1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 8, 18-22
En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla.
Se le acercó un letrado y le dijo: Maestro, te seguiré adonde vayas.
Jesús
le respondió: Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero
el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.
Otro que era discípulo, le dijo: Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.
Jesús le replicó: Tú, sígueme.
Deja que los muertos entierren a sus muertos.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Ser cristiano no es solamente conocer a Jesús, rezar, cumplir ciertas
obligaciones, hacer cosas por los demás... Ser cristiano es
fundamentalmente seguir a Jesús, seguir a Jesús por el camino que él nos
vaya marcando.
¿Cómo descubrir este camino? A través de la oración, de la reflexión, del acompañamiento espiritual...
¿Estas
dispuesto a seguir a Jesús por la senda que te señale? ¿Qué medios
pones y podrías poner para escuchar su voz? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le
dices?
El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
Seguir a Jesús normalmente pasa por la pobreza, por la austeridad, Vivir
en pobreza sólo es posible si confío en él, si tengo a Dios cómo el
mejor tesoro.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
La majestad no está en los gestos de orgullo,
en la mirada altiva o el ceño fruncido.
No está en la puerta infranqueable
o en la adulación cortesana.
Tampoco en la altura de los rascacielos
o la privacidad de los accesos exclusivos.
No está en las cenas de gala, la alta costura,
la joyería fina o los gastos suntuosos.
La majestad poco tiene que ver con protocolos
que encumbran al poderoso y ningunean al débil.
¿Dónde, entonces?
En un rey sin trono, palacio o ejércitos.
Sin cuenta corriente, sin otro techo que el cielo.
Un rey sin más ley que el amor desmedido,
sin más cetro que sus manos desnudas,
gastadas ya en tanta caricia, en tanta brega,
por tanto tirar de los derrumbados.
Sin otra atalaya que la cruz, y en ella,
el perdón por bandera, la paz por escudo,
y la justicia, inmortal,
como apuesta eterna.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
Seguir
a Jesús es lo más importante, lo más urgente, lo único necesario; más
que enterrar a un muerto, o terminar una carrera universitaria, o
conseguir un trabajo, o alcanzar cualquier objetivo.
El seguimiento es la brújula que orienta toda nuestra vida (familiar, social, comunitaria, religiosa)
¿Cómo lo vives? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Maestro, te seguiré adonde vayas;
Maestro, dedicaré un tiempo cada día a estar contigo;
Maestro, me gustaría comprometerme con una buena causa;
Maestro, voy a compartir una parte de mi dinero;
Maestro, quiero seguir el camino que Tú me señalas:
Maestro, lo que más quiero en esta vida es ...
Pero, Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre;
déjame terminar primero la carrera o la oposición;
déjame criar primero a mis hijos;
déjame pagar primero la hipoteca;
déjame que antes resuelva todas mis dudas;
déjame ....
Señor, Tú me llamas y yo pongo excusas;
y tú vuelves a decirme: "Tú, sígueme".
Acompáñame, Señor, en esta jornada,
para que sepa aprovechar cada momento,
para seguirte, escucharte y hablarte,
para comprometerme y compartir;
para disfrutar la vida y entregarla del todo. Amén.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 30 de junio de 2025
Lunes, 30 de junio de 2025
domingo, 29 de junio de 2025
Domingo, 29 de junio de 2025. San Pedro y San Pablo
San Pedro y San Pablo
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
-«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron:
-«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó:
-«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
-«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió:
-«¡Dichoso
tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de
carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo:
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te
daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra
quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará
desatado en el cielo.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Los Evangelios dejan clara la preponderancia de Pedro sobre los demás
apóstoles. En el Evangelio de hoy, Pedro confiesa la fe en Jesús como el
Mesías, el Hijo de Dios vivo y es elegido por Jesús como la piedra
sobre la que se edificará la Iglesia. No sabemos por qué Jesús elige a
Pedro y no a otro, pero lo cierto es que se fija en él para apacentar a
su rebaño y confirmar a los hermanos en la fe.
2000 años después,
es Francisco el que continúa la misión que Jesús dio a Pedro. No falte
hoy nuestra oración por el Papa y por todas aquellas personas e
instituciones que le ayudan en su tarea.
Aunque el Evangelio de
hoy no hable de San Pablo, hoy también celebramos su fiesta. San Pablo
es el perseguidor convertido en evangelizador, el que lleva el Evangelio
a nuevos pueblos, con nuevos lenguajes, el animador de las comunidades
que fundaba...
Damos gracias a Dios por Pablo y por todos los
evangelizadores que la Iglesia ha tenido y tiene. Pedimos por la
Iglesia, para que no pierda pulso misionero, por nosotros mismos, para
que seamos capaces de comunicar la fe que hemos recibido a las personas
con las que convivimos.
Te doy gracias, Señor, porque cuentas conmigo, a pesar de mi pequeñez y mi pecado.
Cuentas
conmigo y me llamas, como llamaste a Pedro, un pescador sencillo,
apasionado, bravucón, que se creía más fuerte que sus compañeros.
Cuentas
conmigo y me llamas, Como llamaste a Pablo, Un fariseo inteligente,
fanático, intransigente, que quería acabar con los que no pensaban como
él.
Te doy gracias por Pedro y por todas las personas que son piedra en la que se apoya nuestra vida y nuestra fe.
Te doy gracias por Pablo y por todas las personas que comparten la alegría y la novedad de la fe cristiana.
Te
doy gracias porque cambiaste el corazón de Pedro. Gracias a tu perdón,
Pedro lloró sus pecados se hizo más humilde y se dejó guiar por ti.
Gracias a tu cercanía, Pablo se cayó del caballo de sus prejuicios y descubrió que tu grandeza se muestra en nuestra debilidad.
También a mí me has cambiado, Señor. Gracias.
Que
sepa acercarme cada día a Ti, para que puedas acabar la obra que has
comenzado en mí y sepa contagiar la alegría de sentirme amado por Ti.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 28 de junio de 2025
Sábado, 28 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 2, 41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre
y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en
Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se
pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo,
se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los
maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían
quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
-«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó:
-«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi
Padre?» Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con
ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo
esto en su corazón.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Ningún ser humano ha tenido un corazón tan parecido al de Jesús como el
de su madre. Releamos el texto del Evangelio de hoy para dejarnos
contagiar por los sentimientos del corazón de María.
