Lunes de la 1ª semana del t. ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Marcos 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes.
Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Con el Evangelio de hoy comenzamos el Tiempo Ordinario, el tiempo
litúrgico más largo del año (34 semanas) en el que el sacerdote celebra
la Eucaristía con ornamentos verdes. Es una invitación a caminar con
Cristo, a conocer su vida pública y a profundizar en su persona para
mejor amarle.
Por eso, el Evangelio comienza hoy resumiendo la predicación inaugural
de Jesús: «Se ha cumplido el plazo», «el Reino de Dios está cerca»,
«convertíos». Estas palabras se nos proclaman hoy a nosotros: en Jesús,
Dios regala un tiempo de salvación para todos los que acojan su palabra
(el Reino de Dios) y la pongan por obra (conversión). Hoy sabemos que el
dinero no salva al mundo, sino que lo divide injustamente. También
sabemos que la felicidad no nos la da el materialismo ni las palabras
vacías. ¿Qué sientes en tu corazón que te ofrece Jesús? ¿Es algo nuevo?
¿Es una buena noticia para ti? Cuida su amistad con palabras de
agradecimiento y permaneciendo en su amor durante toda la jornada.
En medio de nuestras ocupaciones cotidianas Jesús nos dice «sígueme».
Los primeros discípulos responden generosamente y dejan las redes. Él
mira hoy amorosamente nuestras vidas y nos llama. Él espera tu
respuesta. Dios da una vocación a cada persona. La vocación es cómo Dios
quiere hacerte feliz. Hay que responder para ser feliz. Sólo si
respondes a la llamada de Jesús estarás en diálogo con Él. ¿Cómo saber
lo que Dios quiere de mí? Puede que te llame a la vocación matrimonial, a
la vida religiosa o sacerdotal... ahí no acaba la cosa. En la oración
Dios deja un poso, ahí te dice cómo quiere que le sirvas y te provoca y
da fuerzas para que respondas. En tu vida determinadas personas han sido
luz y te han indicado el camino. Dios también habla en los problemas
que conmueven tus entrañas: el hambre, las familias rotas, los niños
abandonados, los ancianos, los transeúntes... el rostro de Jesús se
manifiesta en los hermanos necesitados y te piden una respuesta. Repasa
lentamente algunos de estos momentos en tu vida. ¿A dónde apuntan? ¿Qué
giro le pide Dios a tu vida? Pide luz para ver y confianza para
responder. Da siempre gracias.
Señor Jesús, Tú me llamas, como llamaste a Simón, Andrés, Santiago y
Juan, cuando estaban trabajando en sus barcas. Y yo quiero responderte
como ellos, sin excusas, sin dejarlo para mañana, con prontitud,
inmediatamente. Quiero responder a tus llamadas, a las llamadas de la
conciencia y del corazón, a las llamadas de los más cercanos y de los
más pobres.
Señor, tu cercanía, tu amor, tus palabras cambiaron radicalmente la
vida de aquellos primeros discípulos. Ayúdame a estar cerca de ti, a
acoger tu Palabra y tu amor, para que mi vida cambie, como se transforma
el barro en manos del alfarero.
Señor, Tú hiciste y haces de tus discípulos pescadores de hombres.
Qué mis palabras y nuestros compromisos, nuestra alegría y nuestra
esperanza anuncien a todos que Tú, Jesús, eres el Amor que siempre nos
acompaña y nos salva y el Camino que nos conduce a la Felicidad más
grande.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 9 de enero de 2023
Lunes 9 de enero de 2023
domingo, 8 de enero de 2023
Domingo 8 de enero de 2023
Bautismo del Señor A
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 3, 13‑17
En. aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
—Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?
Jesús le contesto:
—Déjalo ahora. Esta bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua;
se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y
se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía:
—Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Jesús no necesita el bautismo de Juan. Los dos lo saben bien. Sin
embargo, Jesús se hace bautizar para cumplir lo que Dios quiere. ¿qué te
dice esta actitud de Jesús? ¿qué le dices?
B. El Padre desde el cielo proclamó: "Este es mi Hijo, el amado, mi
predilecto". Jesús es hombre como nosotros, pero también es el Hijo, el
Hijo de Dios, Dios mismo. No podemos pensar que Jesús sólo es un hombre
excepcional, ejemplar.
