Lunes de la 17ª semana de tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 13, 31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: "El Reino 
de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su 
huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más 
alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas,
 y vienen los pájaros a anidar en sus ramas".
Les dijo otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a la levadura;
 una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo 
fermente". Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin 
parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: 
"Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la 
fundación del mundo".
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Mucha gente cree que para cambiar el mundo se necesita dinero y poder. 
Jesús nos presenta otro camino en este evangelio, un camino más humilde,
 pero a la larga más eficaz:
- Jesús confía en los pequeños compromisos, en los pequeños gestos para que el mundo cambie.
- Tenemos que sembrar el campo del mundo, de la familia, de la Iglesia, 
de la economía, del mundo laboral... sin olvidar el campo de nuestro 
corazón
- Pero no se puede sembrar cualquier semilla, no se puede echar 
cualquier sustancia en la masa. Nuestra semilla es el Evangelio, nuestra
 levadura es el amor.
- Hay que tener paciencia. Hay que esperar. La pequeña semilla de 
mostaza no se convierte en un gran arbusto en un día. La levadura no 
fermenta la masa en un minuto.
¿Qué puedes semillas siembras o podrías sembrar en los ambientes en los 
que se desarrolla tu vida? ¿Qué te dice Dios ¿Qué le dices?
Señor, tengo entre mis dedos un grano de mostaza
Es pequeño, como una cabeza de alfiler. Parece insignificante.
Si se hubiese perdido,
nadie habría hecho problema.
nadie se habría enterado.
Es pequeño. Parece insignificante.
Descubierto en el suelo,
es más fácil pisarlo que admirarse,
más fácil despreciarlo
que recogerlo como un pequeño tesoro.
Es pequeño. Parece insignificante.
Aquí está, en mi mano. Solo.
Sin embargo, bajo su piel tostada
encierra un secreto de vida.
En él hay un gran árbol dormido,
en el que las aves podrán anidar
y cuidar a sus polluelos.
Si cada uno sembramos nuestro grano,
junto al del hermano…
tendremos muchos árboles,
un gran bosque que acogerá a una multitud de animales.
Señor,
¿Y si este grano fuera el último que queda en el planeta,
y yo el único responsable de cuidarlo?
¿Y si éste fuese el último grano de mostaza que yo podré sembrar?
¿Qué voy a hacer con este grano?
¿Qué esperas de mí, Señor? ¡Di!
¿Lo encerraré en la urna de un empolvado museo,
etiquetado con su nombre científico?
¿Lo ofreceré como alimento a un pájaro o a una hormiga?
¿Lo enterraré, mientras mi corazón reza por su futuro?
¿Lo sembraré?
Sí. Lo importante es sembrar.
Y confiar en la tierra que lo acoge
y en Ti, Señor, que lo harás crecer.
Sin que yo sepa cómo,
tu fuerza lo convertirá en un árbol precioso.
Señor, el grano de mostaza que acojo en el cuenco de mi mano
es mi sonrisa, mi tiempo, mi trabajo, mi alegría, mi fe, mi vida, mi amor.
Señor, dame generosidad para sembrar, para sembrarme.
Dame paciencia, confianza y fe, para esperar los mejores frutos. Amén.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 31 de julio de 2023
Lunes, 31 de julio de 2023
domingo, 30 de julio de 2023
Domingo, 30 de julio de 2023
Domingo de la 17ª semana de tiempo ordinario A
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San  Mateo 13, 44‑52
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el 
que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender
 todo lo que tiene y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas 
finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que 
tiene y la compra.
El Reino de los Cielos se parece también a la red que echan en el mar y 
recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla,
 se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a 
los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el 
llanto y el rechinar de dientes.
—¿Entendéis bien todo esto?
Ellos le contestaron:
—Sí.
El les dijo:
—Ya veis, un letrado que entiende del Reino de los Cielos es como un 
padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En la vida tenemos dos opciones fundamentales:
- Buscar el tesoro escondido, vender todo lo que tenemos y comprar el tesoro... y ser felices (buenos peces)
- Vivir la vida sin inquietudes, no luchar por nada, no renunciar a nada... y ser unos desgraciados (malos peces)
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor,
dame un corazón lleno de sabiduría,
como el corazón de María,
que sepa elegir la justicia y la bondad;
un corazón enamorado,
como el corazón de María,
que te ame a ti con toda el alma;
un corazón generoso,
como el corazón de María,
que sepa renunciar a todo,
para tenerte y disfrutarte a Ti.
Haz que valore cada vez más
la riqueza incalculable de tu amor,
un amor fiel, siempre a nuestro lado,
un amor que no se detiene ante nuestros pecados,
un amor más fuerte que la muerte,
un amor que nadie como tu Madre conoce.
Señor, que descubra que
sólo desde un corazón desprendido
llegaré a poner mi confianza en ti,
como la puso tu Madre.
Haz, al fin, Señor, que
al igual que María,
Tú seas mi única riqueza,
mi único tesoro; mi única savia,
mi única vida; mi sustento y alimento;
mi bien y mi alegría. Amén
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 29 de julio de 2023
Sábado, 29 de julio de 2023
 Santa Marta
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 11,19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para 
darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba 
Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa.
Y dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto 
mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo 
concederá."
Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará."
Marta respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día."
Jesús le dice: "Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, 
aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá 
para siempre. ¿Crees esto?"
Ella le contestó: "Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo."
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Marta está rota por el dolor. La muerte de su hermano Lázaro le pesaba 
como una losa. Pero cuando se entera de que Jesús está llegando, sale 
para acogerlo.
En sus primeras palabras se mezclan la fe y el reproche: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”.
Señor:
demasiados interrogantes,
dudas y oscuridades;
a veces, demasiados golpes,
heridas y fracasos,
como para no protestar
y plantearte pleito.
Me enfado y quejo,
te reprocho, te increpo
y levanto la voz,
te acuso de ambiguo y tramposo
y me enfrento a ti sin autocensura,
mantengo el pleito.
Y Tú, no te incomodas
ni te impacientas,
ni rompes los lazos de seducción y amor
que un día forjaste;
toleras nuestras impertinencias
aunque se repitan.
Pero no sé si te ríes
o eres todo misericordia
rompiendo nuestros esquemas.
Quizá te agrade nuestra libertad,
frescura y rebeldía,
y temas más el silencio
y la incomunicación de tus hijos
que nuestros cuestionamientos
y salidas de tono.
Sabes que este pulso sucede,
aunque no lo parezca,
en nuestro huerto y bodega;
y que es reflejo de nuestra trayectoria vital
que se asemeja a un arco de tiro
que, al tensarse, une los dos extremos
con los que juega y se manifiesta.
Cuanto más nos tensamos,
más juntos están en nosotros
la rebeldía y la confianza,
la protesta y la obediencia,
el grito y el abrazo,
el no y el amén;
y más veloz sale la flecha
con los anhelos más cálidos y vivos,
dejando las cañadas oscuras,
hacia la tierra prometida
y el regazo de quien le da acogida.
Y después de tantas quejas y protestas,
o en medio de ellas,
la única respuesta que descubrimos
está ya tatuada en la historia
y en la Buena Noticia:
Si tenéis fe,
¡cómo no voy a hacer justicia!
Florentino Ulibarri
En la conversación con Jesús, la fe va ganado la partida al reproche 
hasta que desaparece el reproche y brilla con toda su fuerza la fe: “Sé 
que resucitará en la resurrección del último día ... Señor, yo creo que 
Tú eres el Mesías que tenía que venir.”
