Santos Felipe y Santiago, apóstoles
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 14,6-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: "Yo soy el camino, y la verdad, y
la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis
también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le
dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace
tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha
visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No
crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no
lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus
obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.. Si no, creed a
las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras
que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis
en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
“Yo soy el camino”. Él es el camino de la felicidad, el que camino que
todos buscamos, aunque no lo sepamos. El camino que nos conduce a la
paz.
“Señor, estamos perdidos, llévanos a tu camino”
“Gracias por ser nuestro camino y nuestro acompañante”
“Enséñanos a mostrar tu camino de felicidad a todos”
“Yo soy la verdad”. En Él descubrimos la verdad de Dios y nuestra
verdad. Él es Dios y es el hombre perfecto. Él nos ha descubierto los
secretos del corazón de Dios: amor, misericordia, perdón, ternura... Y
nos ha enseñado que nuestro corazón está llamado a ser como el de Dios.
“Señor, sólo Tú eres la verdad, Tú tienes palabras de vida eterna”
“A veces nos dejamos engañar por la mentira. Perdónanos”
“Gracias, Señor, por las personas que son testigos de la verdad”
“Yo soy la vida”. Si seguimos a Jesús, si recorremos su Camino, si
acogemos su Verdad, compartiremos su misma Vida, la Vida de Dios, la
Vida eterna.
“Gracias Señor por regalarnos tu misma Vida”
“Señor, a veces estamos como muertos. Resucítanos”
“Danos tu Espíritu para que tu Vida llegue a todos”
Señor, Tú eres el camino que conduce hacia el Padre, a la salvación.
En las encrucijadas de la vida, cuando no sabemos por donde avanzar y
tenemos la tentación de tomar los caminos más fáciles y cómodos,
recuérdanos, Jesús, que Tú eres el camino más seguro que desemboca en la
felicidad más plena y duradera.
Señor, Tú eres la verdad, la
verdad sobre Dios, el hombre, la vida y el mundo. Tú nos has revelado
que Dios es Padre, que Dios tiene corazón de madre, que el oficio de
Dios es amar y perdonar. Tú nos has enseñado que todas las personas
estamos llamadas a vivir como hijas de Dios y como hermanas. Tú nos has
mostrado que el mundo es un gran campo que necesita brazos dispuestos a
transformarlo en una casa abierta a todos. Ayúdanos a vivir de acuerdo
con tu Verdad.
Jesús, Tú eres la Vida. Y has puesto en cada
persona el deseo ardiente de vivir en plenitud. Solamente Tú, Cristo,
puedes colmar el deseo de amor del corazón humano. Nadie como Tú da el
valor y la alegría de vivir. Agradezco y acojo, Señor, el torrente de
vida que me ofreces gratuitamente.
------------------------------
Aunque esté lleno de baches y piedras
y tenga infinidad de curvas,
aunque vaya por colinas y valles
y sean frecuentes las pendientes,
aunque sea estrecho y sin césped,
unas veces polvoriento, otras lleno de barrizales,
voy por él
siguiendo tus huellas,
soñando utopías,
buscando sombras,
anhelando metas,
disfrutando la experiencia.
Y Tú, que vas por delante,
te me revelas y ofreces cada día
como camino, verdad y vida.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 3 de mayo de 2023
Miércoles, 3 de mayo de 2023. Santos Felipe y Santiago.
martes, 2 de mayo de 2023
Martes, 2 de mayo de 2023. San Anastasio.
Martes de la 4ª semana de Pascua
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 10,22-30
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era
invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los
judíos, rodeándolo, le preguntaban: "¿Hasta cuando nos vas a tener en
suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente." Jesús les
respondió: "Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre
de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque
no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y
ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre,
y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera
a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre
somos uno."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
“Os lo he dicho y no me creéis”. Cuántas veces repitió Jesús estas
palabras a los judíos y cuántas veces nos las dirige a nosotros.
“Señor danos fe para creer en ti, para creer en tu Palabra”
“No te canses de repetirnos tu Palabra. No cuesta comprender”
“Danos paciencia para comprender al que le cuesta creer”
“No me creéis, porque no sois ovejas mías”. Creemos muy seguros que
pertenecemos al rebaño de Jesús, pero en muchas ocasiones escuchamos más
y seguimos con más devoción a otros pastores (políticos, periodistas,
pensadores, eclesiásticos...)
¿A qué pastores escuchas y sigues?
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
“Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen”. Para
conocer la voz de Jesús hay que escucharla muchas veces. Su voz de no es
estridente, es suave y necesita silencio para poder ser escuchada. Su
voz se oye con más fuerza en el camino del seguimiento.