Imaginemos la escena: Jesús ha cumplido los doce años. Y entra con sus
padres en el gran templo de Jerusalén. Los ojos de Jesús se fijan en los
cambistas de monedas, en los vendedores de animales, en los sacerdotes,
en los sacrificios de templo... Todo era nuevo para él. Siente
curiosidad y algo más profundo: intuye que su misión tiene mucho que ver
con todo aquello. En la cabeza de este muchacho despierto se agolpan
las preguntas, busca respuestas y por eso, se acerca a los maestros.
Mientras tanto, la madre y el padre se dan cuenta de que su hijo no está
con ellos. Sus corazones se preocupan, se ponen a buscar, hasta que lo
encuentran. María lanza a Jesús un pequeño reproche y Jesús responde a
la madre con palabras que María no puede comprender tan de golpe.
Una vez más, María no comprende, y una vez más María conserva en su
corazón todo lo sucedido, y, con fe, espera que un día el Señor le
revele el sentido de aquél momento, de aquellas palabras.
¿Qué te dice Dios a través del corazón de María? ¿Qué le dices?
Tú eres, María, la experiencia más bella del Evangelio. En ti Dios se
ha hecho Noticia Buena para el hombre. Eres como la luz del alba que
abre camino al Sol; eres esa estrella matutina que anuncia el Día. Eres
la mujer creyente que acoge y guarda la Palabra; la mujer joven que
entra en el plan de Dios libre y gozosa. Eres estilo de vida, nuevo y
fascinante en la Historia; eres, María, la virgen bella y fecunda de
Nazaret.
Mi corazón joven se alegra ante tu presencia luminosa;
mi corazón joven busca en el tuyo un camino de verdad; mi corazón joven
se abre a tu vida limpia y profunda; mi corazón joven busca en tus ojos
un camino de libertad. Me siento feliz porque eres madre y eres virgen;
me siento feliz porque eres como un lago profundo de paz; me siento
feliz porque eres limpia como la luz de las estrellas: me siento feliz
porque eres libre como agua del manantial.
Eras joven, María,
cuando revolucionaste la Historia; eras joven cuando Dios, de puntillas,
llamó a tu puerta; eras joven cuando dijiste “sí” a su proyecto de
vida; eras joven cuando diste decidida, a su plan, respuesta. Eras joven
y te abriste a Dios como la flor al sol; eras joven y dejaste a Dios
que entrara libre en tu tienda; eras joven y tus alas alzaron el vuelo
hasta la cumbre; eras joven y en tu vida, con Dios, entró el ritmo de la
fiesta.
Tu corazón joven dijo: ¿Cómo podrá ser eso? ¿Cómo? Tu
corazón joven dijo: He aquí la esclava; he aquí. Tu corazón joven dijo:
Mi alma glorifica al Señor, mi alma. Tu corazón joven dijo: Hágase en mí
según tu Palabra; tu Palabra. Tu corazón joven dijo: Tus caminos son
mis caminos, mis caminos. Tu corazón joven dijo: ¿qué quieres, Señor, q
yo haga? Tu corazón joven dijo: Tu proyecto es mi proyecto; mi proyecto.
Tu corazón joven dijo: Me alegro en el Dios que me salva.
Gracias,
María, por tu corazón bueno y disponible. Gracias, María, por tu
corazón de ojos limpios y puros. Gracias, María, por tu corazón sincero y
transparente. Gracias, María, por tu corazón claro y luminoso. Gracias,
María, por tu corazón sencillo y humilde. Gracias, María, por tu
corazón lleno de luz y de amor. Gracias, María, por tu corazón abierto
al infinito. Gracias, María, por tu corazón joven, sencillamente, joven.
Aquí
me tienes, en busca de un camino de libertad y fe. Aquí me tienes, en
busca de un proyecto de vida. Aquí me tienes, en busca de Alguien en
quien dejar mi amor. Aquí me tienes, en busca de semillas de alegría.
Aquí me tienes, en busca de paz y de bien. Aquí me tienes, en busca de
un sendero de justicia. Aquí me tienes, en busca del rostro del Dios
vivo. Aquí me tienes, en busca de la libertad perdida.
¡Gloria a ti, María, Casa donde Dios mora! ¡Gloria a ti, María, Madre de Cristo y Madre mía!
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 27 de junio de 2025
Viernes 27 de junio de 2025 . Sagrado Corazón de Jesús
Sagrado Corazón de Jesús
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 15, 3‑7
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y escribas esta parábola:
—«Si
uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las
noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la
encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy
contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para
decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había
perdido."
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por
un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no
necesitan convertirse.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
El corazón representa la sede de los sentimientos. Hoy queremos
adentrarnos en las profundidades del corazón de Jesús, queremos conocer y
saborear un poco mejor sus sentimientos, para que los nuestros sean
cada vez más parecidos a los suyos.
En el corazón de Jesús ocupan
un lugar especial las ovejas descarriadas, las personas que están solas
y sufren, que no disfrutan la cercanía del Padre y el calor de los
hermanos.
¿Qué sentimientos ocupan tu corazón? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
El
corazón de Jesús no se contenta con el lamento, es un corazón capaz de
movilizar las piernas, de agudizar la visión, de poner en marcha la
cabeza para ayudar a esas personas que sufren más. El amor de Jesús es
creativo, imaginativo, busca el camino más adecuado para encontrar a las
ovejas perdidas.
¿Cómo es tu amor? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
El
corazón de Jesús se alegra cuando las personas vuelven al rebaño y
pueden disfrutar de los cuidados del Pastor. Aunque él tenga que
esforzarse, sufrir e incluso dar la vida, se alegra por el bien de las
ovejas, de las personas.
¿Cuál es la razón de tu alegría? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Cuando estamos perdidos,
Tú sales a nuestro encuentro
Cuando estamos cansados,
Tú nos llevas al pozo de tu Eucaristía
Cuando estamos desilusionados,
Tú nos llevas al pozo de tu alegría
Cuando nos perdemos en nuestros pecados,
Tú nos conduces a tu perdón
Cuando nos fijamos en lo exterior,
Tú nos indicas el camino hacia el corazón
Cuando nos alejamos de Dios,
Tú nos hablas con tu presencia
Cuando nos sentimos débiles y muertos,
Tú nos das vida con tu Espíritu Santo
Cuando aparecen arrugas en nuestras almas,
Tú les das vida con tu amor.
-----------------
Venid a un sitio tranquilo;
a un lugar apartado del bullicio agobiante
que nos acompaña día y noche;
a un lugar retirado
de vuestros negocios y preocupaciones,
de vuestras falsas necesidades;
a un lugar apropiado para encontraros
con Dios, entre vosotros y con vosotros mismos.
Venid a un sitio adecuado
para reparar fuerzas.
Y descansad un poco.
Detened vuestro ritmo alocado.