A veces, cuando sufrimos no queremos saber nada de Dios. Sin embargo, 
María nos enseña a acercarnos a Dios, aunque sea para quejarnos. Tenemos
 que dar la oportunidad a Dios para que poco a poco transforme nuestro 
dolor en una fe más recia.
¿Qué te dice Dios? ¿qué le dices?
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
viernes, 28 de julio de 2023
Viernes, 28 de julio de 2023
 Viernes de la 16ª semana de tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San  Mateo 13, 18-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y 
roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del 
camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta
 en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en 
cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los 
afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda 
estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra
 y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta 
por uno."
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
¿En qué grupo nos situamos nosotros? Seguramente que en todos un poco, aunque quizá nos identifiquemos más con alguno:
- ¿Se ha endurecido nuestro corazón como un camino, de tal manera que no podemos ni siquiera acoger la palabra de Dios?
- ¿Somos de los que empezamos con alegría muchos proyectos y no acabamos ninguno?
- ¿Qué domina más en nuestra vida real, el amor a Jesucristo o los afanes de este mundo?
- Seguro que también estamos dando frutos. Es necesario reconocerlo para dar gracias a Dios y para animar la esperanza.
Después de hacer tu radiografía personal, piensa delante de Dios:
- cómo puede roturar tus zonas más duras y cerradas,
- que significa para ti quitar piedras y zarzas.
¿Qué te dice Dios?
Sois semillas del Reino
plantadas en la historia.
Sois buenas
y tiernas,
llenas de vida.
Os tengo en mi mano,
os acuno y quiero,
y por eso os lanzo al mundo:
¡Perdeos!
No tengáis miedo
a tormentas ni sequías,
a pisadas ni espinos.
Bebed de los pobres
y empapaos de mi rocío.
Fecundaos,
reventad,
no os quedéis enterradas.
Floreced
y dad fruto.
Dejaos mecer por el viento.
Que todo viajero
que ande por sendas y caminos,
buscando o perdido,
al veros,
sienta un vuelco
y pueda amaros.
¡Sois semillas de mi Reino!
¡Somos semillas de tu Reino!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 27 de julio de 2023
Jueves, 27 de julio de 2023
 Jueves de la 16ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: 
¿Por qué les hablas en parábolas? El les contestó: A vosotros se os ha 
concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no.
Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene.
Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender.
Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: «Oiréis con los oídos 
sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el 
corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no
 ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni 
convertirse para que yo los cure».
Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen.
Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Damos gracias a Dios porque se nos ha concedido el don de escuchar y 
comprender poco a poco la Palabra de Dios. No tenemos más méritos que 
otros. La fe es un don.
Este don no supone para nosotros un privilegio, sino una 
responsabilidad. El don que hemos recibido no ha de servir sólo para 
nuestro enriquecimiento personal. Hemos sido agraciados para que la 
Gracia llegue a otros; hemos sido amados, para que el Amor llegue a 
otros; hemos sido ungidos, fortalecidos, para que el Espíritu fortalezca
 a otros.
Pedimos al Señor que nos abra el entendimiento para comprenderle, para 
acoger su palabra y su amor, como a los discípulos camino de Emaús:
Quédate, Señor, que se hace ya tarde,
que el camino es largo y el cansancio grande.
Quédate a decirnos tus vivas palabras
que aquietan la mente y encienden el alma.
Mantén en ascuas nuestro corazón torpe,
disipa nuestras dudas y temores.
Míranos con tus ojos de luz y vida,
devuélvenos la ilusión perdida.
Lava las heridas de estos pies cansados;
despiértanos vida con gestos humanos.
Quédate y límpianos rostro y entrañas;
quema esta tristeza, danos esperanza.
Quédate, Señor, comparte nuestras viandas
y muéstranos, paciente, tus enseñanzas.
Pártenos el pan de tu compañía;
ábrenos los ojos de la fe dormida.
De tus palabras cuelga lo que buscamos,
lo hemos visto caminando a tu lado.
Quédate y renueva valores y sueños;
danos tu alegría y tu paz de nuevo.
Condúcenos siempre al mundo, a la vida,
para ver tu rostro en rostros cada día.
Quédate, Señor, que se hace ya tarde,
que el camino es largo y el cansancio grande.
Florentino Ulibarri.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 26 de julio de 2023
Miércoles, 26 de julio de 2023
 Miércoles de la 16ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él 
tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se 
quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: Salió el sembrador a sembrar. Al 
sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo 
comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como 
la tierra no era profunda, brotó de seguida; pero, en cuanto salió el 
sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos que oiga."
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Salió Jesús de su casa, salió de la casa del Padre para encontrarse con 
la humanidad, con nosotros. En la oración, Dios toma siempre la 
iniciativa. Podríamos decir que Dios nos reza, nos llama, antes que 
nosotros le respondamos. La oración es don de Dios.
            “Señor, gracias por acercarte a mí. Gracias por poder orar”
Y la gente acudió. Dios se acerca, pero también nosotros tenemos que 
acercarnos, tenemos que salir de nuestra casa, de nuestras tareas 
cotidianas, incluso de los lugares habituales para encontrarnos con 
Jesús. La oración es tarea nuestra.
            “Señor, perdona y cura nuestra pereza para rezar”
            “Danos fuerza para salir a tu encuentro cada día”
Les hablaba en parábolas, con sencillez, con ejemplos que pudieran 
entender, acomodándose a su forma de ser... También nosotros estamos 
llamados a anunciar el evangelio con un lenguaje apropiado, que pueda 
ser comprendido.
            “Señor danos sabiduría para proclamar el Evangelio”
Siembra,
lo importante es sembrar
-poco, mucho, todo -
el grano de la esperanza.
Siembra tu alegría,
para que resplandezca
a tu alrededor.
Siembra tu energía,
para enfrentar con fortaleza
las batallas de la vida.
Siembra tu coraje,
para alentar el coraje
de los otros.
Siembra tu entusiasmo,
tu fe o tu amor.
Siembra las cosas mínimas,
aquello que parece no contar.
Siembra y ten confianza:
cada grano enriquecerá
un rinconcito de la tierra.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 25 de julio de 2023
Martes, 25 de julio de 2023. Santiago Apóstol.
Santiago Apóstol
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 20,20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó: "¿Qué deseas?"
Ella contestó: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda."
Pero Jesús replicó: "No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?"
Contestaron: "Lo somos."
Él les dijo: "Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi 
izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo 
tiene reservado mi Padre."
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los jefes de los pueblos
 los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre 
vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro 
servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro 
esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, 
sino para servir y dar su vida en rescate por muchos."
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Santiago y su hermano se acercan a Jesús acompañados por su madre, 
buscando honores y privilegios. Sin embargo, el Señor les va cambiando 
el corazón, poco a poco descubren que ser grande y ser servidor es lo 
mismo y que el mayor título de un seguidor es dar la vida como el 
Maestro.
            “Señor, a veces te seguimos buscando sólo ventajas
             cambia nuestro modo de pensar
             y haznos buenos seguidores tuyos.”
           
No sabemos porque se enfadan los otros discípulos. Quizá ellos estén 
buscando lo mismo que los Zebedeos, aunque no se atrevan a expresarlo. 
En todo caso, esa no es la actitud adecuada, el que está equivocado 
necesita comprensión y paciencia. Sólo así podrá cambiar.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Santiago, como todos los apóstoles, es mensajero del Evangelio. Según 
dice la tradición, evangelizó España, en medio de toda clase de 
dificultades. Hoy es un buen día para dar gracias a Dios por el tesoro 
del Evangelio, anunciado por Santiago y por los cristianos que tomaron y
 transmitieron la antorcha de la fe hasta llegar a nosotros, una 
antorcha que tenemos que seguir transmitiendo. Buenos días!!!! En la 
fiesta del apóstol Santiago, compartimos esta oración:
Señor Jesús, Tú me llamas, como llamaste a Santiago, cuando estaba 
en la barca con su padre y su hermano. Y yo quiero responderte como él, 
sin excusas, sin dejarlo para mañana; quiero responder a tus llamadas, a
 las llamadas de la conciencia y de los hermanos, con prontitud, 
inmediatamente.