Estas palabras también tienen que resonar en nuestro corazón. Dios Padre
nos dice continuamente: "Tú eres mi hijo", "Tú también eres mi amado,
mi predilecto", porque el amor de Dios es tan grande que puede amarnos a
todos con predilección. Escuchemos en nuestro interior estas palabras
del Padre.
C. Si Dios te repite "Tú eres mi hijo" ¿cuál es tu respuesta?
"Tú eres mi Padre, nada me puede faltar"
"Confío en ti, Padre"
"Dame Señor un corazón de hermano"
Gracias, Cristo, porque al nacer, te acercaste a nuestro mundo; y en
tu Bautismo te haces solidario con nosotros, pecadores, para cargar con
el peso de nuestras culpas, para darnos tu fuerza.
Gracias, Cristo, porque no has venido a ser servido, sino a servir, a
servirme; porque no quebrarás la caña cascada ni apagarás el pábilo
vacilante; porque cuentas con la fuerza de los débiles, con la riqueza
de los pobres, con la bondad de los pecadores, con la sabiduría de los
ignorantes, con la grandeza de los pequeños. No te sirven los que se
creen fuertes, ricos, santos, sabios y grandes. Gracias por contar
conmigo.
Gracias, Padre, porque en nuestro bautismo y cada vez que abrimos el
corazón nos dices: Tú eres mi hija amada. Tú eres mi hijo más querido.
Gracias por tu amor de Padre, por tu ternura de Madre.
Gracias, Espíritu Santo, porque transformas nuestro corazón, para que
sigamos el camino del servicio, como Jesús; para instaurar un orden
nuevo, un derecho nuevo, donde todos sean respetados y queridos; para
que los pobres, los enfermos y todos los que sufren sientan como tu amor
los libera.
--------------------------
Un día apareció un hombre en el horizonte
y reavivó las ascuas de nuestra esperanza dormida.
Un día apareció un hombre que tenía magia en la voz,
calor en sus palabras y embrujo en su mensaje.
Un día apareció un hombre con la esperanza en sus gestos,
con la fuerza de su ser y con un corazón grandísimo.
Un día apareció un hombre, que hablaba cual ninguno,
invitándonos a cambiar de vida y convertirnos.
Un día vino un hombre que rompió nuestros esquemas
para hacernos soñadores, tiernos y libres.
Un día apareció un hombre tan sencillo y humilde
que nunca se consideró el centro de sus actuaciones.
Un día apareció un hombre que entabló un diálogo sincero
porque no buscaba ni ensalzarse ni engañarnos.
Un día apareció un hombre que tomó la iniciativa
y abrió una brecha en nuestra vida e historia.
Un día apareció un hombre que se acercó
a los más pobres y marginados de sus hermanos.
Un día apareció un hombre que nos invitó
a ser sus discípulos y a confiar en Dios.
Un día apareció un hombre que nos dio la capacidad
Y nos enseñó el camino para ser hijos de Dios.
Un día apareció un hombre, en su pueblo,
no pudo realizar milagros porque no había fe.
Un día apareció un hombre tan cercano y transparente
Que todo él era reflejo y presencia de Dios.
Un día viniste tú, Jesús.
Ven hoy también, Señor.
Florentino Ulibarri
---------------------------
Hijo mío: tú no sabes lo que eres,
pues todavía no te reconoces obra de mi amor.
No sabes lo que eres en mí,
e ignoras las posibilidades que hay escondidas en ti.
Despierta y deja los malos sueños:
esa fijación en fracasos, fallos y frustraciones,
en cansancios, caídas y pasos en falso...
Todo eso no es tu verdadero yo.
¡Déjate amar y guiar y... ¡ya verás!
Tu colección de máscaras
y los disfraces que te pones
te pueden ocultar a los ojos de los demás
-quizás a tus propios ojos también-,
pero no pueden ocultarte a mis ojos de Padre.
Esa mirada, tu mirada, que no es clara,
y tu deseo febril, anhelante,
así como tus ambiciones, apetencias y ardores
tan queridos, tan tuyos, tan fuertes...
Todo eso no es tu verdadero yo.