Haced un alto en el camino.
Sosegaos de tanto ajetreo.
Que se calmen vuestros nervios.
Que se serene vuestro espíritu.
Dejad la mochila a un lado,
quitaos las sandalias
y lavaos el cuerpo entero
para reparar fuerzas.
Los que estáis rendidos y agobiados,
los que vivís bajo el yugo de las responsabilidades,
los que soportáis el peso de los compromisos
y de las obligaciones ineludibles,
los que camináis con los ojos tristes
y la espalda doblada,
los que ya sólo divisáis niebla en el horizonte,
los que no sabéis vivir sin cargas y cruces,
echad el freno y apearos
para reparar fuerzas.
Yo os aliviaré.
Os sanaré la mente.
Tonificaré vuestro corazón.
Curaré vuestras heridas.
Vigorizaré vuestro cuerpo.
Calmaré vuestra ansiedad.
Os quitaré las pesadillas...
Estaré con vosotros en todo momento.
Tomaos un respiro conmigo
para reparar fuerzas.
Venid conmigo, amigos.
Gozad este momento y lugar.
Gustad todo lo suyo –que es vuestro–:
las verdes praderas, las aguas frescas,
los árboles frondosos,
el horizonte abierto...
Descansad sin prisas y sin miedo.
Cargad las pilas hasta rebosar
y escuchad mi buena nueva...
para reparar fuerzas.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 26 de junio de 2025
Jueves, 26 de junio 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el Reino de los Cielos,
sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel
día muchos dirán: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y
en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos
milagros? Yo entonces les declararé: Nunca os he conocido.
Alejaos de mí, malvados.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron.
contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.
Al
terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza,
porque les enseñaba con autoridad y no como los letrados.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Hoy el Evangelio nos recuerda que ser cristiano es vivir de acuerdo con
la Palabra de Dios, es cumplir la voluntad de Dios en cada momento del
día. Sin embargo, muchas veces nos conformamos con rezar, con ir a
misa... Olvidamos ser cristianos en la familia, en el lugar de estudio o
trabajo, con los amigos... En definitiva, somos cristianos a ratos,
cuando nos resulta más sencillo y menos arriesgado. Y ponemos mil
excusas para justificarnos.
A veces nos asusta "cumplir la
voluntad de Dios". Parece que vamos a perder nuestra libertad. Tenemos
miedo de escuchar a Dios, no vaya a ser que nos pida hacer lo que no nos
apetece. La experiencia de los que se fían de Dios y cumplen su palabra
nos dice más bien lo contrario. Aunque parezca incomprensible para la
razón, la experiencia nos enseña que cuanto más obedeces a Dios, más
libre eres. ¿Ha habido alguien más obediente al Padre que Jesús? No. ¿Ha
habido alguna persona más libre que Jesús? Nadie. ¿Queremos seguir su
ejemplo? Pedimos al Espíritu que nos ayude a avanzar por este camino.
Siguiendo
la voluntad de Dios, no estamos a salvo de vientos, lluvias y ríos
desbordados. Los problemas llegan a todos. Es más, en ocasiones las
dificultades vendrán precisamente por vivir de acuerdo con la Palabra de
Dios. Entonces surgen las dudas y crecen las ganas de seguir otros
caminos más fáciles... ¿Qué hacer? Confiar en Jesús: él está con
nosotros y nuestra casa, nuestra vida no se hundirá.
Cantar tu nombre, Señor,
con palabras,
pero sobre todo con vida.
Contar tu historia, Señor,
con relatos,
pero sobre todo con vida.
Repetir tu enseñanza, Señor,
con historias,
pero sobre todo con vida.
Traer tu esperanza, Señor,
con promesas,
pero sobre todo con vida.
Construir tu Reino, Señor,
con proyectos,
pero ante todo con vida.
Porque una vida que te canta
y que te cuenta,
que te anuncia y te acerca,
es una vida plena.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 25 de junio de 2025
Miércoles, 25 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas
falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos ? Los
árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.
Es decir, que por sus frutos los conoceréis.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús no se deja llevar por las apariencias. Y quiere que sigamos sus
huellas. En todos los momentos de la historia han habido personas que
han sido lobos rapaces con piel de oveja mansa. Mucho más en nuestra
sociedad en la que la publicidad y el marketing se han desarrollado
tanto. Detrás de formas amables pueden esconderse buenos manipuladores y
bajo formas bruscas pueden presentarse personas sinceras y
bienintencionadas. Hemos de tener cuidado. No podemos ser ingenuos.
“Señor, no dejes que nos dejemos llevar por las apariencias”
“Danos tu Espíritu para descubrir la verdad de cada persona”
“Perdona y cura nuestra superficialidad”
Además de advertirnos, Jesús nos ofrece un criterio para distinguir a
los falsos profetas, a los lobos con piel de oveja: los frutos, las
obras... Las palabras pueden ser engañosas. Fijémonos en la vida: ¿son
capaces de sufrir por los demás? ¿son fieles a las personas cuando
pierden la salud o el dinero? ¿cambian de discurso según las
circunstancias, para conseguir mayores beneficios personales? ¿se
acercan a los pobres, los tratan con respeto?
No nos conformemos con mirar los frutos y la vida de los demás.
Examinemos también nuestra vida, no sea que también seamos lobos con
piel de oveja.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
¡Qué tiempos estos que nos toca vivir,
en la calle y en la iglesia,
tan convulsos y ambiguos
que, para afrontarlos,
necesitan tu palabra evangélica!
En ellos,
hay cosas que brillan y brillan tanto
que nos deslumbran antes de conocerlas;
y las hay también que nos seducen
al primer golpe,
o al cabo de un rato,
o al caer de la tarde,
o en plena noche,
porque tienen tantas caras y brillos
como oscuridades;
y también las hay que juegan a camuflarse
y engañan a los caminantes
perdiéndolos entre debates,
dogmas
y yermas verdades.
Aunque más duro y triste
es encontrarse con personas
de cultura y fe reconocida y solvente,
que, humildemente y en tu nombre,
se proclaman servidores
mas se creen jefes y señores
sin descubrir sus contradicciones.
Se arrogan tu representatividad,
hacen sufrir a sus semejantes
y traicionan a tantos y tantos creyentes...
Pero Tú nos dijiste para momentos así:
"Tened cuidado, no os dejéis engañar;
y aunque desplieguen gran parafernalia,
no los sigáis... ni a orar ni a tomar cañas.
Permaneced firmes en mi palabra
y tendréis vida en abundancia".