Señor, tu cercanía, tu amor, tus palabras 
cambiaron radicalmente la vida del Apóstol. Aquel hombre violento, hijo 
del trueno, buscador de grandezas, dispuesto a pedir fuego del cielo 
para consumir una ciudad que no te recibió; no muchos años después, 
cuando llegó el momento de morir martirizado, no se echó atrás y lo dio 
todo. Ayúdanos a estar cerca de ti, a acoger tu Palabra y tu amor, para 
que nuestra vida cambie, como se transforma el barro en manos del 
alfarero.
Señor, Tú hiciste de Santiago un gran evangelizador. 
Con la ayuda de la Virgen, tuvo claro que no se podía guardar para sí el
 tesoro de su fe y la anunció con mucho valor a pesar de dificultades y 
persecuciones, convencido de que cuantos más reciban la gracia, mayor 
será el agradecimiento, para gloria de Dios Padre. Qué nuestras palabras
 y nuestros compromisos, nuestra alegría y nuestra esperanza anuncien a 
todos que Tú, Jesús, eres el Amor que siempre nos acompaña y nos salva y
 el Camino que nos conduce a la Felicidad más grande.         
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.  
lunes, 24 de julio de 2023
Lunes, 24 de julio de 2023
Lunes de la 16ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 12, 38-42
En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: Maestro, queremos ver un signo tuyo."
Él les contestó: -Esta generación perversa y adúltera exige un signo; 
pero no se le dará mas signo que el de Jonás. Tres días y tres noches 
estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches 
estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y 
harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación 
de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará 
que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para 
escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que 
Salomón."
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús esta “harto” de curar toda clase de dolencias y llegan los fariseos y escribas y le piden ver un signo.
A veces pensamos y actuamos de la misma manera. Dios ha hecho mucho por 
nosotros, nos ha salvado de muchos peligros, nos ha resucitado de muchas
 “muertes”. Pero nunca estamos conformes. Nos gustaría ver algo más.
            “Señor gracias por las maravillas que salen de tus manos,
             enséñanos a descubrirlas y a agradecerlas.
             Fortalece nuestra fe en ti”.
Los ninivitas se convirtieron por la palabra de Jonás. Jesús es mucho más que Jonás y nos llama a la conversión
¿Vas descubriendo los caminos de conversión que Jesús te señala? ¿Cómo los sigues? ¿Qué dices a Dios?
Bendito seas, Padre,
por este tiempo tan oportuno,
para la conversión y el encuentro,
que tú concedes gratis
a todos tus hijos e hijas
que andamos desorientados o perdidos
por los caminos de la vida.
Bendito seas, Padre,
porque llamas a cada hombre y mujer,
sea cual sea su historia y vida,
a emprender cada día,
de manera más personal y consciente,
su compromiso de seguir a Jesús,
tu Hijo y nuestro hermano.
Bendito seas, Padre,
por despertamos de nuestros dulces sueños,
tan vaporosos e infecundos,
por interpelarnos en lo radical de la vida,
por liberarnos de nuestras falsas seguridades,
por poner al descubierto nuestros ídolos secretos
que tanto defendemos e intentamos justificar.
Bendito seas, Padre,
porque nos das tu Espíritu,
el único que puede convertimos,
el único que puede atravesar nuestros pensamientos,
el único que puede darnos un corazón de hijos,
el único que puede guiarnos por la senda del Evangelio,
el único que hace posible nuestra vuelta a tu seno.
¡Bendito seas, Padre,
por este tiempo tan propicio!
Florentino Ulibarri
La Reina del Sur fue a Jerusalén desde los confines del mundo para 
escuchar la sabiduría de Salomón. Jesús es mucho más que Salomón.
¿Qué haces y que podrías hacer para conocer y vivir la sabiduría de Jesús? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.  
domingo, 23 de julio de 2023
Domingo, 23 de julio de 2023
 Domingo de la 16ª semana de tiempo ordinario A
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San  Mateo 13, 24‑43
En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la gente:
—El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla 
en su campo; pero, mientras la gente dormía, un enemigo fue y sembró 
cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se 
formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los 
criados a decirle al amo:
—Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?
El les dijo:
—Un enemigo lo ha hecho.
Los criados le preguntaron:
—¿Quieres que vayamos a arrancarla?
Pero él les respondió:
—No, que podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos 
hasta la siega, y cuando llegue la siega diré a los segadores:
—Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.
Les propuso esta otra parábola:
El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra 
en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es 
más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las 
hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.
Les dijo otra parábola:
El Reino de los Cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada.
Así se cumplió el oráculo del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»
Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:
—Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.
El les contestó:
—El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el 
mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los 
partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la 
cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será el fin del 
tiempo: el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su 
Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno 
encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los 
justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga 
oídos, que oiga.
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
El trigo y la cizaña conviven en el mismo campo, en la misma espiga, y a
 veces hasta en el mismo grano. En esta tierra nadie es trigo puro o 
pura cizaña. Por eso, no conviene actuar con precipitación, no sea que 
queriendo arrancar la cizaña, arranquemos también el trigo. Pero no todo
 da lo mismo. Al final la cizaña se quemará y el trigo se recogerá en el
 granero.
Nosotros, cada uno de nosotros somos ese campo en el que Dios siempre la
 semilla y el enemigo la cizaña. El campo nada puede hacer para librarse
 de la cizaña, nosotros, en cambio, podemos acercarnos al sembrador de 
trigo o al de cizaña.
A veces somos cizaña, sembradores de cizaña en nuestros ambientes. Y 
estamos llamados a ser trigo, el trigo que Dios siembra en el campo del 
mundo.
A los discípulos más cercanos les cuesta entender a Jesús. Cuando se van
 a casa preguntan las dudas y Jesús les explica con paciencia.
Es normal que también nosotros tengamos dudas a la hora de entender 
algunas páginas del Evangelio y tenemos que buscar los medios para poder
 aclararlas.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor, en nuestro mundo, en tu Iglesia, en todas las personas, en mí, siembras trigo bueno, semillas de amor, de esperanza, de justicia y de paz. Dame una mirada limpia para reconocer todo lo bueno que ha nacido y crecido en el mundo, en la Iglesia, en cada persona y en mí mismo. Dame un corazón que sepa decir: “gracias”.
Pero, en nuestro mundo, en tu Iglesia, en todas las personas, en mí, también ha crecido la cizaña, semillas de egoísmo, de desilusión, de mentira y violencia. Es más, a veces también soy sembrador de cizaña. Te pido perdón. Te pido luz y fuerza para que sepa cuidar la buena semilla, para no dejar crecer la cizaña.
Señor, gracias por tener paciencia conmigo, porque me das tiempo para que pueda transformar mi corazón en tierra buena, en la que sólo crezca tu trigo. Dame comprensión y paciencia, para no condenar a nadie por la cizaña que ha crecido en él, para que sepa animar y ayudar a quienes quieren ser trigo limpio.
-------------------- 
Esperaré a que crezca el árbol
y me dé sombra.
Pero abonaré la espera con mis hojas secas.
Esperaré a que brote el manantial
y me dé agua.
Pero despejaré mi cauce
de memorias enlodadas.