Bajo todo ello, detrás de todo eso,
más allá de tus miedos y dudas,
de tus éxitos y fracasos,
de tu pasado oscuro o yermo...
yo te miro, yo te amo, yo te elijo
y abro las puertas del cielo para mostrártelo.
Tú eres un hijo a quien quiero.
¡Podría decir tantas cosas...!
No de ese tú que busca disfraces,
sino del tú que permanece en mi corazón
y que acuno como Padre/Madre en mi regazo,
del tú que puede aún manifestarse.
¡Haz visible lo que eres para mí!
Sé el sueño hecho realidad de ti mismo.
Activa las posibilidades que he puesto en ti.
No hay ningún don al que no puedas aspirar.
Llevas mi espíritu y mi sello y sangre.
Te beso, te amo, te libero, te lanzo...
Te abro a la vida y te hago dueño.
Y si todo esto es lo que yo hago,
¿qué te impide levantarte, andar y ser?
¡Estás en el mundo por tu bien y mi querer!
¡Sumérgete en la vida y bautízate!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 7 de enero de 2023
Sábado 7 de enero de 2023
7 de enero
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 4, 12‑17. 23‑25
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que hablan arrestado a Juan se retiró a Galilea.
Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el
territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el
profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló.»
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
—«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el
Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos
aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados,
lunáticos y paralíticos. Y él los curaba.
Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Trasjordania.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. "Una luz les brilló". Una luz nos ha brillado, una luz que ilumina no
sólo el día de Navidad, ilumina todos nuestros días. ¿Te estás dejando
iluminar por Dios? ¿qué le dices?
Parecía que no había esperanza.
Que el mundo se resquebrajaba
entre balas y trincheras.
Un manto de olvido
había cubierto la fraternidad.
Un hombre encaraba a otro
a cara de perro, a grito de odio.
Cada quién peleaba, desquiciado,
por reforzar su puerta
por elevar su tapia,
por aislar su parcela.
Recelosos se miraban, de soslayo,
los vecinos.
Un silencio agobiante
envolvió los corazones.
Cada ciudad se transformó
en un inmenso carnaval
que enmascaraba la verdad
tras muecas pintadas.
Hasta que llegó el profeta.
Su sentencia firme rompió el embrujo:
“Mirad que llega vuestro Dios”.
Lo dijo bajito,
lo repitió más fuerte
y otras voces se sumaron a la suya.
Como un río poderoso
el verbo se hizo promesa
y despertó la ilusión dormida.
Nadie podrá evitar
que el amor tenga
la última palabra.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
B. "Convertíos...". Si Dios se ha hecho niño, pobre, pequeño,
necesitado, tierno, pacífico... no podemos permanecer como siempre. Hay
que convertirse. Hay que dejarse convertir por Dios. Hay que contemplar a
Jesús recién nacido y dejar que él nos convierta. ¿qué te dice? ¿qué te
pide?
C. "... porque está cerca el Reino de cielos". No nos convertimos por
miedo al castigo o a la venganza de Dios. Nos convertimos porque está
cerca, porque nos ama, porque su ternura nos conmueve, porque su ejemplo
nos arrastra...
"Ayúdame a sentir tu misericordia"
D. Si Dios está cerca, puedo vivir en paz...
Me siento feliz al decir estas palabras: “Tú eres mi Dios, en tus
manos están mis azares.” Se me quita un peso de encima. Descanso y
sonrío en medio de un mundo difícil. “Mis azares están en tus manos.”
¡Benditas manos¡ ¿Y cómo he de volver a dudar, a preocuparme, a
acongojarme pensando en mi vida y en mi futuro, cuando sé que está en
tus manos? Alegría de alegrías, Señor, y favor de favores.
“Mis
azares”. Buena suerte, mala suerte; altos y bajos; penas y gozos. Todo
eso es mi vida, y todo eso está en tus manos. Tú conoces el tiempo y la
medida, tú sabes mis fuerzas y mi falta de fuerzas, mis deseos y mis
limitaciones, mis sueños y mis realidades. Todo eso está en tu mano, y
tú me amas y quieres siempre lo mejor para mí. Esa es mi alegría y mi
descanso. Que esa fe aumente en mí, Señor, y acabe con toda ansiedad y
preocupación en mi vida.
