1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
"Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
"Ayúdame a sentir tu cercanía",
"Quiero estar contigo, Jesús".
2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Marcos 3,22-30
Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: “Está poseído por
Beelzebul” y “por el príncipe de los demonios expulsa los demonios”.
El, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: ”¿Cómo puede Satanás
expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese
reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa
casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y
está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin. Pero nadie
puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero
al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se
perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias,
por muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu
Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno. »
Es que decían: “Está poseído por un espíritu inmundo”.
3. Reflexiono y rezo. Respondo.
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Tienen el corazón cerrado a cal y canto. No aceptan ni siquiera los
milagros que maravillan a las personas sin prejuicios. Lo llama príncipe
de los demonios, porque expulsa demonios. ¿Cómo le llamarían si en vez
de expulsar demonios los fuera multiplicando. ¿Tienes esta actitud
cerrada ante alguna persona? Piénsalo despacio. Pide perdón y fuerza
para superar la cerrazón.
Señor, abre mi corazón
a tu palabra y a tu amor.
Estar abierto es, ante todo,
salir de uno mismo.
Romper la coraza del egoísmo
que intenta aprisionarnos
en nuestro propio yo.
Estar abierto es dejar de dar vueltas
alrededor de uno mismo.
Como si ese fuera
el centro del mundo y de la vida.
Estar abierto es no dejarse encerrar
en el círculo de los problemas
del pequeño mundo al que pertenecemos.
Cualquiera que sea su importancia,
la humanidad es más grande.
Y es a ella a quien debemos servir.
Estar abierto no es devorar kilómetros,
atravesar los mares
o alcanzar velocidades supersónicas.
Es ante todo
acoger a los otros,
descubrirnos, ir a su encuentro.
escuchar nuevas ideas,
incluso a las que se oponen a las nuestras.
Es tener el aire de un buen caminante.
Señor, abre mi corazón
a tus hijos, mis hermanos,
atu palabra y a tu amor.
Jesús vuelve a explicarles con paciencia. Aunque parece que no tienen
remedio sus acusadores, Jesús con su palabra trata de abrir un poco las
mentes y los corazones de sus enemigos. No se da por vencido fácilmente.
Da gracias porque Dios no se deja vencer por nuestra cerrazón, por nuestro pecado.
Agradece a Dios el don de las personas que saben esperar nuestra conversión y la apoyan.
Jesús advierte con claridad: “el que blasfeme contra el Espíritu Santo,
no tendrá perdón nunca”. El fuego nunca podrá calentar al que se aleje
de él, Un padre no podrá alimentar a su hijo, si éste se marcha de casa.
Dios no nos salvará a la fuerza, pedirá nuestra colaboración, aunque
sea pequeña. Pecar contra el Espíritu es cerrarse a la acción de Dios.
“No dejes, Señor, que mi corazón se cierre a ti”
4. Termino la oración
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.