Esperaré a que apunte
la aurora y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios
Esperaré a que llegue
lo que no sé y me sorprenda
Pero vaciaré mi casa de todo lo enquistado.
Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento se abrirán a la esperanza.
Benjamín González Buelta, sj
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
sábado, 22 de julio de 2023
Sábado, 22 de julio de 2023. Santa María Magdalena.
Santa María Magdalena
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Juan 20,1.11-18
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer,
 cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, 
junto al sepulcro, estaba María, llorando.
Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de 
blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había 
estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: "Mujer, ¿por qué lloras?"
Ella les contesta: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto."
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: "Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: "Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré."
Jesús le dice: "¡María!"
Ella se vuelve y le dice: "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!"
Jesús le dice: "Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a 
mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y 
Dios vuestro."
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "He visto al Señor y ha dicho esto."
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
María Magdalena había sido curada por Jesús. Era una mujer agradecida. 
Amaba a Jesús con toda la fuerza de su corazón. María sigue a Jesús 
cuando es abandonado por casi todos. Lo acompaña cuando Jesús sube al 
Calvario, es testigo de su muerte, está allí cuando es colocado en el 
sepulcro. Y en la mañana del domingo María la encontramos junto al 
sepulcro de Jesús, llorando.
            “Señor, dame un corazón agradecido que sepa amarte”
            “Dame la fuerza de tu Espíritu para acompañarte siempre”
            “También a mí me has curado. Te amo, Señor. Gracias”
María ama, pero no cree que Jesús pueda estar vivo. Su pena y sus 
lágrimas no le dejan ver claro: no se da cuenta de que le hablan dos 
ángeles, confunde al Señor con el hortelano...
Jesús la llama por su nombre: ¡María! Y aquella mujer se vuelve, clava 
su mirada en Jesús, su corazón se estremece y las lágrimas de la pena 
toman el brillo de la alegría: ¡Maestro!
El Señor pronuncia tu nombre. Escúchalo en el silencio del corazón para 
que tu alegría sea como la de María, y seamos, como ella, testigos de su
 resurrección.
            “También a mí me llamas por mi nombre. Te escucho, Señor”
Jesús, María Magdalena no escuchó la voz de quienes le decían: “No tienes arreglo, tus demonios son más fuertes que tú…” No paró hasta que su mirada se cruzó con la tuya. Que nunca me considere una persona desahuciada o sin remedio. 
Jesús, tú expulsaste siete demonios de María Magdalena y, hoy, ahuyentas de mi corazón miedos y desesperanzas, egoísmos y tristezas. Gracias por lo que hiciste con Magdalena y por lo que haces por mí.
Jesús, María Magdalena fue agradecida, te amaba con todo su corazón de mujer y dedicó toda su vida a seguirte y servirte. Que también yo sea agradecido, te ame, te siga con confianza y te sirva con generosidad.
Jesús, Magdalena estuvo siempre a tu lado, en tu pasión, muerte y sepultura. Que también yo esté junto a Ti, en quienes sufren, cuando no te sienta cerca y cuando la fe me traiga más problemas que satisfacciones.
Jesús, tú premiaste la fidelidad de la Magdalena saliendo a su encuentro después de tu resurrección, para convertir su duelo en danzas. Que también yo encuentre en Ti la alegría, la paz y la esperanza.
Jesús, tú confiaste a María Magdalena la misión de anunciar tu resurrección y cuentas conmigo para transmitir tu vida nueva. Dame tu Espíritu, para cumplir esta misión con la alegría y la generosidad de María Magdalena. Amén.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.  
viernes, 21 de julio de 2023
Viernes, 21 de julio de 2023
 Viernes de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 12, 1-8
Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que
 tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los 
fariseos, al verlo, le dijeron: "Mira, tus discípulos están haciendo una
 cosa que no está permitida en sábado". Les replicó: "¿No habéis leído 
lo que hizo David cuando él y sus hombres sintieron hambre. Entró en la 
casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba
 permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y 
no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en 
el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es 
más que el templo. Si comprendierais lo que significa "quiero 
misericordia y no sacrificio", no condenaríais a los que no tienen 
culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado".
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Los cristianos tenemos sólo un Dios. No podemos adorar a una ley, por 
buena que sea. La ley nos sirve en la medida en que nos ayuda a seguir a
 Jesucristo.
            “A veces utilizamos la ley para atacar y no para salvar. Perdona”
            “Enséñanos a cumplir la ley sin absolutizarla”
Jesús pone por encima de todo la misericordia, el amor. Si no tengo 
amor, no sirve de nada la oración, el compromiso, las misas, las 
reuniones. El amor da sentido a todo, el amor ha de ser como el licor 
que da sabor a toda nuestra vida.
            “Enséñanos a vivir en el amor, con el amor, por el amor”
            “Cambia nuestra vida, llena de muchas cosas, casi vacía de amor”
            “Perdona nuestra falta de misericordia”
Tú no eres Señor, un Dios impasible, no eres distante y duro con los
 hombres. Tú conoces nuestra debilidad, nuestras tendencias orgullosas, 
violentas y egoístas. Conoces bien todas nuestras miserias. Tú eres 
misericordioso y compasivo Tú padeces y com-padeces, Tú eres compasión. 
Compadécete de nosotros.
Ven, Señor, a socorrernos, y danos un 
corazón nuevo, un corazón limpio y sincero, un corazón lleno de 
compasión, Qué sintamos la impotencia del caído y le ayudemos a 
levantarse. Qué compartamos el dolor del enfermo y le acompañemos. Qué 
miremos con misericordia al que se equivoca y le enseñemos el Camino. 
Qué suframos el miedo del cobarde y le animemos. Qué padezcamos la 
decepción del engañado y le mostremos la Verdad. Qué comprendamos el 
vacío del violento y le ayudemos a buscar la paz. Qué soportemos el 
pesimismo del desilusionado y sembremos esperanza. Qué probemos la 
necesidad del hambriento y le ofrezcamos pan y cariño. Qué hagamos 
nuestra la rabia del golpeado y lo tratemos con dignidad.
Que nos
 compadezcamos del egoísta y le amemos. Acompáñanos con la presencia de 
tu Espíritu, y quédate con nosotros, dulce huésped, o métenos dentro de 
tu inmenso Corazón. Amén.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 20 de julio de 2023
Jueves, 20 de julio de 2023
Jueves de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "Venid a mí todos los que estáis 
cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de
 mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro 
descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Orar no sólo es hablar con Jesús, orar es estar con Él. Estar con Él y 
descansar de las fatigas, de los agobios, del cansancio. Orar es 
presentar a Dios nuestra vida y, en silencio, dejar que Él sea alivio y 
consuelo.
A veces tenemos la impresión de que ser cristiano es una carga pesada, 
difícilmente aguantable. Sin embargo, Jesús hoy nos dice lo contrario: 
“mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. Es cierto, cualquier dios al 
que nos acerquemos nos exigirá más y nos dará menos. Pensemos por un 
momento qué ofrece y que pide el dios-placer, el dios-poder, el 
dios-dinero...
            “Señor, sólo tú tienes palabras de vida eterna”
            “Danos sabiduría para cargar sólo con tu yugo y tu carga”
A veces creemos que Dios sólo nos pide COMPROMISO, pero en muchas ocasiones nos ofrece también DESCANSO:
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 61
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Los que estáis arruinados,
los que habéis fracasado
ante los demás y ante vosotros,
los que sólo portáis miseria,
los que no valéis para quienes seleccionan
ni contáis para quienes mandan,
los olvidados fuera de las campañas,
los que sólo recibís golpes,
los últimos, los parias,
los nadie de la historia...
venid a mí, que quiero cobijaros
a la sombra de mis alas.