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 24 de junio de 2025
Martes, 24 de junio de 2025 Natividad De San Juan Bautista
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 1, 57-66. 80
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se
enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una
gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:
-«¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron:
-«Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él
pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron
extrañados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la
montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
-«¿Qué va a ser este niño?»
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Leyendo el Evangelio del Nacimiento de Juan Bautista llama la atención la importancia que se da al nombre del recién nacido.
Juan procede del hebreo Yo-hasnam, con el significado de "Dios es
misericordioso". Otra etimología muy cercana es la de Jo-hanan o
Jo-hannes, que significa "Dios está a mi favor".
Juan era el nombre que mejor reflejaba lo que significaba el nacimiento
de aquel niño para sus padres. Dios ha cumplido su palabra: Isabel había
tenido un hijo en su ancianidad. Sentían que el nacimiento de Juan era
una bendición de Dios para ellos y para todo el pueblo.
Dios también bendice tu vida, es misericordioso contigo, con la humanidad. ¿Qué dices a Dios?
El mismo Jesús atestigua la importancia de San Juan Bautista: “Entre los
nacidos de mujer, nadie más grande que Juan el Bautista". Por otra
parte, es el único santo del que se celebra el nacimiento, coincidiendo
con el solsticio de verano, cuando los días son más largos y las noches
más cortas.
Recordemos algunos rasgos de su vida:
- Juan llama a la conversión: Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos... Dad, pues, fruto digno de conversión.
- No busca protagonismos: Yo no soy el Cristo, sino que he sido
enviado delante de él. El que tiene a la novia es el novio; pero el
amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del
novio. Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud. Es
preciso que él crezca y que yo disminuya.
- Anuncia la venida del Mesías y señala su presencia: Yo os bautizo
en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte
que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. He ahí el Cordero de
Dios. He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se
quedaba sobre él.
- No tiene miedo: Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y
puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano
Filipo. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla.»
- Vivió la pobreza y la austeridad: Juan llevaba un vestido de pie de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre.
¿Qué te dice Dios a través de la vida de Juan Bautista? ¿Qué le dices?
Señor, Tú eres Dios compasivo y misericordioso.
Estás a nuestro lado. Siempre, sin apartarte jamás.
Estás de nuestra parte. Siempre, pase lo que pase.
Estás al lado de cada persona, de todas las personas.
Tu gloria es que todos tus hijos seamos felices,
viviendo como hermanos que aman y se ayudan,
como hijos tuyos, que se dejan cuidar por ti,
que siembran justicia, paz y verdad en el mundo.
Gracias, Señor, por Juan y por todas las personas
que, con su presencia, su cariño y su palabra,
me recuerdan que Tú eres favorable y estás de mi parte.
Gracias por… (recuerdo sus nombres).
Señor, Tú me has llamado, como a Juan,
para que, a pesar de mi pequeñez y mis pecados,
yo sea una bendición para mi familia y mis amigos,
para mi comunidad cristiana y para el mundo.
Tu mano acompañaba a Juan y me acompaña a mí.
Tus manos de alfarero me formaron de barro y espíritu.
Tus manos de madre me acarician y protegen.
Tus manos de pastor me conducen a la vida eterna.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 23 de junio de 2025
Lunes, 23 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis y no os juzgarán.
Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas
en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano:
«Déjame que te saque la mota del ojo, teniendo una viga en el tuyo?
Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás
sacar la mota del ojo de tu hermano.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Dicen que todos los aficionados al fútbol tienen alma de seleccionador
nacional. Pero parece que todavía tenemos más afición a ser jueces,
jueces de los demás, por supuesto; jueces de lo que hacen, de lo que
dicen, de lo que callan... Juzgamos la ropa y el peinado, las
apariencias y el corazón, la alegría y la tristeza del vecino... Si
somos clásicos juzgamos y criticamos a los más modernos, y viceversa.
No juzguéis y no seréis juzgados –dice el Señor-.
Padre bueno,
que nos descubriste, mediante tu Hijo,
la alegría del perdón,
la valentía del amor al enemigo,
el imperativo de "no juzgar",
te pedimos que borres tus reclamaciones de nuestro libro,
como haremos nosotros con las nuestras.
Así conseguiremos un libro blanco y limpio,
dispuesto para los mensajes de alegría,
de bondad, de fraternidad, de amor.
Haznos sentir el perdón
como un tesoro recibido de ti
y generador de convivencia pacifica,
hasta tal punto
que no necesitemos volver a reclamar,
porque todos los rencores
quedarán ahogados.
Tú, que nos conoces por dentro
y que podrías llenar mil páginas
con los fallos de nuestra biografía personal,
pero prefieres la indulgencia,
haznos capaces de imitarte
en nuestras relaciones difíciles con el prójimo.
Te lo pedimos por Jesucristo,
tu hijo y Señor nuestro. Amen.
Qué bien está quitar la mota del ojo del prójimo si antes nos dejamos
quitar la viga del nuestro. A veces parecemos estar muy dispuestos a
ayudar a los demás, llenos de buena intención, olvidando que también
nosotros necesitamos ayuda, conversión y curación. Amar y ser amados,
curar y ser curados... Esta es nuestra vocación.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 22 de junio de 2025
Domingo, 22 de junio de 2025. Cuerpo y Sangre de Cristo
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 9, 11b‑17
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle:
—«Despide
a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar
alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.»
Él les contestó:
—«Dadles vosotros de comer.»
Ellos replicaron:
—«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.»
Porque eran unos cinco mil hombres.
Jesús dijo a sus discípulos:
—«Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.»
Lo hicieron así, y todos se echaron.
Él,
tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo,
pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los
discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se
saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Hoy es la Solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Hoy es la fiesta de la Eucaristía.
Buen
día para agradecer de corazón al Señor el regalo de la comunidad
cristiana reunida para celebrar cada domingo la fe, para mostrar a Dios
nuestra gratitud por el regalo de su Palabra, para alabar a Jesucristo
que quiere saciar nuestra hambre y nuestra sed con los mejores manjares:
su propio Cuerpo y su misma sangre.
Buen día para revisar
nuestra participación en la Eucaristía, y para pedir perdón por todo
aquello que nos impide disfrutarla de verdad: la rutina, la desgana, la
falta de preparación, la prisa ...
Buen día para pensar cómo
vivimos la Eucaristía cuando no estamos en la Iglesia. ¿Somos mujeres y
hombre de comunión? ¿Escuchamos a Dios en las personas? Ofrecemos al
Señor los cinco panes y los dos peces de nuestro tiempo, nuestros
saberes, de nuestra vida para que Él pueda multiplicarlos en bien del
mundo?