¿Qué haces para escuchar la voz del Señor? ¿Qué podrías hacer?
¿Qué te dices Dios? ¿Qué le dices?
Pastor de tu pueblo,
Tú nos guiaste por mesetas, montes y cañadas,
con paciencia, ternura y sabiduría,
como los viejos pastores guían sus rebaños.
Hoy estamos desorientados y sin sueños.
¿Por qué no vienes a estar con nosotros un rato?
¿Por qué no nos sacas de estos apriscos vanos?
¿Por qué sigues sentado en tu trono de nubes?
Andamos errantes por campos agostados
sorbiendo el polvo y nuestro llanto;
nos flaquean el ánimo y las fuerza
y no encontramos un lugar de descanso.
Hemos perdido el horizonte que nos señalaste
y somos víctimas de nuestros miedos,
de nuestros anhelos frustrados en el camino,
de nuestros egoísmos y laberintos diarios.
Tú, que eres buen pastor, con entrañas y corazón...
Tú, que conoces a los tuyos por su nombre...
Tú, que los defiendes de lobos y otros peligros...
Tú, que prometiste darnos vida siempre...
¡Sílbanos tus alegres canciones que motivan,
llévanos por tus caminos preferidos,
condúcenos a los pastos que alimentan
y a las fuentes refrescantes que Tú conoces.
¡Muéstranos tu rostro alegre y luminoso,
como el sol nos ofrece generoso el suyo!
¡Guíanos, en estos tiempos de duda e incertidumbre,
con paciencia, ternura y sabiduría!
¡Reúnenos,
cúranos,
defiéndenos
y danos tu Espíritu!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 1 de mayo de 2023
Lunes, 1 de mayo de 2023. San José Obrero
Lunes de la 4ª semana de Pascua A
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 10, 11‑18
En aquel tiempo, dijo Jesús:
—«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el
asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo,
abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es
que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen,
igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por
las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las
tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo
Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder
recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo
poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he
recibido de mi Padre.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús es nuestro pastor. Ha dado la vida por su rebaño, por cada una de
las ovejas, nos ha defendido en los peligros. A él le importamos de
verdad. Podemos recordar momentos de nuestra vida en los que hemos
sentido la mano del buen Pastor, amorosa y fuerte a la vez. Damos
gracias.
El propósito de Jesús es claro: que haya un solo rebaño y un solo
pastor. Y murió en la cruz para que todos sean uno. Los cristianos, como
Jesús, trabajamos por la unidad de nuestras familias, de nuestros
pueblos y ciudades, de la comunidad cristiana, de la Iglesia entera.
Pedimos perdón por las divisiones que provocamos; damos gracias por el
don de la unidad. Pedimos fuerza para ser instrumentos de unidad.
Jesús da su vida libremente. Sabe que la está jugando cada vez que
habla, cada vez que actúa. Es fiel al mandato del Padre, aunque le
cueste. ¿Qué te dice Jesús? ¿Qué le dices?
Jesús, Buen Pastor, queremos seguir tus pasos. Danos tu Espíritu,
para aprender a vivir en la misericordia. Ayúdanos a descubrir la
gratuidad de tu amor, entrega generosa, don de vida que se regala.
Queremos compartir tu sueño de construir un mundo justo, donde exista
igualdad y una fraternidad real, donde haya pan para todos y la
libertad sea una luz que ilumine a todas las personas.
Danos tu Espíritu, Jesús, Buen Pastor, para perseverar en nuestra
búsqueda, para seguir en camino, para animarnos a la esperanza activa de
hacer un Reino de paz y de bondad para todos.
Jesús,
Buen Pastor, que pasaste haciendo el bien, viviendo la misericordia
en la atención a los enfermos, en la búsqueda de los marginados, en la
denuncia de las injusticias, en la apertura al Dios de la vida, en la
enseñanza paciente de los discípulos, en el anuncio del Reino para
todos.
Danos tu Espíritu, Jesús, para seguirte, para imitar tu entrega, para
hacer el bien en nuestros días, para vivir en la bondad, caminando
hacia tu Reino. Amén
-------------------------------
Nos llamas por nuestro nombre
y nos reconoces por mil gestos y detalles
que llevas grabados en tus pupilas.
Dispuesto a dar la cara y la vida
por nosotros, a pesar de nuestras tonterías,
tus palabras son nuestra seguridad.
Tú eres el buen pastor.
Pastor enérgico que nos sacas del aprisco
y nos pones en camino contigo
en búsqueda de otros pastos y fuentes.