Los marginados de todo lo bueno,
los humillados por uno u otro motivo,
los sin recursos humanos y económicos,
los que os tenéis que vender cualquier precio
y sois moneda devaluada en todo momento,
los que os habéis quedado sin techo
y dormís en la calle entre cartones,
los que solo tenéis deudas y desahucios,
los cansados y agotados de vivir
y de escuchar siempre lo mismo...
venid a mí, que soy vuestro refugio,
y me complace vuestro descanso.
Niños de la calle y de nadie,
inmigrantes a la deriva,
parados al sol, cabizbajos,
enfermos sin tratamiento,
ancianos apartados,
jóvenes a la deriva,
los no reconocidos como ciudadanos,
los tristes y agobiados,
personas que sufrís violencia,
todos los que no sois queridos ni echados en falta ...
venid a mí, que soy vuestra libertad,
y recobrad vuestra dignidad.
Hambrientos de pan y de justicia,
de dignidad y de respeto,
de salud y de ternura,
de paz y de buenas noticias,
de vida y de felicidad...
sedientos de ternura y caricias,
de roce y compañía,
de abrazos y protestas,
de vino y fiesta,
de casa y mesa.
de la dignidad vuestra...
venid a mí, y saciad vuestra hambre y sed
sin miedo y sin falsos respetos.
Todos lo que sentís la vida,
día a día, como una pesada carga:
los rechazados,
los perseguidos,
los olvidados,
los excluidos,
los extranjeros,
los sin papeles,
los que sólo tenéis seguro que sois pobres,
gente sin voz, sin prestigio, sin nombre...
venid a mí, descargad vuestros fardos,
comed, bebed y descansad.
¡Todo lo que soy y tengo es vuestro!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.  
miércoles, 19 de julio de 2023
Miércoles, 19 de julio de 2023
 Miércoles de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y
 tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y 
se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido 
mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que 
el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo 
se lo quiera revelar".
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Jesús reza, da gracias por las maravillas que el Padre hace en el 
corazón de los sencillos. Hoy Dios sigue haciendo milagros en la vida de
 muchas personas. Pedimos luz para descubrir y un corazón que sepa 
agradecer.
Dios quiere bendecir a todos, pero sólo los que tienen un corazón de 
pobre, humilde, sólo puede entrar en la vida de los que han apartado de 
su horizonte el orgullo, la autosuficiencia, la soberbia... Como diría 
San Pablo, la fuerza de Dios se muestra perfecta en nuestra debilidad.
            “Señor, haznos pobres y sencillos”
            “Gracias por mostrarnos la grandeza de lo pequeño”
Sólo a través de Jesús podemos conocer a Dios; y sólo conociendo y 
amando a Dios podemos ser felices. En cualquier momento y circunstancia 
podemos encontrar a Jesús, pero hay “lugares” donde su presencia es como
 más densa: la Eucaristía, su Palabra, los pobres, la comunidad 
cristiana.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Jesús da gracias por esas personas sencillas que acogen su mensaje de amor. Nos unimos a su oración de alabanza...
Te damos gracias, Padre, por las personas que gozan del don de la fe, y confían en Ti aunque caminen en tinieblas.
Te
 damos gracias, Padre, por las personas que reconocen y lloran sus 
pecados, y tienen un corazón compasivo con los que se equivocan.
Te damos gracias, Padre, por las personas que se entregan a Ti y con alegría ofrecen todo lo que tienen a los hermanos.
Te
 damos gracias, Padre, por las personas de espíritu sencillo, que no 
conocen el temor que acobarda, ni la vergüenza que retiene.
Te damos gracias, Padre, por las personas que saben descubrirte y disfrutarte en la presencia de las personas y las cosas.
Te
 damos gracias, Padre, por las personas que viven la existencia como 
peregrinos, y a la luz de la fe, caminan en busca de la patria mejor, 
definitiva y verdadera.
Te damos gracias, Padre, por las personas...
----------------------------
Quién puede pagar la luz del sol que alumbra cada día,
el gozo de una madre al dar a luz,
la chispa de ese amor que no vacila,
la lucha inagotable por ser ‘tú’.
Quién puede comprar la mueca de ese rostro que sonríe,
la brisa que te roza al caminar,
la firme decisión de ser humilde,
los ojos con que aún puedes mirar.
Quién puede poner precio a esa mano que acaricia,
al ‘te quiero’ que me sale sin querer,
al instante que devuelve la esperanza,
al encuentro que te vuelve del revés.
Quién puede saldar el cielo azul que ves tras tu ventana,
el esfuerzo de esa niña por leer,
el cansancio de esa vida jubilada,
la oración de aquel que pide sin creer.
Seve Lázaro, sj
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
martes, 18 de julio de 2023
Martes, 18 de julio de 2023
 Martes de la 15ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 11, 20-24
En aquel tiempo se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había 
hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: "¡Ay de 
ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran 
hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían 
convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio 
les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaúm,
 ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se 
hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo 
que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti".
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En Corazaín y en Betsaida Jesús había hecho la mayor parte de sus 
milagros. Sin embargo, sus habitantes tenían el corazón endurecido. No 
reconocieron las maravillas que Jesús hizo y, por consiguiente, no se 
convirtieron.
Este evangelio es una llamada a reconocer todo lo que Dios ha hecho por 
nosotros, por nuestras comunidades y grupos, por nuestra familia... y a 
vivir de acuerdo con el don recibido, a mostrar nuestro agradecimiento 
en la oración y con la vida
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Yo se que me quieres, Señor, porque eres bueno.
Porque tienes un corazón sensible, perdóname;
limpia mi vida de todos mis pecados
y de mis continuas caídas, levántame.
Que alegría tan grande saber que eres mi Padre,
y que juzgas a todos con misericordia.
Dame tu abrazo de perdóny tu amor cambiará mi corazón,
sé mi amigo y caminaré siempre en tu presencia.
Devuélveme el gozo y la alegría,
que toda mi vida salte de gozo.
Somos amigos: olvida el mal que hice,
ayúdame con tu amistad a renovarme
y haz que nunca más me separe de Ti .
Que nazca en mí, como una fuente, un corazón puro,
y que una voluntad firme crezca en mi.
Quiero ver tu rostro alegre a mi lado,
que tu fuerza me acompañe siempre,
Señor, dame alegría de tu salvación
y un corazón generoso para amarte toda la vida.
Les diré a mis amigos que tus caminos son formidables,
y a los que pecan sin conocerte, lo bueno que Tú eres.
Dame vida, pues yo amo el vivir,
Tú que eres el Dios de la Vida,
y con ella diré a las gentes
que contigo todo es posible.
Abre mi corazón y mis labios
para decirte cuánto te quiero.
Ya sé que no te contentas con poco
y que no quieres de mí palabras vacías.
Lo que me pides es un corazón arrepentido;
un corazón sincero y noble es lo que quieres.
Sé bueno conmigo y con los otros
y fortalece nuestras vidas indefensas.
A Ti te ofrecemos nuestra vida cada día,
todo lo que somos y tenemos, todo es tuyo.
Devuélvenos, te lo pedimos, el gozo y la alegría, y
toda nuestra vida salte hoy en fiesta.
Somos amigos:
olvida el mal que hemos hecho
y ayúdanos con tu amistad a convertirnos.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 17 de julio de 2023
Lunes, 17 de julio de 2023
 Lunes de la 15ª semana de tiempo ordinario
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 34-11,1
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "No penséis que he venido a 
la tierra a sembrar paz: no he venido a sembrar paz, sino espadas. He 
venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la 
nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia 
casa.