Desde luego que seguiré trabajando por
mis “azares” con todas mis fuerzas y con toda mi alma. Soy trabajador
incorregible, y no he de bajar las miras ni disminuir el esfuerzo, pero
ahora lo haré con rostro alegre y corazón despreocupado, porque ya no
estoy atado a conseguir el éxito por mi cuenta. Esos “azares” están en
tus manos, y bien se encuentran allí. Yo ahora puedo sonreír y cantar,
porque por primera vez empiezo a sentir que el yugo es suave y la carga
ligera Mi esfuerzo seguirá, pero desde ahora el resultado está en tus
manos, es decir, fuera de mi competencia y, por consiguiente, fuera de
mi preocupación.
La paz ha vuelto a mi alma desde que yo he
aprendido las benditas palabras: “Tú eres mi Dios, en tus manos están
mis azares” (adatación del Salmo 30 - Carlos G. Vallés)
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 6 de enero de 2023
Viernes 6 de enero de 2023
Epifanía (Santos Reyes)
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 2, 1‑12
Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes.
Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
—«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.»
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él;
convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó
dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:
—«En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta:
"Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las
ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi
pueblo Israel."»
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el
tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén,
diciéndoles:
—«Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.»
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la
estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a
pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa,
vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron;
después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y
mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Los magos de Oriente no se conforman con su verdad, buscan algo más,
dejan su seguridad y comodidad, se ponen en camino, preguntan para
encontrar algo o alguien...
Es verdad que en la vida nunca encontraremos a una persona más grande
que Jesucristo, pero también es cierto que Cristo es muy grande y el
conocimiento y la experiencia que tenemos de él muy pequeños.
"Señor, perdona mi conformismo que no me deja crecer"
"Haznos buscadores de tu verdad"
"Gracias por las personas que te buscan cada día"
B. Para encontrar a Dios, para conocerle más profundamente, tenemos que
estar atentos a los signos luminosos de su presencia: en nuestros
sentimientos y experiencias, en las personas, en su Palabra, en la
comunidad cristiana... ¿Cómo buscas a Dios? ¿cómo lo podrías buscar
mejor? ¿qué le dices?
C. Esta fiesta de Reyes se llama también Epifanía. Epifanía significa
manifestación. Celebramos la manifestación de Dios a todos los pueblos,
no sólo a Israel. Los magos son representantes de todos los pueblos.
Dios no ha nacido para un pueblo, para un grupo, para unos pocos. Ha
nacido para todos.
"Gracias Señor por manifestarte también a mi"
"Danos fuerza para anunciarte a todos"
"Ensancha mi corazón y mi generosidad"
Señor, has puesto en nuestro corazón el deseo de ser felices,
la esperanza de disfrutar cada día un amor más grande,
el sueño de vivir en un mundo nuevo, en el que reine la paz.
Sólo Tú, Señor, puedes darnos esa felicidad, ese amor y esa paz.
Somos la obra de tus manos, Señor. Nos hiciste para Ti
y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en Ti.
Para encontrarte, hay que dejar comodidades, rutinas y egoísmos
y ponernos en camino, como los magos de Oriente;
hay que estar atentos para descubrir las estrellas
que brillan en nuestro corazón y nuestro mundo;
hay que tener unos ojos limpios, para reconocerte en un bebé,
en cada persona, en cada acontecimiento, en el pan que comulgamos.
Danos un corazón agradecido y generoso que sepa adorarte,
que sepa reconocer tu grandeza en el niño más pequeño y pobre
y ofrecerte con amor lo que sabemos, lo que tenemos, lo que somos.
-----------
Señor:
En este mundo insolidario y frío
queremos buscarte.
En los barrios marginales y zonas periféricas
queremos encontrarte.
En los que esta sociedad esconde y olvida
queremos verte.
En los que no cuentan para la cultura dominante
queremos descubrirte.
En los que carecen de lo básico y necesario
queremos acogerte.
En los que pertenecen al reverso de la historia
queremos abrazarte...
En los pobres y marginados de siempre,
en los emigrantes y parados sin horizonte,
en los drogadictos y alcohólicos sin presente,
en las mujeres maltratadas,
en los ancianos abandonados,
en los niños indefensos,
en la gente estrellada,
en todos los heridos
y abandonados al borde del camino
queremos buscarte,
encontrarte,
verte,
descubrirte,
acogerte,
abrazarte.