Nos haces repudiar las doctrinas enlatadas,
los ritos repetidos y sin sentido;
y nos dices: Id donde el corazón os lleve.
Tú eres el buen pastor.
Andábamos despistados por ahí,
cada uno en su casa, para sí y a lo suyo,
cuando Tú nos llamaste a tu comunidad.
En tu compañía, al caminar juntos,
hemos abierto los ojos y el corazón
a nuevos y refrescantes horizontes.
Tú eres el buen pastor.
Contigo pasamos de la sumisión
a la fe gozosa y personal,
del gregarismo a la comunión,
del miedo a la libertad,
del individualismo a la solidaridad,
del temor a la filiación.
Tú eres el buen pastor.
Contigo hemos roto el silencio
y nos atrevemos a levantar la voz,
a la denuncia y a la contestación;
y también al canto y a la alabanza
porque bulle la vida en nuestras entrañas
y late de esperanza nuestro corazón.
Tú eres el buen pastor.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 30 de abril de 2023
Domingo, 30 de abril de 2023
Domingo de la 4ª semana de Pascua A
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 10, 1‑10
En aquel tiempo, dijo Jesús:
—«Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las
ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el
que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el
guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a
sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina
delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un
extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz
de los extraños.»
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
—«Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han
venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los
escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
“Yo soy la puerta”. A través de Cristo-puerta, el Dios invisible y
omnipotente, se hace cercano y amoroso par ti. A través de Cristo-puerta
nos encontramos con Dios.
“Gracias, Jesús, por abrir nos la puerta que nos conduce a Dios”
“Perdón, Jesús, a veces preferimos entrar por otras puertas”
Entrar por Cristo-puerta significa hacerse como él, adquirir sus modos
de actuar, sus sentimientos, sus actitudes; es dejarse transformar por
Cristo: cristificarse. San Pablo lo expresó así: “no vivo yo, sino que
es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20). ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le
dices?
Para ser pastor del hermano, hemos de entrar por la puerta (por Jesús),
tenemos que amar con él, con generosidad, gratuitamente, con cercanía,
estando dispuestos a entregar la vida. Pedimos al Señor por los que de
una manera especial están llamados a ser pastores de los demás, por los
gobernantes de todos los pueblos, por los Obispos y los sacerdotes,
pastores del Pueblo de Dios.
La puerta de esta casa no entiende de candados,
llaves, pestillos, alarmas de seguridad,
miedos ancestrales o porteros actuales...
Esta puerta no entiende de portazos,
de esperas interminables,
de colas compradas,
de voces enlatadas
para que vuelva usted mañana.
La puerta de esta casa no entiende de fronteras,
ni de papeles que discriminan,
ni de órdenes judiciales que hollan su acogida,
ni de permisos de salida y ausencia,
ni de llenos que niegan más cabida.
Esta puerta entiende de colores, brisas y perfumes:
de rostros anhelantes que suplican y no piden,
de manos que sangran y se ensucian
arrancando a la niebla la oportunidad de vivir,
de ojos que miran y ven más allá de los disfraces,
de risas que hieren todas las oscuridades.
Esta puerta entiende de la urdimbre de los sueños,
de tapices siempre misericordiosos,
de serenos atentos y acogedores,
de riesgos compartidos,
de días trabajados y noches disfrutadas,
de promesas sembradas,
de cafés que se quedan fríos en diálogos cálidos,
y de bienvenidas a todas las horas.
La puerta de esta casa es puerta abierta:
acoge a quien se acerca,
venga como venga
y sea la hora que sea;
favorece las entradas y salidas,
no retiene a nadie
y protege a quien se queda.
No podría ser de otra forma,
pues la puerta de esta casa
está diseñada y creada por el Espíritu
en sus muchas noches de vela.
Lleva grabados sus surcos
Y funciona con su santo y seña.
¡Yo soy la puerta!,
grítalo por caminos y veredas,
en las plazas y en los corazones,
y rompe las fronteras.
Hoy, Señor, como casi todos los días,
es día de entrada,
de acogida
y compañía.
Florentino Ulibarri
---------------------------
Alienta a los hermanos que llevan el cayado del pastor
para que no les falte el coraje
y la alegría de Jesús y sus seguidores;
para que puedan conducir al pueblo
a las aguas vivas de la convivencia y la reconciliación.
Anima a los que luchan por el reino,
vela por el que se desvía del camino
y devuelve la vida al que la entrega.
Aumenta en todos el deseo de comunión,
el mutuo respeto, la acogida y la fraternidad.