Y recuerda que el Señor te espera no sólo en la Eucaristía
de cada domingo o de cada día. Él está presente de una forma especial
en el Sagrario de cada Iglesia.
Estaré con vosotros todos los días.
A cualquier hora y en cualquier lugar.
Siempre. Es mi palabra y mi promesa.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Seré vuestro camino de vida,
la luz que alumbre vuestras noches y días,
el agua que os refresque en vuestras fatigas,
la puerta que os dé entrada y acogida,
la raíz vitalizadora de todas vuestras empresas,
el amigo y guía que siempre os hará compañía...
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Pero también seré, y que no os pille de sorpresa,
el fuego que acrisola vuestro ser y pertenencias,
el viento que os empuja siempre fuera,
la verdad que rompe todos vuestros esquemas,
el ladrón que os adelgaza y aligera
y el Señor que os quiere en la tierra.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Y esta es la fórmula de mi definitiva alianza
con vosotros y la Humanidad entera:
vosotros seréis mi cuerpo visible
y mi sangre que da vida;
y yo seré el pan que os alimenta
y el vino que os alegra e ilusiona.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Yo alimentaré vuestro cuerpo
y vuestra esperanza desestimada.
Yo mantendré vuestra llama y amor
y os haré fuertes contra el dolor.
Yo os invito a crecer y madurar
hasta llegar a la sazón.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Vosotros elevaréis, allí donde viváis,
el signo de un Dios comprometido con todos,
siendo pan hecho carne,
vino convertido en sangre,
palabra corporal y verdadera
y encarnación en nuestra historia.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
¡Misterio de intimidad humana y divina!
Vosotros seréis, en adelante, mi pascua,
mi presencia tierna y salvadora,
mi encarnación en la tierra,
la buena noticia que todos anhelan,
la primicia de lo que os espera.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Mis brazos para estrechar soledades,
mi boca para clamar contra seculares injusticias
que se clavan en la carne de los más débiles,
mis pies para salir tras los perdidos y olvidados,
mi corazón para latir al unísono
con todos los corazones que desfallecen.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Estaré con vosotros todos los días.
A cualquier hora y en cualquier lugar.
Siempre. Es mi palabra y mi promesa-.
Es tu palabra y tu promesa, Señor
Florentino Ulibarri
Si quieres, puedes rezar con alguno de estos poemas de José María Fernández Nieto:
Este es el tiempo del Amor, la hora
en que se da el Señor en Pan y en Vino
para poder andar este camino
que va desde la Cruz hasta la Aurora.
Dios, Panadero y Pan, ayer y ahora,
Vendimiador y Viña y Catavino.
Divinidad de Amor, Dios Uno y Trino
tendiéndonos su mano salvadora.
Que se nos dá en bebida y alimento,
que se derrama enamoradamente
en cada corazón y en cada vida.
Dios que se nos entrega en testamento,
que se nos sigue dando eternamente
y que a ser para siempre nos convida.
-----------
A cambio de la pena de no verte
me das, Señor, el júbilo de amarte
que si ayuno de amor por contemplarte
puedo saciar mis ansias de comerte.
Oh, Señor de la vida y de la muerte,
tanto es tu Amor que necesitas darte
enteramente todo en cada parte
cuando el pan en tu Cuerpo se convierte.
Tu Amor es como un mar que no se agota,
como un vino que nunca se termina
o una fuente que mana y que no cesa.
Un mar que cabe entero en una gota,
un sol donado en ósculo de harina,
Dios en vino y en pan sobre una mesa.
-----------
Señor, cuánto agradezco que me digas
lo que me dices sin decir, callado,
derramando tu Amor sacramentado
como el sol se derrama en las espigas.
Qué júbilo, Señor, que me bendigas
como la lluvia que bendice al prado
y que de rosas hayas enjambrado
mi corazón de cardos y de ortigas.
Señor, cuánto agradezco que me ames
como si fuera yo el único amado
y Tú el único Amor que hay en mi vida.
Que en vino generoso te derrames,
que te me des en pan recién cortado,
que me ames tan sin peso y sin medida.
-----------
También María está, se la presiente
pudorosa como una primavera.
Se la nota en el gesto, en la manera
de Jesús al partir el pan reciente.
Junto al Amor, junto a la Cruz, valiente,
en pié, rota por dentro pero entera,
Madre Consoladora y enfermera,
que ante el dolor ¡qué pronto se la siente!
Que sabiéndole harina de su harina,
Pan de su pan y Amor de sus amores,
María siempre está junto al Sagrario.
Porque es la luz que todo lo ilumina,
el bálsamo de todos los dolores,
la Madre que reparte el pan diario.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 21 de junio de 2025
Sábado, 21 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede estar al servicio de dos amos.
Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo.
No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir.
¿No
vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a
los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo,
vuestro Padre celestial los alimenta.
¿No valéis vosotros más que
ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora
al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo
crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan.
Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos.
Pues
si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno,
Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe?
No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con
qué os vais a vestir.
Los paganos se afanan por esas cosas.
Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura.
Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio.
A cada día le bastan sus disgustos.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
No podéis servir a dos amos. ¿En quién ponemos nuestra confianza, en
Dios o en el dinero y en las cosas que podemos comprar con dinero? ¿A
quién o a qué dedicamos nuestra vida, nuestro tiempo? Necesitamos el
dinero para vivir, pero sería absurdo vivir para tener dinero.
"Perdona Señor mi apego desmedido al dinero"
"Ayúdame a amarte a ti sobre todas las cosas".
Trata de responder a las preguntas que hace Jesús en el Evangelio.
Sé que la vida vale más que el alimento
aunque éste tenga lábel y sea exquisito;
y que el vestido, a pesar de modas y modistos,
es sólo complemento de nuestro cuerpo.
Sé que los lirios del campo no hilan
y son hermosos y dignos de elogio;
y que la hierba, aun siendo tanta y tan barata,
tiene un color que enamora y descansa.
Sé que los pájaros ni siembran ni siegan
ni almacenan en las estaciones buenas,
y, sin embargo, no les falta el alimento
ni otras muchas cosas para sus cantos y fiestas.
Sé que Salomón fue un hito de grandeza.
y que otros reyes y señores siguen sus pasos,
pero ninguno gana en colorido y belleza
a las flores que surgen en praderas y campos.
Sé que para ti soy valiosa y única
pues llevo tu aliento y seña en mis entrañas,
pero no comprendo tus consejos evangélicos
y termino rota y volviendo cada día a tu fragua.
Sé que por mucho que me preocupe
no logro añadir un palmo a mi estatura
ni una hora al tiempo de mi vida,
y sigo tropezando en la misma piedra.
