdónanos”
“Gracias, Señor, por las personas que son testigos de la verdad”
“Yo soy la vida”. Si seguimos a Jesús, si recorremos su Camino, si
acogemos su Verdad, compartiremos su misma Vida, la Vida de Dios, la
Vida eterna.
“Gracias Señor por regalarnos tu misma Vida”
“Señor, a veces estamos como muertos. Resucítanos”
“Danos tu Espíritu para que tu Vida llegue a todos”
Señor, Tú eres el camino que conduce hacia el Padre, a la salvación.
En las encrucijadas de la vida, cuando no sabemos por donde avanzar y
tenemos la tentación de tomar los caminos más fáciles y cómodos,
recuérdanos, Jesús, que Tú eres el camino más seguro que desemboca en la
felicidad más plena y duradera.
Señor, Tú eres la verdad, la
verdad sobre Dios, el hombre, la vida y el mundo. Tú nos has revelado
que Dios es Padre, que Dios tiene corazón de madre, que el oficio de
Dios es amar y perdonar. Tú nos has enseñado que todas las personas
estamos llamadas a vivir como hijas de Dios y como hermanas. Tú nos has
mostrado que el mundo es un gran campo que necesita brazos dispuestos a
transformarlo en una casa abierta a todos. Ayúdanos a vivir de acuerdo
con tu Verdad.
Jesús, Tú eres la Vida. Y has puesto en cada
persona el deseo ardiente de vivir en plenitud. Solamente Tú, Cristo,
puedes colmar el deseo de amor del corazón humano. Nadie como Tú da el
valor y la alegría de vivir. Agradezco y acojo, Señor, el torrente de
vida que me ofreces gratuitamente.
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Aunque esté lleno de baches y piedras
y tenga infinidad de curvas,
aunque vaya por colinas y valles
y sean frecuentes las pendientes,
aunque sea estrecho y sin césped,
unas veces polvoriento, otras lleno de barrizales,
voy por él
siguiendo tus huellas,
soñando utopías,
buscando sombras,
anhelando metas,
disfrutando la experiencia.
Y Tú, que vas por delante,
te me revelas y ofreces cada día
como camino, verdad y vida.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.