El que quiera a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; 
el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y 
el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre 
su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará. El 
que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al 
que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá 
paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga
 de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua 
fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no 
perderá su paga, os lo aseguro".
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Nos extrañan las palabras del Evangelio de hoy. Parece mentira que Jesús
 anuncie que ha venido a traer guerras y división. ¿No se ha dicho 
siempre que Él es el príncipe de la paz y que su Reino es de la 
fraternidad? Es cierto, pero hasta que llegue esa paz y esa fraternidad a
 los seguidores de Jesús esperan muchas dificultades, muchos rechazos:
-          No es raro que los jóvenes llamados para ser religiosos o 
sacerdotes se enfrenten duramente con sus padres, con sus familias, con 
sus amigos.
-          A lo largo de la historia muchos mártires han sido asesinados por buscar la paz, la justicia, la fraternidad.
-          En nuestros ambientes tampoco es fácil ser cristiano, ser coherente.
“Señor, haznos fuertes para ser fieles en la lucha por tu Reino”
“También nosotros castigamos al que da la cara. Perdónanos”
“Gracias por el testimonio de los mártires,
 de los que dan la vida por ti, por tu Reino, por la paz”
Estamos llamados a acoger a los profetas, a los que actúan y hablan en 
nombre de Jesús. No quedaremos sin recompensa. Acoger a un profeta es 
acoger a Jesús, acoger su salvación, disfrutar de la vida que Él nos 
trae.
            “Enséñanos a reconocer y a acoger a tus profetas”
Jesús, nos has dicho: "Quién quiera guardarse su vida, la perderá; y 
quién la gaste por Mí, la recobrará en la vida eterna". Pero a nosotros 
nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas. Un terrible 
instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo, y nos atenaza 
cuando queremos jugarnos la vida. Tenemos seguros por todas partes para 
evitar los riesgos. Y sobre todo está la cobardía...
Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Pero la vida Tú nos la
 has dado para gastarla; no se la puede economizar en estéril egoísmo. 
Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen; hacer un 
favor al que no lo va a devolver; gastar la vida es lanzarse aun al 
fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias; es quemar las naves en 
bien del prójimo.
Somos antorchas que sólo tenemos sentido cuando nos quemamos; sólo 
entonces seremos luz. Líbranos de la prudencia cobarde, la que nos hace 
evitar el sacrificio y buscar la seguridad. Gastar la vida no se hace 
con gestos ampulosos y falsa teatralidad. La vida se da sencillamente, 
sin publicidad, como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho a
 su bebé, como el sudor humilde del sembrador.
Entrénanos, Señor, ayúdanos a lanzarnos a lo imposible, porque detrás
 de lo imposible está tu gracia y tu presencia; no podemos caer en el 
vacío. El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla; 
pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando en la noche, 
con mil ojos humanos rebosando lágrimas.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
domingo, 16 de julio de 2023
Domingo, 16 de julio de 2023
Domingo de la 15ª semana de tiempo ordinario A
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 13, 1‑23
Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él 
tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se 
quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
—Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y como 
la tierra no era profunda brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol,
 se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos que oiga.
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
—¿Por qué les hablas en parábolas?
El les contestó:
—A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de los 
Cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y
 al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en
 parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se 
cumplirá en ellos la profecía de Isaías:
«Oiréis con los oídos sin entender;
miraréis con los ojos sin ver;
porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure.»
Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. Os 
aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y
 no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.
Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla, viene el Maligno y 
roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del 
camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta
 enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en 
cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la Palabra; pero los 
afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda 
estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra
 y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o setenta o treinta 
por uno.
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Salió Jesús de su casa, salió de la casa del Padre para encontrarse con 
la humanidad, con nosotros. En la oración, Dios toma siempre la 
iniciativa. Podríamos decir que Dios nos reza, nos llama, antes que 
nosotros le respondamos. La oración es don de Dios.
            “Señor, gracias por acercarte a mí. Gracias por poder orar”
Y la gente acudió. Dios se acerca, pero también nosotros tenemos que 
acercarnos, tenemos que salir de nuestra casa, de nuestras tareas 
cotidianas, incluso de los lugares habituales para encontrarnos con 
Jesús. La oración es tarea nuestra.
            “Señor, perdona y cura nuestra pereza para rezar”
            “Danos fuerza para salir a tu encuentro cada día”
Les hablaba en parábolas, con sencillez, con ejemplos que pudieran 
entender, acomodándose a su forma de ser... También nosotros estamos 
llamados a anunciar el evangelio con un lenguaje apropiado, que pueda 
ser comprendido.
            “Señor danos sabiduría para proclamar el Evangelio”
Señor Jesús, Tú eres el sembrador y yo la tierra en la que esparces 
la semilla de tu Palabra. Gracias, Señor, por “perder tu tiempo” 
conmigo; gracias por darme la oportunidad de acoger tu semilla, de ser 
feliz, dando fruto abundante.
Señor, te doy gracias, por ser tierra buena, tierra que sería 
fecunda... si no estuviera llena de espinas. Acojo la semilla de tu 
Palabra y mil semillas más Señor, dame valor para renunciar a todo lo 
que me separe de Ti. No permitas que mi corazón se endurezca, como un 
camino, que no me gane la partida la desconfianza y el escepticismo.
Señor, gracias por todas las personas que son buena tierra, Gracias 
por los santos, que producen el ciento por uno. Gracias porque también 
yo, con tu ayuda, doy fruto abundante, Gracias por elegirme para ser 
sembrador de tu Evangelio.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.  
sábado, 15 de julio de 2023
Sábado, 15 de julio 2023
Sábado de la 14ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 24-33
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "Un discípulo no es más que 
su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con 
ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo
 han llamado Belzebú, ¡cuanto más a los criados! No les tengáis miedo, 
porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido
 que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día,
 y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a
 los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que
 pueda destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de 
gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo no cae al suelo 
sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros, hasta los cabellos de 
la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación
 entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su 
parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo 
también lo negaré ante mi Padre del cielo".
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Conocemos bien la historia de Jesús. Hemos leído muchas veces el 
Evangelio. Ya no nos sorprende  que a Jesús lo llamaran Belzebú por 
expulsar demonios, y que a cambio de una vida entregada a los demás le 
dieran una cruz, tres clavos y una muerte cruel.
Sin embargo, nos sorprende mucho que cuando nos decidimos a hacer algo 
por la parroquia, por los pobres, por la comunidad de vecinos...  
comenzamos a recibir críticas injustas, malas caras, desprecios. Jesús 
nos advierte de esta realidad, para que no nos coja desprevenidos.
Pero, sobre todo, nos llama a la confianza. Dios cuida de nosotros, nos 
ama con todo el corazón. Ni siquiera se cae un cabello de nuestra cabeza
 sin que Dios lo permita. Es nuestro mejor seguro. Nunca nos fallará
¿Cómo te sientes cuando pagan tu compromiso con desprecios?
Pedimos a Dios que nos conceda ser fieles a la misión en esos momentos.
Damos gracias a Dios porque está siempre pendiente de nosotros.
Pedimos perdón por nuestra falta de confianza.
Puede que un día, el fichero de mis amistades esté vacío, lleno de tachaduras o sin nombres dignos de confianza.
Puede que un día, todos los teléfonos de mi agenda se encuentren comunicando y nadie responda a mis llamadas.
Puede que se hayan borrado las memorias en los bancos de datos, donde se escribieron las promesas en las que un día confié.
Puede
 que mi propia calculadora personal deje de funcionar y no encuentre un 
técnico del amor y la alegría capaz de arreglar sus entresijos...