Sé que nadie puede estar al servicio de dos amos
que tocan y quieren corazones verdaderos,
por eso nos inventamos el divorcio
y los compromisos no duraderos
Sé que en toda historia, al final, pugnas
Tú con el dinero, y no puede haber acuerdo,
pues ambos tenéis intereses opuestos
y queréis corazones enteros.
Sé que no hay que preocuparse por el mañana,
pues a cada día le basta su propio afán.
Sé que Tú eres el sereno de mis noches y días,
Y a pesar de todo no logro dormir tranquilo.
Yo, que deseo y busco lo esencial,
a veces me siento desorientado y perdido
en este mundo en el que vivo
y que solo me ofrece señales de ello.
Por eso, a pesar del consejo evangélico,
me preocupo, agobio y no duermo,
y sólo descanso y me entrego a tus brazos
cuando me has vencido y pones en tu regazo.
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 20 de junio de 2025
Viernes, 20 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 6, 19-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
No amontonéis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los
roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban.
Amontonad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los roen, ni ladrones que abran boquetes y roben.
Porque donde está tu tesoro, allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo.
Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras.
Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Parece que esta generación da la espalda a la fe, da la espalda al amor
de Dios, parece que prefiere otras cartas: la carta del dinero, la carta
del placer por encima de todo, la carta de la comodidad, la carta del
acumular. Son cartas mediocres, sin duda, porque cuando la vida saca las
cartas del sufrimiento, la carta de la muerte, la carta de la tristeza y
el sinsentido ¿de qué sirve el dinero, la comodidad, el placer y el
egoísmo? No sirven de nada. Si sólo tenemos estas cartas, tarde o
temprano, perderemos la partida. Contra la carta de la muerte y del
sufrimiento, sólo puede vencer el as del amor y el comodín de la fe. No
amontonéis tesoros en la tierra.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Los tesoros que tanto deseo
y tan vivamente me atraen
haciéndome soñar con ricos presentes,
no están en el pasado,
digan lo que digan doctores sabios
y épicos poetas con sus cantos.
Están en el futuro esperado
y hay que buscarlos y encontrarlos
para no morir de sed y empobrecidos
en estos lugares y tiempos
que juegan a despistarnos
con sus rebajas y ofertas.
A veces están escondidos,
como las perlas, en campos de otros,
y otras nos sorprenden
por su manifiesta cercanía.
Pero no se gastan ni apolillan
pues surgen de tus entrañas vivas.
Los tesoros que tanto deseo
y tan tercamente me atraen
tienen siempre sintonía
con la voz de los profetas,
los pasos de los romeros
y los sueños de tus preferidos.
Por eso ando en su búsqueda,
sin tregua, desde la madrugada
hasta la noche bien entrada;
a veces con velas vacilantes,
otras con candil o linterna,
siempre con el corazón en ascuas.
Los tesoros que tanto quiero
y con tanta pasión me enamoran,
ni se compran ni se venden
ni pertenecen a mis posesiones,
pero me ofrecen gratis tu riqueza
y hacen que mi corazón repose.
Florentino Ulibarri
-----------------------
Cuando te has olvidado de ti mismo,
cuando te has agotado en el servicio a los últimos,
cuando has vencido la tentación de cualquier apego,
cuando has aceptado el sufrimiento como compañero,
cuando has sabido perder,
cuando ya no pretendes ganar,
cuando has compartido lo que tú necesitabas,
cuando te has arriesgado por el pobre,
cuando has enjugado las lágrimas del inocente,
cuando has rescatado a alguien de su infierno,
cuando te has introducido en el corazón del mundo,
cuando has puesto tu voluntad en las manos de Dios,
cuando te has purificado de tu orgullo,
cuando te has vaciado de tanto acopio superfluo,
cuando te sientes herido...
brilla en ti, gratis, la luz de Dios,
sientes su presencia irradiando frescura primaveral,
y su perfume te envuelve y reanima.
Ya no necesitas otros tesoros.
Dios te acompaña,
te habla,
te protege.
Te sientes esponjado en un mar de dicha...
Es el mejor tesoro,
que se te ofrece gratis,
para que disfrutes ya lo presente,
para que lo compartas con tus hermanos;
y camines firme
y sin temor.
Adaptación de una plegaria de Florentino Ulibarri
¿Cómo es nuestra mirada? ¿En qué nos fijamos más? ¿Detrás de qué se nos van los ojos? La lámpara del cuerpo es el ojo.
“Señor, dame una mirada limpia”
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 19 de junio de 2025
Jueves, 19 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuando recéis no uséis
muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho
les harán caso.
No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.
Vosotros rezad así: Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre,
venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos
hoy el pan nuestro, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos
perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del maligno.
Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros.
Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En la oración, no son necesarias muchas palabras. Dios sabe lo que necesitamos…
No puedo abrumarte
con tercos argumentos
ni con obsesivas oraciones,
para que me concedas
salud para servirte,
vida larga para hacer más cosas,
honra para encontrar
las puertas abiertas,
abundantes recursos
para ser más eficiente.
No puedo pedir tampoco
sufrimientos
presumiendo de mis fuerzas,
como si tú necesitases
una cuota de dolor
para concedernos
las cosas necesarias.
Yo sólo quiero pedirte
lo que tú siempre me ofreces,
tu amor y tu gracia
que engendran vida,
pero pueden llevar a la muerte
por defender a los asaltados,
que crean salud,
pero pueden llevar a perderla
en el servicio de los débiles,
que nos hacen amables,
pero pueden provocar
descalificación social
por no amoldarnos a las leyes,
que fructifican la tierra
con todos los bienes necesarios,
pero pueden dejarnos sin nada
por hacernos hermanos
de los echados de tu mundo.
Yo sólo quiero pedirte
tu amor y tu gracia.
Que los acoja en mí
como la última verdad
y que mi corazón diga:
«Me basta». [EE. EE. 234]
Pocas explicaciones necesita el Padre nuestro. Te proponemos que los
reces despacio una vez y después te centres en aquellas palabras en las
que hayas encontrado consuelo, o sentido una llamada, o te hayan
provocado alguna resistencia interior.
Si quieres, puedes leer el Padrenuestro de Dios, compuesto por José Luis Martín Descalzo:
"Hijo mío, que estás en la tierra, preocupado, solitario, tentado.
Yo conozco perfectamente tu nombre y lo pronuncio como santificándolo, porque te amo.
No, no estás solo, sino habitado por Mí, y juntos construimos este Reino del que tú vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que tú seas feliz, ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.
Cuenta siempre conmigo y tendrás el pan para hoy, no te preocupes, sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.