Da fuerza a las ovejas desvalidas de tu pueblo,
confianza a los desesperados,
decisión a los dubitativos
y amor a los que tienen odio.
Y déjanos aclamarte ahora como el Padre de Jesús,
que perdona las deudas e invita a perdonarlas.
Cipriano Díaz Marcos, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 29 de abril de 2023
Sábado, 29 de abril de 2023. Santa Catalina de Siena.
Santa Catalina de Siena
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar"
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús reza, da gracias por las maravillas que el Padre hace en el corazón de los sencillos, como Santa Catalina. En el año 1353, cuando ella tenía 6, vive la primera experiencia sobrenatural. Desde ese día Catalina es una persona totalmente distinta. Parece que ya no vive para lo material sino sólo para lo espiritual. Por consejo de sus padres y ante la insistencia continua de su hermana, Catalina empieza a arreglase, vestir a la moda, a teñirse el pelo y a llenarse de coloretes. Tiene 12 años. Ante la muerte de su hermana, Catalina promete que no buscará más lo mundanal y material sino solamente lo espiritual y sobrenatural. Es lo que ella llamará su "conversión". Sus padres y hermanos que desean para ella un brillante matrimonio se dedican a hacerle insoportable esa vida de espiritualidad. En 1363 se hace Terciaria dominica. Fue necesario conseguir tres sacerdotes para confesar a los pecadores que iban a consultar a la santa. En 1376, el Papa, por influencia de Catalina, vuelve a Roma desde Avignon. El 29 de abril muere en Roma a la edad de 33 años.
Hoy Dios sigue haciendo milagros en la vida de muchas personas. Pedimos luz para descubrir y un corazón que sepa agradecer.
Dios quiere bendecir a todos, pero sólo los que tienen un corazón de pobre, humilde, sólo puede entrar en la vida de los que han apartado de su horizonte el orgullo, la autosuficiencia, la soberbia... Como diría San Pablo, la fuerza de Dios se muestra perfecta en nuestra debilidad.
“Señor, haznos pobres y sencillos”
“Gracias por mostrarnos la grandeza de lo pequeño"
Nos unimos a la oración de Jesús, que da gracias por la gente sencilla, que acoge y vive su Evangelio
Te doy gracias, Padre, de todo corazón
por los pobres que nada tienen y aún reparten,
por las personas que pasan sed y agua nos dan,
por los débiles que a sus hermanos fortalecen,
por los que sufren y comparten su consuelo,
por los que esperan y contagian su esperanza,
por los que aman, aunque el odio les rodee,
por los que se conmueven ante un amanecer,
ante un recién nacido, ante un gesto de amor.
Te doy gracias, Padre, de todo corazón,
por los humildes que piden y acogen tu perdón,
por los que se estremecen al escuchar tu Palabra,
por los viven con gratitud la posibilidad de dar la vida,
por los que se alimentan en el pan de la Eucaristia,
por los que saben apoyarse en sus hermanos,
por tus hijos que se emocionan al llamarte Padre.
Ayúdanos a crecer en sencillez y humildad,
a acoger agradecidos tu Palabra y tu amor.
Podemos alegrarnos y dar gracias por muchas cosas…
La fiesta, la música, la chispa, el éxito,
el acierto, el afecto,
el prestigio, lo entretenido,
las pequeñas comodidades,
un rato en buena compañía,
caer bien,
conocer gente,
tener amigos,
algún gesto de ternura,
un buen libro,
unas risas…
…todo esto, sí.
Pero hay más:
la gratitud, por tantas oportunidades,
los fracasos, que son escuela,
los errores, si nos hacen humildes,
la soledad, porque nunca es completa,
las etapas malas, que siempre terminan,
las batallas internas, porque estamos vivos,
los grandes ideales
que dan sentido a las grandes entregas,
la fe, a las duras y a las maduras,
y tantas historias cotidianas
en las que se gesta lo eterno.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 28 de abril de 2023
Viernes, 28 de abril de 2023
Viernes de la 3ª semana de Pascua
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 6,52-59
En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: "¿Cómo puede éste
darnos a comer su carne?" Entonces Jesús les dijo: "Os aseguro que si no
coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis
vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida
eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera
comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi
sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo
vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es
el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo
comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre." Esto lo
dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Los judíos no entendían las palabras de Jesús. Nosotros las podemos
comprender mejor: sabemos que Jesús está hablando de la Eucaristía. En
la Eucaristía Jesús nos da a comer su cuerpo y su sangre.
La Eucaristía es el alimento principal del cristiano. Por la Eucaristía,
la vida y la fuerza de Jesús, es también nuestra vida y nuestra fuerza.