Puede
 que todo esté negro y oscuro, y que yo ande a la deriva, con la 
inseguridad a flor de piel, nadando en la incertidumbre y sin recuerdos 
de Tí.
Pero si entonces, o ahora, o cualquier día, olvido tu número de teléfono y te necesito,
estoy seguro que, aún sin marcar las cifras, sonará tu respuesta, Señor, porque TÚ ERES FIEL.
-----------------------
Gracias por poner luz en ese ángulo siempre oscuro
de mi mirada y de mi amor.
por la invitación, ¡siempre extraña!, a que en mi vida entren todos,
los buenos y los que todavía no saben que lo son.
Con el paso del tiempo voy aprendiendo que el verdadero amor,
a menudo, es un sendero donde el camino se corta.
Pero hoy, es por ahí, por donde quiero buscarte,
y hacerlo sin miedo a que después de intentarlo
tenga que darme la vuelta y ver que, de nuevo,
pudo en mí más el miedo al otro que la confianza en Ti.
¡Arráncame ese miedo, Señor!
Esconde mi cabeza en tu regazo
hasta aprender a amar con tus entrañas.
Clávame en esa cruz de perdón y de vida
en la que, hasta el ladrón, puede encontrar su paraíso.
Severino Lázaro, sj
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.  
viernes, 14 de julio de 2023
Viernes, 14 de julio de 2023
 Viernes de la 14ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 16-23
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "Mirad que os mando como 
ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos 
como palomas. Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los 
tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante 
gobernadores y reyes por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y 
ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a
 decir o de cómo lo diréis; en su momento se os sugerirá lo que tenéis 
que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro 
Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a 
los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán. Todos
 os odiarán por mi nombre: el que persevere hasta el final, se salvará. 
Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Creedme, no terminaréis 
con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre".
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Para evangelizar hay que ser sencillos como palomas y astutos como 
serpientes. La sencillez y la astucia no están reñidas. Es más, se 
necesitan mutuamente. La sencillez sin astucia produce pocos frutos. La 
astucia sin sencillez produce malos frutos.
La astucia exige poner en marcha la inteligencia antes y después de 
actuar, conlleva analizar la situación en la que nos encontramos, buscar
 las estrategias y las ayudas más adecuadas, analizar los resultados 
obtenidos... Sin embargo ¡que pocas veces actuamos así! Decimos que 
evangelizar es muy difícil y además no estamos dispuestos a actuar con 
astucia. De esta manera a pocos llegará el mensaje del Evangelio.
La evangelización también requiere realismo y sobre todo confianza en 
Dios. Dificultades no van a faltar, pero el Espíritu de Dios nunca falla
 y es más fuerte que cualquier dificultad.
¿Sientes que has sido enviado a evangelizar? ¿Cómo respondes a la 
llamada de Cristo? ¿Qué te dice Dios a través de este evangelio? ¿Qué le
 dices?
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Vosotros sois mis testigos en medio del mundo.
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Sed expresión de la ternura del Dios de la vida.
Ternura en vuestro rostro,
ternura en vuestros ojos,
ternura en vuestra sonrisa,
ternura en vuestras palabras,
ternura en vuestras obras,
ternura en vuestra lucha.
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Os esperan fuera ciudadanos y vecinos.
Vosotros sois mis manos
para construir un mundo nuevo
de fraternidad, libertad y justicia.
Vosotros sois mis labios
para anunciar a pobres y marginados
la buena noticia de la libertad y la abundancia.
Vosotros sois mis pies
para acudir al lado de las personas
que necesitan gestos de ánimo y palabras de bien.
Vosotros sois mi pasión
para hacerme creíble en vuestras casas y ciudades
y lograr que niños y adultos vivan como hermanos.
Vosotros sois mi avanzadilla
para lograr la primavera del Reino
y ofrecer las primicias a los que más lo necesitan.
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Derramad por doquier ternura y vida.
¡Salid, amigos y amigas!
Marchad sin miedo.
Mirad toda esa multitud que os espera.
Marchad con alegría.
¡Yo os acompaño todos los días!
Florentino Ulibarri
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
jueves, 13 de julio de 2023
Jueves, 13 de julio de 2023
 Jueves de la 14ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 7-15
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "Id y proclamad que el Reino
 de los cielos está cerca; curad enfermos, resucitad muertos, limpiad 
leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para 
el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón; bien merece el 
obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién
 hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al 
entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que le 
deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si
 alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, 
sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será 
más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
En este Evangelio Jesús nos da “el manual del misionero”. Nos fijamos en tres aspectos:
1. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla. ¿Cómo vamos a 
anunciar que nuestro tesoro es Dios y la fe, si estamos todo el día 
preocupados por el dinero, por nuestras cosas?
            “Señor, haznos pobres y austeros”
            “En Ti confiamos. Tú eres nuestra riqueza”
            “Perdona y cura nuestro afán de poseer”
2. Quedaos en la casa donde vayáis. El Evangelio no se anuncia en un 
día, ni en dos, ni en un año. Hay que tener paciencia. Todos necesitamos
 tiempo para comprender y acoger la Buena Noticia.
            “Haznos, Señor, pacientes y confiados”
            “Perdona y cura nuestra impaciencia”
            “Gracias Señor por las personas que saben esperar”
3. Si alguno no os recibe, cuando salgáis de su casa sacudid el polvo de
 los pies. Es necesaria la paciencia ¡imprescindible! con todos aquellos
 que quieren avanzar. Pero no podemos perder el tiempo con los que se 
cierran al mensaje del Evangelio una y otra vez.
            “Señor, haznos lúcidos para saber en cada momento
              lo que tenemos que hacer”
            “Enséñanos a saber retirarnos sin rencor”
Señor, escucho tu llamada de nuevo.
Una y otra vez me llamas,
aunque me haga el sordo en demasiadas ocasiones.
Eres tozudo, Señor.
Me llamas y me envías.
Nos envías, de dos en dos.
No quieres que vaya solo.
Mi fe se apoya en Ti
y en mi compañero de misión.
Mi compañero se apoya en Ti
y en mi.
No quieres que lleve muchas cosas.
Un bastón y nada más.
Ni pan, ni alforja, ni dinero...
Para cumplir tu misión
no necesito casi nada.
Para transmitir tu amor
sólo es preciso que me deje amar por Ti
y que ame, sirva y me entregue como Tú.
Para transmitir tu perdón
sólo es necesario que me deje perdonar por Ti
y que perdone como Tú me perdonas.
Para transmitir tu Palabra
sólo es menester que abra mis oídos para escucharte
para que mis palabras y mi vida hablen de Ti.
Para transmitir tu alegría
sólo es preciso que mi corazón se acerque al tuyo,
para que ni la peor noticia arrugue mi sonrisa.
Para transmitir tu consuelo
sólo es necesario que ponga en tus manos mis agobios
y contagie mi esperanza a los que sufren.
Me has llamado, Jesús.
Tú sabes lo que haces.
Aquí estoy. Envíame.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
miércoles, 12 de julio de 2023
Miércoles, 12 de julio de 2023
Miércoles de la 14ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 10, 1-7
En aquel tiempo, Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad 
para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. 
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, el 
llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano 
Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el Alfeo y
 Tadeo; Simón el fanático y Judas Iscariote, el que lo entregó. A estos 
doce les envió Jesús con estas instrucciones: "No vayáis a tierra de 
paganos ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas 
descarriadas de Israel. Id y proclamad que el Reino de los cielos está 
cerca".