Sabes
que perdono todas tus ofensas antes incluso de que las cometas, por eso
te pido que hagas lo mismo con los que a ti te ofenden.
Para que nunca caigas en la tentación tómate fuertemente de mi mano y yo te libraré del mal pobre y querido hijo mío."
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 18 de junio de 2025
Miércoles, 18 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidad de no practicar
vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo
contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por
delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles,
con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han
recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo
que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que
ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar
de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los
vea la gente.
Os aseguro que ya han recibido su paga.
Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a
tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido,
te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan.
Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para
que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo
escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
El Señor nos pide que vayamos afinando cada vez más el comportamiento.
Con el comportamiento se afinará también el corazón. No se trata
solamente de hacer el bien y evitar el mal, se trata de hacer el bien
(el ayuno, la limosna y la oración) de forma discreta, sin buscar ser
vistos, reconocidos, aplaudidos...
Si no luchamos contra la búsqueda del reconocimiento, acabaremos siendo
esclavos del aplauso y haremos solamente aquello que nos reporte algún
tipo de beneficio, nuestro amor ira perdiendo los quilates de la
gratuidad ... y al fin, no dejaremos sitio en el corazón para Dios.
En cambio, si vamos educándonos en la escuela de la gratuidad, si no
sabe la mano izquierda lo que hace la derecha, la oración y las
relaciones con las personas crecerán en calidad. Disfrutaremos de una
felicidad más honda, menos pasajera, más cristiana.
Conviértete de corazón
y no te preocupes tanto por la fachada;
Jesús te conoce de sobra, mejor que tú.
Ubícate bien en la vida,
acude al desierto y no te des a la fuga;
que el evangelio sea tu GPS y guía.
Ayuna como a Dios le gusta:
levántate todos los días con hambre de justicia
y acuéstate con hambre de Dios y de vida.
Reza cerrando las puertas a la desidia,
a los ruidos, cumplimientos y prisas,
y ábrelas a Dios para que se instale como quiera.
Escucha la melodía del Padre que nos enamora
a través de las ondas de la creación entera;
pon tu corazón en sintonía todos los días.
Sana tu cuerpo y espíritu, en este tiempo,
con la brisa, el agua, la cruz y el servicio;
déjate curar por quien ama a los heridos.
Mira a tu alrededor y no andes perdido;
discierne los signos de los tiempos.
y acércate a los que están solos y perdidos.
Sube a las cumbres que te desafían,
baja a los abismos que dan vértigo
y anda erguido por los caminos de la historia.
Ama sin murallas y sin remilgos:
así entenderás al Dios de la vida
y llegarás lista a la pascua florida..
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 17 de junio de 2025
Martes, 17 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.
Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los
que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian.
Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir
su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo
mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestro hermano, ¿qué
hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por
tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
El Evangelio de hoy es tan fácil de entender como difícil de vivir. Pero
es posible hacerlo realidad si lo pedimos insistentemente en la oración
y nos empeñamos cada día en cumplirlo.
Pedimos perdón por nuestros pecados contra el amor y la paz.
Damos gracias a Dios por su amor gratuito y fiel,
porque nos ama cuando incluso cuando nos alejamos de Él,
cuando hacemos daño a sus hijos, nuestros hermanos,
porque perdona a los que lo están matando
calienta con el sol de su amor a malos y buenos
y manda la lluvia de su misericordia sobre justos e injustos
Damos gracias por el don de su Espíritu, Espíritu de amor,
y por todas las personas pacíficas y pacificadoras.
Nos empeñamos en apropiarnos de todo
y nos quedamos solo con la frustración.
Queremos programar cada instante
pero la vida se nos escapa de las manos.
Nos gustaría conocerlo todo
y nos descubrimos los más ignorantes.
Soñamos con triunfar en cada proyecto
pero el fracaso nos devuelve a nuestro sitio.
Lo tuyo es dar, darte, sin calcular.
Lo nuestro es recibir, acoger, sin preguntar.
Sólo me conozco al mirarme en Ti.
Eres el manantial del que todo brota,
donde veo la primera luz y empiezo a correr.
Eres el mar, donde todo acaba
hacia allá me dirijo, en Ti quiero descansar.
Javier Montes, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 16 de junio de 2025
Lunes, 16 de junio de 2025
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 5, 38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Sabéis que está mandado: «Ojo por ojo, diente por diente».
Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia.
Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la
otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también
la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a
quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehuyas.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús sabe que a la violencia sólo se le puede ganar a fuerza de amor,
al egoísmo con el poder de la generosidad, y al odio a base de perdón.
Este es el camino que Jesús nos presenta en su Evangelio.
“Perdona y cura la violencia, el egoísmo y el odio de mi corazón.
Gracias por presentarme tu otra mejilla,
por darme no sólo la túnica, sino tu propia vida,,
por acompañarme, aún cuando quiero caminar solo,
por darme, aún antes de pedirte nada,
por no rehuirme y hacerte una y mil veces el encontradizo.
Enséñame a ser como Tú, Señor”
Poner la otra mejilla es
- amar al que no te corresponde,
- trabajar por los demás a cambio de rechazos
- ofrecer la amistad a quien te odia
- seguir intentándolo cuando un proyecto sale mal
Poner la mejilla es un don de Dios que tenemos que pedir y una tarea en la que debemos empeñarnos cada día.
¿A quiénes, en qué momentos debo poner la otra mejilla? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Elige amar en vez de odiar,
crear en vez de destruir,
perseverar en vez de claudicar,
alabar en vez de criticar,
curar en vez de herir,
reconciliar en vez de pelear,
enseñar en vez de esconder,
compartir en vez de robar,
actuar en vez de aplazar,
crecer en vez de conservar,
comprender en vez de juzgar,
unir en vez de separar,
alumbrar en vez de esconder,
bendecir en vez de blasfemar,
compartir en vez de almacenar,
sembrar en vez de cosechar...
y en vez de morir vivirás.
Y sabrás por qué mi palabra es palabra de vida
y mi evangelio buena noticia;
por qué de nada sirve, aunque se estile,
echar a vestido viejo remiendo de paño nuevo
y vino nuevo en odres viejos.
Deja ya de soñar en rebajas,
en normas y en trampas legales,
y no intentes comprar el reino de mi Padre.
No te arrastres bajo el peso de la ley;
corre libremente impulsado por el amor.
Y, en vez de morir, ¡vive!
¡Empieza a ser cristiano!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 15 de junio de 2025
Domingo, 15 de junio de 2025. Santísima Trinidad
Santísima Trinidad
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 16, 12‑15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Muchas
cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora;
cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad
plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os
comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mi lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.»