Florentino Ulibarri
-----------
En Navidad,
buscar es mi oficio;
encontrar, tu regalo gratuito;
y compartir, el desafío abierto
que tengo todos los días
que sueño,
vivo
y gozo
las buenas nuevas
que nacen en tu regazo
y dejas en mis manos.
Y cuando no es Navidad
por el tiempo,
el clima,
los sentimientos
o los hechos...
¡lo mismo!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 5 de enero de 2023
Jueves 5 de enero de 2023
5 de enero
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 1, 43‑51
En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice:
—«Sígueme.»
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice:
—«Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó:
—«¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó:
—«Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
—«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta:
—«¿De qué me conoces?»
Jesús le responde:
—«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió:
—«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó:
—«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»
Y le añadió:
—«Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Jesús llama, llama a cada uno por su nombre. Para él no somos un
número, ni una persona más del montón. Nos conoce a cada uno y llama
personalmente. Llama para que le sigamos. Y espera una respuesta.
¿Cuando descubriste por primera vez que Él te llamaba? ¿qué sentiste?
¿qué sientes ahora? ¿cómo le respondes? ¿qué le dices?
B. "¿De Nazaret puede salir algo bueno?" ¡Cuidado con los prejuicios!
Natanael está a punto de cerrarse a Jesús porque era de Nazaret. Aunque
nos parezca imposible, todos tenemos prejuicios negativos (más o menos)
a los que son distintos (por procedencia, ideas, religión, raza...)
"Danos Señor un corazón abierto"
"Perdona y cura nuestros prejuicios"
"Gracias por las personas de corazón limpio"
C. "Has de ver cosas mayores". Nos asombramos ante la inteligencia de
algunas personas, ante los progresos de la ciencia, ante espectáculos
novedosos... Pero a veces nos pasan desapercibidas las obras
maravillosas de Dios. Ya no nos sorprende ser hijos de Dios, no nos
llama la atención que Dios sostenga nuestra vida en cada momento, nos
deja fríos pensar que algún día veremos a Dios cara a cara...
"Abre nuestro corazones para que reconozcamos tus maravillas"
"Gracias Señor por todo lo que haces por nosotros"
D. En la Víspera de la festividad de Epifanía, pedimos a Dios que nos
ayude a descubrir sus huellas, las estrellas que nos conducen a Dios, a
la felicidad más grande para nosotros y para los demás
¿Cuál será la huella
que me lleve hasta tu encuentro?
No quiero vivir errante y vacío
quedándome sólo en tus huellas.
¿Se llamará salud, o enfermedad?
¿Se presentará con el rostro del éxito
o con el cansancio golpeado del fracaso?
¿Será seca como el desierto
o rebosante de vida como el oasis?
¿Brillará con la transparencia del místico
o se apagará en el despojo del oprimido?
¿Caerá sobre mí como golpe de látigo
o se acercará como caricia de ternura?
¿Brotará en comunión con un pueblo festivo
o en mi indecible soledad original?
¿Será la historia brillante de los libros
o el revés oprimido de la trama?
No importa cuál sea el camino
que me conduzca hasta tu encuentro.
No quiero apoderarme de tus huellas
cuando son reflejo fascinante de tu gloria,
ni quiero evadirlas fugitivo
cuando son golpe y angustia.
No importa lo que tarde en abrirse
el misterio que te esconde,
y toda huella tuya me anuncia.
Todo mi viaje llega
al silencio y a la espera
de mi “no saber” más hondo.
Pero “yo sé” que ya estoy en ti
cuando aguardo ante tu puerta.
Benjamín González Buelta.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 4 de enero de 2023
Miércoles 4 de enero de 2023
4 de enero
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 1, 35‑42
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:
—«Este es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo segarían, les pregunta:
—«¿Que buscáis?»
Ellos le contestaron:
—«Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
El les dijo:
—«Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con el aquel día; serían las cuatro de la tarde.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y
siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
—«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)» Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedo mirando y le dijo:
—«Tu eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Los discípulos de Juan siguen a Jesús, porque el propio Juan les
indica el camino. Simón sigue a Jesús por la invitación de su hermano
Andrés. Dice el Evangelio: “lo llevo a Jesús”.