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Los llamó. Y el Evangelio nos da el nombre de los doce.  Hoy Jesús te 
llama, te llama por el nombre, a ti personalmente. Te llama porque te 
ama, porque quiere hacerte feliz, porque confía en ti, porque quiere 
llevar su Evangelio, su consuelo a todas las gentes...
            “Habla Señor, que tu siervo escucha”
            “Señor ¿qué quieres de mí?”
            “Hágase en mí según tu palabra”
            “Estoy dispuesto. Envíame”
Les dio autoridad. A ti te da su misma fuerza, la fuerza de su Espíritu.
 No vamos a convencer con nuestra sabiduría ni a hacer obras 
maravillosas con nuestra fuerza. El Señor mostrará su grandeza en la 
debilidad de los enviados.
            “Señor, gracias por la fuerza de tu Espíritu”
            “Señor, en tu nombre y con tu fuerza iré a donde quieras”
            “Perdona Señor y cura nuestra prepotencia”
Jesús quiere que comiencen la misión en su propia tierra, y que se 
preocupen especialmente de las ovejas descarriadas. Los conoce y nos 
conoce bien: a veces nos parece que no se puede hacer nada en nuestra 
familia, con nuestro grupo de amigos, en los ambientes más cercanos. Sin
 embargo, el que no evangeliza, el que no da testimonio entre los suyos 
¡qué difícil será que lo haga entre que están muy lejos!
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Si nadie acaricia los ojos del paria, ¿cómo dejará de serlo?
Si nadie cura las heridas del hombre quebrado, ¿en qué soledad sanarán?
Si nadie derriba los cimientos de una ley implacable,
¿hasta cuándo seguirá cerrando puertas y poniendo cadenas?
Si nadie profetiza contra los perversos, ¿cuándo cambiará algo?
Si nadie se deja guiar por la sed, ¿quién hallará la fuente de agua viva?
Si nadie se entrega a tumba abierta, ¿cómo saber que es posible el Amor?
Hace falta Alguien, alguien como tú, o tú de nuevo, en espíritu y verdad.
Alguien que acaricie los abandonos; que alivie sufrimientos; que taladre
certidumbres y denuncie inconsistencias.
Alguien que nos ponga en camino hacia un manantial
en el que nuestro deseo de Vida quedará colmado.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
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Como a los apóstoles, Señor,
me has llamado por mi nombre,
conoces mi historia mejor que yo mismo,
me amas más y mejor que nadie.
Y cuentas conmigo, con mi pobreza.
Gracias, Señor, por llamarme.
Como a los apóstoles, Señor,
me has llamado para estar contigo,
para gozar de tu amistad y tu perdón,
para aprender tus secretos,
para hacerme inmensamente feliz.
Gracias, Señor, amarme.
Como a los apóstoles, Señor,
me has llamado para continuar tu misión:
me has dado tu fuerza, tu Espíritu,
para curar a los enfermos y atormentados,
para animar a los que ya no tienen esperanza.
Gracias, Señor, por enviarme.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.  
martes, 11 de julio de 2023
Martes, 11 de julio de 2023. San Benito.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 19, 27-29
Entonces dijo Pedro a Jesús: "Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?" Jesús les dijo: "Creedme, cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos serán primeros".
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Dejarlo todo es signo de nuestra entrega al Señor, pero antes que eso es un don de Dios. Él nos da la posibilidad de dejarlo todo. Es un don que tenemos que pedir y vivir en lo más pequeño de cada día.
“Señor, danos el don de la pobreza y la disponibilidad”
Dios no se deja ganar en generosidad. ”El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”.
¿Cuál es tu experiencia? ¿Qué te ha dado Dios cuando has sido generoso con Él? ¿Que te dice Dios? ¿Qué le dices?
San Benito hizo vida este Evangelio. Lo dejó todo para seguir a Jesús. Hoy rezamos por la familia benedictina, pedimos por Europa, para que fortalezca sus raíces cristianas.
Señor, ¿merece la pena decir la verdad?
¿trae cuenta renunciar a caprichos?
¿tiene sentido ser generoso y compartir?
¿qué voy a recibir por ser buen cristiano?
¿qué me vas a dar por seguirte?
A veces siento, Señor, que no merece la pena,
que ...es mejor buscar únicamente mi interés
dejar de sentir los problemas de los demás
y vivir la vida alegremente, sin renunciar a nada.
Así lo siento... y no me gusta esta sensación.
Sé qué tú das el ciento o el mil por uno,
incluso el cien por cero o el mil por nada,
que tú pagas sin saber si vas a recibir algo;
pero a veces no lo siento así, Señor,
y te pido que me ayudes a experimentarlo.
Señor, ayúdame a comprender y a sentir
que amar y servir a los demás es un regalo,
que vivir en la verdad es una gracia tuya,
que Tú haces posible mi esfuerzo y mi renuncia,
que seguirte y estar a tu lado es el mejor don.
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
lunes, 10 de julio de 2023
Lunes, 10 de julio de 2023
 Lunes de la 14ª semana del t.o.
1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
Mateo 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se 
arrodilló ante él y le dijo: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle
 la mano en la cabeza, y vivirá". Jesús lo siguió con sus discípulos. 
Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años,
 se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que, con
 sólo tocarle el manto, se curaría. Jesús se volvió, y al verla le dijo:
 "¡Animo, hija! Tu fe te ha curado. Y en aquel momento quedó curada la 
mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el 
alboroto de la gente, dijo: "¡Fuera! La niña no está muerta, está 
dormida". Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió la 
niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por 
aquella comarca.
3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Sin embargo, normalmente tenemos poca fe en la fe, tenemos poca fe en 
Dios. En muchas ocasiones acudimos a Dios, después de haber llamado a 
muchas puertas, nos presentamos ante Dios como último recurso... con 
poca confianza.
            “Señor, creo, pero aumenta mi fe”
            “Perdona Señor mi falta de fe”
            “Gracias por todas las personas se fían de ti”
Cuando Jesús dice que la niña está viva, se ríen de él. Nos reímos de la
 gente cuando se sale de nuestros esquemas, cuando va contracorriente...
            “Señor, perdona nuestras risas irónicas”
            “Danos fe para creer en lo que parece imposible”
            “Espíritu Santo, danos fuerza y coraje
              para ser fieles cuando se rían de nosotros”
Que importantes son en el Evangelio los gestos: la mujer con flujos de 
sangre toca el manto de Jesús y Jesús toma de la mano a la muchacha.
¿Cómo son tus gestos? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Yo creo en Ti, Señor, y te doy gracias de corazón,
pero aumenta mi fe, porque a veces me envuelven las dudas.
Señor, haz que mi fe sea plena,
que sepa abrirte mis pensamientos y sentimientos y acciones,
mi pasado, mi presente y mi futuro, sin reservas.
Señor, haz que mi fe sea coherente,
que acepte las renuncias y los deberes que comporta
y sepa hacerla vida en cada momento de mi vida.
Señor, haz que mi fe sea fuerte,
que madure ante la contradicción de los problemas,
que encuentre cimiento más firme ante quienes la rechazan.
Señor, haz que mi fe sea alegre,
al saber y sentir que tu amor me envuelve,
al descubrir en cada persona la huella de tu gloria.
Señor, haz que mi fe sea activa
que sepa verte en los pobres y en cuantos me necesitan
y sepa avanzar por el camino de servicio y la entrega.
Señor, haz que mi fe sea humilde.
Porque estoy envuelto en debilidades,
que apoye mi fe en la fe de los hermanos, en la fe de la Iglesia.
Señor, haz que mi fe sea contagiosa,
a través de mis palabras, mi sonrisa y mi vida entera.
Que sepa transmitir, Señor, que Tú eres lo mejor que me ha pasado.
Amén.
4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.
 