Si no nos alimentamos de Cristo, no podemos ser buenos cristianos.
Los enamorados se comen a besos, con la mirada. Nada les alimenta más
que estar juntos. Viven el uno para el otro. Disfrutan amando al otro,
dejándose amar por el otro, amando juntos... Algo semejante es la
relación que Jesús nos propone.
Señor, gracias por ser nuestro pan,
porque te dejas comer por nosotros,
porque nos ofreces tu vida entera
para que vivamos por tu Amor,
como Tú vives del Amor del Padre.
Danos, cada día, sabiduría y humildad,
para no vivir de mí y de mi vanidad;
de mis deseos de poder y de poseer,
de la satisfacción de mis caprichos;
para vivir de Ti y de tu Amor;
Que cada día, Señor, sepa acoger,
como un mendigo que se sabe afortunado,
tu Luz, que me ayuda a ver la verdad y la mentira,
tu Fuerza, que me sostiene,
tu Palabra, que me recuerda quién soy y para qué he nacido,
tu Mano, que me defiende,
tu Sabiduría, que me conduce a la Vida,
tu Mirada, que me da la Paz que a veces no tengo,
tu Eucaristía, tu pan y tu vino,
que alimenta mi hambre de amor y de alegría.
de entregar mi tiempo y mi vida entera,
como Tú y siempre contigo.
Amén.
--------------------
Cristo conmigo,
Cristo dentro de mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo delante de mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo en mi casa,
Cristo en mi camino,
Cristo en mi puesto de trabajo,
Cristo en todos los ojos que me ven,
Cristo en todos los oídos que me escuchan,
Cristo en la boca de todo aquel que me habla,
Cristo en el corazón de todo aquel que piensa en mí,
Cristo conmigo y yo con Cristo.
Siempre y en todas partes.
Atribuido a san Patricio
------------------
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
Antonio Machado
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 27 de abril de 2023
Jueves, 27 de abrilde 2023
Jueves de la 3ª semana de Pascua
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 6,44-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no
lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día.
Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el
que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie
haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al
Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la
vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste
es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan
vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del
mundo."
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Insiste el Evangelio de San Juan en recordarnos la importancia de la fe.
La fe no sólo nos conduce a la vida eterna, la fe nos da vida eterna
ya, en esta tierra, en este momento, aunque sea de forma parcial.
“Gracias Señor, por la vida, por la esperanza, por el amor”
Nadie puede presumir de la fe frente a los demás. La fe es un regalo de
Dios: “Nadie puede venir a mí, si el Padre no lo atrae”. Dios atrae a
todos; en todos ha puesto la sed de la vida eterna, el hambre de su
amistad. Pero podemos resistirnos a esta atracción. Podemos acallarla,
podemos dejarla para mañana...
Señor,
son muchas, cada vez más,
las cosas que nos apartan de Ti.
Esas preocupaciones estériles,
esos frívolos placeres,
esos inútiles cuidados,
esas ilusiones inconsistentes,
esas causas triviales,
esos vacíos deberes...
Muchas y muy variadas son las cosas
que eclipsan tu diáfana presencia
entre nosotros.
El orgullo,
que nos impide aceptar la ayuda de los demás;
la envidia,
que corroe todo horizonte;
el remordimiento,
que mantiene abiertas tantas heridas;
la pereza,
que acumula cargas cada vez más pesadas;
el ansia de seguridad,
que nos lleva a atesorar más de lo que necesitamos...
Pero a pesar de todo.
Tú eres más fuerte que todas esas cosas.
Te haces presente en nuestra desidia y torpeza
-superando muros, silencios y olvidos-
simplemente porque gritamos
o nos ves tristes y perdidos.
Crees en nosotros aunque te demos crédito negativo.
¡Atráenos, cada vez más fuertemente, hacia Ti!
Florentino Ulibarri
El pan de la Eucaristía es anticipo de la fiesta que Dios prepara a todos sus hijos…
La mesa está llena.
Se sirven manjares exquisitos:
la paz, el pan,
la palabra
de amor
de acogida
de justicia
de perdón.
Nadie queda fuera,
que si no la fiesta no sería tal.
Los comensales disfrutan
del momento,
y al dedicarse tiempo
unos a otros,
se reconocen,
por vez primera, hermanos.
La alegría se canta,
los ojos se encuentran,
las barreras bajan,
las manos se estrechan,
la fe se celebra…
…y un Dios se desvive
al poner la mesa. (José María Rodríguez Olaizola, sj)
Gracias, Dios, por este pan.
Gracias, por esta esperanza.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.