“Gracias, Señor, por todas las personas que me han acercado a ti”
“A veces quiero que me sigan e impido que te sigan. Perdóname, Señor”
“Dame Señor arrojo y tino para anunciar que Tú eres el camino”
B. ¿Qué buscáis? ¿Qué buscas? ¿Dónde buscas tu felicidad? ¿Dónde crees
que la vas a encontrar? ¿Vas por el camino acertado? ¿Buscas tu
felicidad en Dios, en el Evangelio? ¿Qué le dices a Jesús?
C. Venid y lo veréis. Jesús no responde a los discípulos de Juan con un
gran discurso. Los invita a vivir una experiencia. ¿Conocemos a Jesús de
oídas o hemos hecho la experiencia de estar con Jesús? ¿A qué
experiencias podemos invitar a las personas que buscan el sentido de su
vida? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Tú nos invitas a ponernos en camino,
a salir de nuestras casas (situaciones, miserias, enfermedades, dolencias)
y a recorrer un itinerario de fe,
un camino en el que los que te sigan
irán descubriendo y respondiendo
a la pregunta por tu identidad.
La gente pregunta quién eres
y tú respondes “venid y lo veréis”,
“llamad y se os abrirá”,
“amad por encima de todo”,
“perdonad hasta setenta veces siete”,
“construid vuestra casa sobre la roca”,
“sembrad con perseverancia y sed pacientes”…
…porque tú nos quieres en camino, en movimiento, en acción
y en este no parar te nos descubres tal cuál eres.
Dame la oportunidad de acercarme a ti,
de preguntarte quién eres
y de conocer la respuesta
en el seguimiento fiel a tu persona y a tu proyecto,
a tu evangelio y a la misión. Así sea.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 3 de enero de 2023
Martes 3 de enero de 2023
3 de enero
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 1, 29‑34
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
—«Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es
aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante
de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a
bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo:
—«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me c dijo:
"Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo."
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. Juan huye del protagonismo. Aunque intenten ponerlo en el centro, él
se coloca a un lado. Juan desaparece del primer plano de la escena y
deja paso a Jesús. En cambio, en muchas ocasiones buscamos el
protagonismo, queremos ser el centro del grupo donde estamos. ¿Qué te
dice Dios a través de esta actitud de Juan? ¿Qué le dices?
B. Juan da testimonio de Cristo, anuncia que él es el Mesías, el único
que puede salvar. También nosotros estamos llamados a dar testimonio de
Jesús. Y para dar testimonio de Jesús hay que dejarse salvar por él. Si
no te sientes salvado por Jesús ¿cómo vas a anunciar que él es el
Salvador? Si no intentas escuchar y seguir su enseñanzas ¿cómo vas a
anunciar que él es la verdad y el camino de la vida?
"Gracias Señor porque tu amor me salva"
"Hazme sentir la alegría de ser salvado por ti"
C. Juan relaciona directamente a Jesús con el Espíritu: Jesús bautizará
con Espíritu y el Espíritu desciende sobre Jesús. El Espíritu es la
fuerza más profunda de Jesús. Y tendría que ser la fuerza que moviera
nuestra vida. Tendríamos que aprender de los pájaros que normalmente
buscan las corrientes de aire que les impulsen, para poder avanzar más
rápido y con menos esfuerzo. Tendríamos que descubrir por donde sopla el
viento del Espíritu y dejarnos mover y conducir por él.
"Espíritu Santo, penetra en mi corazón"
"Conduce mi vida por tu camino"
Dicen por ahí
que si hay Dios está lejos
que el amor no funciona,
que la paz es un sueño
que la guerra es eterna,
y que el fuerte es el dueño
que silencia al cobarde
y domina al pequeño. Pero un ángel ha dicho
que está cerca de mi
quien cambia todo esto,
tan frágil y tan grande,
tan débil y tan nuestro.
Dicen que está en las calles,
que hay que reconocerlo
en esta misma carne,
desnudo como un verso,
que quien llega a encontrarlo
ve desvanecerse el miedo,
ve que se secan las lagrimas
ve nueva vida en lo yermo.
Dicen por ahí
que si hay Dios esta lejos,
pero tu y yo sabemos,
que está cerca, en tu hermano,
… y esta en ti, muy adentro
José María R. Olaizola sj.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.