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús es el Hijo de Dios, el Hijo que se ha hecho humano para manifestarnos el amor del Padre y la fuerza del Espíritu Santo.
“Gracias Jesús por revelarnos el corazón amoroso del Padre,
gracias porque Tú nos has mostrado el camino de la vida,
gracias por ofrecerlos tu misma fuerza, tu mismo Espíritu”
Jesús
nos ha descubierto que Dios no es en sí mismo un ser solitario,
individualista... Dios es familia, es comunidad, es Trinidad.
“Perdona y cura nuestras actitudes individualistas, egoístas”
“Ayúdanos a aportar lo mejor de nosotros mismos
en nuestra familia, en la parroquia, en la sociedad”
Aunque
nunca podremos entender del todo cómo es Dios, sabemos que en la
Trinidad las tres personas son distintas, pero tienen la misma dignidad.
Son tres personas tan unidas, tan compenetradas, que son un único Dios.
“Señor, enséñanos a respetar el modo de ser de cada uno,
a tratar a todas las personas conforme a su dignidad
y a trabajar por la unidad, por la paz, allá donde vivamos”
La
Trinidad es una comunidad abierta. En esta comunidad todos cabemos. Es
más: el Padre ha enviado a su Hijo Jesús y al Espíritu para invitarnos a
compartir el amor, la alegría, la paz, la comunicación del
Dios-Trinidad.
“Gracias Señor por abrirme las puertas de tu corazón”
“Ayuda a la Iglesia y a las familias a permanecer abiertas”
“Danos tu Espíritu para invitar a todos a acercarse a ti”
Dios Padre,
tu querer da la vida
–el espacio, el aire, el cuerpo–
a todo lo creado,
a nosotros también aunque no lo sepamos,
desde el principio de los tiempos,
pasando por nuestros días,
hasta descansar en tu regazo.
Dios Hijo,
en tu palabra bulle la vida
que ayuda y consuela siempre al hermano;
se hace carne para el hambriento
y bebida para el sediento,
santifica y alegra nuestra vida
y es viático en nuestro vagar
hasta descansar en tu regazo.
Dios Espíritu Santo,
tu presencia es la brisa
que empuja la historia,
y a todos nosotros,
hacia la plenitud,
dándonos paz, justicia, verdad y amor;
tu brisa y nuestra historia nos llevan
a buscar la plenitud en tu regazo.
Florentino Ulibarri
------
Ser uno mismo
y estar en los otros.
Vivir en una soledad
poblada.
Forjar vínculos
indestructibles.
Abrazar sin invadir.
Amar sin anular.
Comunicar sin agotar.
Ser uno mismo
Ser nosotros.
Crear mundos,
inspirar sueños,
restañar heridas.
Desplegar la vida
en el tiempo.
hablar en el trueno
y el susurro,
ser batalla sin muertos.
Somos imagen
del Dios de los encuentros.
José María Rodríguez Olaizola, sj
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 14 de junio de 2025
Sábado 14 de junio 2025.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 5, 33-37
En aquel tiempo, dijo, Jesús a sus discípulos: Sabéis que se mandó a los
antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor».
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el
trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por
Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey.
Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo.
A vosotros os basta decir sí o no.
Lo que pasa de ahí viene del Maligno.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús no juró ser fiel a la misión que había recibido y sin embargo la
cumplió con tanta fidelidad que aceptó la muerte en la cruz. María no
juró. Dijo: “Hágase en mi según tu palabra”. Y estas palabras fueron el
resumen de toda su vida.
“Gracias Señor por ser fiel a tu palabra, a tu amor”
“Perdona y cura nuestra inconstancia, nuestra débil voluntad”
Jesús no quiere que hagamos juramentos. Es más, nos dice que son cosa
del maligno. Pero pide que en nuestras palabras y en nuestra vida reine
la verdad. Somos débiles para mantener en secreto una confidencia, para
mantener la palabra dada, un compromiso ...
“Perdona Señor mi falta de palabra”
“Dame fuerza para mantener nuestros compromisos”
“Gracias por las personas que se esfuerzan por vivir en la verdad”
Señor, hazme buscador incansable de la verdad,
que no me conforme con mis verdades,
que me abra a las verdades de los hermanos
y a la Verdad con mayúscula que Tú me ofreces;
que cada día descubra quién eres Tú,
quién soy yo para ti y para el mundo.
Que no me deje engañar por la propaganda interesada,
al servicio de los más poderosos.
Que abra los ojos a la realidad del mundo,
con sus luces, sus sombras y sus esperanzas.
Señor, hazme servidor y testigo de la verdad;
que hable con sinceridad, pero sin dogmatismos,
que hable con convicción, pero sin vanidad.
que hable con sencillez, pero sin demagogia.
Que no hable como los fanáticos que tratan de imponer su verdad;
tampoco como los funcionarios que la defienden por obligación aunque no crean en ella.
Que nunca utilice la verdad para atacar a los demás
y sepa defenderla para el bien de los pobres.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 13 de junio de 2025
Viernes 13 de junio 2025.San Antonio de Padua
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 5, 27-32
Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio.» Pues yo os digo: el
que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en
su interior.
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el Abismo.
Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al Abismo.
Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio.»
Pues yo os digo: el que se divorcie de su mujer—excepto en caso de
prostitución—la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada
comete adulterio.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús nos invita evitar ocasiones de peligro, a purificar todas las
impurezas internas y externas, más graves y más leves. Todo pecado nos
aparta de Dios, nos rompe por dentro, nos separa de los hermanos,
retrasa la plena manifestación del Reino de Dios. No podemos perder el
“respeto” al pecado. Si minusvaloramos sus efectos, nos vence. No
olvidemos que el pecado sabe camuflarse en apariencias de bondad.
¿Cuáles son los pecados que más suelo cometer? ¿Qué ocasiones me llevan a
pecar? ¿Qué tendría que quitar de mi vida para llevar una vida más
conforme a la voluntad de Dios?
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor, enséñame tus caminos
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porqué tú eres mi Dios y mi Salvador,
y todo el día estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acúerdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.
El Señor es bueno y recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
Tengo los ojos puestos en el Señor,
porque él saca mis pies del peligro.
Gloria al Padre.....
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 12 de junio de 2025
Jueves 12 de Junio 2025.
Señor Jesucristo,sumo y eterno sacerdote.
1. Abro el corazón a Dios.
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
Juan 17,1-2.9.14-26
Así habló Jesús y, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que le has dado.Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos.Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».
3. Reflexiono y rezo. Respondo.